VEN CONMIGO COMPAÑERO...

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Ven conmigo compañero,
hasta el campo de batalla,
no te asuste lo que veas,
son rescoldos de la lava.

Son heridas de los hombres
que lucharon hasta el alba,
y perdieron sus amigos
y lloraron por su marcha.

Son las huellas de unos seres,
que descalzos caminaban,
por los páramos desiertos
que conducen a las almas.

Es la sangre detenida,
son las venas desgarradas,
es el grito reprimido
que se ahoga en la garganta.

Es un cuadro surrealista,
todo esto que se narra,
pero quiero que lo veas,
que lo sientan tus entrañas.

Ven conmigo compañero,
hay un campo en lontananza,
donde crecen amapolas
entre ortigas y entre armas.

Hace tiempo, mucho tiempo,
que las armas ya descansan,
y los huesos calcinados
se quedaron sin palabras.

Se quedaron con los olmos,
y la lluvia que llegaba,
se pudrieron en el fango
las promesas tan sagradas.

Ahora miran hacia el cielo
los gorriones en las ramas,
pero arriba, entre las cumbres,
paseando están las águilas.

Hay carroña por el valle
y la nieve en la montaña,
hay un niño que suspira
y que toca la campana.

Ven conmigo compañero,
hay un campo con sus ánimas,
que yo quiero que lo veas
y te empape de su sabia.

Es aquí, con la derrota,
donde quiero tu templanza,
y que aprendas de la vida
sus sabores y añoranzas.

Hay marinos en sus barcos,
labradores con su azada,
escribanos con su pluma,
sacerdotes con sotana.

Hay mujeres que madrugan
con su cesto a las espaldas,
que laboran los pajares
y los campos y las cuadras.

Pero hay hombres con su boina,
su cigarro y la petaca,
arrancando de los suelos
esa sangre tan preciada.

Ven conmigo compañero
hay un campo que te aguarda,
con sus risas y sus llantos,
con su gloria y su desgracia.

Ese campo tiene un nombre
y tú sabes quien lo llama,
es el grito que a la tierra,
da mi vida y da mi alma.

Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/10

ACOSTUMBRADO AL BESO Y LA CARICIA...

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Acostumbrado al beso y la caricia
sentía que se ahogaba por un beso,
un beso simplemente de sus labios
que luego dormiría con el viento.

Pero ahora que se hallaba desterrado
buscaba su pasado en el recuerdo,
la dura travesía de la vida
la dura soledad y hasta el desierto.

Tomaba con sus manos la ceniza,
buscaba los rosales del inverno,
miraba por los fríos ventanales
la nieve con la escarcha, junto al hielo.

Pero también notaba aquella falta,
el beso tan ansiado con el rezo,
la mano que rozaba sus mejillas
los dedos que alisaban a su pelo.

La soledad, venía en la respuesta,
era la voz oscura del silencio,
sin flores ni caricias y sin nada
llegando hasta su lado como un eco.

Un eco silencioso y sin palabras,
un eco solitario y sin el beso,
la eterna sinfonía deseada
la mano portadora de lo eterno.

Un suspiro mandado en la distancia
llegaba tan cruel como el acero,
venía con la carga dolorosa
que dejan los oscuros pensamientos.

Aquellos que soñaron tantas tardes
los ojos que miraban a lo lejos,
en busca de la imagen y figura
soñada en los rincones del cerebro.

La soledad seguía con su abrazo,
sentía su tenaza y los anhelos,
tenía sed ardiente y cegadora,
sus labios musitaban balbuceos.

Para al final decirse que no es justo,
que todo es irreal, y este tormento
es fruto del amor y del cariño
nacido y compartido, que ya ha muerto.

¡Oh tierno corazón, detén tu marcha!,
tus pasos se encaminan al infierno,
por culpa de ese néctar que has bebido,
¡la pócima fatal, de tu destierro!

Rafael Sánchez Ortega ©
28/11/10

HE CREÍDO PRUDENTE EL SILENCIO...

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He creído prudente el silencio
y escuchar su sonido en la noche,
se murmuran silentes palabras
y me llegan calladas las voces.

Pero todo es silencio en el pecho,
hay susurros que prestos se esconden,
como gotas llorosas del cielo
que la lluvia regala sin orden.

Soledad es la eterna palabra
y el silencio su amor y su cómplice,
yo te abrazo silencio profundo
como abrazan los niños las flores.

Me responden calladas las sombras
las que dejan las ramas del roble,
las que estiran sus pasos la luna
más allá de la estepa y el bosque.

Hasta el potro que pasa despacio
interrumpe sin más su galope,
y el venado que baja hacia el río
va despacio buscando su norte.

Una urraca se posa en el haya
y el silencio de pronto se rompe,
es el buho que lanza sus gritos
la lechuza llamando a los hombres.

Y de pronto quizás me estremezco
pues escucho en silencio las doce,
es la calma que llega axfisiante
como niebla que abriga y que rompe.

Yo quisiera romper el silencio
y alterar su tupido desorden,
y quisiera fundirme en sus labios
y sentir junto a él mis canciones.

Pero todo es silencio sin pausa,
el que suena cual música acorde,
el que grita y que gime en silencio
y a mis labios pregunta y responde.

"...He creído prudente el silencio
y ha calmado el volcán sus pasiones,
ya la lava recorre mis venas
y la sangre pronuncia tu nombre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/10

QUIZÁS EN UN MOMENTO DE LOCURA...

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Quizás en un momento de locura
alcance con mis sueños las estrellas,
o puede que la fiebre y calentura
confunda las estrellas por centellas.

Es fácil que si pierdo la cordura,
persiga los recuerdos y las huellas,
la proa de la antaña singladura
en forma de batallas y epopeyas.

La voz de la cordura va adelante,
y grita con un grito desgarrado,
pidiendo de tus labios ese beso.

Te paras con tu paso vacilante,
mirando con amor al ser amado,
y besas a su labio tan travieso.

Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/10

NO QUIERO PALMADITAS EN LA ESPALDA...

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No quiero palmaditas en la espalda
ni abrazo que no sea verdadero,
prefiero que me den una guirnalda
envuelta con cariño muy sincero.

Recuerdo aquella tarde en la Giralda,
tus labios susurraron un "te quiero",
llegabas tan preciosa con tu falda
y el rostro arrebolado de salero.

De pronto me abrazaste intensamente,
no supe responder como quería,
y luego te marchaste con el viento.

Hoy huyo del cariño tan ardiente,
pues creo que el amor es cada día
la forma de expresar un sentimiento.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/11/10

TÚ QUE LUCHAS POR LA VIDA...

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Tú que luchas por la vida
y que sufres en silencio,
para ti van mis palabras
con cariño en estos versos.

Son palabras que se ahogan
y que salen de mi pecho,
como lágrimas cautivas
de unos ojos muy sinceros.

Yo te vi correr delante,
ser alma y ser el centro,
de la vida de tus hijas
y tus nietas con esmero.

Escribías de tus cosas,
las narrabas en tus cuentos,
con el rayo de esperanza
que tomabas de los cielos.

Eres dulce, buena amiga,
siempre atenta y en desvelo,
por mandarnos mil caricias
y ternura con tus besos.

Hoy se ahogan las palabras,
esta noche por ti rezo,
y a la Virgen yo le pido
que te abrace con denuedo.

Una dalia en esta noche
con un lirio siempre fresco,
yo le mando a las estrellas
con la rosa de los vientos.

Es un soplo de los labios,
un suspiro muy sincero
de la flor inmaculada
cuyos pétalos te cedo.

Duerme pronto buena amiga
y descansa ya en tu lecho,
pues ya pasan los cometas
de la vida, con tus sueños.

Aquí quedan los amigos,
tu recuerdo está con ellos
y tu risa y la alegría
será siempre su consuelo.

Hasta pronto buena amiga,
marcha al parque de los juegos,
donde ángeles sin nombre
se recrean con tus versos.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/11/10

COPLILLA SATÍRICA

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Ten clemencia, Presidente,
te lo pido por tu abuelo,
no me amargues más la vida
ni me subas los impuestos.

Busca al viento, si es que puedes,
o la curva de los senos,
de La Vega y la Jiménez
que los tienen muy bien puestos.

No nos jodas con tus frases
de sociatas y rojelios,
ya sabemos que la culpa,
siempre, siempre es del obrero.

En un Marzo que no olvido,
con ribetes más bien negros,
conseguiste la victoria
con ayuda de los lerdos.

Sancho Panza, Rubalcaba,
fue tu voz y pregonero,
con engaños y mentiras
y ocultando los misterios.

Porque fue un asesinato
que explotaste con denuedo,
pa´subirte a la poltrona
y llevar tus testaferros.

Tus esbirros de colores,
sin estudios ni provecho,
se juntaron a tu lado
como moscas al polluelo.

Y emprendisteis la aventura
sin saber hacer ni el cero,
ofreciendo a manos llenas
los ahorros y el desvelo.

Ahora España compungida
se lamenta, y no es por menos,
de poner entre tus manos
la corona con su cetro.

Porque fueron tus errores,
tus caprichos de usurero,
el rajar en dos a España
despertando hasta sus muertos.

No tenías suficiente
con ser vago y ser inepto,
que tuviste que meterte
en la boca de los ciegos.

"La avaricia rompe el saco",
el refrán lo dice en serio,
y es por eso que te digo
que tu saco ya está ardiendo.

Vete ya, márchate pronto,
deja al pueblo, ser el pueblo,
porque nadie necesita
de tu ayuda y tus consejos.

Ni siquiera ya te aplauden
en la campa de Rodiezmo,
y te pierdes y te duermes
en Bruselas y en la Unesco.

Esta España que agoniza
entre voces y lamentos,
pide pan para su casa
y salarios en sus sueldos.

Pero tú, Don Juan Tenorio,
mal llamado Zapatero,
ni siquiera una hipoteca
has pagado con dinero.

Es por eso que no sabes
más que el robo y el cohecho,
y pasaste del estudio
a la práctica, en directo.

Ahora robas a mansalva,
lo aprendiste en el Derecho,
que estudiaste tantas tardes
en un tibio Parlamento.

Con tu voz altisonante
quieres darnos el camelo,
con bajada de pensiones
y tu aire tan patético.

"...Ten clemencia, Presidente,
por favor, yo te lo ruego,
marcha pronto de mi España,
con tu tribu, hasta el infierno..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/10

HAY POETAS POR EL MUNDO...

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Hay poetas por el mundo
que se ufanan como lerdos,
pues presumen de sus letras
sin saber lo que es un verso.

Yo prefiero líneas claras,
sencillez en el cuaderno,
que los niños las disfruten
en escuelas y colegios.

Hay quien busca en los tratados
marcadores con denuedo
que les midan bien las rimas
y las casen con su acento.

Pero hay otros que sonríen
y que miran hacia el cielo,
y que sueñan que las rimas
son la suma de sus dedos.

Ante estos yo me inclino,
son poetas sin saberlo,
sin lucir las esclavinas
ni las togas de los cuervos.

Hay poetas por el mundo
tan sencillos y tan neutros,
que no buscan prosas blandas
ni romances ni sonetos.

Ellos llevan poesía
en sus almas y sus pechos,
y la sacan cada instante
a este mundo suyo y nuestro.

Para ellos las palabras
son un juego de los necios,
la conjura de las letras,
la locura de los cuerdos.

Y es verdad, eso que piensan,
yo también así lo veo,
poesía es lo que vive,
es la nube y es el viento.

Es también ese latido,
es el rayo y es el trueno,
esas olas seductoras
con el baile de los sueños.

Hay poetas por el mundo
que persiguen los misterios,
día a día y paso a paso
en los páramos sedientos.

Una vez un Don Quijote
quiso ser fiel caballero,
de los Campos de la Mancha
más topó con un barbero.

Y aquel viejo cascarrabias
con un cura forastero,
le animaron en su empresa
de hacer verle, amor sin serlo.

Así nace una figura,
Dulcinea, en su cerebro,
por quien lucha con molinos
y se estrella por los suelos.

Pero bueno, Don Quijote,
fue el producto de un gran genio,
de aquel manco de Lepanto
que gastó tantos tinteros.

Hay poetas por el mundo,
muchos malos y otros buenos,
los primeros son altivos,
los segundos son sinceros.

Son sinceros porque escriben,
porque hablan de sus miedos,
porque cuentan sus hazañas
sus fracasos y sus yerros.

Y lo dicen con sus letras,
con el llanto que sufrieron,
y lo escriben con su sangre
y lo sellan con sus besos.

Y por eso, a estos hombres,
les admiro y les venero,
porque escriben con su alma
a los ángeles risueños.

Al final son los que ganan,
los que llevan los trofeos,
los que hablan con las musas
y las ven en los espejos...

"...Hay poetas por el mundo
y hoy he visto un jovenzuelo,
con sus versos alcalinos
que trazó en Muñorrodero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/10

ES CIERTO QUE YO ESCRIBO A LOS MENDIGOS

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Es cierto que yo escribo a los mendigos,
a los pobres buscando en las basuras,
a los niños que juegan presurosos
y al anciano que vuelve de su ruta.

Pero escribo las cosas que se guardan,
las que ocultan sus almas con premura,
las que salen en gestos y expresiones
y también en silencios con mil dudas.

Si se escribe, se escribe de la vida,
aunque ésta sea dura y sin dulzura,
se describen los grises torbellinos
que aparecen con nieblas y con brumas.

Pero vuelvo a los seres indigentes,
los que buscan cariño y la ternura,
los que miran al cielo y le suplican,
ese trozo de tarde con su ayuda.

Más el cielo no sabe de oraciones,
es un manto de azules que se oculta
traspasando las noches y los días
con la luz y las sombras tan diurnas.

Esos seres musitan mil palabras,
y le hablan al sol y hasta la luna,
para ellos su sombra es compañera
a pesar de la nieve y de la lluvia.

Es posible que sean egoistas,
como todos los seres sin fortuna,
pero creo que es bueno lo que sienten
y que busquen la luz en su espesura.

En sus almas se esconden mil pecados,
los que arrastran quizás desde la cuna,
ellos son portadores de una herencia
adquirida sin cargas y sin culpa.

No pidieron nacer como mendigos,
ni tampoco ser simples criaturas,
que se queden mirando a las estrellas
y esperando la brisa que los cubra.

Sólo quieren lo mismo que nosotros,
el cariño, el amor y la hermosura,
rebañar los minutos de la vida
y ese pan y la paz, que es lo que buscan.

Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/10

CUARTILLA DEL CUADERNO QUE ME ESPERAS...

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Cuartilla del cuaderno que me esperas,
¿qué quieres que te escriba ó que relate?
¿quizás de las campiñas y praderas?
¿o acaso de aquel robo y su rescate?...

...Había dos personas muy sinceras,
miraban un tranquilo escaparate,
de pronto les robaron las carteras,
un tonto, un ladronzuelo, un botarate.

El caso es que aquel hombre se reía,
y decía: "por un beso os entrego
las carteras, que tengo entre mis manos"

Es fácil suponer lo que quería,
el beso conseguido con un juego
y el robo cometido a dos ancianos.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/10

CUANDO EL HOMBRE SE ENCUENTRA MUY CANSADO...

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Cuando el hombre se encuentra muy cansado
y su cuerpo temblando ya delira,
es mejor que repose su costado
y que cure la fiebre de su pira.

Es el cuerpo del hombre derrotado,
es la sangre caliente que suspira,
es al fin ese cáliz tan ansiado
el que buscan los labios que le miran.

Pero el hombre parece marioneta,
atrapado en los brazos del cansancio.
Sólo busca ese beso sugerente,

y soñar con la playa y el cometa.
Al final, pensará que es solo andancio
cuando un beso le dejen en su frente.

Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/10

LA MÚSICA SONABA EN EL PIANO...

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COM
La música sonaba en el piano,
mil notas recogidas por el viento,
los dedos con perfil de cortesano
trazaban esa música y lamento.

Un hombre con el pelo muy lozano
hallábase fijado en el asiento,
tenía el viejo aire campechano,
la gracia y el salero del momento.

Buscaba más allá de las estrellas,
la música y la eterna algarabía,
y en ella la alegría de la vida.

Hablaban de leyendas y epopeyas,
los dedos, con la dulce melodía,
curando, sin cesar, la vieja herida.

Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/10

NO ME OLVIDO DE TU CARA...

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No me olvido de tu cara,
ni tampoco de tus ojos,
con la miel siempre presente,
exquisita de su fondo.

Tú llevabas blusa blanca,
un vestido color rojo,
y llegaste silenciosa
a mi lado con tu bolso.

Yo te dije "buenas tardes",
me miraste de reojo
respondiste "buenas tardes"
con tus labios temblorosos.

Nuestras manos se juntaron
y marchamos hacia el fondo,
en la playa solitaria
con sus rocas y sus pozos.

Una cala junto al cabo
albergaba a un viejo tronco,
era un roble ya muy viejo
derrotado y en su otoño.

Nos sentamos a su lado,
nos dijimos mil piropos,
entre abrazos y sonrisas
olvidándonos de todo.

Pero estabas a mi lado,
yo sentía tu contorno,
la silueta transparente
con tus senos tan redondos.

Fue un momento en una tarde,
un instante que ahora añoro,
como añoro tu presencia
y aquel beso largo y hondo.

Pero el tiempo y la distancia
separaron nuestros rostros,
se llevaron nuestros cuerpos
a otros mundos más remotos.

Ahora el eco me devuelve
aquel eco que yo añoro,
y tu cara y tu figura
cobran vida poco a poco.

Yo deseo tu presencia,
esos besos, como el oro,
ese néctar de tus labios
con solera y espumoso.

Y al final, cuando se fundan,
ambos besos, como locos,
yo sabré de tu locura,
tú mi amor, cuánto te adoro.

"...No me olvido de tu cara
y los ojos tan graciosos,
ni me olvido de tu alma
que es la esencia y tu tesoro..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/10

CANTO AL MAR.

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Derramas paz en tu distancia seductora;
las olas duermen con la brisa,
las algas balancean levemente su figura,
pero tú, Mar, sigues ahí, presente,
contemplando como pasan las gaviotas,
cómo marchan a sus nidos en la costa
tras el sol que ya se esconde.

Pero tras esa paz tan sugerente
está la lucha por la vida.
La fuerza por crear esos latidos
que se escuchan en la tierra,
la sangre tan caliente de animales
y personas,
la esencia de la cédula viviente,
el alma retenida entre el salitre
de las aguas.

Y así surgió la vida en el principio,
en un suspiro tenue y floreciente,
en una madrespora que extendía
sus tentáculos tan llenos de vigor,
con sabia nueva,
con fuerza e inteligencia entre sus genes,
con llamas y con fuegos en la lucha
por la vida.

******

Ahora estoy aquí con este canto,
con esta sinfonía de palabras
reunidas a lo largo de tu nombre.

¡Oh, Mar, mi mar!...
No es la primera vez que yo te grito,
que suspiro con tu nombre,
que me sumo entre tus aguas tan saladas
y que busco los recuerdos de la vida,
y de mi vida,
entre los yodos y el salitre de las mismas.

Porque para saber de mi he de buscarte,
he de volver la vista y el recuerdo,
hacia tus mares,
a ese tiempo ya lejano de mi infancia,
para encontrarme allí con la silueta
inconfundible de aquel hombre,
con su cara tan curtida,
el cigarro entre sus labios,
la sonrisa siempre fresca
a pesar del infortunio,
con su ropa de mahón tan remendada
y en la misma, ¡tantas manchas de pescado
y del trabajo!

Pero también mi Mar,
vuelvo a la lucha dura y sin descanso
entre los hombres y tus aguas.
Veo las manos empuñando aquellos remos,
los cuerpos arqueados,
las palas en la boga,
el avance milimétrico de las traineras
luchando en la bocana,
con resacas y corrientes.

Y veo también las manos malheridas
lanzando los palangres,
las gotas de sudor en unas frentes,
las miradas muy nerviosas hacia el agua
y los sedales
en busca de esa pieza que no llega,
que se escapa, que no pica.
Y también la pacienca seductora
cuando halaban esos peces capturados
con temor a que escaparan
en el último segundo;
el suspiro retenido que lanzaban los marinos,
el tabaco que juntaban con sus dedos
en un blanco papelucho y que fumaban
satisfechos.

******

Todo esto lo recuerdo y lo contemplo.
Todo esto yo lo vivo ahora de nuevo,
porque sé lo que se siente estando enfermo,
estando loco,
en esa larga búsqueda incesante
de preguntas sin respuesta.

¡El Mar, y siempre el Mar...!
Esa era la pregunta.

¿Por qué, por qué...?

¿Por qué los hombres nacen libres
cuando el mar tanto los ata y condiciona?

¿Por qué la mar a unos da riquezas
y a otros la pobreza?

¿Por qué hay viudas que dejaron a sus
hombres en tus brazos?

¿Por qué se los arrebataste
y arrastraste hasta tu lecho?

¿Por qué, si eres el origen de la vida,
la fuente del amor,
también llevas la muerte en tus entrañas?

Preguntas sin respuesta, como digo,
palabras y vacío simplemente.

******

Pero me quedas tú, mi mar,
Mar de mis sueños,
Cantábrico dorado tan repleto de leyendas.
Me quedas con tus largas singladuras,
con tus viajes incesantes
por los puertos y las costas,
con los faros que te observan,
que te miran y vigilan
y te alumbran en tus sueños.

Me quedas con el baile de tus olas,
con la música que llega a la escollera,
en el escorzo y el adagio de tus playas,
y la eterna sinfonía en que se bañan
las estrellas.

Yo desde aquí te mando un beso.
Un beso que canjeo por tu abrazo,
un beso de mis labios tan sedientos,
un beso simplemente sin palabras
mientras miro tu figura,
te contemplo con agrado
y recibo los latidos de tus olas.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/11

ERA UN VIEJO MARINO Y SU TRAINERA...

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COM
Era un viejo marino y su trainera,
capitán de una lancha y tripulante;
él buscaba a la ola marinera,
que llevara la rosa y el diamante.

Una Salve rezaba en la Barquera,
a la Virgen tan bella y elegante,
por el alma que estaba prisionera,
del amor deseado y acuciante.

Más el tiempo pasaba y el marino,
oteaba nervioso la distancia,
con su pipa en la boca irreverente.

Recordaba aquel néctar, con el vino,
el salitre y el yodo de su infancia,
con el beso del mar tan sugerente.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/11/10

ERA UN VIEJO RELOJ, UN CAMPANARIO...

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COM
Era un viejo reloj, un campanario,
una torre silente en la campiña,
en la iglesia rezaban el rosario
y en el campo crecía aquella viña.

Era día de canto y de incensario,
de pedir contra el robo y la rapiña,
de buscar a su Dios, en el sagrario,
con los ojos pacientes de una niña.

Yo te vi con la cara sonriente,
en tus ojos la luz de la mirada
se perdía, a lo lejos, con el viento.

Y mis labios besaron a tu frente,
restañaron la lágrima sagrada,
y a tus labios llevaron lo que siento.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/11/10

VENGO A VERTE, PASADO DE MIS SUEÑOS...

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COM
Vengo a verte, pasado de mis sueños,
y conmigo, mil lágrimas amargas,
yo sé bien que te escondes en las sombras,
y en el fondo profundo de mi alma.

Sin embargo no temas al presente,
el pasado es tan sólo una metáfora,
una perla tomada del rocío,
un instante perdido entre la nada.

Hoy los miedos te acechan y te agobian,
hay en ti cierta nota de nostalgia,
más no temas, pues todo está pasado,
y las olas se duermen en la playa.

Ya no añoro tus ojos tan preciosos,
ni aquel brillo dorado en tus pestañas,
ni la línea tan linda de tus labios
ni el sabor de los besos que me dabas.

Es ahora que vengo sin motivo,
y que acudo a tu lado sin coraza,
cuando siento el latido de la vida,
y el reloj de mi pecho con su marcha.

No te añoro, ni busco tu presencia,
sólo verte y saber por qué te amaba;
esa eterna pregunta sin sentido,
que nubló a mi alma hasta cambiarla.

"Es la vida", me digo en un segundo,
son los ciclos que llegan y se pasan;
es la sangre caliente de las venas
el volcán de pasiones con su lava.

Pero ahora que vuelvo en el silencio,
cuando miro tu frente ya cansada,
yo te veo, retrato de mi vida,
como un algo ocurrido en la distancia.

Es el eco, quizás inesperado,
de la estrella fugaz, que el cielo rasga,
el espejo que muestra tu presencia,
al que acudo este día en su mañana.

Más no busco la vuelta del pasado,
sólo paz en el puerto, de mi barca,
sólo quiero el abrazo de la vida
y extraer su cariño y esperanza.

"...Vengo a verte, pasado irreverente,
y conmigo, las lágrimas saciadas,
ya no lloro ni ansío tu presencia,
sólo quiero los sueños y la calma..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/11/10

ES POR ESO QUE ESCRIBEN LOS POETAS...

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Es por eso que escriben los poetas,
por el algo absorvente de la vida,
por sentir los umbrales de las metas
y el final de la ruta recorrida.

Sin embargo no hay trucos ni caretas,
es la copa que acaso está bebida,
el suspiro que exhalan los cometas,
y la pluma impaciente y atrevida.

Así escriben de amor y sentimientos,
y lo hacen, sacando de la nada,
esas letras que son como la espuma.

Y las olas se juntan a los vientos,
y las letras en débil carcajada,
en los versos que dejan con la bruma.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/11/10

HE BUSCADO TUS LABIOS DE ESPUMA...

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He buscado tus labios de espuma,
dulce mar de sabor tan salado,
he afilado también a mi pluma,
para ir al cuaderno dorado.

He sentido tu beso silente,
con las olas que saltan y llegan,
ha vibrado mi alma impaciente
al notar tu cariño y entrega.

Más el beso del mar, que me daba,
me dejaba tu risa y aliento
y también el frescor de tu alma.

Yo sentí que mi pecho temblaba,
que latía mi pecho sediento
y encontraba en tu beso la calma.

Rafael Sánchez Ortega ©
14/11/10

VENGO A TI, VIEJA CASA SOLARIEGA...

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COM
Vengo a ti, vieja casa solariega,
la Casona que llaman de Tudanca,
con los muros de recio señorío
y tu esbelta figura blanqueada.

Vengo a ti zarzamora de poetas,
que plasmaron sus letras y palabras,
recogidas en bellos manuscritos
que con gracia y donaire te dejaron.

Vengo a ti de una Villa de la costa,
San Vicente, Los Tánagos y el Nansa,
he pasado por ellos y por Celis
y he llegado sin prisa hasta la Lastra.

Atrás queda el Rincón de aquel Poeta
cuyo nombre de origen se me escapa,
que al abrigo de hayas escribía
y buscaba las Musas y las Hadas.

Y aquí estoy, a tu puerta con el viento,
observando la nube en Peña Sagra,
y el escudo de armas en tu puerta,
aspìrando la esencia tan sagrada.

Es la esencia emanada de Cossío,
es la paz del lugar y de la estancia,
son las casas tan bellas de este valle
con la calma que deja la montaña.

Lentamente recorro las vitrinas
donde posan los libros que descansan,
colecciones de ensayos y poemas
y novelas surgidas de la nada.

Ellas son ese fruto tan preciado
que dejaron las plumas más preciadas,
y también sentimientos y pasiones
que dejaron los hombres en sus cartas.

Pero ésto es producto de un bohemio,
un autor del toreo y de las varas,
cuya vida fue un tanto variopinta
con amigos que aquí se relajaban.

Aún percibo las largas sobremesas,
las tertulias sin prisas desgranadas,
los cafés, los cigarros y los puros,
y la copa de orujo ó de cazalla.

Todo esto se palpa en este ambiente,
es un algo que llega como un aura,
se parece a la eterna melodía
que adormece a las almas con su nana.

"...Cuando salgo te miro pensativo
y rescato los cientos de miradas,
que otros hombres lanzaron a los vientos
y también los suspiros por la marcha..."

Hoy te dejo, más no por mucho tiempo,
volveré otro día en su mañana,
y vendré a saciarme los sentidos
y a sentir esa calma de Tudanca.

Rafael Sánchez Ortega ©
14/11/10

ME CUENTAN QUE TEMBLABAN LAS ESTRELLAS

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COM
Me cuentan que temblaban las estrellas,
querían desprenderse de sus lágrimas,
bajaba una nostalgia de los cielos
con niebla que surgía entre las hayas.

Me dicen que los bosques despertaron
y oyeron a los gnomos y las Hadas,
hablaban en susurros, quedamente,
muy cerca del arroyo y de las aguas.

Inquietos se acercaron los venados,
los lobos, las raposas y las ranas,
el bosque en su negrura cobró vida
al canto de lechuzas y de urracas.

Más lejos, un creciente remolino,
dejaban en el aire las cigarras,
rasgaban el silencio de la noche
haciendo que vibraran muchas almas.

Es fácil dibujar aquella imagen
y ver a las estrellas que lloraban;
seguro que pararon su camino
las bellas sirenitas en la playa.

Un hombre que observaba todo esto
creía simplemente que soñaba,
podía ser, producto de su mente,
o fiebre de la sangre acalorada.

Más tuvo un ramalazo su conciencia,
un breve escalofrío en sus espaldas,
y supo que la noche estaba tiste
igual que las estrellas tan lejanas.

Entonces quiso hacer un bello cuento;
el niño encariñado de una causa,
el joven que buscaba a su princesa,
el ser que entre sus sueños le abrazaba.

Y pronto comprendió que las estrellas,
lloraban por amor, en la distancia,
igual que el personaje de aquel cuento
surgido entre las brumas y la nada.

Su cuento estaba en él y en sus poemas,
estaba entre sus letras y nostalgia,
estaba en lo profundo de aquel bosque
hablando con el Hada enamorada.

"...Me cuentan que temblaron las estrellas,
me dicen que secaron sus pestañas,
y todas reanudaron los paseos
luciendo sus vestidos y sus galas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/10

UNA GOTA RESBALA EN LOS CRISTALES

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COM
Una gota resbala en los cristales,
se desliza sin prisas hacia el suelo,
va buscando la esencia de la vida
en la tierra curtida por los vientos.

Esa gota ha bajado desde el alto,
más allá de las nubes, como un beso,
y recorre sin prisa su camino
con la atenta mirada de los cielos.

A lo lejos se observan las montañas,
donde habitan los osos y los ciervos,
allí pastan tranquilos los ganados
en las faldas de montes y neveros.

Es quizás una gota simplemente,
una rosa que llega en el invierno,
una luz del rocío en la mañana,
un suspiro que lleva mil secretos.

Y la gota perdida entre retales,
su camino despacio va siguiendo,
y no sabe de prisas ni relojes
ni de horas perdidas en silencio.

Hay un aura quizás irreverente
y de pronto un relámpago y un trueno,
hay mil gotas que vienen a este baile
y una sola que sigue sonriendo.

Es la lluvia que viene con su música,
con sonidos formales e imperfectos,
ella forma ese coro de los ángeles
que nos deja en el alma mil recuerdos.

Puede ser esa eterna sinfonía
de las gotas de lluvia ya cayendo,
y arrancando el sonido a los violines
y calmando la sed a los sedientos.

Y la gota llegada en el inicio,
la que besa el cristal con embeleso,
ahora tiene otras gotas a su lado
y que sacian la noche de mis sueños.

Gota linda llegada sin pedirlo,
rosa hermosa licuada de mis versos,
yo preciso esas gotas de tu llanto,
esa rosa preciosa de tu pelo.

Rafael Sánchez Ortega ©
12/11/10

HAY UNA FANTASÍA SEDUCTORA

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COM
Hay una fantasía seductora,
mezclada con el néctar y el deseo,
la música sutil, y arrolladora,
marcando su latido en el paseo.

Es una sensación embriagadora,
un rayo muy fugaz, un centelleo,
la fuente desbordada que ya aflora,
el fresco manantial, su sonroneo.

Es una vibración que ciega viene,
susurro acalorado de la brida,
y aroma de placer irreverente.

Es fuego recatado que mantiene
la llama y el calor para la herida,
y el néctar vigoroso y tan ardiente.

Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/10

LAS OLAS SE RETIRAN MUY CANSADAS

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Las olas se retiran muy cansadas
se vuelven a ese mar verde azulado,
se van a sus entrañas derrotadas
y dejan al oeste adormilado.

Las playas aparecen desoladas
por culpa de este mar tan desalmado,
el duro temporal, las marejadas,
cantábrico infernal, mi mar amado.

Ya vuelve la quietud y se serenan;
las olas desbocadas y gigantes
se duermen y se llevan lo que siento.

Los hombres a las naves ya carenan,
emulan a la Iliada y los Atlantes
y toman de los dioses ese aliento.

Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/10

ES ESTE MAR...

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Es este mar, furioso, embravecido,
el que ruge, se estira y desmelena,
el que azota las costas sin descanso
y nos deja el salitre y sus leyendas.

Es este mar cantábrico que llora,
que lucha con los vientos y pelea,
y nada lo detiene por la playa
y arrasa desde el Sable hasta Bederna.

Quiero cantarte mar, mi mar bravío,
cantábrico sin par con tus galernas,
quiero llevar la furia de tus olas
para plasmarla en versos y poemas.

Me embriaga la pasión de este momento
con las olas seguidas que se estrellan
en el puntal y muro de la barra
y saltan por encima cual cometas.

Es una sensación inenarrable,
lo miras y te encoge la impotencia;
las olas llegan, saltan y se estiran,
igual que por los cielos las estrellas.

Más este espectador afortunado,
no lucha contra el mar en su trainera;
tampoco el marinero que nervioso
consume su colilla en La Barquera.

Tan sólo soy un simple barquereño,
el hijo de un marino de esta tierra,
mis venas, con la sangre y el salitre,
se inflaman, se estremecen y se alteran.

Y todo por tener tanta fortuna
de ser observador de esta belleza,
la lucha de mi mar, el mar cantábrico,
cargado de grandezas y tragedias.

¡Oh duro corazón del marinero!,
enséñanos tus redes y tu pesca,
coméntanos las noches tan gloriosas
pescando los bonitos de cacea.

Y háblanos de tantos otros días,
buscando la manjúa viva y fresca,
las tardes de besugos y lubinas
y aquellas de merluzas y fanecas...

Quizás te contemplemos extasiados
y vuelvan a nosotros las sirenas,
surgidas en los labios de los padres
en medio de la hoguera y de las velas.

La vieja sinfonía de los mares
me llega con el mar, que fuerte suena,
me abraza con su fuerza poderosa,
llevándome a dormir a la escollera.

Es este el mar cantábrico, ¡mi mar!,
el mar de mis ancestros, que golpea,
es el latido eterno de sus aguas,
en esa paz que ansío que me duerma.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/11/10

NO HE VENIDO A LUCHAR CONTRA LOS VIENTOS

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No he venido a luchar contra los vientos,
-dijo el mar con sus olas muy rizadas,
sólo quiero alegrar los sentimientos
con mi pelo y mis trenzas alocadas.

Que la brisa sofoque los lamentos
y la sal y el salitre las miradas,
que se frenen los odios tan violentos
en las playas tan bellas y doradas.

He venido a traeros la palabra,
la sonrisa coqueta y seductora
de ese agua llegando hasta la playa.

Pasaré por la barra hasta tu abra,
besaré la ribera que te adora
para al fin, descansar en tu atalaya.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/10

LA VIEJA CASA

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COM
¡Oh "vieja casa" que estás abandonada!,
ya vuelvo a ti,
voy a tu lado,
quisiera buscar las fibras más sensibles,
que se esconden y que duermen,
limpiar el polvo y telarañas
y recibir ahí, de nuevo, tus silencios.

Me gustaría saber escribir,
poder plasmar en unas letras
lo que siento,
decir en pocas palabras aquello
que brota en mi alma,
lo que arde en mis labios
y galopa en las venas.

Quisiera poner en orden los
muebles y rincones de esa
"vieja casa" de la aldea.
Aquellas paredes robustas,
curtidas por los vientos y las lluvias;
pintar sus ventanas oscuras,
abrir los balcones y las puertas,
dejar que el aire entre y se ventilen
los recuerdos y las sombras.

Qusiera tener la habilidad
de los artistas,
para poder cuidar aquel jardín abandonado,
en que busqué la rosa tanto tiempo,
para verlo crecer en primavera
y, nuevamente,
cortar allí la flor de la esperanza.

Quisiera desempolvar aquellos sueños.
Las viejas fantasías de la infancia,
los cientos de recuerdos apilados,
en el desván y entre las sombras,
junto a las sonrisas y los llantos
que ahora duermen allí,
solitarios y abandonados.

Quisiera abrir esas ventanas
y que la luz llegara hasta la cocina,
que penetrara en la biblioteca
y que las letras de los libros murmuraran,
como entonces,
aquellas viejas historias y leyendas,
aquellos cuentos que escuchaba y que vivía
mientras mi mirada se perdía entre las brasas
y los leños de la oscura chimenea.

Y quisiera sentir la vida y tu presencia.
Sentir ese latir medio alocado,
y roto de mi pecho,
buscando tu figura invisible,
la risa cantarina de tus labios,
tus manos tan preciosas,
el brillo de tus ojos, eternos y sin sombras.

¡Oh "vieja casa" del jardín de invierno!,
¡cuánto daría por poder hablarte,
por poder decirte todo esto con mis letras!,
¡por poder sentir tus muros
y fachadas con mis dedos!.

...Pero no sé escribir y lo lamento.
No puedo ofrecerte la flor
y la rosa como antaño,
ni puedo darte los besos que yo quiero.
Me queda sólo el recurso de los niños,
me queda simplemente la huella
profunda de tu abrazo
y ese candor inmenso de tu alma
y de tu vida, entre mis sueños.

Rafael Sánchez Ortega ©
08/11/10

LOS HOMBRES QUE ESCRIBIERON LA LEYENDA...

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Los hombres que escribieron la leyenda
hicieron con su nombre un epitafio,
labraron esas páginas sagradas
que vencen a los días y a los años.

Quedaron simplemente bajo tierra
los cuerpos de los hombres sepultados,
quedaron a su lado los recuerdos,
momentos de resaca y maretazos.

Las cruces desafían a las nubes
y buscan en las mismas los chubascos,
aquellos precursores de galernas,
de viento y temporal en el cantábrico.

Es una soledad que sobrecoge,
avanza poco a poco y muy despacio,
se junta con el yodo y el salitre
igual que en las sentinas de los barcos.

Parece que la tarde está tranquila,
las olas llegan mansas hasta el cabo,
y rompen en la costa su bravura
dejando su energía en los peñascos.

Las olas de los mares caprichosas
se mueven por el mar verde azulado,
y vienen con su carga de leyendas
oídos desde tiempos muy lejanos.

Murmuran que una tarde una barquilla
llegó con su velamen destrozado,
en ella navegaba una figura,
la Virgen con el Niño entre sus brazos.

Venía con las velas muy maltrechas,
sin remos, ni timón, jarcias colgando,
tan solo destacaba la sonrisa
del Niño con la Virgen y sus párpados.

Llegaban a dormir a La Barquera,
allí junto a la encina de los páramos,
venían a quedarse para siempre
y ser Nuestra Patrona en el espacio.

Los hombres la cantaron una Salve
y luego trabajaron sin descanso,
alzaron con sus manos La Capilla
y juntos la rezaron un Rosario.

Por eso, aquellos hombres de leyenda,
grabaron bien su nombre es ese mármol,
la piedra del recuerdo y de la historia
que ellos, sin saberlo, nos legaron.

"...Los hombres que escribieron la leyenda,
vivieron sin saber qué era un aplauso,
a ellos van mis letras esta noche,
con algas barquereñas de regalo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/11/10

HAY PESCADORES CURTIDOS

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Hay pescadores curtidos
en los mares y la tierra,
unos faenan en barca,
otros las redes arreglan.

Pero también hay marinos
de alpargata y de ribera,
los que buscan en el fango
la gusana y las almejas.

He vidido todo esto,
en mi casa, muy de cerca,
por ser hijo de un marino,
maquinista por más señas.

Navegaba con su barco,
siempre a punto y siempre alerta,
a los bancos y a las playas
a lograr llenar la cesta.

Unos días eran buenos,
otros menos por las fechas,
con el yodo y el salitre
penetrando por sus venas.

El regreso para el puerto,
era un acto de leyenda,
con el sol en el ocaso
y bajando la marea.

¡Qué espectáculo tan lindo,
qué emoción y qué belleza!,
a pesar de días tristes
por la falta de la pesca.

Aún recuerdo aquellas días,
los inviernos y tormentas,
temporales del oeste
con amagos de galerna.

Ir al mar era un suicidio,
la marisma era la presa,
y hacia allí se dirigían
los marinos de la aldea.

Con el frío en sus espaldas,
tiritanto y sin protesta,
caminaban sobre el fango
arrancándole sus piezas.

Las navajas, una a una,
se extraían de la arena,
las almejas con la azada
completaban esta escena.

Era un cuadro sugerente,
una estampa siempre tierna,
aquel ver a los marinos
cava y cava, por su cena.

Regresaban tiritando
y buscaban la taberna,
y entre el tinto y el clarete
consumían sus miserias.

Yo he vivido, siendo niño,
lo que dicen estas letras,
y he sentido en mis entrañas
lo que dice la sal muera.

Lo que dicen no son versos,
ni tampoco son poemas,
eran gritos a la vida,
de la gente marinera.

Rafael Sánchez Ortega ©
07/11/10

SI PREGUNTAN LAS ESTRELLAS...

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Si preguntan las estrellas
ya las digo que te he visto,
que pasaste muy alegre
y compartiste conmigo.

Ibas linda y bien peinada,
con tu cuerpo tan bonito,
y en tus ojos las pupilas
hoy lucían con más brillo.

Tú me viste y te paraste,
preguntaste: "¿qué hay amigo?",
y observaste, que en silencio,
yo miraba al infinito.

Un silencio y mil preguntas,
sin respuestas ni testigos,
sólo el eco que devuelve
a la mar con sus suspiros.

A mi lado te sentaste,
me abrazaste con cariño,
luego un beso de tus labios
en los míos quedó unido.

Una lágrima traidora
bajó torpe a tu vestido,
como un beso tembloroso
ofrecido por un niño.

Unas frases pronunciaste,
quedamente en mis oídos...
¡unas frases, tierna rosa,
fiel violeta y dulce lirio!

Y de pronto te marchaste,
proseguiste tu camino,
más allá de las estrellas,
con los ángeles benditos.

Yo pensaba en muchas cosas,
en inviernos y en estíos,
primaveras prematuras
y en otoños coloridos.

Y pensaba en tantos besos
de otros labios a los míos,
que eran besos diferentes
y bien fueron recibidos.

Pero ahora los recuerdo
como parte de ese libro,
como páginas sagradas
ya cerradas con un hilo.

Es el hilo de la historia
en el libro que he vivido,
y es la letra con mi sangre
con la huella de mi signo.

Voy a ti, mi mar eterna,
tras tus pasos yo te sigo,
a embriagarme de salitre,
de tus olas y sonidos.

...Y si un día tú descansas,
un poema te recito,
un poema con tu nombre,
mar amada que te has ido.

Rafael Sánchez Ortega ©
04/11/10

MANOS TORPES, DE ARTISTA ENVEJECIDO...

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Manos torpes de artista envejecido
con temblor vais buscando la cuartilla,
es un acto de años, adquirido,
como un niño escribiendo en su boardilla.

Vuestras letras desgranan el latido
de las ola llegando hasta la orilla;
es el pecho cansado y aterido,
del marino que apura su colilla.

Es la imagen tan bella y variopinta,
es un cuadro precioso y enmarcado,
es el hombre que lucha con sus años.

Sin embargo, no importa, pues la tinta,
dejará este instante rescatado
a pesar de las dudas y los daños.

Rafael Sánchez Ortega ©
04/11/10

HE ESCUCHADO TU LLANTO EN LA DISTANCIA...

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He escuchado tu llanto en la distancia
y sentí un dolor inenarrable,
¡qué injusticia se estaba consumando!,
¡no es posible que mueras y te marches!

Sólo sé que la música celeste
me embriagó de sonidos celestiales,
intentando acabar con tanta pena
recordando pasajes de aquel baile.

Era un mes de verano, como tantos,
una noche vestida con su traje,
una luna saliendo entre las nubes
y dos sombras unidas, abrazándose.

Yo venía de un sueño muy profundo,
paladín de leyendas inmortales,
a encontrar a tu lado el justo premio,
y a entregarte mis besos tan galantes.

Y marchamos con paso decidido,
con el dulce sonido de los mares,
por la playa desierta y silenciosa
en la noche saliente y adorable.

Fue un momento que tengo en la memoria,
un fragmento de vida en un instante,
una dulce locura consumida,
resumidad sin más con una frase.

"Yo te quiero", te dije sin pensarlo,
"yo también", a su vez me contestaste,
y se unieron dos labios en un beso,
palpitando dos pechos con su sangre.

Pero ahora que el tiempo ha transcurrido,
tus nudillos golpean los cristales,
y tus ojos con lágrimas cautivas
me trasmiten la pena que te nace.

Yo no quiero que sufras ni te mueras,
...¡es un grito que sale para nadie!,
es la rabia vestida de impotencia,
que mis letras no quieren ocultarte.

Tú tenías la vida entre tus manos,
yo el cansancio mezclado con el hambre,
y me diste tu casa y tu comida
y aquel vino con néctar admirable.

Ahora seco tus lágrimas sinceras,
y me digo que todo ha sido en balde,
apuramos el cáliz y la vida
una noche de estío que se evade.

Rafael Sánchez Ortega ©
03/11/10

AVANZA SIN DESCANSO HASTA NOSOTROS...

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COM
Avanza sin descanso hasta nosotros
la sombra que cercena libertades,
la muerte no se para ni detiene,
no quiere que seamos inmortales.

El hombre viene al mundo de los vivos
un día, por sorpresa, cuando nace,
y entonces, como el tren que marcha lejos,
emprende sin saber un largo viaje.

Un viaje por la vida y por la tierra,
con sueños de su alma y de su sangre,
un viaje con ribetes de nostalgia
guiados por la brisa de los mares.

El hombre que no sabe a qué ha venido,
ignora la mayor de las verdades,
ignora que la muerte está en su meta,
que muere día a día y tarde a tarde.

¡Qué tristes pensamientos se reflejan!,
¡Qué triste soledad la de los ángeles!,
esperan a los hombres convencidos
que el alba ya ha llegado hasta sus calles.

El hombre se refugia en sus tinieblas,
de dudas y de miedos ancestrales,
hay dudas en su vida y su alegría
y miedos a sus llantos singulares.

Es dura la verdad, y hay que asumirla,
la vida es el reloj que resta y parte,
nos resta los segundos consumidos
y parte con los mismos hacia el Hades.

El hombre nace libre, entre comillas,
y vive recluido en una cárcel,
en ese corredor triste y sombrío,
allí donde terminan tantos males.

Reniego de esta vida y esta farsa,
no quiero este regalo tan cobarde,
"la eterna libertad", (¡qué marioneta!),
es frase proclamada para el aire.

...El hombre, como siempre, se resigna,
no lucha con fantasmas ni saudades,
ni busca en el futuro la esperanza,
espera simplemente que se acabe.

Rafael Sánchez Ortega ©
03/11/10

ROMPEN LAS OLAS FRENTE A LA ESCOLLERA...

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Rompen las olas frente a la escollera
dejándonos su fuerza encantadora,
en un binomio de pasión y besos,
con esa fuerza tan brutal y rota.

Pero tu beso es mucho más preciso,
es la pasión que viene hasta mi boca,
es ese rayo dulce y diligente
que enerva los sentidos y los roza.

Las olas son gigantes de los mares
luchando con molinos en la costa,
hay puertos que se encuentran más cubiertos
hay otros señalados por las boyas.

Pero el puerto que espera tu llegada
es el pecho que grita en la derrota,
es esa luz que busca en barlovento
besar el labio de jazmín y rosa.

Quizás la marejada rompa diques,
las olas sin control se vuelvan locas,
en una algarabía sin fronteras
de vientos y galernas seductoras.

Yo quiero el fuego ardiente de tu beso,
la sangre acelerada que transforma,
la dulce sinfonía de mi alma
y el pecho juvenil que canta y llora.

Rafael Sánchez Ortega ©
02/11/10

TOMA DEL TIEMPO AQUELLO QUE TE VALGA...

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Toma del tiempo aquello que te valga,
la luz, el sol, el tierno escalofrío,
deja la letra alegre que te salga,
manando de tus dedos hacia el río.

Mira del mar la ola siempre hidalga
buscando allí el eterno desvarío,
piensa, sin más, que tú eres como el alga,
el yodo y el salitre tan impío.

Siente el calor que corta, llega y trunca,
que acelera pasiones en la orilla
y busca en tu presente su pasado.

Pero a la vez, no olvides, ¡nunca, nunca...!
El ser esa persona que, sencilla,
hoy vive para amar y ser amado.

Rafael Sánchez Ortega ©
01/11/10

NO ME GUSTAN MIS LETRAS ESTA NOCHE...

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No me gustan mis letras esta noche
ni tampoco la esencia que reflejan,
es posible que suenen a reproche
los fantasmas y dudas que me dejan.

No quisiera que suene a ser fantoche,
coincidencias y gestos que asemejan,
ese cáliz tan sobrio y sin derroche,
de las almas que viven y se alejan.

Yo quisiera plasmar mi fantasía,
de canciones y amores añorados,
una tarde mirando la ribera.

Sin embargo mi pluma está vacía,
ya la tinta no aflora en el costado
por la herida causada y tan certera.

Rafael Sánchez Ortega ©
01/11/10