¿POR QUÉ...?

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¿Por qué invocas y preguntas por mi nombre
cuando sabes la respuesta del silencio?
¿Es acaso que precisas compañía
en las tardes tan borrosas del invierno?

No contestes, sin embargo, a mis palabras
no quisiera mancillar a tu secreto,
ni tampoco interrumpir a tus suspiros
que te salen y que afloran de tu pecho.

¿Es acaso, consecuencia de la vida
caminar por los marjales sin senderos
y seguir más adelante todavía,
más allá de las arenas del desierto?

Es posible que así sea y yo lo ignore,
y que sigan su aventura por los cielos,
las vibrantes golondrinas juveniles
que ahora emprenden su regreso, sin saberlo.

Mientras tanto aquí me quedo, en esta tierra,
junto al mar verdeazulado y este puerto,
donde miro y me recreo en las gaviotas
y también en las traineras y veleros.

Hay aquí la poesía suficiente,
el adagio de ese cuadro tan perfecto,
que no alcanzo con mis letras a escribirlo
ni la pluma a relatarlo con mis dedos.

Muchos hombres pujarían por la suerte
de obtener el colorido de estos versos,
los que dejan las esquirlas de la vida,
aquí al lado, en un rincón del universo.

Más prometo ser preciso en esta hora
y escribir con el semblante, tan sincero,
del poeta que se sabe traicionado
y que espera del Amor tan solo un beso.

"...¿Por qué invocas y preguntas por mi nombre,
mariposa singular de mis deseos,
si ya sabes que invertimos los caminos
y cambiamos nuestros besos por los versos?..."

Rafael Sánchez Ortega ©
26/01/14

ME PREGUNTAN QUE SI ESTOY ENAMORADO...

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Me preguntan que si estoy enamorado
y me sonrío.

Tú has sabido desde siempre
el estado de mi alma,
y recuerdo las preguntas que cruzamos
tantas veces,
los silencios mantenidos en las noche,
las esperas agridulces por motivos
ignorados en un patio abandonado
y una reja tan ajena a mi presencia
que olvidaba que la luna bostezaba
su pereza en la ventana.

Aún recuerdo el sentimiento que nació,
sin darme cuenta,
con tu voz y la dulzura que en el mismo
me dejabas.

Y recuerdo los momentos de cariño
que creó mi fantasía
y la nube en que subimos a la estrella
a dejarla nuestro lazo, en una noche,
con los nombres bien bordados
y una llave que sellaba lo tatuado.

Porque fuimos poesía en un instante,
un momento, simplemente, en el espacio
de dos vidas,
un paréntesis, quizás en tu recuerdo,
y un desierto inacabado que ha quedado
en mis pupilas para siempre.

Yo sé bien que la respuesta, a la pregunta
del comienzo está latente y que sigue
perviviendo en mi costado.
Es la llama de un amor que no se extingue
ni se agota,
es el cáliz rebosante de misterio
que se bebe y que se apura con deleite,
es la senda recorrida por mis dedos
cuando sueñan con tu cuerpo,
es el cuadro imaginario donde vuelco
las pasiones de mi alma.

En tu caso, también sé,
que todo esto, es ya es pasado
y es historia.
Una oscura telaraña que cruzó por
tu destino varias tardes con sus noches,
y que incluso te produjo un sarpullido
con sus versos infantiles.
Era el hombre indefinido que buscaba
en el amor su fantasía
y olvidaba que tu cuerpo y la pasión
estaban cerca
y querías esa muestra de cariño,
esa entrega sin reservas,
y una hermosa sumisión a tus caprichos.

Era frágil mantenerse en aquel rumbo
y por eso se rompieron los proyectos
de tu parte, (si es que hubo, alguna vez,
algún proyecto),
y quedé como un Quijote navegando
a sotavento,
solitario e incomprendido,
con el alma destrozada
y las letras de tu nombre entre mis labios
de payaso.

Hoy rescato aquel recuerdo y me sonrío.
Y lo hago porque sigo enamorado
de aquel ser que cautivó mis emociones,
de aquel cuerpo imaginario que soñé
junto a mi cuerpo,
de unos ojos infantiles que eran voz
y poesía, en sus pupilas,
de unos labios sugerentes que besaban,
como nadie, y dejaban en mis labios
ese néctar agridulce de los
besos esperados.

Si hoy me dicen, y preguntan, 
que si estoy enamorado
me sonrío y les respondo "sin palabras".

Rafael Sánchez Ortega ©
25/01/14

UNA ROSA PARA TI...

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Una rosa para ti
es el premio que esta noche,
deposito en tu ventana
con mi mano más bien torpe.

Una mano encallecida
de trabajos y sudores,
en un cuerpo envejecido
de un ocaso que se pone.

Hay violetas y recuerdos,
hay suspiros con acordes,
y una brisa va a tus sienes
con susurros muy salobres.

Porque siempre está el salitre
muy presente en las canciones,
y en los versos y poemas
que despuntan con las flores.

Una rosa para ti
y en tu pelo te la pones,
como muestra del cariño
de este pecho que la coge.

Son sus pétalos la vida
y caricias sus colores,
y su espina es un misterio
que ha rasgado corazones.

Yo te miro y te remiro
y te veo como un hombre,
que precisa tu mirada
y la voz que allí se esconde.

Esa voz en tus pupilas
es un verso y un acorde,
una dulce melodía
y un regalo de los dioses.

"...Una rosa para ti
bella niña, y no te cortes,
pues yo quiero que esa rosa
sea tuya con mi nombre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/01/14

PARECÍA...

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Parecía que tuviera mucha arena,
entre los ojos,
y una dulce sensación que le embargaba
tras mirar, con gran esfuerzo,
ese fuego
que, en la playa, consumía sus cenizas.

Un deseo reinventado de pasión
y de lujuria,
reanimaba el sueño eterno de los leños.

Otras luces, en el alma,
se fundían, en la tarde,
con el tono tan rojizo del ocaso,
más allá del horizonte y de la noche.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/01/14

UNOS LABIOS DE FRESA...

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Unos labios de fresa simplemente,
una voz que surgía en la penumbra
una flor que temblaba dulcemente
y una luz que nos ciega y que deslumbra.

Pero encuentro un vacío torpemente
en los ojos del ciego que se encumbra,
al cotero más alto y reluciente
intentando ahuyentar tanta quejumbra.

Porque el alma es la eterna marioneta
y un corcel que se doma sin cuidado.

Y es así sin alfombras ni moqueta
y a pesar del amor tan deseado.

Pero vuelvo a los labios de opereta
y al susurro, sin fin, del ser amado.

Y los cierro, sin más, en este día,
en que nace y despierta la alegría.

Rafael Sánchez Ortega ©
23/01/14

NO ME DIGAS ADIÓS...

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No me digas adiós, si es un silencio
lo que quieren tus labios susurrarme,
yo prefiero saber que me has querido
y que ahora te marchas, en la tarde.

Es difícil vivir las sensaciones
y aceptar la derrota, sin ambages,
porque duele la pérdida profunda
y el amor y el deseo de la carne.

Sin embargo prefiero tu silencio
y hasta acepto reír banalidades,
que escuchar la palabra tan temida
del adiós que separa lo que nace.

Porque un día surgieron sentimientos
y vivieron de acuerdo a las edades,
con promesas en labios temblorosos
y suspiros en pechos puntuales.

Pero ahora se acaba el recorrido
y el silencio recorre las ciudades,
donde fuimos nosotros de paseo
entre gentes y coches por las calles.

Y se quedan las plazas silenciosas
y en las mismas revivo las saudades,
de momentos y tiempos del pasado
compartidos de formas singulares.

Más no olvido el silencio de tus ojos
al abrir tus pupilas y mirarme,
para ver en el fondo de las mismas
el adiós de unos años adorables.

Reconozco momentos tan sublimes
que no puedo, ni quiero, yo que marchen;
que se queden, por siempre, en mis recuerdos
y se mezclen y fundan con mi sangre.

"...No me digas adiós, en tu silencio,
si de veras me aprecias y me amaste,
yo prefiero soñar con utopías
y esperar, de los sueños, sus bondades..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/01/14

HE VISTO TU SILUETA ENTRE LAS SOMBRAS...

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He visto tu silueta entre las sombras
pasear junto al mar y la ribera,
y luego deslizarse, fugazmente,
por la playa, siguiendo las mareas.

Caminabas sin rumbo ni destino
y era fácil seguir entre la arena,
a los surcos que dejan tus pisadas
por la forma precisa de tus huellas.

Yo quería robarte una sonrisa
de los labios divinos de sirena,
pero tú, orgullosa y casquivana,
evitabas, con gracia, mi presencia.

Desistí de seguirte, tras un rato,
de apartar los jirones de la niebla,
que cegaban mis ojos soñadores
confundiendo la luz y las estrellas.

Pero pronto vinieron otras luces,
unos rayos, presagio de tormenta,
que rasgaban el cielo, y sus chasquidos,
eran clara amenaza de violencia.

Yo sentí que mi alma se encogía,
que rezaban mis labios con presteza,
y una voz me decía que adelante
y otra voz musitaba que volviera.

Y la duda creada fue tan grande
que la lluvia cayó con tanta fuerza,
sin moverse mi cuerpo en un sentido
por estar amarrado a mil cadenas.

Era un cuadro, irreal, el que sentía,
un guiñol y una triste marioneta,
contemplando la escena inapropiada
de una vida de sueños y novelas.

"...He visto tu silueta entre las sombras
y no pude evitar tanta tristeza,
al pensar en los sueños y utopías
que escribimos, en versos, los poetas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/01/14

ESTABA UN VAGABUNDO...

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Estaba un vagabundo
durmiendo sobre un banco,
estampa soñolienta
de un día de verano.

La sombra que tenía
la daban los castaños,
y un roble caprichoso
formaban aquel cuadro.

Muy cerca dos palomas
buscaban unos granos,
quizás unas migajas
de panes que han sobrado.

Un rayo de los cielos
filtrose sin recato,
hiriendo las pupilas
del hombre en su letargo.

Entonces los sucesos
¡par diez!, multiplicaron,
sacaron las banderas
de guerra contra el árbol.

Allí subió la ardilla
ligera y de dos saltos,
y luego fue la sombra,
muy negra, de un fiel gato.

Subieron los cometas
llevando mil regalos,
también las campanillas
y el carro y los caballos.

Se izaron las traineras
los remos y los barcos,
los viejos galeones
maltrechos y cansados.

No sé qué más subieron,
ni quiero ya pensarlo,
más fue tan sorprendente
que pienso hasta en los diablos.

Más ahora me doy cuenta
del sueño inacabado,
del viejo vagabundo
dormido en aquel banco.

Yo pienso que los sueños
se mueven como dados,
en manos misteriosas
que esconden sus engaños.

Por eso nace un parque,
un banco junto al árbol,
un viejo vagabundo
y el sueño inacabado...

Me quedo con los sueños,
no tengo que negarlo,
quizás son fantasía
más quiero yo robarlos.

Que vengan a mi cuerpo,
que besen a mis labios,
y busquen a los tuyos
diciendo "que te amo.

"...Estaba un vagabundo,
durmiendo sin reparo,
allí donde los sueños
dan forma a los milagros..."
´
Rafael Sánchez Ortega ©
20/01/14

SE TE CIERRAN LOS OJOS DULCEMENTE...

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Se te cierran los ojos dulcemente
al oír el rumor de las mareas,
al vaivén del nordeste y la resaca
que adormecen los ojos y la oreja.

Y es así como vuelven los recuerdos
y regresan las tardes más bien frescas,
respirando el aroma inconfundible
de los campos de estío con la yerba.

Marionetas de luces y colores
se confunden y pueblan la cabeza,
entre acordes de música sublime
que bailaron tus pies en tantas fiestas.

Un baúl de ilusión y fantasía
se destapa y derrama las esencias,
que tenías adentro, muy guardadas,
en el pecho con luz y candilejas.

Porque fuiste la rosa de los vientos
que marcabas el norte a las estrellas,
y aunque nunca perdiste la sonrisa
en tus labios tenías madreperlas.

Eras bella y preciosa como nadie,
tu figura emanaba una silueta,
que hasta el alma del ciego se agitaba
y buscaba tu paso con presteza.

Hoy recoges el paso de los años
y suspiras al sueño que regresa,
y te eleva del suelo en un instante
a ese cielo sembrado de violetas.

Dormirás para siempre, entre mis brazos,
corazón que galopa en las tinieblas,
mientras sientes la voz, con mi palabra,
que suplica y te pide que me quieras.

"...Se te cierran los ojos dulcemente
escuchando la música sincera,
la que traza tu pecho enamorado
al leer estos versos de un poema..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/01/14

ENTRE TU CARA Y MI CARA...

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Entre tu cara y mi cara
hay dos labios en silencio,
que están ahora temblando
por la emoción y de miedo.

No debería decirlo
pero si callo me muero:
yo quiero escribir tu nombre
en estas letras y versos.

Hay marejada con olas
y una galerna al acecho,
con los latidos que suenan
de ese timbal tan frenético.

Es el tambor de la vida,
es juventud y deseo,
es esta sangre que corre
con frenesí por tu pecho.

Entre tu cara y mi cara
hay unos labios sedientos,
y yo quisiera saciarlos
con el sabor de mis besos.

Pero los labios que tiemblan
son esos labios resecos
que tantos besos ansían
y nunca saben tenerlos.

Hay mil razones y causas
y una verdad en los cielos
donde se oculta la historia
que solo niegan los necios.

Quiero que llegue la brisa
y que te bese tu pelo,
para que arranque un suspiro
de ese jardín tan hambriento.

"...Entre tu cara y mi cara
hay unos labios que quiero
y yo te ofrezco los míos
para cubrir sus remiendos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/01/14

A VECES...

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A veces cuando pienso,
encuentro un gran vacío,
me escudo en el silencio,
se rompe el corazón.

En cambio, en otros ratos,
no pienso y es distinto,
me elevo con mis sueños
y pierdo la razón.

Pensar en el pasado
sacando mil suspiros,
sin música del pecho
es una tentación.

Se duermen las alondras
quizás, tan dulcemente,
que guardan su alegría
debajo del plumón.

Al lado los gorriones,
coquetos y diversos,
esconden muchas rimas
del joven trovador.

Se pierden las batallas,
se rompen las cadenas,
se ganan las sonrisas
quizás con gran dolor.

Hay hombres en la plaza
que piensan diferente,
y niños, que en los juegos,
reflejan su candor.

La siesta y las canicas
se olvidan de promesas,
y corren presurosas
al hoyo triunfador.

A veces, cuando pienso,
no sé ni lo que digo,
afirmo tonterías
que niego bajo el sol.

Las luces de la calle
en tanto parpadean,
se siente sorprendidas
y ausentes del farol.

Las fuentes, mientras tanto,
no cesan su diatriba,
y el canto presuroso
sin ritmo y sin control.

Un roble envejecido
contempla todo aquello,
testigo de la historia
cual pobre caracol.

A veces, cuando pienso,
me siento como un niño,
que busca tentaciones
y sueña por los dos.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/14

CONFIESO MI PECADO...

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Confieso mi pecado por amarte
y por sentir el alma enamorada,
quizás de una ilusión,
que me dejó tu voz y tu palabra.

Y aquí quedó, conmigo, en el recuerdo,
y no he podido nunca el arrancarla,
porque es más fuerte que la vida misma,
y va conmigo, incluso a las montañas.

Confieso mi pecado, doblemente,
por amar a la voz que cautivaba,
por crear la diadema de platino
en una frente perlada de nostalgias.

Pero te amé y fui fiel
a pesar de sentir la gran batalla,
que se libraba entonces en tu pecho
alejándome de ti, en la distancia.

No supe comprender aquel pecado
ni el amor que en mi alma se formaba,
ni supe adivinar que tu destino
era lejos de mí, tras otra playa.

Porque las dudas fuertes de mi  costa
hicieron que temblaran tus pestañas,
lloviera en tus pupilas,
rodando, con dolor, algunas lágrimas.

Hoy te pido perdón
por haberte querido en esa etapa,
cuando era más osado,
y cuando en tantas tardes te acosaba.

Te quería para mí, en exclusiva;
los celos los traían las resacas
de aquellas borracheras silenciosas
de salas y ventanas.

Pero pequé, mi amor,
y nunca me dijiste qué pasaba;
te fuiste de  mi lado para siempre
y me quedé vagando entre la escarcha.

La escarcha de la rosa y de la espina,
cubierta de dolor,
oliendo a podredumbre en su miseria:
¡la escarcha de la tierra calcinada!

"...Confieso mi pecado por amarte
y por dejar el alma entre las zarzas,
no sé si fue pasión,
pero te amé mi amor, sin decir nada..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/01/14

YO QUIERO...

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Yo quiero que tú seas tú así,
sin más,
y que me veas como alguien que te mira,
que te busca,
que te siente
y que te abraza y acaricia
con toda la ternura y sin complejos,
pero sabiendo siempre que tú eres
lo más importante,
como una rosa fresca y suave
que hay que proteger y besar incansablemente,
porque quiero tus ojos y tus labios
y quiero tu boca en la mía,
pero también quiero tu voz melosa y dulce
y quiero tu pelo rozando mi pecho
y tu mano entre las mías,
como quiero también sentarme a tu lado
y contemplar la inmensidad del campo
y escuchar a los pajaritos
y también deleitarnos con la música
profunda, del silencio
y, de nuestros corazones
en una interminable sinfonía.

Así que ya ves,
"tu amo, tu dueño y tu Sensei",
quiere simplemente quererte
y que tú puedas percibir todo esto a mi lado
para que compartas la hermosa poesía de la vida
y la sientas hasta el punto
de que penetre en tu sangre
y puedas gritar, un día, cuando sea,
que no precisas más que eso para seguir viviendo,
que tu droga está en el amor,
puro y con mayúsculas,
en ese algo que no se puede explicar
ni cabe en un espacio de tiempo,
pero que sabes que te llena,
que te inunda y que te hace feliz así,
simplemente amando como amas
y queriendo como quieres
a la persona que tu corazón
ha escogido.




Rafael Sánchez Ortega ©
15/01/14

SE ME PERDIÓ LA SONRISA...

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Se me perdió la sonrisa
una noche de verano,
la tenía ensimismada
y pendiente de mis labios.

Se me perdió, sin saberlo,
y se esfumó en el ocaso,
tras unas nubes viajeras
que marchaban con los barcos.

Porque en el mar, la sonrisa,
cobra sentido y encanto,
entre las olas traviesas
que la contemplan despacio.

Se me perdió la sonrisa
y yo no quiero negarlo,
tras un dolor en el alma
que la llevó de mi lado.

Linda sonrisa divina
la de los ojos castaños,
con su cajita de nácar
y aquel pañuelo en la mano.

Yo te tendré en el recuerdo
aunque se pasen los años,
y aunque los vientos susurren
en los momentos nefastos.

Se me perdió la sonrisa
entre unos versos rimados,
cuando escribí aquel poema
que se durmió en tu regazo.

Años después, la recuerdo,
en otros versos malvados,
y no contengo el suspiro
ni condiciono mi llanto.

Dejo que corra la lluvia
de las pupilas abajo,
hacia este pecho que tiembla
y que sonríe llorando.

"...Se me perdió la sonrisa
y yo no pude evitarlo,
porque marchaba contigo
a un universo dorado..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/01/14

A VECES DESPERTAMOS...

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A veces despertamos
con una sensación extraña en la mirada.
Buscamos en el lecho la respuesta
y sólo recibimos el vacío a la llamada.
Palpita el corazón furiosamente
tratando de romper la telaraña de la vida.
Lanzamos un suspiro hacia la nada
y ésta nos responde
con el canto de la alondra en la ventana.

Entonces sonreímos.
Los ojos soñolientos se despiertan,
el alma se alborota
y empieza un nuevo día en nuestro cuerpo.

¡Ya tiene más sentido la existencia!
La vida se compone de fragmentos,
de retales pequeñitos de poemas,
de versos que nos dejan los segundos,
de imágenes reales
y de sueños que nos llegan y robamos.

Entonces yo te busco nuevamente
y hasta sonrío a tu figura inexistente.
Te hablo, te susurro,
te animo a proseguir con la tarea
y el gato de la casa me mira muy extrañado
pensando que estoy loco.

"...A veces despertamos, como hoy,
buscando en la distancia
lo que tienes a tu lado..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/01/14

DE LA PLAZA SE ESCRIBE EN UN MOMENTO...

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De la plaza se escribe en un momento
y diría, que casi en un instante,
porque hay plazas que están en el silencio
mientras otra destacan por las tardes.

Son las plazas tranquilas de los pueblos
con rincones perdidos y con parques,
donde crecen los árboles diversos
y marchitan susurros las edades.

Porque siempre. en la plaza, manda el tiempo,
el reloj de los niños irreales,
el juguete de ancianos, tan traviesos,
que divide sus pechos en mitades.

Corazón de la plaza, y de los pueblos,
es la fuente cubierta de saudades,
donde mojan las niñas sus pañuelos
y sus labios de seda virginales.

Más no olvido la plaza y el albero,
donde el toro se muestra desafiante,
y un torero, con pinta de maestro,
planifica, con él, cualquier detalle.

Una capa que luce con el viento,
una linda muleta para el aire,
un traspiés y una ofrenda al universo,
dedicado a ese público que aplaude.

Porque todo en la plaza es movimiento,
y hasta tiemblan palillos y timbales,
cuando llega la hora y un lucero
atraviesa el espacio con su sangre.

Ya se cubre la plaza por el fuego
y el rubor encendido de la calle,
marabunta de tontos y de genios
con aplausos marchitos que les salen.

Otra plaza me espera en el talego,
es de piedra y de formas triangulares,
entre muros de artistas muy someros
con almenas altivas, principales.

Es allí donde callan los pañuelos,
donde crece la angustia de la carne,
donde surge la duda y el tormento
y se elevan banderas a los ángeles.

Más hay plazas carentes de remedios
que se buscan y piden, por mitades,
cual si fueran limosna y entretiempo
de un mendigo, tal vez, o de un feriante.

Más tu plaza en la vida es un misterio,
como es la del niño que ahora nace,
sin saber si la calma y el sosiego
estarán a su lado y a su alcance.

"...De la plaza se escribe en un momento
aunque hay una muy fuerte y sin retales,
porque yo la conservo aquí, en mi pecho,
para ti, deseando que la alcances..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/01/14

HOY NO HE ESCRITO UN POEMA TODAVÍA...

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Hoy no he escrito un poema todavía
aunque guarde los pliegues de tu cara,
y los versos fecundos de otros días
ahora estén silenciosos en el alma.

¡Es curioso el aroma de los montes
y la brisa sutil de la montaña!;
se conjuran y mandan a mi cuerpo
un abrazo que siempre me atenaza.

El abrazo con forma de cansancio,
de las cumbres inmensas blanqueadas,
me transmite infinitas sensaciones
que no sé ni siquiera de explicarlas.

Una paz se transmite en el silencio,
un adagio de nota iluminada,
un placer que desborda los sentidos
y que deja al espíritu sin habla.

Pero siento la luz en el costado
a pesar de ese viento que me abraza,
y me arranca otra vez de las pupilas
el candor inocente de unas lágrimas.

Quiero ser un pastor por esos montes,
una oveja perdida y descarriada,
un arbusto olvidado en los collados
y una flor inocente y sin palabras.

Hoy te abrazo montaña de mi vida,
y te digo que sí, que me haces falta,
que preciso el aliento de tus riscos
y las fuentes calizas tan preciadas.

Yo te animo, lector impenitente,
a que vengas y busques estas brañas,
a que sigas los pasos y las sendas
donde el hombre sembró sus esperanzas.

"...Hoy no he escrito un poema todavía
y me queman los versos con su entrada,
porque tiemblo y recuerdo cada instante
de este día precioso que ahora acaba..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/01/14

FUERON BELLAS PALABRAS Y PALABRAS...

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Fueron bellas palabras y palabras
intentando robarme una sonrisa,
más sonaron a falso y a prestado
en la noche silente y su neblina.

Me volví para casa entristecido
sin saber la verdad y la mentira,
de unos labios vibrantes que dejaron
en mi oído la dulce melodía.

Y aquí estoy, solitario en esta hora,
con mi fiel compañera la cuartilla,
a quien digo y confieso todo aquello
mientras siento el latido de la vida.

A lo lejos resuenan las rompientes
de las olas que llegan a la orilla,
y aquí cerca se escapan los suspiros
persiguiendo ilusiones y utopías.

Reconozco que estuve entre tus manos
hechizado por grandes maravillas,
porque tú te serviste de palabras
y esa voz tan hermosa y cantarina.

Y así fui un juguete que tuviste,
un blasón simplemente en tu repisa,
a pesar de mi entrega sin palabras
y de estar a tu lado día a día.

Pero nada es eterno, y tú lo sabes,
y por eso te fuiste muy deprisa,
caminando a los brazos más fogosos
de otro amor de oropel y fantasía.

Yo no sé si, cansada de tus juegos,
ahora vuelves y ofreces mil caricias,
con palabras un tanto envenenadas
a través del recuerdo y de la brisa.

"...Fueron bellas palabras y palabras
que sembraron la duda en mis pupilas,
y al final me confieso enamorado
aunque sé que te irás sin despedida..."

Rafael Sánchez Ortega ©
12/01/14

DESPUÉS DE UNA JORNADA DE TRABAJO...

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Después de una jornada de trabajo
quería descansar con las estrellas,
buscaba la caricia de los cielos
y el manto inmaculado de su estera.

Quería sensaciones inauditas,
aquellas de los cuentos de sirenas,
no importan que se pierdan en el tiempo,
las noches de la infancia son inmensas.

Trataba de encontrar el blando lecho
en medio de llanuras y praderas,
al pie de los macizos montañosos
con nieve coronando sus veletas.

Quería revivir las sensaciones
que antaño consiguió, por ser quien era,
el hombre enamorado de la vida
y el joven escritor y fiel poeta.

Más ahora, con las manos arañadas,
sentía la añoranza de la tierra,
el polvo del camino recorrido,
la jara y el aroma de violetas.

Notaba los alberos sacrosantos,
la tibia palidez de las iglesias,
los páramos desiertos de personas
y el barro acumulado en las cunetas.

Sabía que la vida es un instante,
un soplo tan fugaz que es un apenas,
el suave chasquidito de unos dedos
y el soplo de la brisa en la veleta.

Por eso precisaba del descanso
el cuerpo tan cansado de la feria,
y el alma, vacilante y dolorida,
quería por fin paz, con impaciencia.

"...Después de una jornada de trabajo
ansiaba de la fuente, el agua fresca,
el néctar de unos labios sugerentes
y llenos de pasión junto a las fresas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
11/01/14

ES POSIBLE...

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Es posible que se pare el universo
que se apaguen las estrellas tan fugaces,
y que cesen los silencios de las almas
y que broten las sonrisas singulares.

Es posible que me mires a los ojos
y que veas reflejados mil cristales,
en los unos hallarás la indiferencia
y en los otros el temblor por sus maldades.

Es posible que no acudas a la cita
y que evites el volar por esos mares,
donde sabes que estarán las caracolas,
en un lecho de coral, siempre esperándote.

Es posible que se rompan los castillos
y que cubran las almenas con su sangre,
en un acto de pasión y rebeldía,
en defensa de ilusiones e ideales.

Es posible que me digas que me quieres
y que crucen dos puñales por mi carne,
sin saber si tu palabra es algo incierto
o, por contra, un sentimiento que te nace.

Es posible que perciba tus latidos
y que sienta tu cariño en lo que vale,
y es entonces cuando rompa las cadenas
y te ame, para siempre, en cada instante.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/01/14

ESTÁBAMOS ATADOS A LA MISMA ESTRELLA...

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Estábamos atados a la misma estrella
y navegábamos por el cielo
esquivando interrogantes.

Éramos jóvenes y el valor superaba
al miedo de las almas;
teníamos fe en lo que hacíamos,
en lo que sentíamos,
en aquello que tocábamos
y hasta incluso, en lo que mirábamos,
porque todo llevaba el sello inconfundible
del amor y la esperanza.

Por eso pudimos sortear los meandros
de la vida y superar las corrientes adversas
que hacían peligrar las balsas
y pudimos también salvar
los vientos peligrosos que inclinaban
las ramas en la orilla.

Ramas de espinos y rosales
cargadas de nostalgia,
que azotaban los versos y el cuaderno
depositando lágrimas y llantos
en medio del poema.

Ramas que ocultaban las orillas
pantanosas,
donde abundan las culebras,
en una trampa peligrosa,
y seductora,
con finales imprevistos.

Pero la vida seguía y continuaba
y lo hacía a nuestro lado
y más allá de la ventana
y la aventura.

Continuaba la rutina tan atroz
que envolvía a los humanos con su manto
y los hacía marionetas de un destino
imaginario,
ya que allí no decidían sus latidos,
ni tampoco sus sentidos
y hasta el aire enrarecido del silencio
era el filo de un cuchillo
que podía desgarrar nuestras entrañas.

Y así fue, sin proponerlo,
como un día se rompieron las cadenas
diminutas que enlazaban nuestras vidas,
y nos vimos separando nuestros pasos,
caminando, cada uno,
a un destino diferente,
y llevando en esa ausencia
el pergamino de dos vidas y dos sueños,
más cruel que se recuerde.

Porque fueron muchos años de placer
y de amnistía disfrutando de un amor,
(que no lo era),
condenado en el recuerdo y la distancia,
a ser simple marioneta de las nieblas
y las sombras de un poema.

Ahora miro nuevamente a las estrellas,
y las veo, como entonces,
y las hablo, en tu presencia, que no existe,
y las miento porque quiero que no sepan
de nosotros.

Me preguntan si te amo
y es entonces cuando enseño mi derrota,
cuando tiro la toalla y mis labios
balbucean ese nombre tan sagrado,
que es tu nombre,
cuando pierdo la razón
y la locura se apodera de mi alma,
cuando cierro el arcoíris de tu libro
y de tus versos
y le dejo, para siempre,
con tu voz en mi recuerdo.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/01/14

HOY TENGO LA TRISTEZA TAN PROFUNDA...

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Hoy tengo la tristeza tan profunda
como un hierro clavado en las entrañas,
es la espina que hiere y me destroza
y marchita las rosas más sagradas.

Hay quizás, una rima malsonante,
un preludio de olvidos y de marchas,
un volver al pasado, simplemente,
a buscar de algún plato las migajas.

Pero debo vencer las tentaciones
y volar sobre el mundo y la nostalgia,
rescatar a mis sueños infantiles
de los cielos cargados de esperanza.

Porque duele la herida y la tristeza
y se encogen los cuerpos y las almas,
pero duele también la luz perdida
por ceder al chantaje y la palabra.

Yo quisiera tener una receta
que del mundo tan triste me librara,
y quisiera robar una sonrisa
del futuro tan duro y sus tenazas.

Pero debo seguir con mi camino,
recorrer entre nieblas y guadañas,
esas sendas de sauces y cipreses
para ir a las sombras y la nada.

Es preciso que aleje la tristeza,
que mis versos recobren la templanza,
que se alegren sin pausa, las pupilas,
y que escuchen las olas de la playa.

Porque soy un humilde vagabundo,
un actor de la vida que ahora pasa,
un juglar que confía en las estrellas
y en la luna en las aguas reflejada.

"...Hoy tengo la tristeza tan profunda
que la herida en el alma se desangra,
y mis ojos se cierran, a la vida,
y no veo los besos que me manda..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/01/14

YA QUE SUBE LA MAREA...

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Ya que sube la marea
y se duermen los bateles,
soñador y peregrino,
dame todo lo que tienes.

Dame lirios y violetas
y el frescor de los cipreses,
y también las amapolas
rescatadas de la nieve.

Dame aquello que conservas
encerrado tras tus sienes,
y la risa y fantasía
de tus labios siempre alegres.

Dame un beso de platino
y que sea transparente,
de tus labios a mis labios
con un broche de claveles.

Y si tienes un momento,
sacia el sueño de mi frente,
con tus dedos que me rocen
y me dejen sus laureles.

Yo quisiera perseguirte
y también entretenerte,
amarrarte sin cadenas
a mi seno dulcemente.

Miraría bien los ojos
de ese mar que llevan siempre,
tus pupilas seductoras
con el manto azul y verde.

Tomaría tus cabellos
con la brisa del nordeste,
y olería tu perfume
con esencia de los muelles.

Un salitre se destila
de tu cuerpo tan ardiente,
un volcán nace en la sangre
y es tu lava quien lo enciende.

"Un poquito de agua fresca"
-pide el ciego de la fuente-
y un vasito de lujuria
con un beso allí te ofrece.

"...Ya que sube la marea
las pasiones se mantienen,
y yo ansío la figura
que desnudo cuando viene..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/01/14

AUNQUE...

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Aunque sienta que se parte el universo,
aunque note que vacilan las estrellas,
yo seré la campanilla de tus labios
y seré la fantasía que deseas.

Aunque tenga el corazón envejecido,
aunque fallen las premuras y las fuerzas,
yo seré la quintaesencia que precisas
y la rosa que apacigüe tu impaciencia.

Aunque venga con el alma destrozada,
aunque vea que me abruman las mareas,
yo seré la impenitente caracola
con esencias de salitres y de arenas.

Aunque rompan los cristales sus reflejos,
aunque chillen las entrañas de impotencia,
yo seré la estrofa suelta, de un romance
que resguarde en tus pupilas la galerna.

Aunque sepa la verdad de todo aquello,
aunque griten y rechinen las cadenas,
yo seré tu carcelero silencioso
y el guardián de tus secretos y carencias.

Aunque sufra tus silencios y desaires,
aunque pida el corazón tenerte cerca,
yo seré el enamorado, que en la noche,
dio su vida, por tu amor, en un poema.

Rafael Sánchez Ortega ©
05/01/14

YA PASA TRISTE LA TARDE...

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Ya pasa triste la tarde
y hasta los cielos se empañan,
con unas nubes sutiles
que de la tierra se alzan.

Abajo quedan los niños
con los juguetes sin alas
todos cubiertos de sueños
y en infeliz algarada.

Cerca y no lejos más niños
soban nariz y pestañas,
por no entender las razones
de sus regalos que faltan.

Dicen que fueron muy buenos
y que cumplieron en casa,
y hasta estudiaron sin fuerzas
para aprobar matemáticas.

Pero no entienden las reglas
de los regalos sin mañas,
con que se premia a unos niños
mientras a otros se tachan.

Yo los escucho en silencio
y hasta me enjuago una lágrima,
porque sé bien la respuesta
y su simpleza me alcanza.

Siento sufrir a los niños
y se entristece mi alma,
aunque quisiera decirles
la realidad, sin palabras.

Pero no puedo, y lo siento,
son esos sueños de plata
donde unos niños reciben
premios de amor y abundancia.

Pero a los otros que sufren,
los que te miran y callan,
los que se estrujan las manos
y te atraviesan la entraña...

¿Qué le diré yo a los niños,
a esas manitas sin nada,
a sus ojitos tan dulces
con las pupilas de nácar?

Quizás, mejor el silencio,
sea feliz cataplasma,
y la respuesta precisa
a la verdad tan odiada.

Porque en Belén vino un Niño
para entregarnos su calma,
para ofrecernos su vida
sin distinciones ni razas.

Pero nosotros, los hombres,
esa verdad limpia y clara,
no la admitimos por cierta
y por sencilla y humana.

Porque queremos ser dioses
y ambicionamos su fama,
sin comprender, que los niños,
son los luceros del alba.

"...Ya pasa triste la tarde
y las gaviotas se marchan,
en este día de Reyes
con ilusiones tronchadas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/01/14

ESTA NOCHE DE INOCENCIA...

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Esta noche de  inocencia
se ha cubierto de sonrisas,
de amapolas renovadas
y esperanzas perseguidas.

Es la noche de los Reyes
y las almas sin malicia,
y es el tiempo de los niños
de promesas infinitas.

Pero hay niños y mayores
que no alcanzan esta dicha,
y no llegan a sus almas
ni siquiera una caricia.

Y a los niños yo les dejo
esta humilde poesía,
estos versos mal sonantes
y estas frases mal escritas.

Porque tienen el derecho
de sentir esta alegría,
en la noche de los Reyes
con el soplo de la brisa.

Yo sé bien que mis deseos
son retazos y utopías,
y mis versos son claveles
de unas rosas con espinas.

Porque el mundo en que vivimos
es un juego de canicas,
y el azar es quien decide
a quien premia y quien castiga.

Aunque puede que el destino
traiga cartas con heridas,
y carbones y silencios
a las almas más sencillas.

Más no quiero lloriqueos
en la noche que se estira,
y sí quiero las zambombas
e ilusiones revividas.

Hoy los Reyes se pasean
por salones y cocinas,
tras bajar por chimeneas
y escalar a las buhardillas.

Llevan sacas con regalos,
alimentos y propinas,
para dar a tantos hombres
la sonrisa de la vida.

Porque es noche de los Reyes
dejaremos las rencillas,
las nostalgias y recuerdos
y las guerras tan malditas.

Firmaremos una tregua
de color y fantasía,
con los Reyes de testigos
y el amor bajo la encina.

"...Esta noche de inocencia
quiero verla y compartirla,
con los Reyes y los niños,
y los hombres cada día..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/01/14

HE VENIDO...

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He venido a tu llamada,
(sin palabras),
a leerte y a sentirte,
a enhebrar los últimos versos de un poema
con tus letras
y a robarte ese aliento de tu vida.

He venido en esta tarde
para escuchar la música sin nombre
que se escapa de tus ojos
mientras miras a lo lejos.

He venido a embriagarme
y a llenar el alma de frescura
rescatando la fontana cantarina
de tus labios,
mientras sacas a tus versos
de paseo.

He venido hasta tu lado
a robar la mariposa de tu pecho
y llevarme sus colores en el alma
a otro vuelo sin retorno.

He venido con perfumes,
recogidos de las algas de los mares
y las jaras de los campos,
en un frasco que te ofrezco
y que vierto en tus cabellos.

He venido deseando retratarte
con mis dedos,
y pintar esos rincones sinuosos
de tu cuerpo,
donde brotan las pasiones
y el deseo.

He venido para verte
y saciar, con tu presencia,
esa lágrima traidora que ya asoma
en mi pupila.

He venido a decirte que te amo
y que te quiero, en un susurro,
y después,
sin esperar a tu sorpresa,
caminar hacia las sombras y la nada
porque temo tu respuesta.

Rafael Sánchez Ortega ©
04/01/14

ESPERA LA CARICIA DE LA BRISA...

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Espera la caricia de la brisa
y cierra tus ojitos soñadores,
quizás, con esa brisa sugerente,
te roben unos besos los ladrones.

Espera que se pasen los inviernos
y lleguen primaveras más acordes,
quizás con el invierno se diluyan
los hielos de recuerdos y temores.

Espera que se asomen las estrellas
y entonen campanadas los relojes,
quizás en esa suma prolongada
las doce se pronuncien en la noche.

Espera corazón, no tengas prisa,
aguanta tus relinchos y el galope,
la sangre la aceleran los latidos
y es culpa del amor y las pasiones.

Espera timonel, con tu velero,
el viento del oeste sin temores,
es fácil que tus velas cobren vida
y corran a otros nuevos horizontes.

Espera rosa linda, en la pradera,
la mano que te arranque de las flores,
no temas, tu sonrisa es impagable
y, el cuadro en que te pongan será el broche.

Espera soñador, no te impacientes,
tendrás la recompensa de los nobles,
los sueños siempre llevan a los sueños,
incluso hasta los cielos de colores.

Espera leñador, detén tu hacha,
no rasgues la corteza de los robles,
observa tantos nombres allí, escritos,
por dedos temblorosos de los jóvenes.

"...Espera la caricia de la brisa
y escucha, mientras tanto, los rumores,
la vida continúa en su bullicio
y quiere que le robes sus canciones..."

Rafael Sánchez Ortega ©
03/01/14

LOS AÑOS DORADOS...

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Los años dorados
se van y no vuelven,
nos dejan caricias,
recuerdos perennes.

Más hay otros años
plagados de nieve,
que pasan deprisa
y pronto se mueren.

Quizás los recuerdos
retornen en breve,
con tiempos pasados
que saben a hieles.

Los campos renacen,
se cubren de verde,
y surgen las flores
que cubren las sienes.

Los años dorados
están en presente,
la luna de plata
hoy tiembla y se mece.

Abajo los mares
ofrecen relente,
reflejos rasgados
de besos muy breves.

Hay pechos ansiosos,
suspiros latentes,
y labios y besos
que ofrecen y quieren.

Se queda el pasado
allí, en los cipreses,
durmiendo en la nada
los sueños silentes.

"...Los años dorados
reviven por siempre
anclados al alma
que amando los siente..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/01/14

QUIERO VER TU SONRISA ANTE MIS OJOS...

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Quiero ver tu sonrisa ante mis ojos
y alegrarme soplando tus pestañas,
quiero ser ese ser enamorado
que levante, en el alba, tu persiana.

Porque quiero rozarte con mis besos,
como brisa que llega en la resaca,
despertando la sangre de tus venas
que precisas sentirla por tu cara.

Ya galopan corceles por el cielo
y se ven las sirenas en la playa,
porque quieren sumarse, en su destino,
a este beso que surge en la mañana.

Yo venero la paz de tu silencio
en el dulce descanso de la cama,
y te dejo el relente de mis labios
en tus labios tan lindos y de plata.

Porque quiero robarte tu sonrisa
y deseo sentirla en mis entrañas,
como parte sagrada de tu cuerpo
que dibujan mis dedos y consagran.

Pero sé que el relente del nordeste
sopla fuerte anunciando marejada,
y las olas se encrespan por momentos,
y en tus senos se altera la bonanza.

Pueden ser temporales imprevistos
o quizás la galerna ya anunciada,
aunque pueda que sea el simple beso
que mis labios dejaron en tu alma.

Me refugio en tus brazos, mariposa,
porque quiero seguirte en la distancia,
tras la estela que dejas en tu vuelo
producida, sin duda, por tus alas.

"...Quiero ver tu sonrisa ante mis ojos
y escuchar que te hablo sin palabras,
porque así te diré mis sentimientos,
y veremos la luna entre las aguas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/01/14