NO PREGUNTES AMIGO...


No preguntes, amigo, no preguntes
y camina, sin miedo, entre las mieses.
al final hallarás ese sendero
que conduce a los pueblos que tú quieres.

Atrás dejas cañadas y barrancos,
remolinos de prados muy silvestres
y, también, muchas frases inconclusas
esperando las letras y laureles.

Pero tú, peregrino infatigable,
el poeta que viaja por el éter,
sentirás que el destino te acompaña
y te abre sus puertas nuevamente.

Y es así cada año que termina
con el nuevo que llega y que aparece,
porque somos eternos girasoles
en un mundo en que abundan los cipreses.

Las preguntas se quedan en el aire
y responden los ecos dulcemente,
de ese tiempo caduco y ya pasado
que recuerdan tus huellas en la nieve.

Hoy te enfrentas a retos invisibles,
a secuencias cercanas y muy breves,
y en las mismas tendrás que ser tú mismo
y tomar decisiones y deberes.

Y así son estos ciclos desgranados
desde tiempos remotos e inclementes,
porque el hombre se enfrenta a su destino
y a la lucha de amor por lo que debe.

Otro tiempo, nos llega, de esperanzas
y con dudas, también, entre claveles,
un invierno muy largo en el desierto
con su paso de días y de meses.

"...No preguntes, amigo, no preguntes
y tampoco repares en la muerte,
aunque sientas la sombra y su guadaña
y delires, un tanto, por tu fiebre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/15

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