TE CONOCÍ...


Te conocí una noche como tantas,
eterna mariposa en el silencio,
tenías una voz inconfundible
con tu sonrisa joven y sin miedo.

Y sí, me enamoré, se enamoró
el poeta soñador sin saberlo,
quedando subyugado en tu palabra
y luego en la silueta de tus versos.

Recuerdo que charlamos muchas veces,
que incluso compartimos los recreos,
que hicimos confidencias infinitas
para vencer las nieblas de los cielos.

Pero llegaron nubes agridulces
con ese tono, ardiente, como el fuego,
y destruyeron todo lo creado
hasta asolar el mundo de los sueños.

Y ahora que recuerdo tu figura
me digo dónde estás que no te veo,
no escucho la palabra de tus labios,
ni al tierno corazón que iba sediento.

No fue por nuestra culpa separarnos,
quizás solo el destino estuvo en ello,
y tú te arrinconaste con tu prosa
rompiendo mil cadenas y deseos.

Te veo con las lágrimas furtivas
bajando por la cara hasta tu pecho,
resbalan como gotas de rocío
que esparcen sus aromas por el suelo.

Entonces me pregunto dónde has ido,
preciosa Campanilla sin tus elfos,
el bosque está precioso en primavera
y cantan los gorriones y jilgueros.

"...Hay versos que palpitan en el alma
y rimas que se expresan con los besos,
los labios los recogen uno a uno
quizás como recuerdos tan eternos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/07/16

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