UNA TARDE CUALQUIERA...



Una tarde cualquiera
te quedaste pensando,
tras andar media vida,
deteniendo tus pasos.

Y mirando las huellas
revolviste el pasado,
de las aguas tranquilas
y el azul de aquel lago.

Tú vivías la vida
entre versos y abrazos,
y llevabas contigo
la sonrisa en los labios.

Pero oculta, la bruma,
te sumió en un letargo,
y perdiste la risa
que quedó entre candados.

Una tarde cualquiera,
se acababa ya marzo,
tras pensar un momento,
tú tomaste un atajo.

Evitaste cristales,
aunque andabas descalzo,
y brotó la sonrisa
otra vez como antaño.

¿Cómo no sonreír
y ofrecerle tu mano,
a la rosa preciosa
que veías temblando..?

¿Cómo amar entre dudas
y vivir entretanto,
si quisieras dormirte
con el beso soñado?

"...Una tarde cualquiera
los recuerdos hablaron,
y dijerón que sí,
que te estaba esperando..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/17

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