HOY MI MANO...



Hoy mi mano se ha quedado adormilada
y los dedos, temblorosos, se han dormido,
como fruto del trabajo y del cansancio
en la tierna confección del verso amigo.

No es mi mano quien escribe en la mañana
ni mis dedos trovadores, peregrinos,
los que buscan aplacar tantas pasiones
amainando las galernas y suspiros.

Es preciso que los labios sustituyan
a la mano y a los dedos que ahora cito,
y que plasmen los poemas en palabras
y en las voces melodiosas de los niños.

Sé, muy bien, que las estrofas seductoras,
son aquellas que en idioma muy sencillo,
nos presentan a la vida y a las gentes
como buenos compañeros del destino.

Pero el hombre se cuestiona la existencia
y hasta duda de creer en lo vivido,
ya que piens que la vida es un misterio
y una parte del enigma es infinito.

Es posible que persiga una esperanza,
un deseo de lograr ahogar el limbo,
como oscura marioneta de una mano
que no acaba de ultimar, muy bien, el tino.

Retrocedo y me dirijo a la libreta,
al poema inacabado con su guiño
y a los versos incipientes y sesgados
que aceleran la caída del Olimpo.

Yo no sé si los poetas son gigantes
o, por contra, pordioseros de sí mismos,
ya que abarcan en sus almas tantas cosas
que es difícil entender bien sus escritos.

"...Hoy la mano se ha quedado adormilada
y hasta el tierno corazón está con frío,
porque busca la palabra y la respuesta
en la letra de tus ojos y los míos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/07/17

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