UNA GOTA DE LLUVIA...



Una gota de lluvia se posa 
en tu cara y te deja su beso,
como aquella lejana caricia, 
(que una vez, renació de tu alma)
para ir a dormir a mi pecho.

Porque llega la gota de lluvia
para dar el mensaje tan tierno,
ofreciendo ese beso sin nombre
que apacigüe las voces del fuego.

Un gorrión se te asoma a los ojos
y te dice que sí, que estás cuerdo,
que el momento que ahora percibes
es la vida real y no un sueño.

Porque el sueño que llega profundo
es capaz de embriagarte de lleno
y hasta hacer que percibas visiones
de otro mundo irreal y no cierto.

Esa flor que se agita a tu paso
y despeina sus pétalos tiernos,
es la rosa sencilla y hermosa
que una vez te ofrecieron mis dedos.

Porque piensa en la rosa marchita
que una vez acogió tu cuaderno,
y recuerda la tarde de estío
cuando yo te la di con un verso.

Ese hombre que marcha cansado
y precisa parar un momento,
es el niño que huyó de la infancia
con su carga de sueños y miedos.

Porque el niño anterior, que se cita,
es el hombre que sigue viviendo,
a pesar de que oculta su cara
y sus sienes estén en invierno.

"...Una gota de lluvia, un gorrión,
(¡qué preludio de amor en el pecho!),
y hasta el sueño y la flor, con el hombre
de ese niño que sigue despierto..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/07/17

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