COMIENZA UN NUEVO AMOR...



Comienza un nuevo amor
cuando se enciende la mirada
y amanecen los suspiros
nuevamente.

Porque el amor que nace no sabe de estaciones
ni tampoco se detiene en las esquinas,
ni en un lecho con las sábanas calientes
persiguiendo a la sirena que se escapa
hacia la ducha.

Y comienza un nuevo amor desde aquel día
en que los hombres se quedaron en la tierra,
solitarios, porque un dios así lo quiso.

Frente a frente se miraron 
y sintieron esa ausencia 
de aquel dios que se alejaba.

Y rieron y sufrieron y pasaron mil penurias
pero siempre caminando haca adelante
y teniendo la esperanza, como norte,
de encontrar al nuevo amor tan prometido
y a ese faro, aletargado, 
que llevaban en su pecho, sin saberlo.

Fue preciso que pasaran primaveras
y veranos, 
que llegaran los estíos tan rabiosos 
y las almas se rompieran.
Fue preciso que las fuentes se secaran
y los labios se agrietaran deseando
un dulce beso.
Fue preciso que una voz al dios llegara,
suplicando, 
y le hiciera enternecer su melodía.

Y fue entonces el comienzo de otro ciclo
y de ese amor que ahora palpita
en las miradas.
De ese tiempo, tan sincero, en que se ama, 
en el invierno de la vida,
sin temor a sufrir nunca,
porque todo es poesía y alegría,
y una eterna sucesión de realidades
que nos dicen que adelante,
que sigamos el camino que nos queda
y nuestro instinto,
que busquemos y besemos a los labios
que pronuncian nuestro nombre,
que miremos a la luz con que nos hablan
las pupilas que nos miran
y entendamos su mensaje.

"...Y comienza un nuevo amor en este invierno
y yo lo veo y lo presiento en la blancura 
de la nieve y de las sienes
en el leve parpadeo de los ojos
de los cielos,
en los hombres cabizbajos que caminan
al trabajo,
en el niño, con sus libros,
mientras marcha hacia la escuela,
en el beso de la escarcha
que se funde por las calles,
y en tus pasos, y en mis pasos, tan inquietos,
que caminan a encontrarse en sus latidos. 
Porque un amor acaba y se termina 
y otro empieza y continúa la tarea,
y es la forma misteriosa de los dioses
de seguir, y perseguir, en esta vida,
el rumor de la resaca y esos surcos en la arena,
con sus huellas,
y las flores marchitadas del amor
que nos dejaron hace tiempo
los poetas, que partieron al Olimpo,
con sus versos..." 

Rafael Sánchez Ortega ©
26/07/17

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