QUIERO ESCUCHAR AL MAR...



Quiero escuchar al mar,
sentir su voz y sus latidos,
oír el apagado rumor de sus entrañas
y estremecerme con el roce
de las olas, en su intento,
por vencer la timidez del navegante.

Pero quiero poseer ese salitre
que me excita, con su olor inconfundible,
bañarme con la sal de sus leyendas,
dormirme, entre sus muslos y regazo,
saciando y disfrutando los placeres
que así intuyen mis sentidos.

Quiero escuchar al mar, me digo 
y me repito, nuevamente.
Como en días que recuerdo con nostalgia,
de hace tiempo,
cuando andaba mendigando unas palabras
y las olas me regaban con su espuma.

Era hermoso aquel encuentro inexperado,
la manera en que tenía de besarme,
la secreta seducción de sus pupilas,
el placer que me dejaba por las venas
la infinita sensación de ser amante
de ese cuerpo misterioso
y subyugante.

Quiero escuchar al mar, volver a él, 
como gaviota trashumante,
llenarme en este otoño de su risa
transparente,
lograr el cosquilleo de sus gotas
en mi cara, con sus labios invisibles,
sentir esa pasión de aquellos años
tan hermosos,
vivir aquel momento sin principio, ni final, 
que era la vida.

Hoy vuelvo a mendigar con estos versos
a ese mar de ayer y hoy;
al mar que siempre está, para nosotros,
los inquietos moradores de la costa
y de la vida,
los que oímos a las madres suplicar
en las galernas,
los que fuimos a la barra y a la playa,
tantas veces, a mirar
como llegaban las traineras,
los amantes que perdimos la inocencia
entre sus aguas, y hasta el alma 
si me apuras.

Por eso quiero escuchar al mar
una vez más.
Quiero escuchar su voz y que me diga
que el pasado no fue un sueño,
ni tampoco la alegría compartida,
y que el amor que allí nació
tuvo su fruto 
y aun pervive entre las aguas,
bajo el viento del nordeste
y de la brisa que le acuna 
y acaricia.

Quiero escuchar al mar...
¡Quiero escucharte, "mar"
y que me digas y respondas,
a estas letras, 
que te dejo en unos versos
temblorosos y sedientos
por tus aguas y salitre...!

Rafael Sánchez Ortega ©
27/07/17

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