TE VEÍA ENSIMISMADA...



Te veía ensimismada
y perdida en las alturas,
rebuscando en los recuerdos
viejos restos de las brumas.

Yo te dije que esperaras
y escucharas a la luna,
que miraras a sus labios
y sintieras la ternura.

Tú temblaste, simplemente,
te acercaste hasta la cuna
y sacaste de tu alma
la nostalgia tan profunda.

Liberada de los miedos,
y cambiada de la blusa,
te elevaste al infinito
y a la luna tan segura.

Ella fue tu compañera,
respondiendo a las preguntas,
que le hacían, en silencio,
tus pupilas con dulzura.

Te acunaba entre sus brazos,
te quitaba las arrugas,
arrancando la sonrisa
con la paz y la ternura.

Y te habló de sus secretos,
de lo mucho que la adulan,
tanta gente que, en las sombras,
para amarse así la buscan.

Te contó de sus paseos
por el campo y muy desnuda,
en un baile de las sombras
al que quiere que te unas.

"...Y aceptaste presurosa
esa oferta y la aventura,
de poder ser prisionera
con la luna en su locura..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/12/17

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