5.818 - NECESITO...
Necesito llorar,
cuántas mas lágrimas pueda,
para lavar los rincones
de mi alma envejecida.
Debo exprimir la tristeza
y dejar los ojos secos,
para que puedan mirar
mis pupilas tras la niebla.
Y es que la vida es resaca
de galerna y temporales,
ocurridos hace tiempo,
que regresan cada día
y me piden recompensa.
Necesito abrir las ventanas
para que entre la luz
y de calor a mi vida,
saneando humedades
y hasta el polvo acumulado.
Y es que necesito tus brazos,
y tus besos,
rescatarlos del recuerdo
para que sean mi vida
y ese sueño que persigo
se convierta en realidad
y sacie, al fin, mis suspiros...
Necesito y te necesito
y tú lo sabes.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/24
5.817 - ARRECIA, EN LA MAÑANA...
Arrecia, en la mañana,
el viento de nordeste,
las ramas parpadean,
las flores se estremecen.
Por eso, en los jardines,
las rosas y claveles,
se mueven en la danza
y el baile de las nueve.
Comienza un nuevo día
y el sol reparte suerte,
inicia su paseo
por playas y por nieves.
Arenas y montañas
también calor requieren,
en medio del silencio
que dejan los cipreses.
Y en esto que tú piensas
lo sientes hoy con fiebre,
neblina de las venas
con sangre indiferente.
Poeta de la vida,
no temas a la muerte,
tras ella está la vida
y el beso que mereces.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/24
5.816 - LEVANTA LA MIRADA...
Levanta la mirada
y observa el nuevo día,
el cielo azul celeste
te abraza y acaricia.
Comienza la jornada,
y dan paso las prisas,
los nervios y codazos
de aquel que la encamina.
No importa, caminante,
tú sigue con la brisa,
el viento que, invisible,
te guíe por la vida.
Avanza, bajo el cielo,
y escucha las noticias,
que dictan, sin palabras,
sus nubes blanquecinas.
Son cantos y poemas,
sin letras y sin rimas,
cual néctar delicioso
en lindas margaritas.
Levanta la mirada
y escancia poesía,
la vida es un instante
que pronto se termina.
Perdamos ese miedo
a verla y a vivirla,
soñemos como niños
con cosas muy sencillas.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/24
5.815 - QUIERO LA FLOR...
Quiero la flor
que asoma en la mañana
entre tus labios.
Dan "buenos días"
sus pétalos alegres
y cariñosos.
Tienen encanto
los labios infantiles
que tú me ofreces.
Quiero ese beso,
y flor que me presentas,
con gran pasión.
Podré tener
tu mano entre mi mano
en el paseo.
Y sentiré
la sangre y los latidos
que ella transmite.
Quiero la paz
y el brillo de tus ojos
en mis pupilas.
Para dormir
un sueño muy profundo
entre tus brazos.
Quiero acabar,
soñando y a tu lado,
este poema.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/04/24
5.814 - UNA GOTA DE AGUA...
Una gota de agua
resbaló de tus ojos,
y bajó por tu cara
en la tarde de otoño.
Yo la vi en un instante
y acudí, presuroso,
con mi labio a la gota
que mandaba tu rostro.
Y sentí, con ternura
ese néctar ansioso
que buscaba la tierra
y perderse en el polvo.
Y mis labios temblaron
y temblé con tu gozo,
mariposa preciosa,
en el beso sin fondo.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/04/24
5.813 - NO SÉ POR QUÉ RAZÓN...
No sé por qué razón
miraba el horizonte,
la playa, solitaria,
las barcas con sus foques,
y luego, en lejanía,
sonido de tambores,
dejando con sus ecos
el paso de los hombres.
No sé, por qué razón,
recuerdo algunos motes,
de amigos de la escuela
y jóvenes sin nombres,
unidos en destinos
de vidas en desorden,
pidiendo las migajas
que daban a los pobres.
No sé por qué razón
hay pájaros y bosques,
y lirios en los ríos
con ranas que se esconden,
y niños que caminan
por sendas y por bordes
de riscos y cantiles
que angustian corazones.
No sé por qué razón
tus besos y pasiones,
se acercan a mis labios
buscando que los tome,
los bese y nos besemos
uniendo corazones,
sintiendo mil latidos
de niños ya mayores.
No sé por qué razón
miramos los relojes,
si hay uno que llevamos
en nuestros corazones.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/24
5.812 - COMPARTIMOS LOS BESOS...
Compartimos los besos
y también unas lágrimas,
de manera sincera
y entregando las almas.
Fuimos niños precoces
que vivían su infancia,
entre libros y rimas
en un mundo de magia.
Despertamos, soñando,
con el bosque y las hadas,
que leímos en cuentos.
y novelas baratas.
Y gozamos de tardes
y también de mañanas,
en mil días felices
de preciosas jornadas.
Pero el tiempo, inflexible,
nos rompió tanta calma,
separando los sueños
de la vida diaria.
Y se fue la sonrisa
de los labios de plata,
y quedaron los ojos
sosteniendo legañas.
Compartimos momentos,
me recuerdan tus cartas,
y también los poemas
que yo guardo en el alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/24