4.448 - TIEMBLAN LAS ROSAS...
Tiemblan las rosas
que esperan ser cortadas
por una mano.
Hay miedo urgente,
tristeza en los jardines,
quiere llover.
Y así, los cielos,
con lágrimas envuelven
su melodía.
Mientras, las rosas,
suspiran con los niños
que se acercan.
Oyen las voces,
eternas e infantiles,
casi cantando.
Buscan las flores
para ofrecer un ramo
con ilusión.
Ramo de rosas
que llevan a la Virgen
de la Barquera.
En la capilla
las rosas dormirán
un dulce sueño.
Y guardarán
sus pétalos sagrados
tanta ternura.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/09/20
(Se trata de reflejar a unas rosas en un jardín, y su tristeza porque saben que va a llegar una mano, infantil, que las va a cortar para hacer un ramo de flores y llevarlo a la Virgen. Quizás es un acto que, como tantos, no pasa de ahí y no tiene más trascendencia. Sin embargo se intenta ver esta figura de las rosas, adivinar que tiemblan ante la separación del rosal y que el cielo se entristece y empieza a llover mientras van llegando unos niños que entre canciones cortan y hacen ese ramo de flores para llevarlo a la Virgen y que allí, duerman las rosas y cierren sus pétalos.)
4.447 - ERAN BANDERAS...
Eran banderas
de patrias y naciones
que no existían.
Viejas reliquias
de tiempos y de hombres
que atrás quedaron.
Entre la gleba
reposan hoy sus restos
y son olvido.
Aquellas telas
flamean por los ojos
de algún nostálgico.
Ojos de ciegos,
pupilas, derrotadas,
que ansían paz.
Ciertas canciones
resurgen en los labios,
como el salitre.
Bajo las nubes,
navíos sin figura,
buscan un puerto.
Son desperdicios
del mar y del océano
a la deriva.
Buscan descanso,
sin patria y sin banderas,
¡no quieren más!
Rafael Sánchez Ortega ©
15/09/20
4.446 - BESOS DE FRESA...
Besos de fresa
con rimas en desorden,
apasionadas.
Bellas estrofas
que van pidiendo vida
con gran pasión.
Labios preciosos
sedientos de lujuria
y de candor.
Y tras los besos
un rostro enternecido
busca unos ojos.
Versos sublimes
ocultan las pupilas
sin gran misterio.
Hay sencillez,
en letras y palabras
de este susurro.
¡Qué embriagador
el gusto de las fresas
entre tus labios!
Quiero ese néctar,
llevarle a mis sentidos.
¡Cerrar los ojos!
...Y compartir,
las fresas y los besos
en un poema.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/09/20
(Hoy nacen y llevan un toque lujurioso y apasionada, pero sin caer en lo ordinario, quizás porque siempre se ha dicho y escrito mucho, en poesía, acerca de las fresas y ese fruto que tienen con el que la imaginación ha querido desbordar lo infantil y lo bello hacia un mundo de lujuria y pasión sin límites ni fronteras.
Pienso que en el mundo de los niños, sus almas infantiles, no quieren tanto y se conforman con algo más sencillo, pero no por ello, menos bonito y tan sincero como la otra situación.
Soñar con ese momento en que unos labios llevan a otros labios una fresa y la comparten, unir dos manos y cerrar los ojos para hacer de ese acto una especie de comunión de sentimientos y de corazones, sentir el latido, el galope, el gemido hasta romperse y proclamar a los cuatro vientos que se quieren, y, también, lo que sueñan, lo que ansían, lo que desean...)
4.445 - RECUERDO EL CUENTO...
Recuerdo el cuento
precioso, que en la tarde,
tú me contaste.
Eran dos niños
jugando por la playa
con un cometa.
Danzas y bailes,
trazaba su figura
por un instante.
(Entre los cielos,
debajo de las nubes,
esto ocurría).
Pero la brisa
rabiosa del nordeste
lo fastidió.
Rompió aquel cuadro
y el cuento con la magia
cayó por tierra.
Lloran los niños,
decías dulcemente,
y yo lloraba.
Porque en el cuento,
cargado de ternura,
yo te veía.
Iba a tu lado,
detrás de aquel cometa
que se escapaba.
Subía al cielo,
detrás de las estrellas.
¡Quería amar!
Rafael Sánchez Ortega ©
13/09/20
(Esta vez el motivo está en la playa y en la imagen de esos niños, (reales o ficticios), que juegan con un cometa y que intentan, con su cuerda y tras ella, hacer que vuele y se eleve y hasta que cobre vida y haga todos esos movimientos invisibles que la imaginación infantil ya recrea entre sus labios. Y lo consiguen durante unos momentos y ven volar al cometa y sueñan con todo aquello que los ojos del alma desean, hasta que la fuerte brisa, del nordeste, hace vacilar y tira por tierra a este comenta infantil que deseaba subir más arriba del cielo, y posarse a dormir y a descansar detrás de las estrellas porque simplemente buscaba y quería amar, con ese sentimiento que dos niños llevaban en su alma.)
4.444 - EN EL CUADERNO...
En el cuaderno
quedaron los poemas
de aquel verano.
Versos de ratos
pasados y vividos
entre los sueños.
Días de magia
con paz y con ternura
junto a las olas.
Y aquellos días
mirando, en la distancia,
ponerse el sol.
Hubo mañanas
que el gallo despertaba
amaneciendo.
También las noches
quedaron reflejadas
con su misterio.
Y en el cuaderno
hoy veo las caricias
que compartimos.
Labios ansiosos
buscándose en el beso
y en la pasión.
Ojos que amaban
y dedos que escribían
a un corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/09/20
4.443 - Y FUE TU VOZ...
Y fue tu voz
sonando en el recuerdo
quien me llamó.
"¡Ven a mi lado,
preciso de tus besos
y tus caricias!"
Fueron susurros,
suspiros de tus labios
que recibí.
Sin más palabras,
te tuve entre mis brazos
en un instante.
Fuimos al parque,
buscamos a la fuente
y a las palomas.
Luego, en la playa,
mezclamos con la arena
nuestras pisadas.
Los dos, felices,
vivimos y soñamos
sin darnos cuenta.
Y se saciaron
la sed y las pasiones
mal contenidas.
Luego dormiste,
tus ojos se cerraron,
junto a los míos.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/09/20
(Es como cerrar los ojos y soñar con esa voz que esperas, que necesitas, que tiene aquello que tú quieres y ansías, y entonces, tras esa súplica, ese ruego, llega la voz "sin palabras" y te llena, te llama, te rescata de las sombras y te hace vivir un momento inolvidable en el parque, en la playa, en una comunión casi perfecta de las almas, para acabar cerrando los ojos, y quedarse dormidos con una sonrisa en los labios.)
4.442 - SECA TUS OJOS....
Seca tus ojos
de lágrimas amargas
que son pasado.
Vive y arranca
sonrisas y alegría
del nuevo día.
Y luego toma
la mano que te busca
en el camino.
Siente los dedos
ansiosos de caricias
y de ilusiones.
Dale tu sangre,
tu voz y tus latidos.
No tengas miedo.
Queda un camino,
de sendas y de sombras
que hay que pisar.
Luego, sin prisas,
camina tras las huellas
de la utopía.
Son invisibles,
difíciles de ver,
trozos de un sueño.
Y es que los sueños,
son parte de la magia
de nuestra vida.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/09/20
4.441 - PUERTOS DE MAR...
Puertos de mar
con olas que dormitan
en las resacas.
Van a las playas
las aguas de esos mares
para soñar.
Van a los muelles
las barcas y marinos
a descansar.
Puertos y costas
de gentes marineras
que bien conozco.
En ellos cantan
ochotes barquereños
en las tabernas.
Allí las algas
se mezclan con los peces
y buscan vida.
Manos que buscan
el pan y medicinas
que necesitan.
Y entre el salitre,
curtido del nordeste,
surge el milagro.
Alguien sonríe,
pasea por el muelle.
¡Son las gaviotas!
Rafael Sánchez Ortega ©
09/09/20
4.440 - MIRO TU CARA...
Miro tu cara
tan llena de ternura
y tiene sueño.
Están cansados
tus párpados, y quieres
cerrar los ojos.
Pero preciso
entrar a tus pupilas
y descansar.
Estar en ellas,
vibrar con sus latidos
y así dormirme.
Sueños de niños
que ansían utopías
y poco más.
Lenguas de trapo
que apenas balbucean
pidiendo amor.
Pero mis ojos,
inquietos e infantiles,
a ti te buscan.
Quieren la voz,
la mano y el abrazo
que tú me ofreces
Y alcanzo entonces
el verso y el poema
de un nuevo sueño.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/09/20
4.439 - EN LAS MACETAS...
En las macetas
florecen los geranios
en primavera.
En las aceras
caminan las personas
todos los días.
En los suspiros
se esconden los silencios
de tantas almas.
Esos geranios
de flores temblorosas
como tu piel.
Y las personas
de pasos presurosos
buscan a dios.
Pero el silencio
produce escalofríos
y hasta temor.
La primavera
no sabe de geranios
ni de macetas.
En cuanto a dios
nos dice, que los hombres
vuelven al barro.
Van al silencio,
vivero de suspiros,
risas y lágrimas.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/09/20
4.438 - LA SOLEDAD...
La soledad
no sabe de trincheras
ni de escondites.
Está muy cerca
buscando el fiel resquicio
por donde entrar.
Pero se pierde
con risas, y se aleja,
por un instante.
Es muy tenaz
y sigue en sus batallas
muy silenciosa.
Todos queremos
que pase y que nos deje
vivir en paz.
Hay muchos días
que el alba nos despierta
y ella no está.
Luego, sucede,
que avanza la jornada
y se nos muestra.
Nos amodorra,
entabla una batalla
muy desigual.
Al fin nos vence,
sus garras nos atrapan,
y estamos solos.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/09/20
4.437 - DÍA DE LLUVIA.
Antes recordaba que, en la mañana,
había paseado bajo la lluvia
y que lo hice con el paraguas abierto.
Algo difícil, en mi caso,
y más en un paseo de casi cuatro kilómetros.
Es cierto que alguna vez he bajado con el paraguas
y que también en alguna ocasión he tenido que abrirlo,
pero ha sido a ratos
y por el clásico chubasco
que luego te permite volver a cerrarlo
y continuar caminando sin tener que llevar el brazo
aguantando ese armatoste.
Es bonito caminar bajo la lluvia.
Ahora me han venido a la cabeza
momentos en los que he disfrutado
de instantes así,
mojándome y compartiendo con la lluvia,
una caminata, una marcha,
una ascensión en la montaña,
una acampada bajo una tienda, en la sierra,
una tormenta, y así un larguísimo etcétera
que daría para poder escribir algún relato.
Pero sé que fue en otro tiempo
y con una figura más joven en edad y en fuerzas,
en esos momentos que cada uno
tenemos reservados en el libro de la vida
para enmarcar con letras de oro
y que luego rescatan los recuerdos
y nos traen su aroma,
como una taza de café,
que tanto se añora y paladea.
Y sí, tengo que reconocer
que aquellos fueron momentos de magia,
en que las pupilas cargadas de inocencia
iban descorriendo los visillos de la lluvia
y mirando a través de ellos
a un mundo desconocido, nuevo
y lleno de encanto
que venía a mi encuentro.
Por eso no puedo olvidar aquella comunión,
muchas veces repetida y aceptada,
con los ojos recibiendo las lágrimas del cielo
y llorando, a su vez, de emoción y alegría,
ante un espectáculo tan maravilloso,
mientras, el cuerpo,
la figura con alma que me ha sido prestada
y que da vida a mis pensamientos y sentimientos,
se mojaba y empapaba, sin darse cuenta,
para tener que buscar, luego, el refugio
y el abrigo en un lugar seco
y cambiarse de ropa
y saborear, lentamente, esos instantes vividos.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/09/20
4.436 - BAJABA EL RÍO...
Bajaba el río,
cantando por las aguas
que eran muy bravas.
Lloraba el cielo
con lágrimas heladas
formando nieve.
Esa blancura
que un manto deslizaba
por las montañas.
Llega hasta el río,
sus copos se deshielan
y van al mar.
El mar bravío,
azul y verde oscuro
en él se funden.
Y es ese mar
la cuna de la vida
que conocemos.
Pienso en el río,
te veo entre sus aguas,
y pienso en ti.
Siento la vida
la noto entre el rocío
de tus pestañas.
Y veo al mar
que dictan tus pupilas
en un poema.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/09/20
4.435 - YO TE RECLAMO...
Yo te reclamo
y pido que regreses
hasta nosotros.
Eres la luz,
el faro que nos guía
en esta noche.
Porque la vida
sin luz es agonía
e incertidumbre.
Nunca te vayas
del mundo y de la infancia,
¡mi poesía!
Sigue latiendo,
bombéanos tu sangre,
(esencia y ser)
Y es que los niños,
(igual que los mayores)
te necesitan.
Versos que brotan
del mundo y de la tierra
con tu presencia.
Versos y rosas
en rostros y en pupilas
enamoradas.
Versos de niños
en almas de mayores
que nunca olvidan.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/09/20
4.434 - TÓMAME EN TUS BRAZOS...
Tómame en tus brazos,
llévame hasta el cielo,
quiero ver la luna
y robarle un beso,
eso me decían
tus ojitos negros,
que con gran ternura
suplicaban quedo.
Y vibró mi alma
al saber tu anhelo
en la tarde aquella
de un otoño nuevo,
y partimos raudo
en corcel inquieto
más allá del aire
y del cielo eterno...
Tómame en tus brazos
yo le dije al viento,
para ir con ella
a forjar un sueño,
volaremos alto
superando fuegos
y también hogueras
con ceniza y restos,
y seremos libres
sin temor ni miedo,
para hacer que salgan
de los labios versos,
y en la noche oscura
sentiré su pelo
y su sangre ardiente
reclamarme un beso...
"...Tómame, me dices,
en abrazo eterno,
porque así lo anhelas
y también yo quiero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/09/20
4.433 - LLEGA EL OTOÑO...
Llega el otoño
quizás sin darnos cuenta,
un año más.
Vuelven las nubes
plomizas y agrisadas
con el mal tiempo.
Tiempo de sombras
de lluvias y recuerdos
para las almas.
Pero en otoño
renacen esperanzas
con ilusiones.
Un nuevo ciclo,
de días diferentes
para vivirlos.
De nada sirve
el verte fracasado
antes de tiempo.
Hay que vivir,
sentir, intensamente,
al fiel otoño.
Y de seguro,
que llega con sorpresas
y con regalos.
Entonces vive,
y encárgate que el alma
siga latiendo.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/09/20
4.432 - EL PELO LARGO...
El pelo largo
caía por su espalda
muy dulcemente.
Su cara altiva
miraba el horizonte
en una búsqueda.
Y entre sus ojos,
brillantes y febriles,
volabas tú.
La mariposa,
el sueño y la esperanza,
de su poema.
Y es que sus labios
de niña, musitaban,
hoy nuevos versos.
Eran suspiros,
latidos y metáforas,
volando lejos.
Quizás querían
fundar, desde la nada,
un mundo nuevo.
Quizás ansiaban
el brillo de otros ojos
y sus latidos.
Pero, sin duda,
amaba, en la distancia,,
sin darse cuenta.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/09/20
4.431 - PERDÍ DE VISTA...
Perdí de vista
el álbum de recuerdos
que me ofreciste.
Y me quedé
mirando a la distancia
y el gran vacío.
Faltabas tú,
la musa de mis sueños
y poesía.
Las golondrinas
recogen ya sus ala.
Llega el otoño.
Las margaritas
se muestran perezosas
ante el rocío.
Y los gorriones,
nerviosos, dan mil vueltas
por los jardines.
Quiero vivir
el hoy, sin los recuerdos
y verte a ti.
Quiero sentir
el beso de tus labios.
Libar su miel.
Quiero que vuelvas,
mi musa y poesía,
y estés en mí.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/09/20
4.430 - DE TERCIOPELO...
4.429 - HOJAS DE OTOÑO...
Hojas de otoño
que vuelan de los árboles
hasta los suelos.
Hojas doradas
cargadas de recuerdos
y sentimientos.
Hojas que lloran
y apagan las sonrisas
de tantos labios.
Hojas que brillan,
que acaso parpadean,
en su descenso.
Hojas hermosas
cargadas de ternura
y olor a infancia.
Hojas que duermen,
que guardan en la tierra
sus mil latidos.
Hojas de agosto,
veranos ya marchitos
y primaveras.
Hojas de acacias,
de robles y de encinas...
¡venid a mí!
Hojas de otoño,
verano y primaveras...
¡no me olvidéis!
Rafael Sánchez Ortega ©
30/08/20
4.428 - ERAN RESCOLDOS...
Eran rescoldos
y brasas de una hoguera
que dormitaban.
Un gran silencio
guardaba los encantos
celosamente.
Y las cenizas
del tiempo se perdían
entre los dedos.
Pasa la vida
despacio, y los minutos,
en el reloj.
Esos segundos
se forman y confunden
a los sentidos.
Y tú los mimas,
los miras y los sientes
sin comprenderlos.
Eres autor,
quizás, sin darte cuenta,
y espectador.
Un gran poema
se forma con tu vida
en cada instante.
Versos, que el viento
te roba de tus labios
y de tus dedos.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/08/20
4.427 - NO MERECE LA PENA...
No merece la pena
intentar alcanzarte
y decir lo que pienso
en silencio y al aire,
y es por eso que miro
y que veo que partes
hacia el mundo difuso
con Babeles y calles,
y diviso banderas
y también estandartes,
con canciones que entonan
muchos labios cobardes,
son palabras difusas
sin color y sin sangre,
de los pechos calientes
en los hombres que parten...
Y se marchan los días
y se pasan las tardes,
y en la plaza se quedan
los ancianos sin traje,
con el pan y las migas
en los bancos sin sangre
atendiendo a palomas
y saciando su hambre,
y este acto sencillo
no lo ves aceptable
porque es algo lejano
y que tú no compartes,
y por eso se nublan
los recuerdos sin llave
que a tus ojos regresan
de galeras y cárceles...
"...No merece la pena
esperar una frase,
mendigando el "te quiero"
que estremezca tu carne..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/08/20
4.426 - EL LIBRO BLANCO...
El libro blanco
guardaba los suspiros
con una rosa.
Rosa amarilla
de tardes juveniles
y apasionadas.
Rosa con beso
y pétalos mirados
con gran pasión.
Pero aquel libro,
guardado con gran celo,
tiene otras cosas.
Agua de nieve,
susurro de los robles,
brisa del mar.
Hay caracolas,
sonrisas infantiles,
ojos azules.
También el libro
contiene alguna lágrima
entre sus páginas.
Versos escritos
con dedos temblorosos
que eran los tuyos.
Así que tú
estás en este libro
que ahora rescato.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/08/20