4.507 - CRUZA LA RÍA...
Cruza la ría,
volando, una gaviota
sin rumbo fijo.
¿Irá a la costa?..
(te dices y preguntas
mientras la sigues).
Y van tus ojos
siguiendo el aleteo
de esa gaviota.
El mar se aplaca,
ya baja la marea
muy enfadada.
Lucha feroz
que siguen las resacas
y las corrientes.
La luna asoma.
Se muestra muy coqueta.
¡Cautivadora!
Y mientras tanto
un tierno corazón
sigue latiendo.
Corre, galopa,
la sangre se le altera.
¡Va desbocado!
¡Es el amor
que rompe las cadenas!,
(Dice la luna)...
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/20
Cuando llega la tarde las gaviotas se retiran y marchan a la costa o a donde tienen sus nidos que suele ser en riscos y peñas cerca del litoral y donde el hombre no las moleste. En este caso hay un espectador, que puede ser un niño o un adulto con alma de niño. Las ve pasar y se pregunta que a dónde van. Luego se contesta y se dice que van a la costa, ¿a dónde más pueden ir?... Entonces siente un latir furioso del corazón y siente como la sangre se le altera. Sonríe... Él sabe los motivos y la respuesta. ¡Está enamorado!
4.506 - BESÉ TUS LABIOS...
Besé tus ojos,
cautivos y preciosos,
que me miraban.
Busqué tus manos
cubiertas de dulzura
y las tomé.
Unas caricias,
de pronto, despertaron,
y te las di.
Así volvimos
al mundo de los sueños
y de la infancia.
¡Cuánta ternura,
había en ese instante
a nuestro lado!
¡Cuánta belleza
y un cuadro, inacabado,
que nos retaba!
Y continuamos,
cansados y contentos
por el camino.
Así es la vida,
decían los latidos,
desde el silencio.
Y nos amamos,
aparcando los miedos
y sin palabras.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/11/20
Parecen versos surgidos de la cabeza de un joven enamorado y de un adolescente. Al verlas sonrío y meneo la cabeza. ¡Ay, esos tiempos y esas edades...! Quizás no están marchitos, quizás viven, quizás siguen latiendo en el recuerdo, quizás...
4.505 - AQUELLA LLUVIA...
Aquella lluvia
mojaba tus cabellos,
sin darte cuenta.
Yo te miraba,
absorto y pensativo
y te besaba.
Me sonreíste,
recuerdo, con ternura,
y suspiraste.
Luego vivimos
un sueño muy hermoso
en aquel bosque.
Robles y hayedos
nos daban compañía
como en el cuento.
Y caminamos
con elfos y con gnomos
a la cabaña.
Con nuestras manos
sellamos la promesa
de estar unidos.
Y continuamos,
llevando aquel otoño,
bajo la lluvia.
Nos besa el agua
los cuerpos, y las almas
también se besan.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/20
Ese momento de la infancia y juventud que todos, alguna vez, hemos soñado y nos hemos dejado llevar por la fantasía y la imaginación. Y, sí, ya sé que es algo infantil, pero...
4.504 - SE DUERME EL LIBRO...
Se duerme el libro
posado entre unas manos
con su perfume.
También tus ojos,
se cierran, soñadores,
ante las letras.
Ojos y libro,
unidos con mil sueños
irrepetibles.
Fueron los dedos
de múltiples autores
los que escribieron.
Y fueron viajes,
relatos y aventuras
de juventud.
Gritaba el alma,
siguiendo los dictados
del corazón.
Ahora, los ojos,
cansados del anciano,
buscan recuerdos.
Y se entretienen
con letras y latidos
de aquella infancia.
¡Benditos libros,
que hicisteis en los ojos,
nacer mil sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/11/20
Seguro de que todos hemos soñado ante la presencia de un libro y hemos vivido su contenido e, incluso, nos hemos dejado llevar por alguno de sus protagonistas y quisiéramos estar en su papel. De esa manera los viajes, los relatos, los amores y ese largo etcétera que forman el argumento del libro lo habremos forjado y vivido más de una vez con nuestra imaginación.
4.503 - PRINCESA AZUL...
Princesa azul,
que surges en los cuentos
desde la infancia.
Hoy te recuerdo,
te llamo por tu nombre,
te necesito.
Quiero que vuelvas,
que vengas en las noches
con tus relatos.
Quiero escuchar
las nanas, que tus labios
me regalaban.
Quiero sentir
a un tierno corazón
latír con fuerza.
Y si me apuras,
ansío tu presencia
para quererte.
Para decirte
lo mucho que te quiero
y que te amo.
Vuelve conmigo
y sigue con tu esencia
y con tu gracia.
Princesa azul...
Escucha mis latidos.
Gritan tu nombre.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/11/20
Hoy aparece la "princesa azul" de esa edad del mismo color por la que todos hemos pasado. La princesa o el príncipe quizás vino en esos cuentos y lecturas de los primeros años, quizás siguió en la adolescencia y juventud, quizás apareció en un momento, (o eso nos pareció sentir), quizás sigue con nosotros todavía... ¡Quizás...!
4.502 - SIGUE LA HISTORIA...
4501 - LAS ESCALERAS...
Las escaleras
que llevan hasta el cielo
son invisibles.
Y las buscamos
quizás muy torpemente
por todas partes.
Pero se esconden
y ocultan con las nubes
que están llorando.
Quiero subir
por esos escalones
hasta tu lado.
Quiero buscar
el fondo de tus ojos
y tus pupilas.
Quiero sentir
el beso de tus labios,
mi poesía...
...Pero a ese cielo
me lleva a la escalera,
(si es que la encuentro).
A los peldaños
tatuados con tu nombre
y por tus pasos...
¡Sé que es un sueño
amarte, poesía,
como te amo!
Rafael Sánchez Ortega ©
05/11/20
Es la "escalera invisible" que tantas veces ha creado el poeta en su imaginación para subir a ese cielo y a esa nube y dejar volar la imaginación y "volar" con ella hacia el mundo mágico de su fantasía.
Lograrlo o no es fruto del tiempo y de la edad. Quizás es una utopía y un juego de las almas en su inocencia. No sabría decirte, pero es cierto que quizás todos, llevamos algo de niños y no queremos perderlo ni que pase el tiempo feliz de la infancia.
4.500 - HASTA EL ESTANQUE...
Hasta el estanque
bajaban las ardillas
desde los árboles.
A las encinas
llegaban las palomas
muy presumidas.
Y desde el banco,
que estaba bajo el fresno,
tú dormitabas.
Quizás soñabas,
repleta de ilusiones,
con muchas cosas.
Con ver el mar
y en él a las barquías
desde la playa.
Emocionarte,
de oír, a las resacas,
sus melodías.
Y hasta el sabor
agudo del salitre
entre los labios.
Pero la voz,
callada del estanque,
era algo mágico.
Nunca la rompas,
ni quiebres los cristales
del bello espejo.
Mira la ardilla
y vuela como un ave
por la campiña.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/11/20
Hoy es un estanque y unas ardillas que juegan cerca y que han bajado de los árboles del parque. Las miro y me creo una imagen bucólica y en ella surge la magia y nacen los cuentos y te veo allí, como siempre, poesía.
4.499 - DUERMEN LAS BRASAS...
Duermen las brasas,
se cubren de cenizas,
y se amodorran.
Yo las recuerdo,
las vivo, en este instante.
Las hago mías.
Aquellas tardes,
tranquilas del invierno,
en el refugio.
Días de nieve,
de vientos y de frío,
con mojaduras.
Junto a la lumbre
templábamos las manos
igual que el alma.
Había paz,
silencio y gran ternura,
para nosotros.
Minutos mágicos
con música del viento
y la invernada.
Nadie quería
romper aquella magia
que nos cubría.
¡Bendito fuego!,
tus llamas y tus besos
hoy los añoro.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/11/20
Recuerdos de brasas y de hogueras en algún refugio donde tuve la suerte de descansar y reponer fuerzas. Momentos únicos y que han quedado grabados en la retina como algo maravilloso e irrepetible que no quisiera que nunca desaparecieran.
Y es que esa paz y ese equilibrio entre el cuerpo y el alma no lo he conseguido alcanzar más que en estos lugares en los que fui inmensamente feliz y a los que quisiera, en algún momento, poder volver, si Dios me lo permite.
4.498 - LECHO DE FLORES...
Lecho de flores
que esperas, dulcemente,
al peregrino.
Entre tus mantas
recobrará las fuerzas
para seguir.
Por el camino
que lleva hasta Santiago,
caminará.
Otros mesones,
posadas y refugios
le acogerán.
Y por caminos
y sendas embarradas
irán sus pasos.
Hasta alcanzar
la meta de este viaje
y su promesa.
Hoy, en el lecho,
reposa el peregrino
con su canción.
Descansa el cuerpo,
las fuerzas se reponen,
descansa el alma.
Y, mientras tanto,
los sueños continúan
igual que ayer.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/11/20
La vuelta a la lluvia y a los días grises me ha traído al recuerdo a la figura de esos peregrinos que hacen el camino de Santiago y el de Liébana o Camino Lebaniego con la subida a Santo Toribio de Potes. Camino que recorren por vivir una "aventura", por una "promesa" o simplemente por tener esa experiencia. De todas formas creo que hay algo "mágico" en estos caminos, en los infinitos rincones que atraviesan y en la cantidad de momentos que el peregrino quisiera parar el tiempo para vivir aquellos instantes indefinidamente. Por eso la palabra "magia" se puede quedar corta y con razón.
4.497 - LAS NUBES GRISES...
Las nubes grises
ocultan la sonrisa
de las montañas.
Las blancas sienes
de cumbres centenarias,
están calladas.
Un gran silencio
tan solo se adivina
tras de esas nubes.
Pero tus ojos
me prestan el reflejo
que necesito.
Allí las veo,
las cimas soñolientas
que nos esperan.
Gritan tu nombre.
te ofrecen una rosa
y en ella un beso.
¡Benditos ratos,
vividos no hace tanto,
en esos sitios!
Hoy son recuerdos,
instantes de ilusiones
y fantasíaS.
No los añores
ni llores, corazón,
¡vívelos siempre...!
Rafael Sánchez Ortega ©
01/11/20
Los versos de hoy recuerdan, con cierta nostalgia, a los momentos inolvidables vividos en, y con, las montañas. Esas extrañas compañeras, de nombres variados y casi invisibles, que con su manto blanco y sonrisa silenciosa tomaban mi mano y me llevaban a las cumbres por sendas variopintas y cargado de mil sueños... No sé, quizás la utopía y la inocencia permanezca en un alma que se niega a ver la realidad de la vida y sigue en ese mundo de la infancia y poesía.
4.496 - SE MARCHA OCTUBRE...
Se marcha octubre,
nos deja una sonrisa.
Entra noviembre.
Se van sus días
vividos muy despacio
y lentamente.
Nos deja el aire
y el soplo de los muertos
con su silencio.
Y es que noviembre
comienza con los santos
que somos todos.
...Pero sonríe.
Aparta las metáforas
y días tristes.
Quedan semanas
y días del otoño
por disfrutar.
Habrá jornadas
con luz y soleadas
y otras con lluvia.
Habrá minutos
de lluvia y temporales
y hasta de nieves.
Pero el otoño,
pasado con octubre
sigue en noviembre...
Rafael Sánchez Ortega ©
31/10/20
Termina octubre y comienza noviembre, con una parte del otoño ya cerrada, pero comenzamos otra en este mes gris y oscuro que es el de noviembre. Seguimos en el otoño y seguro que tendremos días de luces y de sombras, de sol y de lluvia, de risas y llantos... Como es preceptivo en la vida, así que seguiremos tomando todo lo que este otoño nos vaya dejando y en especial, la sonrisa diaria y la poesía.
4.495 - SUENA LA VOZ...
Suena la voz
del gallo, en la mañana,
en el corral.
Tú le adivinas
saliendo, muy altivo,
del gallinero.
Anuncia el alba,
de nuevo otra jornada
en la mañana.
Prados mojados,
cubiertos de rocío
con manto blanco.
Algunos charcos
se ven en las callejas
que ya despiertan.
Llaman campanos
de ovejas y de vacas
que están paciendo.
Desde tu lecho
escuchas y persigues
estas imágenes.
Comienza el día,
se quita las legañas
mientras despiertas.
Tú te levantas,
acudes a la vida
que así te llama.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/10/20
Supongo que alguna vez, todos hemos tenido esta maravillosa experiencia de escuchar al gallo, en la mañana y ver despertar la vida y la naturaleza, esencia y alma de la poesía, en el nuevo día. Puedo decir que he sido muy afortunado y recuerdo, como si fuera ahora, momentos especiales donde mis ojos y sentidos quedaron extasiados gozando de las imágenes tan tiernas que llegaban con la salida del sol. Quizás esos minutos fueron irrepetibles y, es posible, que nunca más vuelva a tener otra oportunidad parecida, así que guardaré estos recuerdos celosamente.
4.494 - UN VASO DE AGUA...
4.493 - SE PASA EL TIEMPO...
4.492 - SIENTE EL SILENCIO...
Siente el silencio
forzado de las calles
en estos días.
Es la pandemia
del virus que cabalga
para atraparnos.
Pero los hombres
desprecian la derrota
sin dar batalla.
Y en eso estamos,
luchando contra el virus
desde el silencio.
Ahora, en la luna,
hay agua en el subsuelo,
dice la ciencia.
Quizás sus gotas
nos sacien y nos colmen
de tanta sed.
Tras el silencio
se esconden las pasiones
y el egoísmo.
La luna llora
contemplando todo esto.
No se lo cree.
Tal vez el agua,
que dicen que ella tiene,
nos de la paz.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/10/20
Es la actualidad que vivimos y que nos rodea. La noticia está aquí, en el virus. Por eso surge una llamada al silencio. Dejemos que las palabras callen y también que se cierren los ojos, que nos invadan las sombras, que el tacto se vuelva insensible, que se congele el agua de los ríos y que las olas, en los mares, escondan sus bufandas, mientras las estrellas dejan correr su llanto por el cielo y nosotros, sencillamente suspiramos deseando que pase esta pesadilla.
4.491 - VENDRÁ EL OTOÑO...
Vendrá el otoño,
cargado de colores,
para ir de fiesta.
Con él iremos
a fiestas y paseos,
seguramente.
Y nos reiremos,
sintiendo sus caricias
en el deshoje.
Y aquellos miedos
surgidos desde niños
se marcharán.
Y es que el otoño
es tiempo de descanso
tras el verano.
Precisa el alma
momentos de equilibrio
y de silencio.
Sobran palabras,
avisos y consejos
de pubertad.
Porque el otoño
contiene lo que ansías
y mucho más.
Busca en sus hojas
los sueños que te pide
tu corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/10/20
En realidad el otoño ya ha venido y quizás, por este cambio horario, se nota y acusa un poco más cada día. Por eso ahora puedo ver la belleza que hace días no le veía a esta época del año. A lo mejor por estar ya en él siento más el viento y veo las nubes de otra manera y hasta el abrazo de la brisa fría del noroeste me hace frotar las manos y buscar la bufanda invisible que proteja mi cuello, aunque también puede ser el estremecimiento de mi cuerpo, y no de frío, al escuchar el canto del río al pasar cerca y el coro de la lluvia al golpear en la claraboya y esos cientos y cientos de detalles que nos acercan más y más al otoño, y a la vida.
4.490 - FLORES DE OTOÑO...
Flores de otoño,
se ven en las praderas,
de vez en cuando.
Flores que surgen
y tiemblan con la brisa
de la otoñada.
Flores que nacen
en pechos y en las almas
de las personas.
Y es que el otoño
también tiene hermosura
y la regala.
La tiene el bosque,
regado por la magia,
en sus colores.
Surge en el río
por medio de cascadas
y en los meandros.
Pero en los hombres,
la sangre acelerada,
brota en sus labios.
Son los suspiros
y el llanto contenido,
como sus lágrimas.
Y es el susurro,
el eco con tu nombre
que da el otoño.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/10/20
En otoño se ven algunas flores que de una manera tímida asoman en los campos y jardines. También parece que sus hojas son muy débiles y el viento juguetea con ellas, como si quisiera acariciarlas una y otra vez. De todas formas y quizás por sus anárquicos brotes, se ven flores muy delicadas y, precisadas de cariño y atención. Es posible que salgan buscando la luz para animar a los poetas y decirles que ellas también quieren vivir y soñar en esta época del año.
4.489 - EN LA CALLEJA...
En la calleja
estaban unos gatos
merodeando.
Eran pequeños,
gatitos y gatitas
muy revoltosos.
Ellos jugaban
ajenos a la vida
y a las personas.
Cuando pasabas
atentos te miraban
con sus ojitos.
Luego seguían
sus juegos y sus rondas
indiferentes.
El rabo alzado
lucían los donjuanes
con sus bigotes.
Unos maullidos,
pedían con caricias
las pretendientes.
Pero el instinto,
salvaje y de pasiones,
al fin vencía.
"...En la calleja
los gatos concebían
su descendencia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/10/20
Hoy es la imagen tierna de unos gatitos que tantas veces habremos visto en la calle. Por eso he ido a esa calleja de un pueblo cualquiera y allí he situado esta imagen para recoger las pinceladas que de ella se pueden sacar y, a la vez, tomar la sonrisa que destilan estos animales tan caseros.
4.488 - TOQUE DE QUEDA...
Toque de queda.
Temblaron los mayores
ante su anuncio.
Viejos recuerdos
que vuelven a sus mentes
y corazones
Pero el presente,
con virus y razones
es lo que pide.
De todas formas
los hombres somos tercos
a la obediencia.
Inconformistas
que nadie nos recorte
nuestras banderas.
Si conseguimos
un día, volar libres
y en libertad.
Ahora negamos,
y encima protestamos,
la autoridad.
Pero a la norma
y Ley, hoy le hace frente,
la enfermedad.
¡Maldito virus
que invades con tus dudas
mi intimidad!
Rafael Sánchez Ortega ©
23/10/20
Es cierto que hay que tomar una serie de medidas y aplicarlas para conseguir minimizar y erradicar, si es posible, la incidencia de este virus, como de otros tantos, pero no sé, hasta qué punto, se están limitando y recortando las libertades de las personas y seres humanos que con tanto esfuerzo habíamos conseguido a lo largo de los siglos. ¿Acaso, me pregunto, nos merecemos esto o es que no queda otra solución para que la humanidad pueda seguir existiendo?... No tengo respuesta.
4.487 - UN MANANTIAL...
Un manantial
surgía de sus ojos,
calladamente.
Yo lo miraba,
salir desde la nada,
en aquel río.
Pero era un alma,
la fuente de ese líquido,
tan sugerente.
Laguna negra,
algunos le llamaban,
por su espesura.
Pero en el fondo,
no importa mucho el nombre,
si acaso, el sitio.
Y ese lugar,
perdido en la montaña
era admirable.
Tenía magia,
un manto de ternura
y candidez.
Entre sus aguas
el cielo se bañaba
celosamente.
Y los viajeros,
que a ella se acercaban,
la sed calmaban.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/10/20
Intento llevar a la figura de un viajero que se acerca a un lago y ve manar una fuente del mismo. Es algo curioso y yo he visto algo similar, en la vida real, pero ha sido en un río y la columna de agua que se incorporaba era algo mágico ya que sus burbujas me llevaban a otro mundo con su magia y hacían que soñara en mil cosas mientras calmaba mi sed con sus gotas.