6.028 - VIENTO POLAR...
Viento polar
se acerca y nos abraza,
sin darnos cuenta.
Es el preludio
que avanza, del invierno,
hasta nosotros.
Dentro de un mes
vendrá para dejarnos
su blanca nieve.
Ese vestido
del cielo, inmaculado,
tan sugestivo.
Pero, sin duda,
el frío que ahora llega
es un aviso.
Porque está cerca
y asoma en las montañas
con sus poemas.
Son esas cumbres,
altivas, blanqueadas,
que se nos muestran.
"Estoy aquí",
nos dice, en su silencio,
el padre invierno.
Y a nuestro lado,
prosigue, renqueando,
el gris otoño.
Ya, sus colores,
se afean y marchitan
con tanta lluvia.
Y los latidos,
pausados del poeta,
también suspiran.
Pero vivamos,
el tiempo del otoño
que aún nos queda.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/24
6.027 - SALGO A LA CALLE...
Salgo a la calle
y un día, gris y triste,
hoy me saluda.
Es el otoño,
me digo, soñoliento,
con su bostezo.
Y así comienza
un día de noviembre
con poca luz.
Hay muchas nubes
dejando por el cielo,
largos jirones.
Su manto gris
con viento, inconfundible,
de sudoeste.
Abajo el hombre,
con alma de poeta
las mira y sueña.
Siente las hojas
que llegan de los árboles
formando alfombras.
Y sobre ellas
caminan las ardillas
a su morada.
Salgo a la calle,
un día, como tantos,
en este otoño.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/24
6.026 - QUIERO SEGUIR...
6.025 - VUELVES A MÍ...
Vuelves a mí,
después de un largo viaje,
en este otoño.
Y con tu abrazo
me envuelven los recuerdos
de aquel pasado.
No te lo niego,
fue parte de mi vida
y juventud.
Era muy joven,
soñaba cada día
con utopías.
Eran princesas
sacadas de los cuentos
y de novelas.
También los viajes
cargados de aventuras
y de romances.
Y la sonrisa,
perenne de mis labios
siempre brillaba.
Algunas lágrimas
salían de mis ojos
y mis pupilas.
Era la lluvia,
pequeño contratiempo
con la garúa.
Y es que esa vida,
de infancia y juventud,
no tiene precio.
Se vive y bebe,
de forma muy intensa
hasta embriagarse.
Así, los sueños,
perduran en el tiempo,
y están presentes.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/24
6.024 - DEJAS ATRÁS...
Dejas atrás
las luces y las sombras
con tu pasado.
Allí se quedan,
sumidos en la niebla
tantos recuerdos.
Te pertenecen
las lágrimas y sangre
que derramaste.
También la risa
silente, de tus labios,
de aquellos días.
Y el vendaval
de nervios y pasiones
que vino a ti.
Fueron los años
de eterna primavera
que atrás quedaron.
Hoy, el otoño,
te lleva hasta ese tiempo
y sus rescoldos.
Tiembla tu cuerpo,
y el alma, se estremece
con gran candor.
Suspira el labio
y hay lágrimas rebeldes
en tus pupilas.
Pero al invierno,
le ves, como se acerca,
con su silencio.
Y no haces nada,
si acaso, en un susurro,
dices un nombre.
Cierras los ojos,
te abrazas a la noche
y duerme el alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/24
6.023 - EL DÍA GRIS...
El día, gris,
anuncia una mañana
muy perezosa.
Se oculta el sol
tras nubes que le impiden
ver a la tierra.
Y así no llegan
los rayos y caricias
del astro rey.
Triste mañana,
de un día de noviembre,
en pleno otoño.
Pero busquemos
la paz y la ternura
en nuestro lado.
La poesía
que brota, cual sonrisa,
desde la vida.
Y la utopía
en almas soñadoras
y silenciosas.
Cuando encontremos
la magia que buscamos
seremos niños.
Y en ese encuentro
de niño y poesía
tendremos vida.
Será el latido
y el faro de las almas
en las pupilas.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/11/24
6.022 - LE CUESTA DAR...
6.021 - DE NUEVO EL SOL...
De nuevo el sol
me ofrece, con sus rayos,
un dulce beso.
Es la mañana
que anuncia el nuevo día
del fiel otoño.
Tus ojos miran
y buscan en la playa
algunas huellas.
Quizás los pasos
de algunos caminantes,
madrugadores.
Quizás las algas
llegando hasta la orilla
con las resacas.
O las gaviotas,
que esperan, vigilantes,
alguna presa.
Pero es el sol,
bendito, en este otoño,
el que aquí llega.
Viene hasta ti
con yodo y con salitre
y con sus versos.
Son esas rimas,
sin nombre y como ochotes
de las resacas.
Es poesía,
del mar, junto a las olas,
y tus recuerdos.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/11/24
6.020 - SE ANIMA EL SOL...
Se anima el sol
y asoma, en la mañana,
con su alegría.
Tú le saludas,
recoges sus legañas
y hasta suspiras.
Un día bueno
despierta y se levanta
en tus pupilas.
Surge la chispa.
Los sueños y la magia
vienen a ti.
Y es que la vida
te ofrece y te regala,
esta hermosura.
El colorido
de otoño y de las ramas
de los hayedos.
El mar tranquilo,
cubierto con su manta
verdeazulada.
Y tú, poeta,
sintiendo en la distancia
esa llamada.
Es el latido
de amor, el que te manda,
a ti, estos versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/11/24
6.019 - ACÉRCATE, SIN MIEDO...
Acércate sin miedo,
verás el cielo cerca,
asómate a mi lado,
veremos las estrellas.
Será solo un instante,
o grande, como quieras,
y luego marcharemos
a andar sobre la arena.
Las olas y las algas
despacio nos esperan,
mostrando los encantos
que guardan tras sus cejas.
Anímate, si quieres,
veamos las sirenas,
que juegan con las olas
y brincan tras de ellas.
Los sueños de los niños
se animan y despiertan,
y van con nuestras almas
latiendo por las venas.
Soñemos, pues, sin miedo,
con nuevas primaveras,
después de estos otoños
e inviernos de tormentas.
Seremos esos niños
y amantes que se besan
y haremos que las horas
y el tiempo se detengan.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/24
6.018 - YO TE BUSCO, POESÍA...
Yo te busco, poesía,
aunque sé que estás muy lejos,
te has marchado de mi lado
y has dejado tus recuerdos.
Es la bruma de un poema
quien aviva sentimientos,
y me dice que te busque
por callejas y senderos.
Que no tema las borrascas
de la vida, ni los miedos,
que producen los relatos
de los seres que se fueron.
Tú marchaste en primavera
y olvidaste que tus sueños,
se quedaban a mi lado
en el fondo de mi pecho.
Y volaste, mariposa,
con tus alas por los cielos,
a ese mundo de utopías
de promesas y de premios.
Yo quedé con la cuartilla
que me diste en el paseo,
con tu letra tan nerviosa
y el aroma de tus besos.
Y volvieron tus latidos
a mezclarse con mis versos,
y nacieron mariposas,
nuevamente, de mis dedos.
Y surgieron, para ti,
mil susurros y un "te quiero"
que la brisa se llevó,
a tu lado, con el viento.
"...Yo te busco, poesía,
a las puertas del invierno,
con mis ojos, temblorosos,
que hoy ansían tu recuerdo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/11/24
6.017 - HAY GOTAS DE LLUVIA...
Hay gotas de lluvia
que besan tu frente
y bajan al labio
con trazo muy breve.
La lluvia de otoño
que llega y que viene
en este preludio
de invierno ya en ciernes.
Sus besos sencillos
son agua de nieve,
regalo de nubes
que juegan al siete.
La tierra se moja
y otoño agradece
el néctar divino
que el cielo les cede.
Se animan los ríos
y cantan las fuentes,
con voces profundas
de muchos niveles.
La lluvia sonríe
al otoño que, es breve,
y moja las ramas
del bosque de siempre.
Hay gotas de lluvia
que laten y sienten
y bajan del cielo,
con besos latentes.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/24.
6.016 - BUSCA LA VIDA...
Busca la vida
y todo lo que el día
te va ofreciendo.
Hoy, amanece,
con lluvia, de los cielos,
para la tierra.
Es el regalo
que llega en este otoño,
un poco tarde.
Ya falta poco,
apenas casi un mes,
para el invierno.
El tiempo corre
y pasa, ante nosotros,
espectadores.
El padre invierno,
despacio, va llegando,
con barbas blancas.
Eso decían,
antaño los ancestros,
en nuestras casas.
Aquellos ratos,
de charlas por las noches
con los abuelos.
Junto a la lumbre
nacían los relatos
y cuchicheos.
¡Cuánto se añoran
sus ratos y momentos,
inolvidables!
Pero la vida,
del hoy, con este otoño,
hay que vivirla.
Sentirla cerca,
saciarse en sus latidos
y amar en ellos.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/11/24
6.015 - LA VIDA ES COMO UN SUEÑO...
La vida es como un sueño
que pasa en un instante,
te embriaga y te enamora
se cuela entre tu sangre.
Y marchas por la vida
y vuelas por el aire
suspiras con la brisa
al paso de las aves.
Y todo es un momento,
un sueño con un traje
que tú le vas vistiendo
en medio der sus calles.
Se mezcla la utopía
con sueños e ideales,
y todo cobra forma
que invita a que la dances.
Susurran las cigarras
y dejan sus cantares,
y asoma tu sonrisa
buscando el labio amable.
El labio con el beso
soñado y que te calme
los fuegos y pasiones
del alma y de la carne.
¡Bendita la inocencia
y el sueño ingobernable
del hombre enamorado
que es niño y no lo sabe!
Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/24
6.014 - VOLVÍ A SENTIR...
Volví a sentir
tu voz y tu palabra
en la distancia.
Y es que tu amor
estaba en mis latidos
con tu recuerdo.
Necesitaba
tus besos y caricias
y tu mirada.
El paso firme,
conmigo, caminando,
por los senderos.
La mano tierna
con dedos delicados
entre los míos.
Y la sonrisa,
perenne, de tus labios
que me hechizaba.
Pero era un sueño,
hermoso, como siempre,
en unos versos.
Sueños de niño
en alma de un adulto
enamorado.
¡Cuánta utopía
encierran los suspiros
y los recuerdos!
Pero la vida
es sueño y poesía,
como en la infancia.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/11/24
6.013 - TIEMBLAN LOS RAYOS...
Tiemblan los rayos
del sol que va naciendo
sobre la mar.
Tiembla tu cuerpo
sintiendo ese suspiro
que va a tu piel.
Tiemblan tus labios
diciendo en un susurro
el "buenos días".
...El sol despierta
y aviva los latidos
de las ciudades.
En las aldeas
los gallos cacarean
al nuevo día.
Así saluda
la vida, al sol que vuelve,
con sus caricias.
Vibra la sangre,
se alteran los sentidos
con su candor.
Con todo esto
los versos se amontonan;
nace un poema.
Y es para ti,
mi linda mariposa,
que tanto quiero.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/11/24
6.012 - DE NUEVO EL MAR...
De nuevo el mar,
devuelve mil recuerdos
con las resacas.
El mar azul
y verde, de mi tierra,
inconfundible.
El mar en calma
y, a veces, muy bravío,
que bien conozco.
¡El mar, la mar...!
los versos del poeta,
para soñar...
Y es que las olas
de espumas blanquecinas
tienen su magia.
Nos dejan sueños,
suspiros de sirenas
desde altamar
Y sus latidos
se unen a los nuestros
como un susurro.
Busco en las algas
la esencia y el salitre
cual tierno aroma.
Y hasta planeo
y vuelo entre las alas
de las gaviotas.
¡El mar, mi mar...!
¡Qué dulce es tu regalo
para soñar...!
Rafael Sánchez Ortega ©
06/11/24
6.011 - VOLVIÓ LA LLUVIA...
Volvió la lluvia,
de nuevo, a la albufera,
dejando muerte.
Volvió el dolor,
el llanto y la impotencia,
ante el desastre.
Y lloró el hombre
la pérdida de amigos
y familiares.
Volvió la bruma,
la rabia en los humildes,
por el castigo.
¡cuánta injusticia,
decían sus pupilas
viendo el desastre!
Y es que el destino,
con fuerza, castigaba,
sus corazones.
Vidas y bienes,
con sueños y trabajos
iban al barro.
Y se fundían
con fango los proyectos
en un instante.
Volvió la lluvia,
(maldita, de esa Dana)
con su dolor.
Pero el esfuerzo
del hombre valenciano
no será en vano.
Y volverán
de nuevo las sonrisas
desde sus lágrimas.
Hoy, para ti,
mis versos y oraciones,
en este día.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/11/24
6.010 - TAMBIÉN EL SOL...
También el sol
asoma y amanece
en la mañana.
Tiemblan sus rayos
por culpa del rocío
de madrugada.
Se fue la noche,
con ella las estrellas
se retiraron.
El nuevo día
ofrece su sonrisa
tímidamente.
y es que los cielos
nos dejan sus colores
tan otoñales.
Cuadro y embrujo
que embriaga los sentidos
y anima el alma.
Es la palabra,
del cielo y del silencio,
en la mañana.
Ella nos dice
que amemos a la vida
y al nuevo día.
Que persigamos
la luz y poesía
que ofrece el alba.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/11/24
6.009 - RECUERDO Y VEO...
Recuerdo y veo,
el tiempo ya pasado,
de aquella infancia.
Y se sonríen,
las ramas, temblorosas,
de las encinas.
Allí, en el bosque,
muy cerca de los robles,
las conocí.
Mundo de magia
y eterna fantasía
de la niñez.
Entre sus troncos
sentí ser Peter Pan,
como en los cuentos.
Formé mil sueños,
volé por anchos cielos
y entre las nubes.
Bajé a ciudades
y en pueblos y en aldeas
me paseé.
Recuerdo amigos
y caras sonrientes
que me miraban.
También iglesias,
castillos y casonas
que recorrí.
Pero unos ojos,
ardientes, me miraron,
que yo no olvido.
Eran de ella,
la dulce mariposa
que sigo amando.
Y allí nació,
el sueño inolvidable
que va en mi pecho.
Sueño de un niño,
que siente y se enamora
de una princesa.
Y es que la vida
son sueños y poemas
de un bosque eterno,
"lleno de encanto".
Rafael Sánchez Ortega ©
03/11/24
6.008 - AQUELLA TARDE...
Aquella tarde,
preciosa, de verano,
hoy la recuerdo.
"Perdida en ti",
decía la mirada,
de tus pupilas.
Una sonrisa
salía de tus labios
tan seductores.
Y unas palabras,
silentes, susurraban,
que me querías.
Por eso mismo,
no olvido aquella tarde,
ni mis suspiros.
Y es que te amé
con un profundo abrazo
y sin palabras.
Y mis suspiros
se hicieron tus suspiros,
sin darnos cuenta.
Aquella tarde
tan linda y delicada
sigue presente.
Y es que sus horas
perviven, desde entonces,
en mis latidos.
Éramos jóvenes,
con miles de proyectos
y de ilusiones.
Hoy, el presente,
mitiga la utopía
de aquel momento.
Pero te amé,
y quiero no lo dudes,
desde ese instante.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/11/24