4.187 - ES DIFÍCIL...
Es difícil que unos versos te subyuguen,
y sentir del corazón su taquicardia
con el alma palpitando de emoción.
Pero esto la otra noche me ocurrió,
al llegar hasta tus letras,
y leer unos versos contenidos en las mismas,
escanciando ese néctar delicioso de un poema.
En el mismo pude ver
a la sangre palpitando de unas venas juveniles,
a unos labios temblorosos
y a los ojos que lloraban de alegría,
porque solo suplicaban y pedían paz y amor
en el refugio de unos brazos añorados,
que buscaba en la distancia.
Era un grito silencioso
el que llegaba del mensaje,
un deseo irreverente de vivir una utopía,
y era un sueño, que hice mío,
de soñar y de volar
por un mundo sin cadenas y sin rejas,
donde nadie se riera de nosotros
y tampoco nos juzgara,
ya que amar y compartir esos latidos
era el lazo que buscaban nuestras manos
como dos enamorados
que lo ansíaban sin remedio.
Como a ti, me gustaría,
recorrer esos rincones de la vida,
retirar las telarañas del silencio,
renovar los pensamientos ya caducos,
airear, con nueva brisa, la sonrisa
de tus labios,
disfrutar en bajamar con el ocaso
y dormirnos en las olas de los mares,
disfrutar de esos instantes tan sublimes
y sentir a nuestras manos
que, nerviosas, juguetean
y dibujan arabescos
en la piel que tanto aman...
Es difícil que unos versos te subyuguen,
pero tú lo conseguiste, con los tuyos,
y me hiciste renacer de las cenizas
y sacar de los recuerdos una vieja melodía,
abandonada, de este viejo corazón,
que ya estaba agonizando.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/20
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