4.590 - NUBES DE SEDA...
Nubes de seda,
bailando por el cielo,
en romería.
Bonita tarde
de enero, que se marcha,
tras las montañas.
Se escapa el sol,
se duerme con la noche,
hasta mañana.
Y aquí quedamos
los hombres, en la tierra,
con otros sueños.
Sueños y vida,
de niños y mayores,
para el futuro.
Sueños vibrantes,
de luz y fantasía,
para las almas.
Sueños con rimas,
en pechos que suspiran,
en plena noche.
Sueños amargos,
repletos de tristeza,
que nunca faltan.
Pero no olvides,
las nubes, en la noche,
sueñan contigo.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/01/21
Se marcha la tarde y se escapa por el cielo el sol tras unas nubes que dejan ese color dorado que forma, durante unos minutos un cuadro de gran belleza, para que el alma de las personas sensibles lo puedan admirar y se sientan un poco más niños.
4.589 - EL VIENTO CANTA...
El viento canta
poemas de la aldea
y de pastores.
Hay en sus letras
recuerdos y nostalgia
de primaveras.
También de inviernos,
veranos y sequías
y algún otoño.
Yo escucho al viento,
me duermo entre sus brazos
arrulladores.
Voy en su brisa
por campos y montañas
hasta la mar.
Allí, el salitre
despierta mis sentidos
con el nordeste.
Se calma el viento,
descansa entre la arena
y las resacas.
Ellas le dictan
la música sin nombre
de las mareas.
De esta manera
el viento, con la brisa,
forman un dúo.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/01/21
Estoy seguro de que el viento y la brisa han venido, a nuestro lado, infinidad de veces, con esa canción invisible que nos hace estremecer y nos lleva a sitios y momentos inolvidables. Así podemos sentir su arrullo en el campo, en la playa, en el mar y en la montaña, y notar el candor de su abrazo y la caricia de su voz en nuestros oídos.
4.588 - ERAS...
Eras el viento
llegando en la mañana
hasta mis ojos.
Eras la nube,
de plata, que pasaba,
tapando al sol.
Eras el cielo,
azul y marinero,
que nos cubría.
Eras la sombra,
temblando, en la distancia,
que me llamaba.
Eras el canto
silente, del soldado,
en las batallas.
Eras la voz,
gritando, sin palabras,
en el desierto.
Eras el verso,
perdido de un poema,
que me llamaba.
Eras el cáliz,
pletórico del néctar
para embriagarme.
Eras el beso
y el labio, tan ansiado,
de mi pasión.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/01/21
Al copiar los versos me he dado cuenta de que he puesto "Eras", cuando debí de poner "Fuiste", pero ya no voy a cambiar porque me obligaría a tener que hacer una profunda revisión de casi todas las estrofas, así que lo dejaremos así y que cada cual, si es que alguien lee estos versos, los interprete como guste.
4.587 - QUIERO UN POEMA...
Quiero un poema
con versos de tus labios
en la cuartilla.
Así tendré
tu voz y tu palabra
en mis pupilas.
Y en todo instante
podré sentirte cerca,
aunque estés lejos.
Quiero un cometa,
con tu nombre, grabado,
en su bandera.
Así estarán
mis ojos, fijamente,
mirando al cielo.
Y encontraré
el eco, con tu nombre,
en mi garganta.
Quiero gritar
y contagiar, al mundo,
esta locura.
Así seré
el hombre más feliz
sobre la tierra.
Y te podré
decir, en unos versos
cuánto te quiero.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/01/21
Hay momentos, en la vida de toda persona, en que ésta llega a una situación sublime en la que parece que puede tocar y tomar el cielo con la mano, o, para ser más humildes, en ese instante en que cree que es posible amar y ser amado de esa manera romántica, especial y maravillosa como ha podido leer una y mil veces y saboreado en las pantallas del cine y la televisión. De ahí a escribir unos versos y crear, con ello, una utopía hay un paso muy pequeño, ¿verdad?
4.586 - RAMO DE FLORES...
4.585 - NO QUIERO...
No quiero ver
el paso de los años
y el calendario.
No puedo ver
el llanto de los niños
que sufren hambre.
No quiero ver
las guerras de los hombres
contra los hombres.
No puedo ver
la mano que mendiga,
pidiendo pan.
No quiero ver
el labio lastimado
ansiando un beso.
No puedo ver
la luz que en plena noche
me da la luna.
No quiero ver
la música y el baile
que tú me ofreces.
No puede ser
que mire y no te vea
estando cerca.
No quiero ser
un ciego, entre las sombras,
buscando amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/01/21
4.584 - LA MAGIA BLANCA...
La magia blanca,
con manto de nevada,
vino a nosotros.
Fue algo sublime,
quizás para vivirlo
y no contarlo.
Pero tus ojos
pedían mis palabras.
Lo suplicaban.
Y te conté
de un mundo diferente,
maravilloso.
Había paz,
los hombres trabajaban
y sonreían.
Atrás las guerras,
las luchas y batallas
por egoísmos.
Brillaba el sol
en medio de los cielos
azul celeste.
Nadie pedía
limosna por las calles.
¡Se compartía!...
Y en medio de esto,
de nieves y de magia
tú dormitabas.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/01/21
La nieve se presta para que la veamos de diferente manera y una de ellas es en el ensueño de la magia "blanca", donde todo es posible y la fantasía se desborda.
4.583 - QUIERO LA MIRADA...
(Inspirado en unas letras de Ginebra Blonde)
Quiero la mirada que tanto precisamos
y "buscamos", muchas veces,
en el sitio y lugar equivocado,
para encontrarla, un día, ante nosotros,
en ese espejo que la vida nos ofrece,
roto y fragmentado por el suelo...
Quiero ese mágico poema de tus ojos
en el que me hablen, "sin palabras",
los latidos de tu pecho
y me cuenten los secretos de tu vida...
Pero quiero, simplemente, el silencio
y el poder estar contigo,
el mirarte, sin prisas, en la tarde,
el placer de velar tu sonrisa mientras duermes,
el tatuar, por tu cuerpo, con mis dedos,
unos versos invisibles
que digan que te quiero
y que alcancen las estrellas...
Quiero que llegue la lluvia
y bese tu cuerpo desnudo, con el mío,
y nos abrace y sacie la sed contenida
de una pasión que nos desborda...
Y quiero volver a nacer,
para conocerte, de nuevo,
para sentir tu mirada y oír tus palabras
y estremecerme como aquel niño, pequeño,
que fue un día hasta tu lado
a escuchar la canción de las sirenas
y al que llenaste, sus oídos,
con los versos de Pessoa
y de Neruda...
A veces, quiero pensar,
que solo necesito tu mirada
y las palabras congeladas de tus labios,
para tenerte aquí, muy cerca,
en mi costado,
y poder ir cosiendo un corazón anciano
y medio roto,
que precisa de remiendos y caricias...
Pero quiero ese espejo en que te miras,
y lo quiero, porque en él, yo también
me he mirado muchas veces,
y buscado, en sus fragmentos,
ese brillo y la frescura que surgía de tu lado
y me hacía enloquecer...
No me importan las esquirlas del espejo,
ni tampoco las heridas y la sangre
que me causen.
¡quiero seguir soñando...!
Rafael Sánchez Ortega ©
21/01/21
4.582 - VERÁS...
Verás las rosas
volver, en primavera,
a los jardines
Verás la risa
de nuevo, florecer,
en tantos labios.
Verás la nieve
dormir, en las montañas,
ajena al mundo.
Verás el alma,
del hombre, enamorado,
vibrar de nuevo.
Verás la madre,
que espera a su retoño,
salir de clase.
Verás al niño
que embarca con sus sueños
mirando al cielo.
Verás al hombre
sudando, por los campos,
mientras trabaja.
Verás la magia
del mundo y de la vida
venir a ti.
Y a todo esto
verás que, en tus latidos,
surge un poema.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/01/21
A lo largo de nuestra vida solemos buscar un doble sentido a lo que vemos a través de los sueños y la utopía. Por eso, encontrar una metáfora, en cada mirada que damos y encontrar todo ese mundo y vida lleno de magia y colorido es lo que solemos hacer, o, quizás hicimos en algún momento pasado. No creo que se haga daño a nadie por ver así la vida y por pensar y soñar de esta manera.
4.581 - DÉJAME VERTE...
Déjame verte,
leer en tus pupilas
lo que ellas guardan.
Nunca pensé
decirte estas palabras
así de claras.
Pero tus ojos,
un tanto picarescos,
me decidieron.
Me contestaron
tus labios temblorosos
y sonrientes.
Había un sí,
velado, que invitaba
a ver tu cielo.
Y lo acepté,
despacio y abrazándote
aquella tarde.
Leí tus letras,
los versos y el poema
que tú escribías.
Viví tu vida
contigo en el presente
y pude amarte.
Y fui feliz
en medio de un gran sueño
que compartimos.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/01/21
Recuerdo una vez, una escena parecida, en la que intenté leer unos ojos y solo pude ver el reflejo de las estrellas en la noche. Creo que me estremecí y gocé del momento, pero me quedé con las ganas de saber qué había escrito en las pupilas tan cercanas. (Así son los sueños...)
4.580 - ERA UNA TARDE...
Era una tarde
de invierno, la recuerdo,
fue en el paseo.
Te vi leyendo.
Estabas en un banco,
ajena al mundo.
Me sorprendió
el verte, concentrada,
con aquel libro.
Pensé mil cosas,
incluso en preguntarte
que qué leías.
Pero seguí,
andando en el silencio
y sin palabras.
Atrás quedaste
envuelta en el misterio
que me causaste.
Nacieron sueños,
encuentros de otras tardes
y hasta suspiros.
Pero las rosas,
lloraron, sorprendidas
al ver mi marcha.
Nunca entendieron
los pasos que yo daba
hacia la nada.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/01/21
Es una de esas escenas que tantas veces habremos soñado y pasado del mundo de la novela y el relato, incluso del cine, a nuestra propia vida, para hacer una especie de figura central y romántica con aquellos guiones que tanto se llevaban en nuestra juventud. Eran sueños y fantasías para ansiar una vida nueva y diferente con unos personajes que también lo eran y lo deseaban, aunque fuera en sueños y cargados siempre con la utopía de entonces.
4.579 - DEJA QUE EL VIENTO...
Deja que el viento
me traiga tu mensaje
y te conteste.
El propio viento
será nuestro correo
confidencial.
En sus palabras
oiré también las tuyas
y tú las mías.
¡Quién lo diría
de un viejo compañero
y tan discreto!
Viento del sur
que acelera la sangre
y las pasiones.
Viento de oeste
preludio de huracanes
y de galernas.
Falta el nordeste,
el viento de los mares
y del salitre.
Pero la brisa
que aportan estos vientos
son un poema.
Vientos diversos
con versos y suspiros
de los poetas.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/21
A veces pensamos en intermediarios, en papeles, cartas, teléfonos, medios modernos de comunicación y nos olvidamos del viento, de la brisa, de esos compañeros invisibles y silenciosos que están a nuestro lado y que recogen nuestro estado de ánimo, nuestros latidos, suspiros y, si me apuras, hasta nuestros sentimientos. ¡Qué mejor confidente para que lleve y recoja lo que el corazón anhela y precisa...!
4.578 - NO ENCIERRES LA NIEVE...
No encierres la nieve
tras rejas de plata
y siente su canto,
su hechizo y su magia;
la nieve, en el suelo,
moldea palabras,
figuras y sombras
que ocultan pisadas;
hay huellas perennes,
recuerdos que pasan
y brisas marchitas
con aires de infancia;
un árbol saluda
con nieve en sus ramas,
susurra: "Mi niña...
te ofrezco mi alma..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/01/21
4.577 - ESTABA TRISTE...
Estaba triste
la tarde del invierno
con la nevada.
Y es que las nubes
ocultaban el cielo
y el manto azul.
Llora la tarde
con lágrimas saladas
y blanquecinas.
Estaba hermosa
la casa de las hadas
entre los robles.
Bonito sueño
sacado de los cuentos
hasta tus ojos.
Y es que esa casa,
con magia y encantada,
está a tu alcance.
Estaban vivos
los copos de la nieve
y juguetones.
Van a tu cara
de labios de los ángeles
y querubines.
Van a tu alma,
aumentan sus latidos
¡Te hacen soñar...!
Rafael Sánchez Ortega ©
16/01/21
Hay muchas tardes tristes en el alma y ésta siempre busca un culpable o una tercera persona para descargar el motivo de la misma y así, poder seguir el camino de la vida y recobrar la sonrisa, borrando esa sombra que, por unos momentos, pudo empañar su mirada. Veamos en la nieve lo que tiene de pureza y de magia y sintamos esa llamada de la infancia que tiene y nos ofrece.
4.576 - EN EL CUADERNO...
En el cuaderno
dejaste las palabras
y los silencios.
Era tu vida
plasmada por tus dedos
en las cuartillas.
Versos y sueños,
poemas y suspiros
con tu presencia.
Me lo entregaste
un día, sin pedirlo,
como un regalo.
"Guárdalo bien,
no temas, son retazos
de viejos sueños".
Y se quedó
olvidado, el cuaderno,
hasta este instante.
Hoy lo encontré
un tanto polvoriento
en el desván.
En un pupitre,
con rosas marchitadas,
allí dormía.
Duermen los sueños,
la eterna fantasía.
¡La juventud!
Y muy despacio,
releo con un beso
estos susurros.
¡Viejo cuaderno
que tantas cosas guardas
dame tu paz!
Rafael Sánchez Ortega ©
15/01/21
Muchas veces encontramos cuadernos y libretas de la infancia y juventud donde aparecen escritos que ya teníamos olvidados. Al releer nuestras letras nos damos cuenta de que en esos cuadernos hemos entregado una parte de nuestra vida y que allí se reflejan momentos, pensamientos, ilusiones y ese algo que, en aquel entonces, era la base y el fundamento de nuestra vida.
Sin darnos cuenta solemos estremecernos ante estos encuentros que, muchas veces, no son por casualidad ni fortuitos.
4.575 - CIERRAS LOS OJOS...
Cierras los ojos,
te duermes lentamente,
como la tarde.
Ratos de bruma,
de nieblas y llovizna
con horas muertas.
Quieres soñar,
vivir una aventura
en tu jardín.
Miras afuera.
Detrás de los cristales
está la calle.
Suelo mojado
por gotas de la lluvia
que está cayendo.
No se oyen coches
que alegren el asfalto
tan perezoso.
Un gato pasa
al prado del vecino.
Busca comida.
Debajo, el río,
protesta desbocado
por la crecida.
Y aquí, mis ojos,
un tanto soñolientos,
quieren dormir.
Buscan tus ojos,
tus labios y tus besos.
así, sin más.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/01/21
Una especie de sopor se apodera del cuerpo y los ojos parece que se cierran como deseando dormir profundamente. Todos hemos sentido una sensación parecida y nos hemos querido olvidar de la vida y de nosotros mismos, alguna vez. Por eso, en tardes como esta, todo se disculpa y se añora, aunque sea con una cierta nostalgia.
4.574 - CALIENTA EL SOL...
Calienta el sol,
con fuerza, en esta tarde,
aunque es invierno.
Duermen los sueños,
cubiertos de silencio.
Estremecidos.
Y es que el calor
abraza los sentidos
con mucha fuerza.
En las aceras
la nieve salteada
se descongela.
Charcos del agua
con bolas y carámbanos
de los tejados.
Algo borrosas
figuras de muñecos
y de animales.
La fantasía
que niños y mayores
fueron creando.
Y allí se queda,
fundiéndose en la acera,
la nieve blanca.
Calienta el sol
que mima y acaricia
tantos recuerdos.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/01/21
La nieve es el motivo y el recuerdo que todavía queda en la retina y que las pupilas recogieron estos días, bien de forma directa o a través de los medios de comunicación en sus imágenes. Esa blancura y todo lo que representa es como un bálsamo en medio de tanta tristeza como la que nos rodea en estos tiempos.
4.573 - ENTRE TUS MANOS...
Entre tus manos
recoges una rosa
que te regalo.
Pequeño premio
a un beso que me diste
sin yo esperarlo.
Así que en paz,
te digo, con mis ojos,
burlonamente.
Pero la rosa
con ser maravillosa,
no es suficiente.
Y es que tu beso
llegando hasta mis labios
me estremeció.
Llenó mi alma
de amor y de ternura
por mucho tiempo.
Y hoy es el día
que sigo recordando
aquel instante.
Siento tus labios
ahogando mis palabras
llegar a mí.
Y aquella rosa
de seda, apasionada
me cautivó.
Cuando la vi
sentí vibrar mis labios
y la besé.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/01/21
Cuadro romántico que hemos leído tantas veces, e incluso, hemos visto a través del cine y del teatro. Instantes así se quedan grabados en la memoria y florecen en el recuerdo, de tarde en tarde, como diciéndonos que rescatemos esa parte sensible que aún existe en el alma.
4.572 - TUS ALAS DE CRISTAL...
Tus alas de cristal
de nuevo me subyugan,
y aumentan los latidos
que están bajo la blusa
de nuevo, apasionados,
buscando la lujuria
y el ansia de tenerte
conmigo, entre la bruma...
Perdamos los sentidos,
hagamos mil diabluras,
miremos las estrellas
que brillan con la luna,
y hagamos que los cuerpos
se encuentre en la jungla
de fuego y de pasiones
de amores y sin dudas...
Tus alas de cristal
me dicen que estás pura,
que vuelas por mis versos
y en ellos, tú disfrutas...
Rafael Sánchez Ortega ©
11/01/21
4.571 - SE VA LA NIEVE...
Se va la nieve
y deja un manto blanco
con mucho frío.
Hielo en la noche,
ventisca en la mañana,
nube en la tarde.
Aquí se quedan
los sueños y los niños
en una piña.
Y todos fuimos,
los niños de la nieve
en nueva infancia.
Sueños y risas,
con horas blanquecinas
y de ilusión.
Blancas las calles,
aceras y tejados,
vistieron galas.
Las chimeneas
ahogando los suspiros
de los hogares.
Los campanarios,
tapadas las campanas
dejan silencios.
Pero se marcha
la nieve y, la nevada,
queda en el alma.,
Rafael Sánchez Ortega ©
11/01/21
Después de la nevada siempre queda la nostalgia y los recuerdos se amontonan en ese blanco inmaculado que ella nos deja. Así los sueños se alargan, se estiran y los hacemos más y más vivos hasta que se van congelando y quedando en el recuerdo como algo importante de nuestras vidas.
4.570 - DOS AMAPOLAS...
Dos amapolas
estaban junto al río
muy temblorosas.
Culpa del viento
bajando de los montes
con mucho frío.
Por eso tiemblan
y son muy delicadas
con corta vida.
Luego se irán,
durmiendo con el río,
para otras tierras.
Disfrutarán
de un sueño sobre el agua
que se las lleva.
Quizás arriben
a un puerto sin marinos
ni embarcadero.
Quizás entonces
se duerman las banderas
y los castillos.
¡Benditos sueños
de amor y poesía
de tantos niños!
Las mariposas
sonríen mientras tanto
al ver tus labios.
Quieren besarlos,
libar ese suspiro
con tu candor.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/01/21
Dos amapolas se encuentra, temblorosas, a la orilla del río y el poeta las ve y deja correr la fantasía. Elabora un mundo, una situación, un sueño y, sin darse cuenta, le salen estos versos al papel.
4.569 - OJOS PRECIOSOS...
Ojos preciosos
que buscan en la nieve
una sonrisa.
Y es que la nieve
nos deja su blancura
inmaculada.
Nos la regala,
igual que las sonrisas.
¡Nos hace niños!
Nieve del cielo
con versos de los ángeles
que nos dedican.
¡Qué gran poema,
qué libro inigualable
el de la vida!
Recitaremos
su bello contenido
en un susurro.
Y mientras tanto
el alma de los hombres
será más niña.
Alma de nieve
en ojos y esperanzas
que se desean.
Lindas pupilas
que viven y saludan
al manto blanco.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/01/21