5.059 - AQUELLA TARDE...



Aquella tarde

perdí una mariposa

por impaciente.


Ella volaba

ajena a mi presencia

entre las rosas.


Yo la seguía,

primero con la vista,

en sus cabriolas.


Luego, mis pasos,

corrieron detrás de ella

y se asustó.


Alzó su vuelo

cruzando la laguna

sin detenerse.


Atrás quedé,

culpable y asustado,

entre las rosas.


¿Por qué corrí,

detrás de tu figura,

para asustarte?


Solo quería

tenerte entre mis dedos

y acariciarte.


Y te perdí,

mi linda mariposa

y lo sentí.


Rafael Sánchez Ortega ©

21/04/22

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