5.923 - ERA UNA ROSA...



Era una rosa perdida

y abandonada en el suelo,

por la mano que, impaciente,

se arrepintió de unos besos.


Era un regalo dorado

para poner en el pelo

de la persona querida

que estaría en el paseo.


Pero la cita soñada

incumplió aquel acuerdo

y no vino hasta ese parque

y se esfumó como el viento.


Y te quedaste dolido

con la rosa y sin el premio

de aquel beso que añorabas

y que tus labios perdieron.


Abandonaste la rosa

que se quedó bajo el cielo,

marchitando su belleza

y perdiendo sus reflejos.


Esto, al mirarla, me deja

el viejo sabor del cuento,

de dos amantes buscando

la juventud de sus cuerpos.


Triste final de la rosa

que se queda en un recuerdo,

donde el poeta recrea

unos versos de algún sueño.


Rafael Sánchez Ortega ©

09/08/24

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