4.136 - EN REALIDAD...



En realidad todo pasó en un momento 
y fue algo instintivo,
mis manos te buscaron 
y encontraron tu cuerpo.

Miré tus ojos profundamente 
y nuestras pupilas se fundieron 
en un mismo sueño.

Sentí estremecerse tu cuerpo, 
y el mío también se estremeció.

Fueron unos segundos, quizás unos minutos, 
pero fue un tiempo interminable, 
y que hace que vuelva a estremecerme al recordarlo.

¿Qué estaba pasando y qué fue lo que ocurrió?...

Esa es la pregunta que me hice entonces
y que hoy, años después, 
da vueltas y vueltas en mi cabeza.

En realidad fueron nuestros sentidos,
nuestros ojos, los que buscaron,
los que bailaron aquella extraña danza,
de amor entre la niebla,
y los que se cubrieron de besos invisibles.

También los corazones quisieron participar 
de aquel baile tan íntimo
y empezaron a danzar y a galopar 
en nuestros pechos,
siguiendo un ritmo inusual y lleno de magia.

Recuerdo que unas lágrimas, rebeldes, 
acudieron a mis ojos
y, que también miré los tuyos 
que estaban inundándose 
de una lluvia fina y menuda.

Los besé y sequé, en aquella soledad tan infinita, 
y también tú diste vida y colorido a los míos 
al dejar, en ellos, la brisa de la vida.

Recuerdo que tras ese instante de magia 
volvió a surgir la poesía,
vibraron de nuevo los corazones 
y los cuerpos sintieron la caricia 
del sol en su piel.

¡Estábamos, de nuevo en el presente,
teníamos una razón para vivir,
ansiábamos la vida 
y queríamos vivirla intensamente!

Quizás, la respuesta 
a la pregunta de antes es que:

¡éramos jóvenes,
que nos queríamos
y que nos amábamos, 
pero también puede 
que estuviéramos equivocados...!

Rafael Sánchez Ortega ©
09/02/20

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