4.291 - HOY CANTAN LOS PAJARITOS...
Hoy cantan los pajaritos
por la llegada de mayo,
anuncian la primavera
aunque sea con retraso
es deliciosa la música
que nos dejan en su canto,
una tierna melodía
con el placer de un regalo,
y yo la acepto y suspiro
y con presteza la guardo
para enviarla muy lejos
y se contagien tus labios,
de primavera y susurros
con tantos sueños y abrazos
que nos envía la tierra
en sus praderas y campos...
Los pajarillos saludan
con su piar sin descanso,
en una orquesta sin nombre
que va rizando un adagio,
una sutil serenata,
una canción sin piano,
y una pasión de sentidos
que hacen sentir arrebato,
y ante la música tierna
surge el temblor en la mano,
para trazar unos versos
y en el cuaderno dejarlos,
versos que van a tus ojos
como un sonido encantado
con sencillez e inocencia
para que puedas tomarlos...
"...Hoy cantan los pajarillos
en este mayo que ha entrado,
y cantan también las rosas
en tus ojitos castaños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/05/20
4.290 - LLÉVAME LEJOS...
Llévame lejos,
confunde mis sentidos
y sé mi guía.
Eran palabras,
un tanto suplicantes.
Tenía sed.
Sed de la vida,
en plena primavera,
con su estallido.
Y me llevó
contigo, la paloma,
como una flor.
Entre sus alas,
cubierto de la brisa,
yo dormitaba.
Abajo el mundo
vivía la jornada
del nuevo día.
Y me posó,
despacio en tu ventana,
nuestra paloma.
Estaba abierta
y descansando tú
en dulce lecho.
Fui a tu lado
con miedo a despertarte
y te besé.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/04/20
4.289 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 47
Pienso en las oscuras golondrinas
del poeta,
y pienso en las rimas escondidas,
en los balcones de unas casas
con la ropa tendida,
en los nidos posados en las vigas,
en los cristales silenciosos
cubiertos por cortinas,
en las alas invisibles
que llamaban a los mismos,
en el humo que se ve en la chimenea,
en el viejo canalón que asemeja una cenefa,
en la puerta señorial que se abre de la calle,
en el perro que descansa en el zaguán,
en el gato que se estira en una alfombra,
en las voces congeladas de las tardes,
en las sombras que llegaron y cubrieron
tantos ojos,
en las siestas y en las horas de descanso,
en los sueños juveniles persiguiendo
a las estrellas...
Por eso pienso en ti,
¡mi poesía...!
Rafael Sánchez Ortega ©
30/04/20
4.288 - SOPLA EL VIENTO...
Sopla el viento en la mañana
y despeja la tristeza,
de los ojos infantiles
que tranquilos se despiertan.
Es la brisa del nordeste
que hoy empujan las mareas,
al compás de las resacas
y las olas tan inquietas.
En los niños, soñadores
unas frases balbucean,
mientras limpian las legañas
y su mente se despeja.
Hay silencio por las calles
y hasta el alba viene espesa
con la luz y el colorido
de la dulce primavera...
Sopla el viento, como digo,
y se animan las orquestas,
de los coros celestiales
con gorriones y azucenas.
Es un bello pentagrama
sin batuta y con presencia
de la rosa tan sublime
que ha nacido de la tierra.
Y la brisa trae caricias
deja aromas y hasta esencias,
que estimulan los sentidos
de las almas tan inquietas.
Y estas almas de los niños,
en los hombres cobran fuerza
y retornan a la infancia
a inspirarse en su poema...
"...Sopla el viento de la vida
y remueve las conciencias,
con ternura, en unos casos,
y en los otros, con galernas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/04/20
4.287 - CUÉNTAME Y DIME...
Cuéntame y dime
si has visto alguna estrella
en el paseo.
Y si con ella
estaban mariposas
de mil colores.
¡Qué bella imagen
podría dibujarse
cuando durmieran!
Si no las viste,
quizás fuera la luna
tu compañera.
La que alegrara
tus ojos y sonrisa
con su presencia.
Y es que la luna
nos habla sin palabras
y nos escucha.
Cuéntame, entonces,
del rato y del paseo
para soñar.
Te escucharán
mis ojos, soñolientos
y te amarán.
Para dormir
muy cerca de la luna
y las estrellas.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/04/20
4.286 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 45
Me digo y me pregunto:
¿de qué te gustaría hablar...?
... A lo mejor de nada.
Quizás me contentara con oír tu voz
viniendo del silencio,
sentir la presencia invisible
de tu cuerpo en mi costado,
poder cerrar los ojos
y rozar tu mano con la mía,
jugar, en tu cuerpo, con mis labios
para buscar ese escalofrío
que, también, consiguiera estremecerte
y estremecerme.
Pero me gustaría hablar de ti
y hablarte a ti.
Dejarte en el oído mis palabras,
leerte un sencillo poema sin nombre
que fuera naciendo en este acto,
llevarte de la mano, y sin destino,
por los campos y senderos,
buscar la vieja encina tan soñada
y sentarnos a su lado,
subir por las colinas de los montes
hasta el cielo,
bajar a las orillas de los ríos
para escuchar a las fontanas cantarinas,
sentir como me miras y te miro
sin palabras,
fundir nuestras miradas y latidos
por un instante eterno,
amar y confundir los corazones
haciendo que se paren los relojes,
besar la quintaesencia de tu cuello
con mis labios...
...Y amarte, una vez más,
¡mi poesía...!
Rafael Sánchez Ortega ©
28/04/20
4.285 - EN LA GARGANTA...
En la garganta
tenía las espinas
de alguna rosa.
Viejos recuerdos
de flores marchitadas
en el otoño.
Aquellas tardes,
lozanas y con brío,
atrás quedaron.
Y se durmieron
los ojos suplicantes
de unas caricias.
Fueron migajas,
rescoldos de un verano
de juventud.
Algunos bailes,
palabras y miradas
en romerías.
Así nacieron
preciosos sentimientos
con mil caricias.
Y nos besamos,
en tardes y en las noches
bajo la encina.
Pero los años,
y el tiempo, no perdonan...
(Nos separaron).
Hoy es presente
y miro aquel pasado
como algo tierno.
Algo precioso
surgido entre dos almas
y que viví.
Ahora me quedan,
los versos y un poema
de tus pupilas.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/04/20
4.284 - CON LAS MANOS TEMBLANDO...
Con las manos temblando
avanzaba en la noche,
apartando los miedos
y buscando razones,
pero aquellos clavaban
sus puñales enormes
y manaba la sangre
de aquel pecho sin flores,
marchitadas las rosas
en los ojos del joven,
se veían legañas
y también nubarrones,
y rezaban los labios
la plegaria sin nombre,
elevando a los cielos
la canción del Quijote...
Las preguntas surgían
en profundo desorden
y cruzaban la mente
cual agudos gorriones,
¡qué silencio tan grande,
que hasta el eco responde,
mitigando las ganas
de quebrar el desorden!
y es que clama la tierra
y hasta lloran las flores,
por la ausencia de vida
y también de pasiones,
soledad en las almas,
tempestad en los montes,
ya se acercan las sombras
y se duermen los dioses...
"...Con las manos temblando
avanzaban los monjes,
por el claustro silente
mientras daban las doce..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/04/20
4.283 - HE SENTIDO LA LLUVIA...
He sentido a la lluvia
resbalar por mi cuerpo
y dejarme en la cara
el candor de sus dedos,
es la dulce caricia
que desgranan los cielos
a través de las nubes
y su llanto en silencio,
me transportan el alma
estas gotas, y creo,
que en las mismas se encuentra
el placer de los sueños,
esa bella utopía
de arribar algún puerto
y vivir, con la lluvia
en la danza del fuego...
Una danza sin nombre,
con sus llamas y leños,
desprendiendo latidos
y momentos diversos,
en que todo se alcanza
y se paran los tiempos,
deteniendo los hombres
sus corceles inquietos,
porque surgen las dudas
y hasta vuelven recuerdos,
con su manto de plata
y ese néctar, veneno;
maldición sin castigo,
seducción para el cuerdo
y una rosa, temblando,
al poeta y sus versos...
"...He sentido a la lluvia
al llegar, con deseo,
a mi cuerpo temblando,
con su labio sin dueño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/04/20
4.282 - EN LA PARED...
En la pared
quedaron los dibujos
y las legañas.
¡Bendita infancia,
de rosas y claveles
que allí pasó!
Quedaron sueños,
hermosos e inocentes,,
quedaste tú.
De aquella etapa
me quedo con tus dedos
que dibujaban.
Fueron las gotas
llegando de tus ojos
casi invisibles.
Era tu sangre,
con gotas, refundidas
en aquel lienzo.
Ahora te veo,
recuerdo tantas tardes,
te siento en mí.
Yo soy la tela,
la imagen que, tus dedos,
acariciaban.
Yo soy el alma,
la esencia y el suspiro
que te inspiró.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/04/20
4.281 - POR UN RESQUICIO...
Por un resquicio
del cielo, se asomaba,
el nuevo día.
Otra mañana,
sin prisas, comenzaba,
a dar sus pasos.
Las margaritas
se alzaban, orgullosas,
y saludaban.
Yo vi tus ojos,
tus labios y tu cara,
bajar del cielo.
Y susurrabas
la tierna melodía
que bien conozco.
Aquella nana
que antaño me dejabas
para dormir.
¡Cuántos recuerdos
de sueños y de infancia
contigo siempre!
Y tú, mi luna,
princesa inalcanzable,
con tus leyendas.
Me diste tanto
que aún creo estar soñando
en tu regazo.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/04/20
4.280 - QUIERO QUE VENGAS...
Quiero que vengas,
que llegues a mi lado
y que me abraces.
Sentir tus besos
rodar por las mejillas,
rozar mis labios.
Y tus suspiros,
atarme fuertemente
en su murmullo.
Quiero tu sangre,
sentirla, acelerada,
en el costado.
Y con tus dedos
trazando unos dibujos
sobre mi espalda.
Seguidamente,
fundir nuestros latidos
en uno solo.
Quiero que sigan
mis pasos a tus pasos
hasta la alcoba.
En ese lecho
de rosas y jazmines
descansaremos.
Y soñaremos,
sin prisas y sin tiempo
como dos niños.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/04/20
4.279 - ALGUNA VEZ LLORARON...
Alguna vez lloraron
los dioses por los niños,
al verlos descontentos
marchando a su destino,
tenían en los ojos
legañas y rocío,
de tardes y de noches
buscándose en los libros,
así son los pequeños
que siguen los caminos
con huellas invisibles
que captan los sentidos
y en ellos está el mundo
la tierra en que vivimos,
la casa soleada
y el lecho en que ha nacido...
Alguna vez lloraron
tus ojos, amor mío,
y fue cuando dejaste
volar a los suspiros;
salieron de tus labios
los versos contenidos,
retales de un poema
con besos y con lirios,
en ellos la esperanza
tenía recorrido
y estaba en la figura
del ángel y del niño...
¡Qué dúo, sin palabras,
¡qué arpegio tan divino!,
el niño con el hombre
uniendo sus latidos.
"...Alguna vez lloraron
tus ojos, buen amigo,
sabiendo que lloraban
los ojos tan queridos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/04/20
4.278 - FUE LA RESACA...
Fue la resaca,
llegando hasta mi lado
quien me asustó.
Olas sencillas
viniendo desde lejos
con melodías.
Rumores sordos
con música sublime,
¡cautivadora!
Y allí te vi,
venías con las aguas
del ancho mar.
Vi tu belleza,
con lágrimas saladas
que te cubrían.
Y vi el encanto,
sublime de tu alma
en la mirada.
¡Qué comunión,
del hombre y el poema
en aquel acto!
Yo te miraba,
te hablaba sin palabras,
tú sonreías.
Y mientras tanto,
envuelta en la resaca,
tú te dormías.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/04/20
4.277 - HE CAMINADO...
He caminado,
por valles y senderos,
hoy solitarios.
Algunos pueblos
quedaron entre ellos
semi olvidados.
Allí durmieron
los versos y poemas
de juventud.
Nacieron otros,
sencillos, temblorosos,
en el estío.
Dieron sus pasos,
de invierno y primaveras
ya marchitadas.
Y se quedaron
durmiendo en los recuerdos
de la conciencia.
Hoy, mis pisadas,
no saben el destino,
ni a dónde van.
Quizás te buscan,
eterna poesía,
como hace tiempo.
Quizás esperan
la rosa inmaculada
de tu sonrisa.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/04/20
4.276 - EN LA TARDE AQUELLA...
En la tarde aquella
cometí un pecado,
me acerqué hasta el río
y escuché su canto,
eran melodías,
que dejaban labios,
sin ninguna cara
y con gran cansancio,
lágrimas amargas
y profundos llantos,
ahora reprimidos
con suspiros rancios,
y hasta en los recodos,
donde hubo meandros,
hoy están ausentes
los rincones mágicos...
En la tibia tarde
se me fue la mano,
al buscar la tuya
y sus dedos cálidos,
encontré la fuerza
que animó mi paso,
y encontré la vida
y el sentido horario,
recobré el latido,
hasta el pecho amargo,
de ese verso ausente
que persigo y clamo,
porque el río lleva
un susurro extraño
y el mensaje eterno
que yo busco en vano...
"...En la tarde aquella,
(junto al río sabio),
le abracé en silencio
y te amé despacio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/20
4.275 - EL UNIVERSO...
El universo
palpita solitario
y en el silencio.
Su rostro, pálido,
se esconde, entre las brumas,
de la gran noche.
Qué soledad
nos deja en este cuadro...
¡Impresionante!
Pero lo vemos,
captamos su silencio.
Le respetamos.
Luego, sin prisas,
abrimos aquel lecho.
Nos desnudamos.
En él entramos,
perdiendo los sentidos,
para soñar.
Y nos amamos,
fundidas nuestras almas
y nuestros cuerpos.
La comunión
nos viene de los astros
y las estrellas.
¡Hermoso sueño,
con néctar agridulce
que disfrutamos.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/20
4.274 - NO HAY BANDERAS...
No hay banderas en el cielo
ni tampoco escapularios,
solo nubes peregrinas
que recogen nuestros llantos,
y los llevan silenciosos
a otras tierras y pantanos,
a enjuagar allí la gleba
y los frutos del arado,
los sudores de los hombres,
el trabajo de sus manos,
con las frentes pensativas
recordando mil pecados,
en el labio un padrenuestro
y hasta un credo surge raudo,
desde el pecho de los hombres
que hoy esperan un milagro...
No hay personas en las calles
ni tampoco carromatos,
los vehículos, contemplan
vacaciones sin mecánicos,
hoy es día de silencios,
soledades y descansos,
confinada singladura
de velámenes y barcos,
un patrón está dormido
y el grumete se hace cargo,
de llevar a la trainera
no sé dónde y hasta cuándo,
pesadillas que estremecen
entre el sueño y el cansancio,
con los hombres y la vida,
entre el miedo y entre el pánico...
"...No hay banderas en las almas,
ni en los ojos del anciano,
que gozaron de una vida
que ahora escapa de sus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/20
4.273 - EN UNA CRUZ...
En una cruz
estaba tu figura
y no la vi.
Pasé de largo,
un día y otro día,
y te ignoré.
Nada decías,
tan solo me miraban,
tus ojos tristes.
Indiferente,
hablaba con los hombres
y con mi sombra.
Así pensaba:
"estoy muy ocupado",
y te ignoraba.
Sangran tus manos,
tu frente y tu costado,
se nubla el sol.
Y la soberbia
del hombre envanecido,
cayó por fin.
Llegó la noche,
el miedo y el silencio.
La soledad.
Y te busqué.
Pedí me perdonaras.
Y ya no estabas.
Miré a los cielos,
y en ellos vi tu mano
y el corazón.
Aquella cruz
que ahora yo portaba
era la tuya.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/20
4.272 - TRAS LAS BANDERAS...
Tras las banderas
los hombres caminaban
hacia el destierro.
Eran juguetes,
pequeñas marionetas
y poco más.
En sus ideas
dopadas y dormidas,
nada existía.
No había vida,
tampoco sentimientos.
Algo faltaba.
Un gran vacío.
La eterna nebulosa.
Alfa y Omega.
Y tú, temblabas,
pequeño saltamontes
de la campiña.
Con tus legañas,
y eterna miopía,
eso pensabas.
Una cigarra
dejaba oír su canto
en la pradera.
Y así soñabas,
con Patrias sin banderas...
¡Bella utopía!
Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/20
4.271 - ALGUNOS RECUERDOS...
Algunos recuerdos,
de tiempos lejanos,
pasaron deprisa
y allí se quedaron,
en medio de un bosque
de robles ancianos
y hayedos fecundos
con leños debajo.
Aquellos recuerdos
hoy son ya legajos,
de versos marchitos
que están esperando,
los ojos de un niño,
del hombre de paso,
que busca en la niebla
la rama del árbol...
Algunas legañas
la noche han dejado,
también su vestido
de brumas y manto,
y en esos recuerdos,
que surgen de antaño,
revive una vida,
con ojos, y labios...
Dos ojos preciosos
que estaban llorando,
pidiendo unos versos
al árbol tan alto,
y el roble, cautivo
tomó este recado,
en forma de sueño
del labio temblando...
Y así se fundieron
el roble y el labio
por medio de un beso
sincero y muy casto,
¡benditos recuerdos
que acuden despacio
al alma del niño
y al hombre ya anciano!,
no buscan nostalgias
ni mieles ni empachos,
tan solo el latido
de un simple prefacio,
se inicia un poema
sincero y muy cálido,
surgiendo un idilio
de un modo primario...
"...Algunos recuerdos
evocan abrazos,
suspiros, susurros...
¡son fieles notarios!..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/20
4.270 - ABRE LA PUERTA...
Abre la puerta
y vive en el presente.
Sé consecuente.
Deja el pasado
que vuelve con nostalgias
de otros momentos.
No te ilusiones
pensando en un futuro
que es utopía.
Por eso busca
detrás de las ventanas
lo que allí existe.
Calles vacías,
iglesias solitarias
te están llamando.
Y también dentro,
hay seres en tu casa
y están contigo.
Estás tú, amigo,
el hombre que esto escribe,
y con tus miedos.
Miedo a vivir
el día y el presente
sin darte cuenta.
Y es porque añoras,
pasados y futuros
y no este cáliz.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/04/20
4.269 - TE HE ENCONTRADO...
Te he encontrado,
mi osito de peluche,
en un rincón.
Estabas triste,
mirando hacia la nada.
como asustado.
Yo, como tú,
me encuentro muy nervioso,
y en un desván.
Se encoge el alma
al verse prisionera,
sin libertad.
Se para el tiempo,
se anulan los relojes,
casi invisibles.
Y el corazón
detiene los latidos
con gran pesar.
Surge la duda,
el gran interrogante,
de si estoy vivo.
Si será un sueño
la vida que me atrapa
y me succiona.
Me lleva lejos,
a un mundo de esperanzas
que nunca alcanzo.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/20