4.889 - EN EL DESIERTO...



En el desierto

abundan los silencios

y los fantasmas.


¡Cosas de niños!,

dirían los lectores

de tus palabras!


Porque dejaste

las mismas, en tus letras

y, en un escrito.


También estaban

los ríos soñolientos

y sin principios.


La tarde ansiosa

de dulces y pasteles

y sin recreo.


Pero la tinta

tan fresca de tu pluma

quería sangre.


Y sangre fresca

que fuera hasta tus labios

primaverales.


Labios sedientos,

ansiosos de pasiones

y de inocencia.


¡Cuánta ironía,

volcaste en las cuartillas

porque me amabas!


Rafael Sánchez Ortega ©

23/11/21 

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