5.080 - UN CASERÍO...



Un caserío

estaba abandonado

y solitario.


Cerca del bosque,

al lado de un gran río

que le besaba.


Allí nacieron

los niños del relato

que nos ocupan.


Y allí aprendieron

el habla de las aves

y el de los bosques.


El grave cuco,

los robles señoriales

y los castaños.


También las hayas

crecían en parcelas

junto a los pinos.


Cuervos y alcones, 

águilas y palomas,

todos charlaban.


De aquel jolgorio,

crecieron y aprendieron,

día tras día.


Luego crecieron,

marcharon por la vida

a la ciudad.


Pero, sin duda,

guardaron el recuerdo

del caserío.


Rafael Sánchez Ortega ©

11/05/22

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