6.130 - AL CIELO...



Al cielo se dirigen

los versos del poeta,

el niño trashumante

de cara muy traviesa.


Al cielo van sus rezos

con súplicas que deja,

al Niño que un buen día

dejó en Belén la estrella.


Entrégame, Dios mío,

el verso del asceta,

aquel que tanto ansía

el hombre por la tierra.


Embriágame en cariño

de anís y dulce néctar,

con paz para los hombres

que luchan y lo intentan.


Al cielo me dirijo

y envío este poema,

pidiendo que me escuches

y veas mi inocencia.


Te quise, desde niño,

y el hombre, de hoy, te espera,

precisa tu mirada,

igual que tus respuestas.


Están en tus palabras,

aquellas que, no lejas,

dejaste en nuestras almas,

igual que en las conciencias.


Perdona el egoísmo,

la envidia y las riquezas,

los hombres, como humanos,

sufrimos estas penas.


Por eso nos dejaste

tu vida como muestra,

sufriendo y entregando

tu muerte en la madera.


Al cielo van mis versos

pidiendo que los leas,

y veas lo que piden

y al fin me des tu fuerza.


Mil gracias, hoy te digo,

por medio de estas letras,

que es todo lo que tengo

y piden que las leas.


Rafael Sánchez Ortega ©

28/02/25

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