COMO CADA DÍA...
Como cada día,
cuando son las nueve,
raudo me levanto
al café caliente.
Abro la ventana
veo el prado verde,
la bahía quieta,
la trainera enfrente.
Noto que la brisa
sale y amanece,
arañando caras
todavía imberbes.
Y es que las mañanas
son algo inclementes,
el otoño es duro
y los días breves.
Luego, por las tardes
está aquí el nordeste,
que asegura el día
y estremece pieles.
Es viento del norte
y del mar tan verde,
aunque los marinos
digan que es celeste.
Pero pasa el día
y la tarde inquiere,
tomar los bizcochos
y el café caliente.
Sentir ese gusto
y hasta estar alegres,
mirando a la noche
que ya pronto viene.
Y llegó la noche,
(¡qué bendita suerte!),
la paz y el descanso
en ella se sienten.
Se acuestan los niños
la estrella los duerme,
y suena, a lo lejos,
el paso de trenes.
Sus labios se cierran
y rezan silentes,
el "ave maría"
de ahora y de siempre.
Se queda en silencio
la casa y la tele,
la noche ha llegado,
descansan las frentes.
"...Como cada día
acudes a verme,
poema del alma
con verso latente..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/17
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