¡DORMIR, DORMIR...!
"...A veces las gaviotas dormitan en el aire..."
Porque dormir, dormir, siempre se duermen,
descansan las campanas de la iglesia
y duermen en un sueño muy profundo,
después de repicar a la novena.
Se duermen las gaviotas en el aire,
ajenas a la sal y las mareas,
planean levemente con las alas
dejando su silueta en las arenas.
Se duermen los gladiolos en los parques
por culpa del sopor y la luz fresca,
y duermen los rosales y los lirios
mecidos por la brisa tan serena.
Hay música que suena en el ambiente,
con notas del piano que se acercan,
y rasga una guitarra en el vacío
y duermen en el cielo las estrellas.
Mas siguen las gaviotas en el sueño,
y un niño desde el suelo las observa,
un niño que quisiera ser gaviota
buscando entre las nubes sus cometas.
Poemas de mil sueños reunidos
tomados de las gentes más diversas,
instantes que pasaron en el tiempo,
recuerdos ya dormidos de la tierra.
Por eso se adormecen nuestras almas,
por eso congelamos la conciencia,
dejando que la niebla llegue pronto
y cubra nuestros cuerpos y cabeza.
Quizás en ese abrazo misterioso
se duerman nuestras dudas tan inquietas,
y lleguen presurosas las gaviotas
dejando con sus alas unas letras.
Las letras tanto tiempo suspiradas
buscadas con fervor en los poemas
arriba las gaviotas van pasando,
abajo los latidos se aceleran.
Las letras del candor y la esperanza,
los versos con la vida tan eterna,
los sueños retenidos en el alma
las letras del amor que el niño espera.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/11
Porque dormir, dormir, siempre se duermen,
descansan las campanas de la iglesia
y duermen en un sueño muy profundo,
después de repicar a la novena.
Se duermen las gaviotas en el aire,
ajenas a la sal y las mareas,
planean levemente con las alas
dejando su silueta en las arenas.
Se duermen los gladiolos en los parques
por culpa del sopor y la luz fresca,
y duermen los rosales y los lirios
mecidos por la brisa tan serena.
Hay música que suena en el ambiente,
con notas del piano que se acercan,
y rasga una guitarra en el vacío
y duermen en el cielo las estrellas.
Mas siguen las gaviotas en el sueño,
y un niño desde el suelo las observa,
un niño que quisiera ser gaviota
buscando entre las nubes sus cometas.
Poemas de mil sueños reunidos
tomados de las gentes más diversas,
instantes que pasaron en el tiempo,
recuerdos ya dormidos de la tierra.
Por eso se adormecen nuestras almas,
por eso congelamos la conciencia,
dejando que la niebla llegue pronto
y cubra nuestros cuerpos y cabeza.
Quizás en ese abrazo misterioso
se duerman nuestras dudas tan inquietas,
y lleguen presurosas las gaviotas
dejando con sus alas unas letras.
Las letras tanto tiempo suspiradas
buscadas con fervor en los poemas
arriba las gaviotas van pasando,
abajo los latidos se aceleran.
Las letras del candor y la esperanza,
los versos con la vida tan eterna,
los sueños retenidos en el alma
las letras del amor que el niño espera.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/11
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