ESPEREMOS QUE NUNCA...


Esperemos que nunca
se te olviden mis versos,
y con ellos la magia
de sus letras adentro.

Porque aquellos poemas,
que escribían mis dedos,
pronunciaban tu nombre
y llevaban mis besos.

Eran letras nacidas
al socaire del viento,
del nordeste y amigo
en las tardes de invierno.

Y buscaban tu cara
y también a tu cuerpo,
como así la figura
emanada de un cuento.

¡Qué bonita es la infancia
y en la misma los sueños!,
¡qué bonitos los días
con sus ratos eternos!

Cuando pienso, sonrío,
y al final me estremezco,
en los días con nieve
y en los charcos de hielo.

Con los dedos trazaba
multitud de deseos,
y escribía en los mares
y también en los cielos.

Campanilla que suenas
y que alteras mi pecho,
deja en mí tu sonido
que lo escucho y me duermo.

"...Esperemos que nunca
me reproches que tengo,
un poema pendiente
que escribí y que te debo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/12/16

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