NO ENCUENTRO NADA...
No encuentro nada
que asocie, en mi retina,
con tu recuerdo.
Fue en Salamanca,
comienzo de un verano,
donde nos vimos.
Fin de semana
vivido intensamente,
tan añorado.
Fuimos felices
deteniendo las horas,
parando el tiempo.
Y nos amamos,
así lo proclamaban
los corazones.
En la partida
brotaron unas lágrimas,
quizás de miedo.
Y con el tiempo
negaste y cuestionaste
el sentimiento.
Lloré en silencio,
no pude comprender
por qué mentías.
Dudé de ti,
e incluso, en tus palabras,
dudé de mí.
Pero tu voz,
diciendo que me amabas
era la prueba.
Y la guardé,
oculta con mis lágrimas.
Nada te dije.
Sigo pensando
que amar es algo fácil
si se es sincero.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/06/18
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