4.312 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 59


 

Sigue el tiempo gris 

y eso hace que los días se contagien 

de bruma y de tristeza. 


Es una pena que en jornadas así, 

con las horas de luz y primavera, 

no puedan traer un tiempo más apetecible 

para dar un paseo, 

para poder cerrar los ojos 

y aspirar el aire puro de la calle 

mientras los oídos se van llenando 

de voces y canciones 

que la naturaleza ofrece a cada paso.


A través de la ventana 

sigo el vuelo de las golondrinas. 

También puedo divisar a las vacas 

pastando en la campiña, 

diviso los bosques de eucaliptus, 

veo el humo que sale de la chimenea vecina, 

sueño con un paseo en bicicleta, 

(hace años que no me subo a una), 

y me dejo llevar, por los sueños, 

entre las resacas de las olas en la playa.


...Pero abro los ojos 

y veo que el silencio me abraza. 

La soledad sigue cerca 

y me amenaza con su sonrisa traidora. 

Me enseña la puerta de la libertad 

medio abierta, 

me invita a salir a pasear,

a pesar de la lluvia 

que llevan las nubes entre sus ojos.

Hay un calma latente que engaña. 


Me gustaría escribir para ti, 

contarte lo que pasa, 

lo que tengo, 

lo que ansío. 


Quisiera abrirte el corazón 

y que pudieras verle tal y como está ahora, 

cosido y remendado, 

y si acaso, también, me gustaría, 

que pudieras hacer una disección 

y penetrar hasta el fondo, 

al origen de sus latidos, 

hasta una criatura pequeña que reía y lloraba, 

que aceleraba el bombeo de la sangre 

al sentir la llamada de la vida, 

el abrazo de la luna y las estrellas, 

la pasión de los sentidos 

y el beso de unos labios invisibles.


Rafael Sánchez Ortega ©

12/05/20

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