4.296 - ¡AY QUÉ TRISTE MELODÍA...!
¡Ay, qué triste melodía
recibían las estrellas,
de la boca de aquel niño
que lloraba por su abuela!,
y lloraba por los brazos,
las caricias y, la ausencia,
de aquel cuerpo y su figura
que buscaba sin respuestas,
y lo hacía cada noche
con palabras y maneras,
desgranando la sonrisa
de su boca siempre fresca,
y es que ahora estaba solo
con las sombras que se acercan
y se llevan a la anciana
a otro mundo de tinieblas...
Yo asistía estupefacto
a este llanto y pataleta,
de aquel niño tan precioso
que mostraba así su pena.
No sabía qué decirle
ni qué hacer por su problema,
ya que el alma es un misterio
y se escapa a nuestra esencia,
hay que ser como los niños
y buscar esa sorpresa
de ilusión y fantasías
en los versos de un poema,
porque ellos ven la vida
de otra forma muy diversa,
con los ojos infantiles
y cargados de inocencia...
"...¡Ay, qué triste melodía,
deja el niño en esta escena,
porque siempre, en su recuerdo,
tendrá el beso de la abuela!..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/05/20
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