4.525 - ABRE LA PUERTA...



Abre la puerta,

que vengo muy cansado.

¡Déjame entrar!


Perdí los sueños

que un día me llevaron

lejos, muy lejos.


Ahora, los años,

vencieron mi soberbia

y estoy aquí.


Vengo de vuelta

y el polvo del camino

cubre mi cuerpo.


No tengo nada,

ni sueños ni ambiciones.

¡Quiero dormir!


Si tú me dejas

prometo no incordiarte

ni molestarte.


Solo un rincón

preciso, de tu casa,

donde no llueva.


Porque mis lágrimas

no afloran de los ojos

que se han secado.


¡Abre la puerta!,

te pide la inocencia

que me acompaña.


Rafael Sánchez Ortega ©

29/11/20


En este caso se trata de la clásica escena de ese personaje que sufre en la vida sentimentalmente y que en un momento dado renuncia a seguir luchando y se considera derrotado en la batalla de la vida. Entonces vuelve sobre sus pasos y pide a la persona amada, quizás una utopía, que "le abra la puerta" y le deje pasar para dormir en ese tiempo final de su vida.

No hay comentarios: