5.616 - FUE UN TROPEZÓN...



Fue un tropezón,

sin duda, involuntario,

donde ocurrió.


Nos conocimos,

así de esa manera,

por vez primera.


Vino el perdón,

de prisa a nuestros labios

y las disculpas.


Unas sonrisas,

mezclaron las palabras

en nuestros ojos.


Y hasta un café,

tomamos para, luego,

sellar la paz.


Y dio comienzo

la eterna primavera

de nuestras almas.


Fuimos felices

viviendo aquel presente

como regalo.


Y nos amamos,

cruzando sentimientos

y obligaciones.


¡Qué hermosos versos

trazaron las dos almas

con sus latidos!


¡Cuántos suspiros

los labios soportaron

y compartimos!


Hoy me estremezco.

Recuerdo aquella escena

y vivo el sueño.


Rafael Sánchez Ortega ©

28/09/23

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