CAMINANTE QUE DESCANSAS...


Caminante que descansas
bajo la sombra del fresno,
no cierres solo los ojos,
saca el dolor de tu pecho.

Saca la espina clavada
de aquel rosal que está muerto,
deja que cure la herida
y que te cubra el silencio.

Puede que un día amanezca,
ante tus ojos inquietos,
y se estremezca la luna
ante el volcán de tus besos.

Puede que todo se pase
y hasta el dolor un recuerdo,
puede que lloren los mares
la sinrazón del deseo.

Ahora que presto descansas,
¡oh caminante sincero!,
haz con tu vida un camino
y una escalera hacia el cielo.

Pero si mucho lo piensas
y si el cansancio es eterno,
haz que el dolor no te agobie
y quede solo en recuerdo.

¡Recuerdo!, bella palabra,
todos la misma queremos,
y en los recuerdos buscamos
el agua fiel del sediento.

Ese frescor delicioso,
la bendición de los ciegos,
la que refresca los labios
y nos trasmite un secreto.

¡Ay caminante cansado!,
¿qué añorarás en tus sueños?,
quizás un sueño tan solo,
quizás vivir más despierto.

...De todas formas descansa,
no pienses más y sé bueno,
cierra tus ojos cansados
aunque tu sueño sea eterno.

Rafael Sánchez Ortega ©
31/07/11

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