SIN CONTENIDO.
Hoy me encuentro ante ti, mi fiel cuaderno,
y no sé cómo decirte lo que siento,
lo que llevo entrelazado
en este nudo de mi alma,
lo que piensa y lo que grita
mi cabeza y mi costado y no entiende la razón.
...Porque sé que en esta noche no me salen
las palabras y mis fuerzas están justas
sin poder romper el blanco de esta página
y dejar aquí plasmado
el grito ahogado de mi pecho.
Porque el grito que me agobia es
esa eterna sinfonía de protesta
que reclama la justicia de lo eterno,
Las eternas paradojas de la vida
se suceden sin descanso
y con ellas las preguntas sin respuetas,
los silencios prolongados de ese Dios,
en el que creo,
y no sé donde se encuentra.
Es por eso que esta noche le pregunto nuevamente
¿por qué pasan estas cosas?,
¿por què parten de la vida las personas tan sinceras
y sencillas,
las que entregan lo que tienen,
las que donan generosas sus sonrisas,
las que escuchan y aconsejan,
las que ayudan y se acercan, sin decir una palabra,
y nos toman de la mano, nos abrazan en silencio
y nos dan y nos ofrecen el cariño deseado.
¿Por qué llevas a los seres tan queridos?,
los amigos verdaderos,
compañeros de los juegos de la infancia,
familiares tan cercanos que vivían solamente
y gozaban de la vida.
...Yo me digo en esta noche que no es justo todo esto,
que personas ideales nos las lleves y arrebates,
que las cortes de un plumazo su sonrisa de los labios,
que cercenes tantos sueños
y que mueran sus proyectos, marchitados
al saber esta noticia de su viaje.
Sí, mi Dios, en el que creo, estoy muy triste
y tú lo sabes.
Yo no entiendo lo que pasa
ni tampoco sé las prisas de la muerte
por segar estos caminos.
Hace un año me llevaste, de mi lado,
a una amiga ilusionada,
que soñaba firmemente en las estrellas,
que quería pasear por la ribera de su río,
que gozaba con sus hijas y sus nietos,
que tenía entre sus labios la sonrisa
y la palabra de una amiga y una madre.
...Y la arrancaste de la vida cruelmente,
cuando ella deseaba arañar unos segundos
de ese tiempo interminable de su ciclo,
y sumar esos minutos, dando ejemplo, en una lucha
que tenía de antemano ya perdida.
Hoy me anuncian que te llevas a un amigo
de mi lado,,
que su tiempo está contado
y que apenas si le quedan unos meses de viajar
en esta vida.
En septiembre y codo a codo percibimos el otoño
que llegaba lentamente,
y lo hicimos visitando la Montaña Palentina,
bromeando en los paseos,
visitando las iglesias del románico
y absorviendo la fragancia
de la tierra castellana.
Más fue en julio, en otra marcha y caminando,
cuando vino hasta mi lado con su voz y su palabra
para ver qué me pasaba,
cuando tuve el pasaporte de su mano,
que midió mis pulsaciones y me dijo
que parara y descansara,
cuando pude comprobar que era mi amigo
más allá de toda duda,
porque así son los amigos, en su entrega.
...Y ahora lloro tras saber esta noticia,
y no sé cómo plasmarla.
No sé bien lo que ahora escribo,
ni si escribo, tan siquiera, pues me ciegan
unas lágrimas traidoras que no puedo contener.
Y por eso a ti te grito y te pregunto, ¡Oh Dios mio!,
¿por qué pasa todo esto?,
¿por qué llevas de mi lado a los amigos?,
¿por qué siegas de raíz las ilusiones
de los seres que yo quiero?
¿Es acaso que me buscas y me anuncias
tu llegada?
Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/11
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