SILENCIO DEL MAR.
El silencio del mar es como el silencio
del guerrero que cansado de la batalla
busca el descanso para reponerse,
para volver de nuevo a la lucha
y escalar los arrecifes con bravura
mientras arroja las olas a la costa
para que arañen los cantiles.
Yo busco ese silencio en la tarde
y lo sigo con mi vista en la línea
que separa el horizonte de los cielos,
y es allí donde me pierdo y me confundo,
donde mezclo lo que veo con mis sueños,
donde veo las gaviotas y palomas compartiendo
el mismo plato de comida...
Sin embargo las gaviotas son las aves
de los mares,
las que vuelan sobre el agua embravecida
de la costa y de las olas,
son eternas compañeras en las playas
y los puertos
y conocen a marinos y sirenas.
Las palomas son las aves que se escapan
de las almas y los sueños,
son susurros que se funden con el viento
y proclaman los latidos de los pechos
que se aman;
son, en fin, las portadoras de mensajes,
las que arrancan las sonrisas de los labios,
las que hacen que los rudos corazones
aceleren más su marcha,
las que llevan a tus labios ese beso
que te mandan sin palabras.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/12
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