ESTÁS TRISTE MI AMOR...

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Estás triste mi amor, no lo niegues,
y en tus ojos se ven los cristales,
margaritas, que salen, sin nombre,
y que quieren abrirse al paisaje.

Es la vida que pasa a tu lado,
en la noche y también en la tarde,
pero brota y resurge en el día
y te roza y palpita en la sangre.

Yo no sé, corazón, lo que temes,
y si tienes nostalgia de alguien,
pero sé que tu cuerpo suspira
y que pide caricias del aire.

¡Cuánta nota destila tu pelo!,
¡cuán hermosa es la paz en el valle!,
pero todo estará circunscrito
a que sienta tus labios besarme.

Estás triste mi amor, se te nota,
y en tu pecho se notan saudades,
remolinos de viento y de brisa,
anunciando, quizás, temporales.

Pero quiero sumirme en tus venas,
transformar esa sangre radiante
en la lava sutil y precisa
que desborde el deseo en mi carne.

Si es así, sentiré que los cielos,
hoy destilan la paz de los ángeles,
y sabré, por tus dedos preciosos,
lo que vale ese roce admirable.

Al final tomaré tu barbilla,
miraré tus pupilas radiantes,
soplaré en los ojitos, tan tiernos,
apartando de allí, los cristales.

"...La tristeza mi amor, ya se ha ido,
y en tus ojos se ven claridades,
marejadas de luz y colores
con sonrisas llegando a raudales..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/10/15

DESPIERTA CORAZÓN...

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Despierta corazón, de tu letargo,
no busques los placeres en la vida,
entiende que el camino es algo largo
y debes conseguir la paz querida.

No sueñes con el trozo, tan amargo,
de la ilusión que te causó la herida,
es algo que te digo, en tu descargo,
para aliviar la tentación surgida.

El sueño de la vida se mantiene
a base del trabajo y la esperanza.

No creas que, tan solo, la añoranza,
aplaca el porvenir y lo retiene.

Se vive, cada día, y se sostiene,
a golpe del bogar con que se avanza.

"...No dudes timonel de tu valía
y lleva el corazón hacia ese día..."

Rafael Sánchez Ortega ©
09/10/15

PARECE QUE ESCRIBIR...

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(Dedicado a Jesús González, amigo y compañero de alegrías en las letras, de quien tanto tenemos que aprender...)

Parece que escribir es algo fácil
que incluso, hasta los tontos, lo dominan,
las letras se convierten en palabras
y aquellas en perfectas poesías.

Por eso cada verso construido
contiene mazapán, y las natillas,
del niño soñador y los poetas
que buscan los misterios de la vida.

Hay mucho pregonero de renombre
que sabe distinguir "filosofía"
y quiere que se domen las palabras
calzando las "albardas" con tequila.

No sé si la locura está conforme
y piensa, de verdad, en estas "cuitas",
lo cierto es que escribir es de valientes,
de manos que no tiemblan ni vacilan.

Parece que escribir es algo fácil
y surgen los relatos de la tinta,
se escurren, sin dudar, de los tinteros
y avanzan por libretas y cuartillas.

Por eso el corazón, que de esto sabe,
no aspira a muchos premios de "cenizas",
aquellos que han creado tantos listos
por culpa de voceros y consignas.

Hay muchos "sacerdotes" de palabras
que miran día a día las "letrinas",
el santo santuario de sus letras
quemando entre sus "egos" las pupilas.

No sé si la opinión de tanto experto,
retrae o estimula a quien escriba,
es algo que yo veo irrelevante
y siento al corazón que así se excita.

"...Parece que escribir es algo fácil,
que todos dominamos esa esgrima,
por eso yo le invito a tanto Nobel
nos den una lección con sus plumillas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/10/15

SI BUSCO UN CORAZÓN...

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Si busco un corazón, y sus latidos,
encuentro, en cada calle, la respuesta,
las piedras con secretos indomables,
y el polvo que dejaron las estrellas.

Me inspiran esas calles silenciosas
envueltas en las sombras muy espesas
y luego con  la luz de los faroles
que abundan en las casas soñolientas.

Es cierto que no todos los otoños
producen sensaciones tan diversas,
y siempre se producen las calimas
en almas que traspasan las fronteras.

Aquellas mañanitas de febrero,
las otras de septiembre tan eternas
y todas con la sangre enardecida
brotando sin cesar por esas venas.

Si busco un corazón, enamorado,
entonces me detengo, está muy cerca,
tus ojos me enamoran, sin palabras,
tus labios con suspiros de canela.

Un pecho jadeante y silencioso
desliza entre los dedos un poema,
los versos tan amados y queridos
surgidos y nacidos a tu vera.

Por eso en esta búsqueda constante
me fijo en tus pupilas tan inquietas,
las mismas que animaron a mis sueños
siguiendo tus pisadas y tus huellas.

Yo espero tus caricias simplemente
y lo hago sin fervor y sin cadenas,
quizás con el candor enfebrecido
de un niño que quería ser poeta.

"...Si busco un corazón, ilusionado
me quedo, sin dudar, con tu presencia,
la misma que me enerva los sentidos
y me habla y acaricia sin reservas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/10/15

SOPLA EL VIENTO DEL OESTE...

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Sopla el viento del oeste
en la tarde del otoño,
hay cansancio acumulado
con legañas en los ojos.

Yo le miro y no le encuentro,
invisible como pocos,
pero llega, en un instante
y me abraza por los hombros.

Es el viento que conocen
los marinos y los locos,
los primeros en los mares
los segundos en su gozo.

Tiene visos de galerna,
temporales muy fogosos,
con ribetes de suradas,
sudoestes y sirocos.

Sopla el viento del oeste
y hoy te miro muy curioso,
porque busco entre tus labios
ese beso que yo añoro.

Aunque duermes, te contemplo,
en el lecho primoroso,
con la cara sonriente
y ese ceño tan absorto.

Es posible que ahora sientas
mi suspiro tan ansioso,
y confundas los latidos
de este pecho un tanto roto.

Y es que busco, en tu costado,
ese grito impetuoso,
que te enerve y que te excite
con mi roce, poco a poco.

"...Sopla el viento del oeste,
(el gallego entre nosotros),
y te busco y te deseo
corazón tan delicioso..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/15

ES POSIBLE...

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Es posible que asome la tristeza
al jardín, singular, de tus pestañas
y que el buitre se escude en la maleza,
para hacer de las sombras telarañas.

Es la fiesta quien marca la flaqueza,
el impulso sutil de las legañas,
esa gota que brota con presteza
y que ahoga la voz de las entrañas.

Yo quisiera tener lo que tu ansías
y ofrecerte un abrazo en que durmieres.

Pero sé que no bastan utopías
ni tampoco ofrecerte amaneceres.

Es por eso, mi Amor, que tú podrías
aceptar de la vida sus placeres.

"...(Nunca pienses que marcho de tu lado
porque estoy, corazón, enamorado)..."

Rafael Sánchez Ortega ©
05/10/15

ME ENAMORÉ DE UNA ESTAMPA...

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Me enamoré de una estampa
con su figura tan tierna,
y esos ojitos tan lindos
donde el azul se refleja.

Pero el amor renovado
no es un volcán que se vierta,
por los latidos sin nombre
hasta llegar a las venas.

Es sentimiento que surge
tras las palabras sinceras,
y es el cariño infinito
que tus suspiros me dejan.

Dicen que hay versos sublimes
y otros de extrañas maneras,
unos susurran y aman
mientras algunos flaquean.

Me enamoré de tu cara
y esas manitas de seda,
donde tus labios sonríen
mientras tus dedos me besan.

Sé que es difícil decirlo
y es imposible la escena,
si no se juntan mis manos
con tus manitas traviesas.

Porque escribir de tus senos
y relatar de tus piernas,
es descifrar esa malla
donde mi alma está presa.

Presa de amor, lo confieso,
porque te quiere y desea,
bajo el albur de una noche
con su lunita coqueta.

"...Me enamoré, niña mía,
y me dijiste que fuera,
que me acercara a tu lado
para contar las estrellas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
04/10/15

HOY HE VISTO TU ROSTRO CANSADO...

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Hoy he visto tu rostro cansado
descansar dulcemente en el lecho,
a pesar de que el sol te llamaba
y rozaba con ansia tus senos.

Yo sentí la feroz agonía
que sin duda le embarga a los ciegos
cuando buscan el rostro añorado
que se encuentra, por cierto, muy lejos.

Pero luego volví a tu figura,
al lugar donde estaba tu cuerpo,
a ese sitio preciso y sublime
donde para el reloj un momento.

Porque tú dormitabas, ajena,
a este mundo de locos y necios,
donde presto la vida se inicia
y se cortan los lazos del cielo.

Hoy he visto tu rostro cansado
y besaron mis labios tu cuello,
para ver el temblor de tus hombros
y sentir un suspiro en mi pecho.

Y es así, corazón, lo que digo,
como es lo que escribo y te cuento,
porque tú, poesía sin nombre,
eres causa y motivo del verso.

Y este verso que sale en la tarde,
un otoño sutil y en comienzo,
es el verso que enlaza el poema
de mi dedo a tu pecho, latiendo.

Porque quiere decirte mil cosas
y entre ellas, también, que te quiero,
que te busco de noche y de día,
para darte, temblando, mis besos.

"...Hoy he visto tu rostro cansado
y no pude evitar recorrerlo,
con mis ojos que anuncian otoño
y los dedos de un niño travieso..."

Rafael Sánchez Ortega ©
03/10/15

NO SÉ SI LAS PALABRAS...

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No sé si las palabras muy sinceras
albergan un crisol de fantasía,
quizás por ser así, son verdaderas,
y buscan, sin rubor, la poesía.

Palabras y palabras lisonjeras,
eterno carnaval de la utopía,
los niños las esperan cual primeras
lecciones, con candor, del día a día.

No sé si entre los pliegues de la infancia
se encuentran las palabras y el cariño.

Quizás es la añoranza y la constancia
la nota que destaca en el corpiño.

Por eso tu palabra y tu fragancia
aumentan los latidos de este niño.

Rafael Sánchez Ortega ©
02/10/15

TE BUSQUÉ POR LAS CALLES...

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Te busqué por las calles
donde impera el silencio,
y también en la esquina
que ocultó nuestros miedos.

Pero tú ya no estabas,
ni tampoco tu aliento,
ni siquiera existía
de tu piel el reflejo.

Una gota de lluvia
me cegó por completo,
aunque luego sintiera
ese llanto del ciego.

Corazón que caminas
sin saber, por el suelo,
ten cuidado y comprende
a la brisa del verso.

Es nordeste cautivo,
peleón y siniestro,
es salitre y arena
en los rostros serenos.

Te busqué por las calles
y te vi, sin saberlo,
empujando ventanas
y rozando mi cuerpo.

Unos labios cautivos
y una rosa de enero,
me trajeron tu esencia
y el billete de un sueño.

Y sin prisas ni pausas
esas huellas siguieron,
unos pasos cansados
peregrinos y hambrientos.

Y te vi temblorosa
con el pecho latiendo,
y un susurro en los labios
murmurando un "te quiero"...

Te miré y me detuve,
con la brisa que cuento,
y busqué entre tus ojos
el cariño sincero.

"...Te busqué por las calles
corazón soñoliento,
y encontré que la brisa
me ofrecía sus besos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/10/15

RECUERDO QUE MIRABA TU VESTIDO...

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Recuerdo que miraba tu vestido,
la gracia, singular de tus rodillas,
y un dulce corazón, con su latido,
dejaba por mis venas campanillas.

Miraba tus pupilas, sorprendido,
y en ellas no veía pesadillas,
si acaso un trovador que, confundido,
llevaba su rubor a tus mejillas.

Recuerdo aquel verano, ya pasado,
y pienso en el otoño y el presente.

Vivimos, dulcemente, lo soñado,
logrando la cordura del demente.

Entonces corazón, mi ser amado,
no vivas de recuerdos solamente.

"...Entiende que la vida es poesía
y bebe de su néctar, día día..."

Rafael Sánchez Ortega ©
30/09/15

ES EL AMOR...

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Es el amor un bucle indefinido,
una emoción de finas telarañas,
es la pasión y el fuego estremecido
y es el candor que aviva las entrañas.

Porque el amor excita, el sinsentido,
en esa luz que enciende las pestañas,
y es la ilusión de dar al ser querido
esa loción que alivie sus migrañas.

Pero el Amor es más que un sentimiento
porque precisa la verdad ansiada.

Es ese estar, allí, cuando el lamento
lacera, duramente, la mirada.

Y es, a la vez, el grito y el aliento,
que lleve, al corazón, la voz amada.

Rafael Sánchez Ortega ©
29/09/15

SUENAN LEJANOS TAMBORES...

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Suenan lejanos tambores
entre la brisa y la bruma,
y en ellos van los recuerdos
con su infinita ternura.

Si es para bien, se conservan,
como una lata de frutas,
si es para mal, se retiran,
como si fueran basura.

Porque la música suena
con el timbal y sin duda,
para decir que aquel día
ambos miramos la luna.

Luna que vas y que vienes
por esos cielos sin blusa,
nunca me excites la sangre
al pasear tan desnuda.

Suenan lejanos tambores
por la arboleda profunda,
son los suspiros sin nombre
del trovador sin fortuna.

Ese que busca las huellas
en la libreta, y  su pluma,
va destilando los versos
hasta rozar la ternura.

Porque envolver la esperanza
del corazón es, sin duda,
una actitud de valientes
donde el Amor es dulzura.

Y allí, te veo, conmigo,
en una noche de brujas,
mano con mano soñando,
mientras nos mira la luna.

"...Suenan lejanos tambores
cuando me rozas la nuca,
con esos dedos traviesos
que a mí, me traen la locura..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/09/15

POR LAS ESQUINAS...

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Por las esquinas de un viejo bosque
nacen las setas muy atrevidas,
yo las contemplo, desde el silencio,
mientras la lluvia ciega mi vista.

Hay temporales, con agua fuerte,
y así se mojan las margaritas,
pero el rocío, surge y empaña,
esas pestañas y mis pupilas.

Surgen las voces de tantos robles
mientras las hayas siguen concisas,
duermen la siesta, quizás la tarde,
entre mil notas y bambalinas.

Sé que estás cerca y es que el otoño
lleva a tus labios la dulce risa,
miel caprichosa, que tú me ofreces,
la que me enseñas y a mí me invitas.

Por eso vago en el viejo bosque,
por esas sendas tan escondidas,
donde se juntan Hadas y Elfos,
los Peter Panes y Campanillas.

Allí los sueños son la constante,
con esa mezcla de paz y vida,
son el descanso, la fuente eterna,
donde se calman las agonías.

Es la fontana de oscuro nombre
donde el remanso besa a la orilla,
son esos labios del fiel sediento
que, sin dudarlo, buscan su espita.

Yo te acompaño, con estas letras,
quiero que sientas mi poesía,
quiero que vibres, con estos versos,
quiero que escuches llegar la brisa.

"...Por eso escribo en el viejo bosque,
de sus leyendas tan escondidas,
las que rescato contigo al lado
mientras amamos a pleno día..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/09/15

CON MI PACIENCIA...

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Con mi paciencia, casi infinita,
por los senderos voy caminando,
subo las cuestas poquito a poco,
bajo las lomas pasito a paso.

Es un misterio vivir la vida,
aunque te digan que es un regalo,
porque la vida tiene su esfuerzo,
con sus momentos de risa y llanto.

No te preocupes querida mía,
voy a tu encuentro, te doy la mano,
vamos afuera, donde los niños,
viven su vida y están jugando.

Hoy el otoño viste de fiesta,
muestra sus galas el bosque bajo,
y aquella encina, de tronco gruesa,
sigue durmiendo, quizás soñando.

Con mi paciencia, de edad madura,
miro la infancia, con gran agrado,
veo las barcas que en la bahía
saltan las olas rompiendo el trazo.

Finas siluetas son las gaviotas,
con sus colores de gris y blanco,
ellas observan, quizás ni miran
a la silueta que forma el faro.

En esta vuelta, tan fugitiva,
vuelvo a las calles de aquel verano,
veo la fuente, siento las risas,
las campanillas que van sonando.

Son las carracas de aquellos niños,
las bicicletas con que jugaron,
son los recuerdos que van y vienen,
y aquel nordeste de playa y baño.

"...Con mi paciencia, que evoca sueños,
miro el otoño, veo al anciano,
atrás se quedan juegos y niños
con primaveras que hoy te regalo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/09/15

HOY ME DICEN QUE LLEGA EL OTOÑO...

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Hoy me dicen que llega el otoño
con sus largas pestañas doradas,
y también que volvieron los elfos
al jardín de la magia y las hadas.

Yo no sé si los hombres son niños
que hasta sueñan infancias lejanas,
o si son habitantes de un mundo
que agoniza entre guerra y batallas.

Pero sé que la rosa se alegra
y también ese lirio del alba,
y revive el clavel en el campo
y hasta asoma el tomillo y la jara.

Hoy me dicen que llega el otoño
y que viene desnudo y sin capa,
para ser el dador de esos besos
que sin duda ambiciona mi cara.

Es entonces que vuelvo los ojos
y contemplo tu imagen lejana,
que se acerca, también, paso a paso,
con las manos cubiertas de plata.

¡Cuánta luz me dedican tus versos
a través del susurro del alma!,
y la escucho, en silencio, mi vida,
para ser ese oyente que amas.

Hoy me dicen que llega el otoño
otra vez con sus nubes tan blancas,
y le siento arrimarse a mi lado
y llamar, ¡como no!, a mi ventana.

Porque tú le acompañas, sin miedo,
y le indicas que llegue a mi casa,
que desnude el piano y la lira
y que inunde de notas mi cama.

Es así como quiero el poema
de este otoño que llega y abraza,
como a ti, vendedora de sueños,
que me hechizas mirando tu falda.

"...Hoy me dicen que llega el otoño
y yo siento, con él, esa marcha,
la que lleve a los brazos queridos
y a esos labios, temblando, que aman..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/09/15

HOY HE VISTO LAS NUBES OSCURAS...

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Hoy he visto las nubes oscuras
anunciando que llega el otoño,
otra vuelta de tuerca, en el tiempo,
y se tiñen los cielos de enojos.

Yo quisiera que el tiempo pasara
y viniera la paz a nosotros,
aunque fuera desnuda y temblando,
y vistiera de azules y rojos.

Porque el tiempo que llega prosigue
y no sabe de cuerdos y locos,
aunque marque el reloj su cadencia
y su paso se vuelva furioso.

Pobre tiempo que vas y que vienes,
bordeando sonrisas y enojos,
como el mar en la playa que rompe
con resacas que son mil sollozos.

Hoy he visto a las nubes oscuras
empezar a llorar poco a poco,
y lloré, como lloran los niños,
y quedaron mojados mis ojos.

Pero tú, cuidadora del tiempo,
la que calmas mi sed sorbo a sorbo,
la que sigues mis huellas furtivas
conseguiste que amara de pronto.

Y te amé con el mismo remedio
con que tú conquistaste mi asombro,
y te vi con el alma imposible
de ese niño que juega con globos.

Es por eso que grito tu nombre
y responde con eco el arroyo,
y me dice que sí, que adelante,
que el meandro que falta es muy corto.

"...Hoy he visto a las nubes oscuras
y soñé con mil sueños hermosos,
allí estabas, conmigo, en mis brazos,
con tus labios temblando, en el fondo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/09/15

PORQUE TE AMO, AMOR...

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Porque te amo Amor, porque te siento,
porque te llevo dentro de mi alma,
porque me alientas y me animas siempre
a pesar de galernas y batallas.

Porque eres mía, y en verdad, te pienso,
cada vez que amanece, desde el alba,
hasta que llega, en el ocaso, justo
otra luz que ilumina mis entrañas.

Porque te siento así, de esta manera
y sé que tú, me esperas con tu magia,
como la rosa fresca y sugerente
de un jardín floreciente en madrugada.

Porque sé que te miro y tú me miras,
y se unen pupilas y distancias,
en un ritmo frenético y constante,
sin preguntas, respuestas y sin nada.

Porque estás siempre allí, donde te busco,
y me ofreces la mano que me falta,
el susurro, con música celeste,
y unos labios gentiles y con gracia.

Porque eres capaz de enamorarme
y vagar por desiertos y cañadas,
con el fin de entregarme, en tu silencio,
esa rosa que borre mi nostalgia.

Porque sientes mi sangre, como tuya,
y el latido en el pecho que se exalta,
por virtud del anhelo y el deseo
que produce la fuerte marejada.

Porque vienes tranquila a mi costado
a mirar las heridas, por si sangran,
y me curas con besos y susurros
y ese canto sutil de las cigarras.

"...Porque te amo Amor, porque te siento,
porque quiero entregarme, en tu morada,
y ser tuyo, por siempre, vida mía,
es por eso que escribo estas palabras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/09/15

POR LA ORILLA DE LA PLAYA...

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Por la orilla de la playa
paseaban las estrellas,
iban juntas, en la noche,
a buscar a las sirenas.

Sin embargo, no encontraban,
sus pisadas en la arena,
ni tampoco el menor rastro
de sus pasos o sus huellas.

En el fondo, resonaba,
el rumor de las mareas,
la resaca, impetuosa,
que llegaba con gran fuerza.

Tú veías todo aquello
a través de mi poema,
de unos versos nacarados
con salitre y con sal muera.

Por la orilla de la playa
las gaviotas ya se alejan,
van con rumbo definido
a una costa que está cerca.

Tú quisieras alejarte
y volar como un cometa,
ascender hasta los cielos
y a la luna medio llena.

Es por eso, que estos versos,
te conceden lo que piensas,
lo que quieres, con ahínco,
y también lo que tú sueñas.

Porque estás entre mis versos
y en mis dedos que ahora tiemblan,
como estás en mis suspiros
y en los labios que te besan.

"...Por la orilla de la playa
se quedaron muchas penas,
y cambiaron los destinos
de dos almas que se anhelan..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/09/15

EN UN COFRE SOÑOLIENTO...

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En un cofre soñoliento
se encontraban los papeles,
esos versos y poemas
que escribimos tantos jueves.

Tú venías del colegio,
primorosa, como siempre,
con tu paso menudito
y la falda con sus pliegues.

Y rompías el silencio
que imponían los cipreses,
con tu voz, tan melodiosa,
de una alondra entre claveles.

Y llenábamos cuartillas
con las frases mas bien breves
que llegaban a nosotros
a través de nuestra mente.

En un cofre soñoliento
han surgido amaneceres
silenciosos y esperando
otras albas que viniesen.

Y llegaste con tu paso,
y también con los deberes,
a decirme que adelante
que el misterio permanece.

Que está viva la leyenda
y que el mundo no se muere,
a pesar de su agonía
de las guerras y las muertes.

Porque existen los poetas
con sus voces tan silentes
que se elevan a los cielos,
a los dioses con sus preces.

"...En un cofre soñoliento
hoy he visto bien tu frente,
redentora de mis labios
que te besan y te quieren..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/09/15

SIGUIENDO LAS HUELLAS...

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Siguiendo las huellas
que dejan tus pasos,
me llevas muy lejos,
a un puerto lejano.

Allí las traineras
descansan un rato,
un lindo suspiro
me viene a los labios.

Por eso recuerdo
la magia y encanto,
y el halo divino
que deja tu mano.

Los dedos hermosos
que tiemblan un tanto,
la dulce pupila
diciendo "te amo".

Siguiendo las huellas
dormí en tu regazo,
quizás sin sentido,
quizás descansando.

Por eso despierto,
te beso y abrazo,
y miro tus ojos
azules y claros.

Y tú me respondes,
tal vez con agrado,
tus dedos de plata
me rozan el brazo.

Me miman, me hablan,
me llevan a un lado,
me dicen que siga
soñando y amando.

"...Siguiendo las huellas
llegué hasta aquel árbol,
tú estabas dormida
tumbada y temblando..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/09/15

PODER ALZAR LA FRENTE...

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Poder alzar la frente, nuevamente,
sintiendo la caricia de la brisa,
un beso incontrolado del destino
que llega, que desborda y acaricia.

Por eso tú me dices que adelante,
que siga mi camino por la vida,
que beba de las fuentes que nos dejan
el agua que el sediento necesita.

Y entonces me levanto de este lecho
cubierto del rocío y la calima,
dejando que la noche se marchite
y pueda comenzar un nuevo día.

Atrás embalaremos los recuerdos
bogando hacia las costas infinitas,
las mismas que cantaron las sirenas
y fueron, por las olas, perseguidas.

Pero es el corazón el que decide
e indica al soñador el que le siga,
que olvide las nostalgias y el pasado
y robe ese candor de las esquinas.

Así se encontrará con el tesoro
que un día describió la poesía,
el verso más florido y desgranado,
aquel que maravilla con su rima.

Es fácil que sus pasos le conduzcan
a un mundo de ilusión y de utopías,
allí separará, bien, las legañas
y entonces hallará lo que precisa.

El beso de tus labios soñadores,
el brillo singular de las pupilas,
el halo y el candor de unos abrazos
y el tierno corazón con tu sonrisa.

"...Poder alzar la frente, nuevamente,
y ser el timonel de mi barquía,
es algo que yo quiero y que deseo
y vivas, junto a mí, esta maravilla..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/09/15

PASARÉ POR LA VIDA...

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Pasaré por la vida
tembloroso y despierto,
intentando apagar
esta sed del sediento.

Como un tierno retoño,
al compás de sus versos,
he venido a la vida
a robarle sus besos.

A sentir esa mano
que me alcance los sueños,
esas letras divinas
que regalan sus dedos.

Porque el tiempo transcurre
y ya vuelve el invierno,
con las nieves altivas,
sus galernas y vientos.

Pasaré por la vida
tembloroso y contento,
porque sé que me esperas
en lo alto del Cerro.

Es muy duro el camino
entre pinos y abetos,
entre zarzas y ramas
del espino indiscreto.

Pero el sol que me alumbra
está aquí, muy adentro,
y ha llegado a mi alma
el latir de tu pecho.

Ese beso sublime
y ese labio tan tierno,
han dejado la impronta
en mis labios inquietos.

"...Pasaré por la vida
para ir a tu encuentro,
a mirar a tus ojos
y decir que te quiero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/09/15

UN DÍA COMPRENDÍ...

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Un día comprendí que las palabras
decían mucho más, en los escritos,
que aquellas que salían de la boca
de hombres y mujeres con sigilo.

Buscaban el silencio de las almas,
los dulces corazones de los niños,
los versos que trazaron los poetas
y el canto de las fuentes y los ríos.

Entonces descubrí que tu ventana
tenía descorridos los visillos,
igual que las palabras y el silencio
tratando de encontrar el paraíso.

No sé si me tomaste de la mano
y luego me guiaste en el pasillo,
al fondo del salón, de aquella casa
con toque singular y femenino.

Abriste, con cuidado, aquel armario,
sacando, de su fondo, unos vinilos,
mas tarde los pusiste, sin mirarme,
sonando los violines tan divinos.

Te juro que fue un manto delicioso,
la música surgida de ese disco,
sumada a tu presencia y la ternura
nacida en el diván, con tanto mimo.

No sé si en los palacios Nazaríes
se estiran las estrellas con su brillo,
y bailan en jardines y en estanques
los dioses prometidos del Olimpo.

Por eso me quedé sin mis palabras
oyendo y escanciando tus latidos,
sabiendo que me estaba enamorando,
brotando de mis ojos el rocío.

"...Un día comprendí, que las palabras,
tenían corazón y no sentidos,
igual que las caricias de tus labios
dejando entre mis labios tu cariño..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/09/15

POR LAS CALLES SIN NOMBRE...

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Por las calles sin nombre
repican las campanas,
se escuchan los lamentos
y suenan las guitarras.

Estamos en verano,
estamos en Granada,
y siguen los embrujos
y magia del Alhambra.

Nos llenan, nos seducen,
nos secan la garganta,
nos hacen maravillas,
igual que las fontanas.

Qué bello paraíso,
de paz, de luz y agua,
qué bellas sensaciones
de olores y de plantas.

Por las calles sin nombre,
que un moro nos dejara,
hoy cruzan y discurren
suspiros de su alma.

Las penas y lamentos,
las risas y bonanzas,
las fuentes caudalosas
detrás de las murallas.

Y afuera, en los suburbios,
un niño escribe y canta,
los versos generosos
que nacen de la nada.

Y así, la poesía,
se mezcla en esta danza,
de historia y de recuerdos,
de brindis y batallas.

Por las calles sin nombre,
he visto las palabras,
escritas sobre el suelo
con letras hoy lejanas.

Extraños caracteres,
con letras marchitadas,
reliquias de un pasado
durmiendo en la distancia.

El tiempo no perdona
y ondea bien las lágrimas,
de aquel que se rindiera
sin lucha y sin espada.

No creo en la victoria
del verso que se escapa,
quizás hacia el poema
que un noble le indicara.

"...Por las calles sin nombre,
fuera de la alcazaba,
admiré los jardines
y también las granadas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/09/15

ME VOY...

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Me voy, como Boabdil,
de esta tierra de Granada,
aunque sin llanto en los ojos
y recordando el Alhambra.

Me voy pero te recuerdo
por tu hermosura y tu gracia,
por ser mora en tus cimientos
aunque te hicieran cristiana.

Prometo volver a verte,
para embrujar a mi alma,
con ese encanto especial
que ya destila tu magia.

Atrás el Generalife,
sus jardines y fontanas
y aquellos largos paseos
que a tantas enamoraran.

Los Palacios Nazaríes,
las eternas filigranas,
con sus letras peculiares
que parecen telarañas.

He querido penetrar
en tus leyendas y causas
y en tantos cuentos sin nombre
que ya Irving te cantaba.

Pero al final me ha vencido
ese tiempo que no aguarda,
esa prisa misteriosa
y el reloj que sigue y marca.

El Albaicín en silencio,
El Sacromonte descansa,
los cipreses pensativos
mientras suenan las campanas.

"...Me voy pero volveré,
te lo prometo, Granada,
para admirar a tus sierras
y esas lindas Alpujarras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Granada, 12/09/15

UNA NUBE ENTRISTECIDA...

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Una nube entristecida
asomaba por el cielo,
con sus rasgos definidos
y semblante un poco serio.

Yo la hice una pregunta,
por romper aquel silencio,
respondiéndome, al instante,
otro rostro sonriendo.

Era simple la pregunta,
pues pensaba en el reflejo,
de una luna esplendorosa
ocultado sus misterios.

Es la nube la guardiana
de la luna y sus secretos,
y la cubre con su manto
y la tapa con mil velos

¡Ay lunita, luna mora!
¿Dónde estás, que no te veo,
pues yo vengo cada día
a tu lado con mis sueños?

Es posible que ahora duermas
arrobada en dulce lecho
con mil rosas recibidas
y que adornan tus recuerdos.

Pero hay algo que yo guardo
en el pecho con gran celo
y por eso le pregunto
a la nube por tu encuentro.

Porque ansío que ya sepas
todo esto que me muerdo,
que te amo y que te adoro
y sin ti me estoy muriendo.

"...Una nube entristecida
ha escuchado este lamento,
confidencias de mi alma
que aquí dejo con un beso..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Granada, 11/09/15

LAS BELLAS MARIPOSAS...

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Las bellas mariposas
precisan de cariño,
de besos y de abrazos
mezclados con suspiros.

Estaban quietecitas,
atentas a los mirlos,
que cerca desgranaban
sus dulces gorgoritos.

Atenta, la princesa,
pasó bajo los tilos,
con ojos quejumbrosos
y un tanto entristecidos.

Buscaba la azalea,
las rosas y los lirios,
también las amapolas
nacidas junto al río.

Quizás buscaba, entonces,
la flecha de Cupido,
el agua de la acequia
corriendo con gran brío.

Un joven, muy moreno,
con pinta de morisco,
llenó, pronto, sus ojos
cegándolos con brillo.

Llevaba mariposas
la mano de aquel niño,
con pétalos sedosos
dejando escalofríos.

Entonces se las tiende,
humilde y con cariño,
cual versos arrancados
con gracia y con sigilo.

Lloraba la princesa,
temblaba como un cirio,
y apenas susurraba
las gracias del recibo.

El niño sonreía
con pecho agradecido,
soñaba bien despierto
con ángeles benditos.

"...Las bellas mariposas
precisan de tus mimos,
mi tierna margarita,
que vas siempre conmigo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Granada, 10/09/15

AL FIN PUDE CONOCERTE...

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Al fin pude conocerte
a las puertas de Granada,
eres altiva y preciosa
y a ti te llaman Alhambra.

No es extraño que la historia
te dejara muy marcada
y en un rincón apartado
un moro fiel te llorara.

Pudiste con mis reservas
para que a ti, una mañana,
buscara con paso firme
y sin prisas te admirara.

Yo suspiré como el moro,
al ver jardines y el agua
doblegados, a tu vera,
y dando paz a tu estampa.

Tienes la magia y embrujo
que el poeta te cantara
y la luz, azul celeste,
de ese cielo que te baña.

Por eso me enamoraste
sin artificios y mañas,
una mañana cualquiera
que me acerqué a tu ventana.

¡Ventana, preciosa mía,
que me mostraste Granada,
con esa perla sin rostro
a la que llaman Alhambra...!

Tengo que verte de nuevo
y contemplar tus legañas
para calmar los suspiros,
esos que nacen del alma.

Creo que me he enamorado
de tu jardín y murallas
y esos palacios tan lindos
que tantas historias guardan.

Rafael Sánchez Ortega ©
Granada, 09/09/15

NO LLEGA EL SUEÑO...

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No llega el sueño, en la noche,
y hasta lloran las estrellas
preocupadas por tus ojos
ya cansados de tinieblas.

Pero los cuerpos aguantan
esas brumas y galernas
y aunque los ojos se cansen
velarán en sus cancelas.

Altos faros, uniformes,
revestidos de cal fresca,
con salitre en las paredes
y el rumor de las mareas.

Quizás, por eso, la noche
no deja al sueño que venga,
porque le faltan los versos
de este aprendiz de poeta.

Versos que vengan con sueños
entre brotes de palmeras,
y que transformen la brisa
en un beso de canela.

Quizás un beso distinto
de una boca muy traviesa
y unos labios que, en silencio,
muestren así, su inocencia.

Por eso digo y repito
que el sueño hoy no me llega
aunque le ansío y le busco
dando vueltas y mas vueltas.

Recuerdo, entonces, tu cara,
tus pupilas entreabiertas,
y esas palabras, sin voces,
para dejarme tus huellas.

Y así, siguiendo tus pasos,
conseguirás que me duerma,
y que te abrace muy fuerte
aunque se acabe el poema.

Rafael Sánchez Ortega ©
Granada, 08/09/15

AQUELLAS AMAPOLAS...

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Aquellas amapolas,
con pétalos de cera,
tenían los suspiros
que dejan las estrellas.

Tenían fantasías
mezcladas con canela
de sueños y proyectos
de jóvenes poetas.

De madres impacientes
con niños a la escuela
y padres presurosos
mirando las mareas.

Pero esas amapolas,
bonitas y traviesas,
tenían el reflejo
de esquirlas indiscretas.

De gotas de rocío
prendidas de una trenza,
allá, donde los dioses,
dormitan y bostezan.

Y aquí, entre los jardines,
dos niños las veneran,
se miran con agrado,
se abrazan y se besan.

Aquellas amapolas
tenían su belleza,
los pétalos divinos
mostraban inocencia.

Quizás era una imagen
bañada de pureza
cual versos que dormidos
pedían primaveras.

Las flores y estaciones,
que rezan los poemas,
de manos juveniles
bañados de impaciencia.

Pero esas amapolas
pedían que las quieran,
dos labios juveniles
que amando las contemplan.

Rafael Sánchez Ortega ©
Granada, 07/09/15