HOY ME DICEN QUE LLEGA EL OTOÑO...
Hoy me dicen que llega el otoño
con sus largas pestañas doradas,
y también que volvieron los elfos
al jardín de la magia y las hadas.
Yo no sé si los hombres son niños
que hasta sueñan infancias lejanas,
o si son habitantes de un mundo
que agoniza entre guerra y batallas.
Pero sé que la rosa se alegra
y también ese lirio del alba,
y revive el clavel en el campo
y hasta asoma el tomillo y la jara.
Hoy me dicen que llega el otoño
y que viene desnudo y sin capa,
para ser el dador de esos besos
que sin duda ambiciona mi cara.
Es entonces que vuelvo los ojos
y contemplo tu imagen lejana,
que se acerca, también, paso a paso,
con las manos cubiertas de plata.
¡Cuánta luz me dedican tus versos
a través del susurro del alma!,
y la escucho, en silencio, mi vida,
para ser ese oyente que amas.
Hoy me dicen que llega el otoño
otra vez con sus nubes tan blancas,
y le siento arrimarse a mi lado
y llamar, ¡como no!, a mi ventana.
Porque tú le acompañas, sin miedo,
y le indicas que llegue a mi casa,
que desnude el piano y la lira
y que inunde de notas mi cama.
Es así como quiero el poema
de este otoño que llega y abraza,
como a ti, vendedora de sueños,
que me hechizas mirando tu falda.
"...Hoy me dicen que llega el otoño
y yo siento, con él, esa marcha,
la que lleve a los brazos queridos
y a esos labios, temblando, que aman..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/09/15
con sus largas pestañas doradas,
y también que volvieron los elfos
al jardín de la magia y las hadas.
Yo no sé si los hombres son niños
que hasta sueñan infancias lejanas,
o si son habitantes de un mundo
que agoniza entre guerra y batallas.
Pero sé que la rosa se alegra
y también ese lirio del alba,
y revive el clavel en el campo
y hasta asoma el tomillo y la jara.
Hoy me dicen que llega el otoño
y que viene desnudo y sin capa,
para ser el dador de esos besos
que sin duda ambiciona mi cara.
Es entonces que vuelvo los ojos
y contemplo tu imagen lejana,
que se acerca, también, paso a paso,
con las manos cubiertas de plata.
¡Cuánta luz me dedican tus versos
a través del susurro del alma!,
y la escucho, en silencio, mi vida,
para ser ese oyente que amas.
Hoy me dicen que llega el otoño
otra vez con sus nubes tan blancas,
y le siento arrimarse a mi lado
y llamar, ¡como no!, a mi ventana.
Porque tú le acompañas, sin miedo,
y le indicas que llegue a mi casa,
que desnude el piano y la lira
y que inunde de notas mi cama.
Es así como quiero el poema
de este otoño que llega y abraza,
como a ti, vendedora de sueños,
que me hechizas mirando tu falda.
"...Hoy me dicen que llega el otoño
y yo siento, con él, esa marcha,
la que lleve a los brazos queridos
y a esos labios, temblando, que aman..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/09/15
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