SI BUSCO UN CORAZÓN...
Si busco un corazón, y sus latidos,
encuentro, en cada calle, la respuesta,
las piedras con secretos indomables,
y el polvo que dejaron las estrellas.
Me inspiran esas calles silenciosas
envueltas en las sombras muy espesas
y luego con la luz de los faroles
que abundan en las casas soñolientas.
Es cierto que no todos los otoños
producen sensaciones tan diversas,
y siempre se producen las calimas
en almas que traspasan las fronteras.
Aquellas mañanitas de febrero,
las otras de septiembre tan eternas
y todas con la sangre enardecida
brotando sin cesar por esas venas.
Si busco un corazón, enamorado,
entonces me detengo, está muy cerca,
tus ojos me enamoran, sin palabras,
tus labios con suspiros de canela.
Un pecho jadeante y silencioso
desliza entre los dedos un poema,
los versos tan amados y queridos
surgidos y nacidos a tu vera.
Por eso en esta búsqueda constante
me fijo en tus pupilas tan inquietas,
las mismas que animaron a mis sueños
siguiendo tus pisadas y tus huellas.
Yo espero tus caricias simplemente
y lo hago sin fervor y sin cadenas,
quizás con el candor enfebrecido
de un niño que quería ser poeta.
"...Si busco un corazón, ilusionado
me quedo, sin dudar, con tu presencia,
la misma que me enerva los sentidos
y me habla y acaricia sin reservas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/10/15
encuentro, en cada calle, la respuesta,
las piedras con secretos indomables,
y el polvo que dejaron las estrellas.
Me inspiran esas calles silenciosas
envueltas en las sombras muy espesas
y luego con la luz de los faroles
que abundan en las casas soñolientas.
Es cierto que no todos los otoños
producen sensaciones tan diversas,
y siempre se producen las calimas
en almas que traspasan las fronteras.
Aquellas mañanitas de febrero,
las otras de septiembre tan eternas
y todas con la sangre enardecida
brotando sin cesar por esas venas.
Si busco un corazón, enamorado,
entonces me detengo, está muy cerca,
tus ojos me enamoran, sin palabras,
tus labios con suspiros de canela.
Un pecho jadeante y silencioso
desliza entre los dedos un poema,
los versos tan amados y queridos
surgidos y nacidos a tu vera.
Por eso en esta búsqueda constante
me fijo en tus pupilas tan inquietas,
las mismas que animaron a mis sueños
siguiendo tus pisadas y tus huellas.
Yo espero tus caricias simplemente
y lo hago sin fervor y sin cadenas,
quizás con el candor enfebrecido
de un niño que quería ser poeta.
"...Si busco un corazón, ilusionado
me quedo, sin dudar, con tu presencia,
la misma que me enerva los sentidos
y me habla y acaricia sin reservas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/10/15
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