YO QUIERO SER LA ROSA...
Yo quiero ser la rosa que en tu pecho
descanse con sus pétalos de grana,
y quiero ser la seda de tus manos
buscando en los rincones de las almas.
Suspiros inocentes de ternura,
claveles de un perfecto pentagrama,
violines afinados que se elevan
con música sin tacha y encantada.
El bosque recompone su figura
y vemos entre robles y entre hayas,
a eternas mariposas de colores
libando con los gnomos y las hadas.
Se puede descansar en un regazo
y ser un soñador sin alquitara,
el néctar envolvente de la misma
se forma y se cultiva de esperanzas.
Por eso deposito entre tus senos
la rosa del amor que tú buscabas,
los pétalos tan llenos de mensajes
y el mío que te entrego sin palabras.
No quiero que te alteren estos versos
y menos esta rosa perfumada,
tan solo que te sirvan, si tú quieres,
en esta primavera que se pasa.
Avanzan los corceles del destino
y rompen los esquemas y la calma,
de pronto se acumulan los recuerdos
y somos prisioneros de sus garras.
Por eso yo me vuelvo hacia la rosa,
aquella que en tu pecho se destaca,
la misma que ya vibra, sin saberlo,
calmando las galernas que me abrazan.
"...Yo quiero ser la rosa, en primavera,
el beso que se escancie por tu falda,
el pétalo sutil, con tantas hojas
que robe y que secuestre tu mirada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/05/16
descanse con sus pétalos de grana,
y quiero ser la seda de tus manos
buscando en los rincones de las almas.
Suspiros inocentes de ternura,
claveles de un perfecto pentagrama,
violines afinados que se elevan
con música sin tacha y encantada.
El bosque recompone su figura
y vemos entre robles y entre hayas,
a eternas mariposas de colores
libando con los gnomos y las hadas.
Se puede descansar en un regazo
y ser un soñador sin alquitara,
el néctar envolvente de la misma
se forma y se cultiva de esperanzas.
Por eso deposito entre tus senos
la rosa del amor que tú buscabas,
los pétalos tan llenos de mensajes
y el mío que te entrego sin palabras.
No quiero que te alteren estos versos
y menos esta rosa perfumada,
tan solo que te sirvan, si tú quieres,
en esta primavera que se pasa.
Avanzan los corceles del destino
y rompen los esquemas y la calma,
de pronto se acumulan los recuerdos
y somos prisioneros de sus garras.
Por eso yo me vuelvo hacia la rosa,
aquella que en tu pecho se destaca,
la misma que ya vibra, sin saberlo,
calmando las galernas que me abrazan.
"...Yo quiero ser la rosa, en primavera,
el beso que se escancie por tu falda,
el pétalo sutil, con tantas hojas
que robe y que secuestre tu mirada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/05/16
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