ERA EN UNA CALLE...
Era en una calle muy vieja y tranquila
donde las casonas tenían solera,
en los soportales, pendientes de acera,
un buen caminante dejó su mochila.
Sobre la solapa ponía: "se alquila,
seré si tú quieres la fiel compañera,
la tierna figura que sea enfermera
que cuide la espalda, tu cuello y axila".
Al ver en la calle el cartel mencionado
no pude, por menos, que amarte, locura,
estaba tan dentro de mí tu tortura...
Pensé en la mochila de un tiempo pasado,
también en la calle y el beso robado,
y así, en un instante, perdí la cordura.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/04/18
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