4.798 - SOLOS LOS DOS...



Solos los dos

unidos de la mano

en aquel bosque.


Íbamos juntos,

sin miedo, a la ventura,

¡éramos jóvenes!


Temblaba el alma,

por culpa de la fiebre.

¡También los cuerpos!...


Y nos perdimos

en medio del follaje

y la espesura.


La gran ciudad

produjo este trastorno.

Nos confundió.


Dimos mil pasos

sin rumbo ni concierto.

Llegó la noche.


Al dar la vuelta,

no vimos, nuestras huellas,

recién dejadas.


Pero a lo lejos

un faro señalaba

el fin del bosque.


Y a él nos fuimos,

temblando y presurosos.

como dos niños.


Rafael Sánchez Ortega ©

30/08/21

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