ESTOY TRISTE Y MIS LABIOS SUSURRAN
Estoy triste y mis labios susurran
esas letras que forman tu nombre,
unas letras tal vez enlazadas
que al decirlas un eco responde.
Son las olas que llegan furiosas
a la playa en eterno desorden,
son cometas que van por los cielos
con estelas de lindos colores.
Sin embargo mis labios no gritan,
sólo hablan a ti y a las flores,
recordando a los niños que juegan
y a pegasos pasando al galope.
Son los sueños que vuelven deprisa,
la nostalgia con besos que esconde,
esa estrella que luce en lo alto
y ese beso que al pecho lo rompe.
Un lucero se queda prendido
de ese lindo canal de tu escote,
una luz ilumina tu cara
alegrando también tus facciones.
Estoy triste y me tiemblan los labios
balbucean palabras sin orden,
son retazos de lindos romances,
sorprendidos sin puerto y sin norte.
Ahora salen ya mal hilvanados,
van así al espacio y la noche,
a dormir con las sombras oscuras
y a dejar de escuchar los relojes.
Panderetas que suenan al aire
entre risas, suspiros y olores,
es tu cuerpo que grita despierto
el que manda perfumes y sones.
Simplemente recojo tu aroma
ese algo sutil que me encoje,
ese aura que emana tu cuerpo
y que sacia mi hambre de hombre.
Sólo suena el tic tac de las almas
ese vuelo fugaz siempre joven,
ese dulce susurro del viento
que tus labios tan lindos recojen.
"...Estoy triste y mis labios pronuncian,
esas letras que forman tu nombre,
y te digo que si, sin palabras,
que he perdido los sueños y el norte..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/05/10
esas letras que forman tu nombre,
unas letras tal vez enlazadas
que al decirlas un eco responde.
Son las olas que llegan furiosas
a la playa en eterno desorden,
son cometas que van por los cielos
con estelas de lindos colores.
Sin embargo mis labios no gritan,
sólo hablan a ti y a las flores,
recordando a los niños que juegan
y a pegasos pasando al galope.
Son los sueños que vuelven deprisa,
la nostalgia con besos que esconde,
esa estrella que luce en lo alto
y ese beso que al pecho lo rompe.
Un lucero se queda prendido
de ese lindo canal de tu escote,
una luz ilumina tu cara
alegrando también tus facciones.
Estoy triste y me tiemblan los labios
balbucean palabras sin orden,
son retazos de lindos romances,
sorprendidos sin puerto y sin norte.
Ahora salen ya mal hilvanados,
van así al espacio y la noche,
a dormir con las sombras oscuras
y a dejar de escuchar los relojes.
Panderetas que suenan al aire
entre risas, suspiros y olores,
es tu cuerpo que grita despierto
el que manda perfumes y sones.
Simplemente recojo tu aroma
ese algo sutil que me encoje,
ese aura que emana tu cuerpo
y que sacia mi hambre de hombre.
Sólo suena el tic tac de las almas
ese vuelo fugaz siempre joven,
ese dulce susurro del viento
que tus labios tan lindos recojen.
"...Estoy triste y mis labios pronuncian,
esas letras que forman tu nombre,
y te digo que si, sin palabras,
que he perdido los sueños y el norte..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/05/10
TENGO UN SUSPIRO EN EL ALMA
Tengo un suspiro en el alma
y una flecha en mi costado,
el suspiro es como un soplo
y la flecha sólo un dardo.
Pero un dardo peligroso,
que me llega envenenado,
sin aviso, ni premisa,
solamente de tus manos.
De esas manos tan traidoras
que cariño me juraron,
pero era sólo el sueño,
de un poeta enamorado.
Ahora vago sin destino,
voy en busca de los astros,
sin maleta ni equipaje,
solamente paso a paso.
Caminante con su herida,
con la flecha de aquel arco,
con la sangre que se escapa
a la tierra y a los campos.
Tengo una nube en el alma
y una oración en los labios,
con la nube duermo pronto
mientras rezo hacia lo alto.
A Dios pido me perdone
y perdone a mis hermanos,
a los lirios y a las rosas
y a jacintos olvidados.
Simplemente llevo el alma
a dormir junto a los rayos,
por encima la tormenta
y los mares y los lagos.
No quisiera despedirme,
ni quisiera ser ingrato,
todo tiempo hay que vivirlo
y mi tiempo es ya pasado.
Se ha pasado ese suspiro,
he vivido ese regalo,
ese sueño de mis versos
en que estuve enamorado.
Pero amar, amar de veras,
¿quién resiste amar y amando?,
aunque sea por un sueño
cual locura de un verano.
...Es otoño y soy consciente,
ya el silencio va llegando,
y los días son mas cortos
y mi tiempo es un ocaso.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/05/10
y una flecha en mi costado,
el suspiro es como un soplo
y la flecha sólo un dardo.
Pero un dardo peligroso,
que me llega envenenado,
sin aviso, ni premisa,
solamente de tus manos.
De esas manos tan traidoras
que cariño me juraron,
pero era sólo el sueño,
de un poeta enamorado.
Ahora vago sin destino,
voy en busca de los astros,
sin maleta ni equipaje,
solamente paso a paso.
Caminante con su herida,
con la flecha de aquel arco,
con la sangre que se escapa
a la tierra y a los campos.
Tengo una nube en el alma
y una oración en los labios,
con la nube duermo pronto
mientras rezo hacia lo alto.
A Dios pido me perdone
y perdone a mis hermanos,
a los lirios y a las rosas
y a jacintos olvidados.
Simplemente llevo el alma
a dormir junto a los rayos,
por encima la tormenta
y los mares y los lagos.
No quisiera despedirme,
ni quisiera ser ingrato,
todo tiempo hay que vivirlo
y mi tiempo es ya pasado.
Se ha pasado ese suspiro,
he vivido ese regalo,
ese sueño de mis versos
en que estuve enamorado.
Pero amar, amar de veras,
¿quién resiste amar y amando?,
aunque sea por un sueño
cual locura de un verano.
...Es otoño y soy consciente,
ya el silencio va llegando,
y los días son mas cortos
y mi tiempo es un ocaso.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/05/10
CON LA BRISA INICIA EL VUELO
Con la brisa inicia el vuelo
la gaviota mendicante,
la que busca por los muelles
las migajas del bocarte.
Una a una marchan lejos
tras las olas y las artes,
van por costas y por playas
arranchando su plumaje.
La gaviota es muy coqueta,
ella baila con el aire,
da mil giros y cabriolas
aunque no la vea nadie.
Baila y gira perezosa
y lo hace con donaire,
tú la miras y remiras
con tus ojos vigilantes.
Unas nubes en el cielo
dejan sombras singulares,
amenazan quizás, lluvia,
a lo largo de la tarde.
Las gaviotas que partieron,
buscan algo para el hambre,
las manjúas despistadas
bajo algas y corales.
Vuela y vuela sin descanso
en un baile interminable,
entre valses de las olas
y murmullos de los mares.
Y de pronto cae el chubasco
con la lluvia interminable,
la gaviota está calada
y empapado va su traje.
Vuela pronto para el puerto
con chillidos singulares,
y así llega hasta los muelles
al refugio que le sale.
Hay bodegas de marinos
y camiones que reparten,
hay farolas que se alzan
y que son como estandartes.
Todo sirve a la gaviota,
todo es bueno y todo vale,
ella, en tierra, se pasea,
esperando que ya escampe.
Y de pronto rasga el cielo
ese sol con sus puñales,
y la lluvia se detiene
y hasta sopla fresco el aire.
La gaviota vuelve al cielo,
a ese baile entre los valses,
y entre paso y paso mira
a las barcas lo que hacen.
"...Con la brisa inicia el vuelo
la gaviota de los mares,
va coqueta y bien vestida,
marcha presta para el baile..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/05/10
la gaviota mendicante,
la que busca por los muelles
las migajas del bocarte.
Una a una marchan lejos
tras las olas y las artes,
van por costas y por playas
arranchando su plumaje.
La gaviota es muy coqueta,
ella baila con el aire,
da mil giros y cabriolas
aunque no la vea nadie.
Baila y gira perezosa
y lo hace con donaire,
tú la miras y remiras
con tus ojos vigilantes.
Unas nubes en el cielo
dejan sombras singulares,
amenazan quizás, lluvia,
a lo largo de la tarde.
Las gaviotas que partieron,
buscan algo para el hambre,
las manjúas despistadas
bajo algas y corales.
Vuela y vuela sin descanso
en un baile interminable,
entre valses de las olas
y murmullos de los mares.
Y de pronto cae el chubasco
con la lluvia interminable,
la gaviota está calada
y empapado va su traje.
Vuela pronto para el puerto
con chillidos singulares,
y así llega hasta los muelles
al refugio que le sale.
Hay bodegas de marinos
y camiones que reparten,
hay farolas que se alzan
y que son como estandartes.
Todo sirve a la gaviota,
todo es bueno y todo vale,
ella, en tierra, se pasea,
esperando que ya escampe.
Y de pronto rasga el cielo
ese sol con sus puñales,
y la lluvia se detiene
y hasta sopla fresco el aire.
La gaviota vuelve al cielo,
a ese baile entre los valses,
y entre paso y paso mira
a las barcas lo que hacen.
"...Con la brisa inicia el vuelo
la gaviota de los mares,
va coqueta y bien vestida,
marcha presta para el baile..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/05/10
SE QUEDÓ MUY PENSATIVO...
Se quedó muy pensativo
con la herida de su alma,
él sentía que la muerte
a su lado le llegaba.
Era un grito desgarrado,
una lágrima brotada,
una flecha que a su pecho
la ballesta le mandara.
Un puñal enmohecido,
una brisa muy amarga,
una nube gris y oscura
con tormenta entre sus alas.
Era un pobre vagabundo,
un poeta que soñaba,
era un hombre simplemente
con un niño en sus entrañas.
Más la vida se parece
a ese campo de batalla,
donde yacen los ausentes
que han partido hacia la nada.
Brinca el alma en su agonía
y la sangre ya se escapa,
tiembla el cuerpo y no de miedo
mientras suenan las campanas.
Unos ojos impasibles
esta escena contemplaban,
insensibles y cobardes
a que el alma agonizara.
Un suspiro sube al cielo,
es del pecho que ahora clama,
perdonando los pecados
de aquel ser a quien amara.
La mentira se confunde
entre rosas y entre zarzas,
y así surgen las espinas
y las dudas siempre amargas.
No bastaron las promesas,
las palabras mil juradas,
por los padres y los hijos
y el infierno si eran falsas.
Es por eso que la herida
con la sangre que se marcha,
riegue pronto las raíces
y la tierra con sus plantas.
Adelante amigo mío,
hay un cielo que te aguarda,
tú has amado hasta la muerte,
y querido a quien te odiara.
Has sentido sus latidos
a pesar de la distancia,
has querido y has amado
y ahora mueres y te marchas.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/05/10
con la herida de su alma,
él sentía que la muerte
a su lado le llegaba.
Era un grito desgarrado,
una lágrima brotada,
una flecha que a su pecho
la ballesta le mandara.
Un puñal enmohecido,
una brisa muy amarga,
una nube gris y oscura
con tormenta entre sus alas.
Era un pobre vagabundo,
un poeta que soñaba,
era un hombre simplemente
con un niño en sus entrañas.
Más la vida se parece
a ese campo de batalla,
donde yacen los ausentes
que han partido hacia la nada.
Brinca el alma en su agonía
y la sangre ya se escapa,
tiembla el cuerpo y no de miedo
mientras suenan las campanas.
Unos ojos impasibles
esta escena contemplaban,
insensibles y cobardes
a que el alma agonizara.
Un suspiro sube al cielo,
es del pecho que ahora clama,
perdonando los pecados
de aquel ser a quien amara.
La mentira se confunde
entre rosas y entre zarzas,
y así surgen las espinas
y las dudas siempre amargas.
No bastaron las promesas,
las palabras mil juradas,
por los padres y los hijos
y el infierno si eran falsas.
Es por eso que la herida
con la sangre que se marcha,
riegue pronto las raíces
y la tierra con sus plantas.
Adelante amigo mío,
hay un cielo que te aguarda,
tú has amado hasta la muerte,
y querido a quien te odiara.
Has sentido sus latidos
a pesar de la distancia,
has querido y has amado
y ahora mueres y te marchas.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/05/10
QUISIERA...
"Quisiera que tú me entendieras
a mi sin palabras..."
José Hierro
Quisiera que tú me miraras así sin palabras,
quisiera que tu me buscaras
los ojos del alma,
quisiera que allí repasaras
las líneas torcidas que forman mis versos,
quisiera que vieras
el tierno mensaje que hay en su fondo,
quisiera ser aire y ser brisa,
guiar a tu mano a ese sitio invisible
que late en el pecho,
quisiera ser fuego y ser sangre,
volcán con la lava que corre en tus venas,
quisiera ser beso lanzado a los cielos
buscando la imagen divina,
el pelo tan lindo, los ojos castaños,
la bella figura que marcha conmigo
cerrando los ojos.
Más lanzo un suspiro
y le grito a los dioses...
Reclamo mi parte,
la herencia del niño que vive y que sueña,
que no se resigna aunque pasen los días,
que busca la luz en la noche sombría,
que lleva a su alma la antorcha celeste,
que guía sus pasos,
que vive el otoño y que mira
las hojas doradas formando una alfombra,
que observa la lluvia
y las gotas que bajan por fin a los suelos...
Quisiera ser niño que ríe y que llora,
que canta sin voz tantas dulces canciones,
que escribe sin pluma en el tronco del árbol,
que marcha desnudo enseñando su alma,
que enseña sus versos al mundo,
las letras y estrofas cargadas de miedo,
que siente al gorrión y la alondra que pasa,
que escucha la grave campana
llamando al rosario,
que busca en los muros y piedras
la eterna respuesta
que libra su alma de dudas y miedos,
de argollas y celdas que así le atenazan.
Me preguntas amiga,
y estas cosas quisiera ofrecerte...
Estas cosas sencillas que salen de pronto,
las que ahora me vienen y van a mis dedos,
las que escribo nervioso pensando en pasado
y que quiero volver a vivirlas,
hacerlas presente contigo,
vivir a tu lado esos bellos momentos,
subiendo a las cumbres unidas las manos,
llevando ese lazo invisible que ata las almas,
buscando ese beso en tus labios
y en él la respuesta que llegue a los míos,
vivir ese amor en silencio,
pasar por la vida en puntillas allí,
en la arena y la playa,
mirando a lo lejos,
mandar a la brisa
un "te quiero"
y oir ese eco en tus labios
diciendo "te amo".
"...Quisiera que tú me miraras así, sin palabras,
como yo que te miro, te amo y te veo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/05/10
a mi sin palabras..."
José Hierro
Quisiera que tú me miraras así sin palabras,
quisiera que tu me buscaras
los ojos del alma,
quisiera que allí repasaras
las líneas torcidas que forman mis versos,
quisiera que vieras
el tierno mensaje que hay en su fondo,
quisiera ser aire y ser brisa,
guiar a tu mano a ese sitio invisible
que late en el pecho,
quisiera ser fuego y ser sangre,
volcán con la lava que corre en tus venas,
quisiera ser beso lanzado a los cielos
buscando la imagen divina,
el pelo tan lindo, los ojos castaños,
la bella figura que marcha conmigo
cerrando los ojos.
Más lanzo un suspiro
y le grito a los dioses...
Reclamo mi parte,
la herencia del niño que vive y que sueña,
que no se resigna aunque pasen los días,
que busca la luz en la noche sombría,
que lleva a su alma la antorcha celeste,
que guía sus pasos,
que vive el otoño y que mira
las hojas doradas formando una alfombra,
que observa la lluvia
y las gotas que bajan por fin a los suelos...
Quisiera ser niño que ríe y que llora,
que canta sin voz tantas dulces canciones,
que escribe sin pluma en el tronco del árbol,
que marcha desnudo enseñando su alma,
que enseña sus versos al mundo,
las letras y estrofas cargadas de miedo,
que siente al gorrión y la alondra que pasa,
que escucha la grave campana
llamando al rosario,
que busca en los muros y piedras
la eterna respuesta
que libra su alma de dudas y miedos,
de argollas y celdas que así le atenazan.
Me preguntas amiga,
y estas cosas quisiera ofrecerte...
Estas cosas sencillas que salen de pronto,
las que ahora me vienen y van a mis dedos,
las que escribo nervioso pensando en pasado
y que quiero volver a vivirlas,
hacerlas presente contigo,
vivir a tu lado esos bellos momentos,
subiendo a las cumbres unidas las manos,
llevando ese lazo invisible que ata las almas,
buscando ese beso en tus labios
y en él la respuesta que llegue a los míos,
vivir ese amor en silencio,
pasar por la vida en puntillas allí,
en la arena y la playa,
mirando a lo lejos,
mandar a la brisa
un "te quiero"
y oir ese eco en tus labios
diciendo "te amo".
"...Quisiera que tú me miraras así, sin palabras,
como yo que te miro, te amo y te veo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/05/10
HE TENIDO LA FORTUNA...
He tenido la fortuna
de nacer en la ribera,
de vivir intensamente
tantos restos de leyendas.
Los tesoros escondidos
esperándome en la iglesia,
los suspiros del pasado
en los muros y las piedras.
Siempre quise tiernamente
a esta Villa marinera,
la de padres y de abuelos,
toda llena de sorpresas.
Pero un día, lo recuerdo,
me acerqué hasta La Barquera,
a esa linda capillita
penetrando por su puerta.
Y en el fondo, el camerino,
con la imagen tan señera,
esa Reina de los Cielos
y patrona de mi tierra.
Y recé como rezaron
mis ancestros sin reservas,
esos hombres tan curtidos
y a su lado mis abuelas.
Una Salve a la Señora,
una Salve a las estrellas,
las que van en su vestido
colgaditas como perlas.
Me volví para la Villa,
retorné para mi puebla,
a buscar entre sus calles
el origen de mi esencia.
Y encontré lo que buscaba
persiguiendo muchas huellas,
callejones olvidados
y murallas ya muy viejas.
Esas piedras murmuraban,
rezumaban a sal muera,
y me daban una a una
los secretos que ellas llevan.
He nacido de unos padres
y de gente marinera,
me he criado en San Vicente
entre barcas y entre pesca.
Quien no sepa lo que es esto
yo le invito a que aquí venga,
se emborrache de esta Villa
y que beba de su néctar.
Aquí tiene lo que busca,
una Villa siempre atenta,
servicial y acogedora
con la gente forastera.
Pero sólo en San Vicente
hay Folía como fiesta,
panderetas y canciones
a esa Virgen que es tan nuestra.
Tiembla el cielo con los cantos,
las banderas ya se ondean,
mientras rugen los motores
de las barcas que se aprestan.
Más no es sólo la Folía,
el motivo de estas letras,
es la brisa y el nordeste
que nos llega de Bederna.
Cruza el Puente de La Maza,
va subiendo a La Barrera,
se detiene en El Castillo
y en su torre de defensa.
Hay un halo que subyuga
esta imagen que nos deja,
y te invito, buen amigo,
a que vengas y la veas.
A que bebas en el cáliz
que bebieron los poetas,
y que sientas el suspiro
de resacas y mareas.
Así es mi San Vicente,
sólo quiero que lo sepas,
pues si buscas algo eterno
lo verás entre sus huellas.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/05/10
de nacer en la ribera,
de vivir intensamente
tantos restos de leyendas.
Los tesoros escondidos
esperándome en la iglesia,
los suspiros del pasado
en los muros y las piedras.
Siempre quise tiernamente
a esta Villa marinera,
la de padres y de abuelos,
toda llena de sorpresas.
Pero un día, lo recuerdo,
me acerqué hasta La Barquera,
a esa linda capillita
penetrando por su puerta.
Y en el fondo, el camerino,
con la imagen tan señera,
esa Reina de los Cielos
y patrona de mi tierra.
Y recé como rezaron
mis ancestros sin reservas,
esos hombres tan curtidos
y a su lado mis abuelas.
Una Salve a la Señora,
una Salve a las estrellas,
las que van en su vestido
colgaditas como perlas.
Me volví para la Villa,
retorné para mi puebla,
a buscar entre sus calles
el origen de mi esencia.
Y encontré lo que buscaba
persiguiendo muchas huellas,
callejones olvidados
y murallas ya muy viejas.
Esas piedras murmuraban,
rezumaban a sal muera,
y me daban una a una
los secretos que ellas llevan.
He nacido de unos padres
y de gente marinera,
me he criado en San Vicente
entre barcas y entre pesca.
Quien no sepa lo que es esto
yo le invito a que aquí venga,
se emborrache de esta Villa
y que beba de su néctar.
Aquí tiene lo que busca,
una Villa siempre atenta,
servicial y acogedora
con la gente forastera.
Pero sólo en San Vicente
hay Folía como fiesta,
panderetas y canciones
a esa Virgen que es tan nuestra.
Tiembla el cielo con los cantos,
las banderas ya se ondean,
mientras rugen los motores
de las barcas que se aprestan.
Más no es sólo la Folía,
el motivo de estas letras,
es la brisa y el nordeste
que nos llega de Bederna.
Cruza el Puente de La Maza,
va subiendo a La Barrera,
se detiene en El Castillo
y en su torre de defensa.
Hay un halo que subyuga
esta imagen que nos deja,
y te invito, buen amigo,
a que vengas y la veas.
A que bebas en el cáliz
que bebieron los poetas,
y que sientas el suspiro
de resacas y mareas.
Así es mi San Vicente,
sólo quiero que lo sepas,
pues si buscas algo eterno
lo verás entre sus huellas.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/05/10
SELLAN SUS OJOS LA INFANTIL VENTANA
Sellan sus ojos la infantil ventana
de luces, de color y fantasía,
aquella recogida en los cuadernos,
origen y la esencia de la vida.
La misma que dejaron muchas manos,
manchadas de carbón y tinta,
curtidas por el frío del invierno
llenando presurosas las cuartillas.
Sus ojos se quedaron en silencio,
buscando entre la niebla, mas bien fija,
palabras y palabras de tus labios
y el eco de la dulce melodía.
Sonaron las campanas de la iglesia
llamando a los vecinos a la misa,
más lejos, en el bosque de los robles,
un niño, ya mayor, solo dormía.
Dormía el corazón, soñaba el alma,
bajaba aquel chiquillo hasta la mina,
sacaba los tesoros de la tierra,
en forma de carbón y de cuarcita.
No sé por qué, le embargan los recuerdos,
la noche ya pasó y ahora es de día,
el tiempo se ha quedado en el pasado,
y aquel viejo reloj ya no palpita.
Quedaron, tras sus pasos, muchas cosas,
algunas son caricias recibidas,
más otras son las rosas regaladas,
en medio de promesas y de espinas.
Recuerda tanta sangre derramada,
y siente, como ayer, aquella herida,
no sabe que el pasado está pasado,
oculto en la ventana con mil cintas.
La vida se compone de fragmentos,
de versos y de letras reunidas,
con lindas mariposas en el aire
buscando las alegres margaritas.
Dejemos que se ahoguen los recuerdos,
que mueran las pasiones ya vencidas,
que duerman esos niños y esos hombres
velados por la brisa y sus caricias.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/05/10
de luces, de color y fantasía,
aquella recogida en los cuadernos,
origen y la esencia de la vida.
La misma que dejaron muchas manos,
manchadas de carbón y tinta,
curtidas por el frío del invierno
llenando presurosas las cuartillas.
Sus ojos se quedaron en silencio,
buscando entre la niebla, mas bien fija,
palabras y palabras de tus labios
y el eco de la dulce melodía.
Sonaron las campanas de la iglesia
llamando a los vecinos a la misa,
más lejos, en el bosque de los robles,
un niño, ya mayor, solo dormía.
Dormía el corazón, soñaba el alma,
bajaba aquel chiquillo hasta la mina,
sacaba los tesoros de la tierra,
en forma de carbón y de cuarcita.
No sé por qué, le embargan los recuerdos,
la noche ya pasó y ahora es de día,
el tiempo se ha quedado en el pasado,
y aquel viejo reloj ya no palpita.
Quedaron, tras sus pasos, muchas cosas,
algunas son caricias recibidas,
más otras son las rosas regaladas,
en medio de promesas y de espinas.
Recuerda tanta sangre derramada,
y siente, como ayer, aquella herida,
no sabe que el pasado está pasado,
oculto en la ventana con mil cintas.
La vida se compone de fragmentos,
de versos y de letras reunidas,
con lindas mariposas en el aire
buscando las alegres margaritas.
Dejemos que se ahoguen los recuerdos,
que mueran las pasiones ya vencidas,
que duerman esos niños y esos hombres
velados por la brisa y sus caricias.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/05/10
SABÍA QUE TÚ SABÍAS...
Sabía que tú sabías
pero cerrabas los ojos,
tuviste el sol en tus manos
como un pequeño tesoro.
¡Ay, luna, lunita luna!,
la luna de tanto loco,
la luz que brilla en el cielo,
el faro que buscan todos.
Una noche tu me hablabas
y susurrabas un poco,
me hacías tus confidencias,
contabas risas y lloros.
Contabas que te contaron
una noche junto al pozo,
un secreto dos amantes,
un suceso doloroso.
Tenían cuanto querían,
pero faltaba ese poso,
ese néctar tan divino
ese vino fino y rojo.
Pero la sed de sus almas
se convirtió en alboroto,
las pasiones afloraron
y llegaron los antojos.
Los amantes le contaban,
con sus ojos temblorosos,
a la luna sus secretos,
sus pasiones y sus gozos.
Más la luna ya sabía,
sonreía de reojo,
y miraba y escuchaba
entre llantos y sollozos.
¡Cuánta pena destilada!
¡cuánto amor y cuánto enojo!,
entre rosas con espinas
que engañaron a los corzos.
Tú sabías luna blanca,
tú sabías todo, todo...
Los suspiros emitidos,
y aquel vuelo de los globos.
Los latidos de los pechos
y los besos en el coro,
dos amantes te contaron
sus pesares en agosto.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/10
pero cerrabas los ojos,
tuviste el sol en tus manos
como un pequeño tesoro.
¡Ay, luna, lunita luna!,
la luna de tanto loco,
la luz que brilla en el cielo,
el faro que buscan todos.
Una noche tu me hablabas
y susurrabas un poco,
me hacías tus confidencias,
contabas risas y lloros.
Contabas que te contaron
una noche junto al pozo,
un secreto dos amantes,
un suceso doloroso.
Tenían cuanto querían,
pero faltaba ese poso,
ese néctar tan divino
ese vino fino y rojo.
Pero la sed de sus almas
se convirtió en alboroto,
las pasiones afloraron
y llegaron los antojos.
Los amantes le contaban,
con sus ojos temblorosos,
a la luna sus secretos,
sus pasiones y sus gozos.
Más la luna ya sabía,
sonreía de reojo,
y miraba y escuchaba
entre llantos y sollozos.
¡Cuánta pena destilada!
¡cuánto amor y cuánto enojo!,
entre rosas con espinas
que engañaron a los corzos.
Tú sabías luna blanca,
tú sabías todo, todo...
Los suspiros emitidos,
y aquel vuelo de los globos.
Los latidos de los pechos
y los besos en el coro,
dos amantes te contaron
sus pesares en agosto.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/10
UNA ESTRELLA GUARDA EL ALMA
Una estrella guarda el alma
con tus ojos y sonrisa,
esa estrella es un tesoro
y tus ojos dos caricias.
Hay estrellas por el cielo,
que en la noche van vestidas,
van coquetas con sus galas,
y su blanco nos hechiza.
Hay dos ojos complacientes
y que miran y palpitan,
más allá de las estrellas
y de vidas infinitas.
Pero pasan las estrellas
con susurros a la brisa,
con el canto inmaculado
de barqueros y marismas.
Hay dos ojos en tu cara
y una boca que suspira,
dos pestañas que se cierran
y dos ojos que dormitan.
Hay quien pone a las estrellas,
como alegres figuritas,
y con ellas forman cuadros
los poetas con su lira.
Más tus ojos en el alma
simplemente piden vida,
piden luz y no tinieblas
de ese pecho que palpita.
Hay quien canta a las estrellas
las canciones más bonitas,
quien escribe lindos versos
y en la noche los envía.
Hay quien busca en tus dos ojos
esa paz que necesita,
el suspiro de tu alma,
la frescura de tu risa.
Sin embargo las estrellas,
como siempre son esquivas,
se pasean en la noche
con sus sedas blanquecinas.
Son tus ojos dos luceros,
dos estrellas retenidas,
dos gaviotas en el alma
que a ti vuelan y caminan.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/05/10
con tus ojos y sonrisa,
esa estrella es un tesoro
y tus ojos dos caricias.
Hay estrellas por el cielo,
que en la noche van vestidas,
van coquetas con sus galas,
y su blanco nos hechiza.
Hay dos ojos complacientes
y que miran y palpitan,
más allá de las estrellas
y de vidas infinitas.
Pero pasan las estrellas
con susurros a la brisa,
con el canto inmaculado
de barqueros y marismas.
Hay dos ojos en tu cara
y una boca que suspira,
dos pestañas que se cierran
y dos ojos que dormitan.
Hay quien pone a las estrellas,
como alegres figuritas,
y con ellas forman cuadros
los poetas con su lira.
Más tus ojos en el alma
simplemente piden vida,
piden luz y no tinieblas
de ese pecho que palpita.
Hay quien canta a las estrellas
las canciones más bonitas,
quien escribe lindos versos
y en la noche los envía.
Hay quien busca en tus dos ojos
esa paz que necesita,
el suspiro de tu alma,
la frescura de tu risa.
Sin embargo las estrellas,
como siempre son esquivas,
se pasean en la noche
con sus sedas blanquecinas.
Son tus ojos dos luceros,
dos estrellas retenidas,
dos gaviotas en el alma
que a ti vuelan y caminan.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/05/10
AUNQUE A VECES NO QUISIERA
Aunque a veces no quisiera,
pasa el tiempo de mi vida,
los minutos corren, vuelan,
y las horas se marchitan.
Una ráfaga de viento
me acaricia las mejillas,
es un beso que me llega,
de los mares con la brisa.
Pasa el tiempo y los pegasos,
ya galopan muy deprisa,
van en busca del destino,
desbocados y sin brida.
Son igual que las pasiones
que te elevan a la cima,
pero luego, en un segundo,
simplemente se terminan.
Es el tiempo el que saluda,
el que causa mil heridas,
entre flechas y entre lanzas
y entre versos que no riman.
Los poemas son fracciones,
son instantes que se agitan,
y que acuden a los dedos
para ir a la cuartilla.
Pero el tiempo pasa pronto,
un segundo que palpita,
un chasquido solamente
y la vida se termina.
Ya las olas muy cansadas
en la playa ya se estiran,
con su espuma caprichosa
entre lágrimas y risas.
Es el tiempo tú me dices,
y hay un eco que musita,
que transmite tu susurro,
tus palabras escondidas.
Hay personas que se aman
en rincones y buhardillas,
mientras otros se enamoran
y se besan y acarician.
"...Aunque a veces no quisiera,
pasa el tiempo de mi vida,
los relojes ya se paran
y mi tiempo finaliza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/05/10
pasa el tiempo de mi vida,
los minutos corren, vuelan,
y las horas se marchitan.
Una ráfaga de viento
me acaricia las mejillas,
es un beso que me llega,
de los mares con la brisa.
Pasa el tiempo y los pegasos,
ya galopan muy deprisa,
van en busca del destino,
desbocados y sin brida.
Son igual que las pasiones
que te elevan a la cima,
pero luego, en un segundo,
simplemente se terminan.
Es el tiempo el que saluda,
el que causa mil heridas,
entre flechas y entre lanzas
y entre versos que no riman.
Los poemas son fracciones,
son instantes que se agitan,
y que acuden a los dedos
para ir a la cuartilla.
Pero el tiempo pasa pronto,
un segundo que palpita,
un chasquido solamente
y la vida se termina.
Ya las olas muy cansadas
en la playa ya se estiran,
con su espuma caprichosa
entre lágrimas y risas.
Es el tiempo tú me dices,
y hay un eco que musita,
que transmite tu susurro,
tus palabras escondidas.
Hay personas que se aman
en rincones y buhardillas,
mientras otros se enamoran
y se besan y acarician.
"...Aunque a veces no quisiera,
pasa el tiempo de mi vida,
los relojes ya se paran
y mi tiempo finaliza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/05/10
UN MECHÓN RESBALABA DE LA FRENTE
Un mechón resbalaba de la frente
para ir a dormir a su mejilla,
parecía una ola enamorada,
ondulante y llegando con la brisa.
Un velero escapado de los cielos,
una luz que se asoma a tus pupilas,
un poema que viene hasta tus labios
y que lenta, muy lenta me recita.
El cabello me roza lentamente
y un perfume me inunda y acaricia,
es olor a jazmines y lavandas
con su mezcla de jades y amatista.
Es un sueño quizás irrealizado,
la presencia del pecho que palpita,
el suspiro lanzado a las estrellas
y esos labios besando muy deprisa.
Aún no sé si este cuadro es solo un sueño,
que trazó con finura aquel artista,
el poeta, tal vez, enamorado,
con sus letras nerviosas y precisas.
Pero veo tu pelo por la frente,
como baja y se duerme en esa orilla,
en la playa paciente de tu boca,
y en el lecho que ella le cobija.
Hay un halo de áura y de misterio,
lo que emana del cuadro hasta mi vista,
lo que dice tu imagen sin palabras
y me enseña lo hermoso de la vida.
Volarán por los mares las gaviotas,
cantarán las sirenas escondidas,
llegarán los pegasos de los cuentos
y hablarán las hermosas margaritas.
Pero tú, primavera, enamorada,
con el dulce mechón entretenida,
retenías el canto de las aves
y a las olas su alegre sinfonía.
Es posible que cambien muchas cosas,
pero no borrarán de mi retina,
este lindo momento del presente
en que tú, silenciosa, fuiste mía.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/05/10
para ir a dormir a su mejilla,
parecía una ola enamorada,
ondulante y llegando con la brisa.
Un velero escapado de los cielos,
una luz que se asoma a tus pupilas,
un poema que viene hasta tus labios
y que lenta, muy lenta me recita.
El cabello me roza lentamente
y un perfume me inunda y acaricia,
es olor a jazmines y lavandas
con su mezcla de jades y amatista.
Es un sueño quizás irrealizado,
la presencia del pecho que palpita,
el suspiro lanzado a las estrellas
y esos labios besando muy deprisa.
Aún no sé si este cuadro es solo un sueño,
que trazó con finura aquel artista,
el poeta, tal vez, enamorado,
con sus letras nerviosas y precisas.
Pero veo tu pelo por la frente,
como baja y se duerme en esa orilla,
en la playa paciente de tu boca,
y en el lecho que ella le cobija.
Hay un halo de áura y de misterio,
lo que emana del cuadro hasta mi vista,
lo que dice tu imagen sin palabras
y me enseña lo hermoso de la vida.
Volarán por los mares las gaviotas,
cantarán las sirenas escondidas,
llegarán los pegasos de los cuentos
y hablarán las hermosas margaritas.
Pero tú, primavera, enamorada,
con el dulce mechón entretenida,
retenías el canto de las aves
y a las olas su alegre sinfonía.
Es posible que cambien muchas cosas,
pero no borrarán de mi retina,
este lindo momento del presente
en que tú, silenciosa, fuiste mía.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/05/10
BESO QUE VIENE A MI BOCA
Beso que viene a mi boca,
beso entre dulce y amargo,
mil fantasías en una
y un solo dios en lo alto.
Cantan las aves sus trinos,
llega la brisa acunando,
hay una luna en el cielo
que busca un sitio en el lago.
Suenan cohetes de fiesta,
hay romería en el llano,
bailan los mozos y mozas
entre jarana y aplausos.
Miro y te veo muy cerca,
toma tu cuerpo mis manos,
mientras mis ojos te hablan
y así te voy conquistando.
Pasan gaviotas veloces,
van a buscar a los barcos,
tú las sonríes dichosa
mientras contemplas su paso.
Hay alegría y jolgorio,
eso no puedes negarlo,
hay ese baile en la plaza
que hace cerrar muchos párpados.
Besos que van y que vienen,
besos que llegan callados,
besos que van a tu cara,
besos que buscan tu abrazo.
Ya se calienta el ambiente,
se oye el chocar de los vasos,
brindis que van a los cielos,
luego se apuran los tragos.
Pienso en el beso de antes,
y así me quedo pensando,
pienso que nada tenía
hasta rozarme tus labios.
Roza mi boca la brisa,
llega sutil, sin pensarlo,
viene con manto de seda
y su cabello muy largo.
Lanza un suspiro piadoso,
que me recuerda otros tantos;
¡tantos suspiros nacidos,
tantos mis labios ahogaron!...
Más como todo termina,
solo me quedo soñando,
sólo me quedan tus besos
entre la luna y los astros.
..."Beso que viene a mi boca,
beso que llega vibrando,
beso que trae la salmuera
y que se queda atrapado"...
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/10
beso entre dulce y amargo,
mil fantasías en una
y un solo dios en lo alto.
Cantan las aves sus trinos,
llega la brisa acunando,
hay una luna en el cielo
que busca un sitio en el lago.
Suenan cohetes de fiesta,
hay romería en el llano,
bailan los mozos y mozas
entre jarana y aplausos.
Miro y te veo muy cerca,
toma tu cuerpo mis manos,
mientras mis ojos te hablan
y así te voy conquistando.
Pasan gaviotas veloces,
van a buscar a los barcos,
tú las sonríes dichosa
mientras contemplas su paso.
Hay alegría y jolgorio,
eso no puedes negarlo,
hay ese baile en la plaza
que hace cerrar muchos párpados.
Besos que van y que vienen,
besos que llegan callados,
besos que van a tu cara,
besos que buscan tu abrazo.
Ya se calienta el ambiente,
se oye el chocar de los vasos,
brindis que van a los cielos,
luego se apuran los tragos.
Pienso en el beso de antes,
y así me quedo pensando,
pienso que nada tenía
hasta rozarme tus labios.
Roza mi boca la brisa,
llega sutil, sin pensarlo,
viene con manto de seda
y su cabello muy largo.
Lanza un suspiro piadoso,
que me recuerda otros tantos;
¡tantos suspiros nacidos,
tantos mis labios ahogaron!...
Más como todo termina,
solo me quedo soñando,
sólo me quedan tus besos
entre la luna y los astros.
..."Beso que viene a mi boca,
beso que llega vibrando,
beso que trae la salmuera
y que se queda atrapado"...
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/10
ME DICEN QUE SON LARGOS MIS POEMAS
Me dicen que son largos mis poemas
y que sangran los versos y sus letras,
y confirmo que si, que son muy largos,
y que sobran las risas y los llantos.
Mis poemas nacían con la brisa
y dejaban un beso en la cuartilla,
más ahora que nacen y se duermen,
sólo esperan la mano de la muerte.
Mis poemas ansiaban la dulzura
en los versos escritos a la luna,
pero ya quedarán en mi garganta
esperando las sombras y la nada.
Mis poemas calmaron muchos ojos,
y sus letras tenían ese poso,
la cordura sencilla de los niños
con sus tonos celestes y amarillos.
Mis poemas vibraron con las hojas
y también en las playas, con las olas,
y dormían el sueño de los justos
esperando los cantos y el arrullo.
Mis poemas tan largos ya no nacen,
quedarán con el mar y los corales
y una nube llegada de los cielos
limpiará de mis letras el cuaderno.
Mis poemas callaron una noche
y apagaron su canto y su desorden,
nunca más plasmarán cuanto te quise
ni tampoco aquel beso que me diste.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/10
y que sangran los versos y sus letras,
y confirmo que si, que son muy largos,
y que sobran las risas y los llantos.
Mis poemas nacían con la brisa
y dejaban un beso en la cuartilla,
más ahora que nacen y se duermen,
sólo esperan la mano de la muerte.
Mis poemas ansiaban la dulzura
en los versos escritos a la luna,
pero ya quedarán en mi garganta
esperando las sombras y la nada.
Mis poemas calmaron muchos ojos,
y sus letras tenían ese poso,
la cordura sencilla de los niños
con sus tonos celestes y amarillos.
Mis poemas vibraron con las hojas
y también en las playas, con las olas,
y dormían el sueño de los justos
esperando los cantos y el arrullo.
Mis poemas tan largos ya no nacen,
quedarán con el mar y los corales
y una nube llegada de los cielos
limpiará de mis letras el cuaderno.
Mis poemas callaron una noche
y apagaron su canto y su desorden,
nunca más plasmarán cuanto te quise
ni tampoco aquel beso que me diste.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/10
DÍA GRIS
Día gris en un mal día,
día gris y ceniciento...
Deseos de cerrar definitivamente
las puertas y ventanas,
de correr tupidos velos
en la vida y en el tiempo
y poder cerrar los ojos
y no abrirlos nunca más.
Vacío, soledad, tristeza...
Lo tengo todo.
Pero sí, es mi problema,
es algo que no puedo compartir
y que a nadie debo transmitir,
así que sonreiré como un hipócrita;
beberé las hieles de la vida
aunque luego las vomite,
y tomaré ese vaso de cicuta
que me ofrecen.
Nada pido, nada tengo,
por lo tanto no me encuentro
en condición de recibir nada
si no puedo ofrecer ni una mirada,
ni un latido a las estrellas,
ni un suspiro hacia los mares...
...Nada, sólo sombras
simplemente.
Retales de una vida
que no ha sido,
fagmentos inconexos
e incompletos
de una música que pudo
y que no fue la causante del sonido
que esperaba.
...Más todo es soledad,
todo es silencio.
Y busco ese silencio para romperlo
en mil pedazos,
para llegar al fondo de su esencia,
para dormir en él profundamente,
sin miradas,
sin palabras,
sin abrazos,
sin palmadas en la espalda,
sin aplausos,
ajeno así, a la vida y a las gentes,
en un sueño profundo e inacabable.
¡Vivir, morir!...
La eterna paradoja de la vida.
"Si morir es vivir,
quisiera ya morir para vivir eternamente"...
Hermosa frase y pensamiento
nacida en esa infancia,
cuando las preguntas tenían
mil respuestas,
cuando el corazón temblaba,
y no de frío,
cuando la sangre circulaba acelerada
haciendo que brotaran
los suspiros en el pecho.
Hermoso corazón,
entonces tú soñabas con amores
de novela,
amabas sin razón,
con tu razón y con tus sueños.
Amabas simplemente a la vida
y a las gentes.
¿Qué sucedió para que ahora
ya no vivas,
para que ahora sólo quieras
ese mundo del vacío y de la nada?
¿Acaso ya no vives?
¿acaso ya no amas?...
...Silencio corazón,
es la razón que ha muerto
y se desangra.
Recogerán las aves la semilla,
en las gotas de esa sangre
que se escapa,
y llevarán las mismas a los campos
para sembrar las tierras
y las almas.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/05/10
día gris y ceniciento...
Deseos de cerrar definitivamente
las puertas y ventanas,
de correr tupidos velos
en la vida y en el tiempo
y poder cerrar los ojos
y no abrirlos nunca más.
Vacío, soledad, tristeza...
Lo tengo todo.
Pero sí, es mi problema,
es algo que no puedo compartir
y que a nadie debo transmitir,
así que sonreiré como un hipócrita;
beberé las hieles de la vida
aunque luego las vomite,
y tomaré ese vaso de cicuta
que me ofrecen.
Nada pido, nada tengo,
por lo tanto no me encuentro
en condición de recibir nada
si no puedo ofrecer ni una mirada,
ni un latido a las estrellas,
ni un suspiro hacia los mares...
...Nada, sólo sombras
simplemente.
Retales de una vida
que no ha sido,
fagmentos inconexos
e incompletos
de una música que pudo
y que no fue la causante del sonido
que esperaba.
...Más todo es soledad,
todo es silencio.
Y busco ese silencio para romperlo
en mil pedazos,
para llegar al fondo de su esencia,
para dormir en él profundamente,
sin miradas,
sin palabras,
sin abrazos,
sin palmadas en la espalda,
sin aplausos,
ajeno así, a la vida y a las gentes,
en un sueño profundo e inacabable.
¡Vivir, morir!...
La eterna paradoja de la vida.
"Si morir es vivir,
quisiera ya morir para vivir eternamente"...
Hermosa frase y pensamiento
nacida en esa infancia,
cuando las preguntas tenían
mil respuestas,
cuando el corazón temblaba,
y no de frío,
cuando la sangre circulaba acelerada
haciendo que brotaran
los suspiros en el pecho.
Hermoso corazón,
entonces tú soñabas con amores
de novela,
amabas sin razón,
con tu razón y con tus sueños.
Amabas simplemente a la vida
y a las gentes.
¿Qué sucedió para que ahora
ya no vivas,
para que ahora sólo quieras
ese mundo del vacío y de la nada?
¿Acaso ya no vives?
¿acaso ya no amas?...
...Silencio corazón,
es la razón que ha muerto
y se desangra.
Recogerán las aves la semilla,
en las gotas de esa sangre
que se escapa,
y llevarán las mismas a los campos
para sembrar las tierras
y las almas.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/05/10
Y ME QUEDÉ DORMIDO ENTRE LOS SUEÑOS...
Y me quedé dormido entre los sueños
sin saber ni siquiera qué soñaba,
¡Mis párpados tenían gran cansacio
y el alma se moría de nostalgia!
Había renovado la promesa,
tus manos en mis manos se enlazaban,
un aro de los cielos a tus dedos
llevaban a tu lado mis palabras.
Sentía que una fuerza misteriosa
con furia muy cruel nos separaba,
notaba remolinos en el aire
y viento huracanado de nevada.
Pensé que cada sueño es diferente
y quise que aquel sueño me dejara,
dormir y descansar de tanto viaje,
soñando con tu amor en la distancia.
No supe que los sueños eran sueños,
que nada se soñaba entre la nada,
ni había mariposas en los campos
ni estrellas que en el cielo me alumbraran.
Por eso me invadió tanta tristeza,
vinieron a mis ojos unas lágrimas,
dos gotas de rocío simplemente,
rodando de mis ojos a la cara.
Mas quise refugiarme entre los sueños
buscando entre los mismos la esperanza,
la paz con el descanso prometido,
la nota suspendida de aquel arpa.
La vieja melodía cariñosa,
saliendo de unos labios encantada,
haciendo que volviera con mis sueños
a ver como venía con el alba.
A ver amanecer un nuevo día,
a ver como el amor roza mi alma,
sintiendo que mis sueños no son sueños,
y existe un corazón que allí me abraza...
...No pude contener aquel suspiro,
mis labios musitaron que te amaba,
entonces mis pestañas se cerraron
durmiendo con la calma y la bonanza.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/05/10
sin saber ni siquiera qué soñaba,
¡Mis párpados tenían gran cansacio
y el alma se moría de nostalgia!
Había renovado la promesa,
tus manos en mis manos se enlazaban,
un aro de los cielos a tus dedos
llevaban a tu lado mis palabras.
Sentía que una fuerza misteriosa
con furia muy cruel nos separaba,
notaba remolinos en el aire
y viento huracanado de nevada.
Pensé que cada sueño es diferente
y quise que aquel sueño me dejara,
dormir y descansar de tanto viaje,
soñando con tu amor en la distancia.
No supe que los sueños eran sueños,
que nada se soñaba entre la nada,
ni había mariposas en los campos
ni estrellas que en el cielo me alumbraran.
Por eso me invadió tanta tristeza,
vinieron a mis ojos unas lágrimas,
dos gotas de rocío simplemente,
rodando de mis ojos a la cara.
Mas quise refugiarme entre los sueños
buscando entre los mismos la esperanza,
la paz con el descanso prometido,
la nota suspendida de aquel arpa.
La vieja melodía cariñosa,
saliendo de unos labios encantada,
haciendo que volviera con mis sueños
a ver como venía con el alba.
A ver amanecer un nuevo día,
a ver como el amor roza mi alma,
sintiendo que mis sueños no son sueños,
y existe un corazón que allí me abraza...
...No pude contener aquel suspiro,
mis labios musitaron que te amaba,
entonces mis pestañas se cerraron
durmiendo con la calma y la bonanza.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/05/10
ES POSIBLE QUE NAZCAN AMAPOLAS
Es posible que nazcan amapolas
y que broten con fuerza hasta los nardos,
pues tenemos aquí, la primavera,
floreciendo las tierras y los campos.
Ya se visten las lindas mariposas
con sus alas de seda y los bordados,
y ese juego de luz y fantasía
que nos lleva a los sueños de su mano.
Atrás queda la noche tenebrosa,
el invierno de tiempo inacabado,
los suspiros cortantes de la brisa
y las olas que besan a los barcos.
Más el alma doliente está despìerta,
porque sangra la herida en su costado,
un puñal afilado ha recibido
acabando con lágrimas y llantos.
Ahora aguarda ese ramo de amapolas
con el soplo de viento huracanado,
y la nota que trae la primavera
escapada del arpa y del piano.
Al final te dirán que estás de fiesta,
y te esperan pacientes los regalos,
esos lindos juguetes de la infancia,
con la espada, los libros y el pegaso.
Y sonríes quizás con tal motivo
y quisieras volar como los pájaros,
y subir hasta el cielo en un momento
y dormir en las nubes todo el año.
Pero no, esos sueños son los sueños,
de aquel pecho doliente y angustiado,
el que riega los suelos con su sangre
y el que sella ese nombre tras sus labios.
Es posible que nazcan amapolas
entre lirios, claveles y geranios,
y también margaritas y gladiolos
con la jara y el trigo en los sembrados.
Sin embargo en el pecho malherido
crecerán las ortigas y los cardos,
y también el olvido de las gentes
en un sueño profundo y sin descanso.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/05/10
y que broten con fuerza hasta los nardos,
pues tenemos aquí, la primavera,
floreciendo las tierras y los campos.
Ya se visten las lindas mariposas
con sus alas de seda y los bordados,
y ese juego de luz y fantasía
que nos lleva a los sueños de su mano.
Atrás queda la noche tenebrosa,
el invierno de tiempo inacabado,
los suspiros cortantes de la brisa
y las olas que besan a los barcos.
Más el alma doliente está despìerta,
porque sangra la herida en su costado,
un puñal afilado ha recibido
acabando con lágrimas y llantos.
Ahora aguarda ese ramo de amapolas
con el soplo de viento huracanado,
y la nota que trae la primavera
escapada del arpa y del piano.
Al final te dirán que estás de fiesta,
y te esperan pacientes los regalos,
esos lindos juguetes de la infancia,
con la espada, los libros y el pegaso.
Y sonríes quizás con tal motivo
y quisieras volar como los pájaros,
y subir hasta el cielo en un momento
y dormir en las nubes todo el año.
Pero no, esos sueños son los sueños,
de aquel pecho doliente y angustiado,
el que riega los suelos con su sangre
y el que sella ese nombre tras sus labios.
Es posible que nazcan amapolas
entre lirios, claveles y geranios,
y también margaritas y gladiolos
con la jara y el trigo en los sembrados.
Sin embargo en el pecho malherido
crecerán las ortigas y los cardos,
y también el olvido de las gentes
en un sueño profundo y sin descanso.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/05/10
ESTÁN LLORANDO LOS CIELOS
Están llorando los cielos,
la primavera se atrasa,
la soledad es continua
y no cantan las cigarras.
Hay soledad y silencio
en el jardín y la plaza,
las margaritas no brotan
ni las flores de las plantas.
Sólo se escucha el sonido
de la lluvia en la ventana,
gota a gota, desgranando,
letanías y nostalgias.
Hay un viento del oeste
con asomo de borrasca,
el que llega hasta nosotros
abrazándonos sin pausa.
Pero mientras, continúan,
esos cántaros de agua,
esa lluvia que del cielo
hoy los ángeles nos mandan.
Se han perdido los luceros
tras las nubes agrisadas,
y la noche llega pronto
con las sombras tan amargas.
Ya rebosan los tejados
y los patios de las casas,
canalones que protestan
por el agua que les baja.
Esta alegre sinfonía
con sus notas desatadas,
deja el canto de la lluvia
con suspiros y con lágrimas.
Mas el cielo, llora y llora
con tristeza para el alma,
sin pensar en corazones
que se mojan y se empapan.
Unos ojos a los cielos
le dirijen sus plegarias
y del cielo simplemente
baja un beso a sus pestañas.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/05/10
la primavera se atrasa,
la soledad es continua
y no cantan las cigarras.
Hay soledad y silencio
en el jardín y la plaza,
las margaritas no brotan
ni las flores de las plantas.
Sólo se escucha el sonido
de la lluvia en la ventana,
gota a gota, desgranando,
letanías y nostalgias.
Hay un viento del oeste
con asomo de borrasca,
el que llega hasta nosotros
abrazándonos sin pausa.
Pero mientras, continúan,
esos cántaros de agua,
esa lluvia que del cielo
hoy los ángeles nos mandan.
Se han perdido los luceros
tras las nubes agrisadas,
y la noche llega pronto
con las sombras tan amargas.
Ya rebosan los tejados
y los patios de las casas,
canalones que protestan
por el agua que les baja.
Esta alegre sinfonía
con sus notas desatadas,
deja el canto de la lluvia
con suspiros y con lágrimas.
Mas el cielo, llora y llora
con tristeza para el alma,
sin pensar en corazones
que se mojan y se empapan.
Unos ojos a los cielos
le dirijen sus plegarias
y del cielo simplemente
baja un beso a sus pestañas.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/05/10
NOSTALGIA EN PRIMAVERA
En la calle se oye el agua de la lluvia
que ahora cae;
un conjunto de sonidos
escapados de una dulce
sinfonía de los cielos.
Es de noche y primavera,
dos premisas, dos factores,
dos siluetas de la vida, simplemente.
Y la noche con las sombras
nos cobija y nos envuelve,
nos transportan a ese mundo
de los niños,
esa etapa de la infancia,
con el eco de los cuentos
resonando en los oídos,
cuando íbamos al lecho
a soñar con nuestros héroes,
rescatados de los comics,
con las bellas princesitas
que ofrecían como gancho
los dibujos más osados
de cuadernos y novelas,
de aquel tiempo,
tan románticas.
Sin embargo ya no estamos en la infancia,
ya no somos esos niños soñadores
ni llevamos pantalón a media pierna,
ni salimos a jugar con los cometas,
ni saltamos las baldosas de la plaza,
ni bebemos en las fuentes,
por placer y con la risa...
Ni siquiera ya jugamos con las flores,
con las rosas y los lirios
del jardín abandonado,
entre bancos solariegos,
donde aún crece y se levanta
hacia los cielos,
la palmera tan pequeña
que plantaron siendo niños.
Hay un halo de nostalgia
en el ambiente.
Puede ser la primavera que nos falta
a pesar de estar en mayo,
puede ser la intensa lluvia
que hace días nos obsequia con sus gotas,
sin pedirlas,
sin llamarlas,
en ausencia de esa luz y el colorido
de este tiempo en el que estamos
y que pasa tan volando,
tan deprisa,
como el viento que no vemos
y los sueños que se fueron
con la infancia.
Es por eso que se palpa la nostalgia
en esta noche,
es por eso que se masca entre las sombras,
en la ausencia de una linda primavera
que no existe,
que no llega,
en la lluvia que atenaza los sentidos,
en el alma que se agita temblorosa,
en los sueños y latidos que germinan
por el pecho y por las venas
deseando ver la vida.
Estos sueños son de hombres,
de mayores,
de curtidos corazones
que han cruzado los desiertos,
de esos niños,
que hace tiempo se durmieron
con la vida,
con el tiempo
con los años,
y ahora vuelven en su otoño,
reclamando lo que es suyo,
lo que llega cada año
en la florida primavera,
la sonrisa de la tierra
y de la vida,
la caricia de los cielos,
la fraganciasde las flores,
y la bella sinfonía del amor
que trae consigo.
...Hay nostalgia y soledad, por todo esto,
que nos falta en esta noche,
¡hay silencio!...
Rafael Sánchez Ortega ©
15/05/10
que ahora cae;
un conjunto de sonidos
escapados de una dulce
sinfonía de los cielos.
Es de noche y primavera,
dos premisas, dos factores,
dos siluetas de la vida, simplemente.
Y la noche con las sombras
nos cobija y nos envuelve,
nos transportan a ese mundo
de los niños,
esa etapa de la infancia,
con el eco de los cuentos
resonando en los oídos,
cuando íbamos al lecho
a soñar con nuestros héroes,
rescatados de los comics,
con las bellas princesitas
que ofrecían como gancho
los dibujos más osados
de cuadernos y novelas,
de aquel tiempo,
tan románticas.
Sin embargo ya no estamos en la infancia,
ya no somos esos niños soñadores
ni llevamos pantalón a media pierna,
ni salimos a jugar con los cometas,
ni saltamos las baldosas de la plaza,
ni bebemos en las fuentes,
por placer y con la risa...
Ni siquiera ya jugamos con las flores,
con las rosas y los lirios
del jardín abandonado,
entre bancos solariegos,
donde aún crece y se levanta
hacia los cielos,
la palmera tan pequeña
que plantaron siendo niños.
Hay un halo de nostalgia
en el ambiente.
Puede ser la primavera que nos falta
a pesar de estar en mayo,
puede ser la intensa lluvia
que hace días nos obsequia con sus gotas,
sin pedirlas,
sin llamarlas,
en ausencia de esa luz y el colorido
de este tiempo en el que estamos
y que pasa tan volando,
tan deprisa,
como el viento que no vemos
y los sueños que se fueron
con la infancia.
Es por eso que se palpa la nostalgia
en esta noche,
es por eso que se masca entre las sombras,
en la ausencia de una linda primavera
que no existe,
que no llega,
en la lluvia que atenaza los sentidos,
en el alma que se agita temblorosa,
en los sueños y latidos que germinan
por el pecho y por las venas
deseando ver la vida.
Estos sueños son de hombres,
de mayores,
de curtidos corazones
que han cruzado los desiertos,
de esos niños,
que hace tiempo se durmieron
con la vida,
con el tiempo
con los años,
y ahora vuelven en su otoño,
reclamando lo que es suyo,
lo que llega cada año
en la florida primavera,
la sonrisa de la tierra
y de la vida,
la caricia de los cielos,
la fraganciasde las flores,
y la bella sinfonía del amor
que trae consigo.
...Hay nostalgia y soledad, por todo esto,
que nos falta en esta noche,
¡hay silencio!...
Rafael Sánchez Ortega ©
15/05/10
UNAS PALABRAS NACEN EN EL ALMA
Unas palabras nacen en el alma
que mando muy nerviosas al cuaderno,
las dejo libremente que susurren
y digan en sus letras que te quiero.
Las libro de prisiones y ataduras,
las saco simplemente de mi pecho,
que vibren con la brisa del nordeste
y busquen los cabellos de tu pelo.
Quisiera que estas letras encantadas
llevaran a tu lado lo que siento,
la dulce sinfonía de la espuma,
las olas con sus cánticos y ecos.
Por eso dejo libres las palabras,
que formen un poema con mis versos,
que vayan a tu lado con premura
llegando arreboladas por el viento.
Insisto en que recorran las distancias
y vayan más allá del universo,
que suban a los cielos, si es preciso,
y roben ese néctar de tus besos.
...Suspiro con mi pluma de poeta,
y busco en esa tinta del tintero,
la sangre de unas venas clamorosas,
latiendo con pasión y con deseo.
¡Ay, bello corazón!, ¿Por qué te estancas?
¿No sabes que el amor es todo esto?
...Conjunto de ilusiones reprimidas
mezcladas con el mundo de los sueños...
¿No sabes que el amor es fantasía,
y el mismo está negado a tanto cuerdo?
¿No sabes que tan sólo los poetas
comprenden este simple sentimiento?
...Quizás ahora te abrumen mis palabras,
y sientas la nostalgia del recuerdo,
¡no temas corazón, son mis caricias!
los versos que te doy y que te ofrezco.
Son lirios y palabras de una tarde,
recíbelos sin dudas ni recelos,
aspira ese perfume que te llevan
y siente que mi amor está con ellos.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/10
que mando muy nerviosas al cuaderno,
las dejo libremente que susurren
y digan en sus letras que te quiero.
Las libro de prisiones y ataduras,
las saco simplemente de mi pecho,
que vibren con la brisa del nordeste
y busquen los cabellos de tu pelo.
Quisiera que estas letras encantadas
llevaran a tu lado lo que siento,
la dulce sinfonía de la espuma,
las olas con sus cánticos y ecos.
Por eso dejo libres las palabras,
que formen un poema con mis versos,
que vayan a tu lado con premura
llegando arreboladas por el viento.
Insisto en que recorran las distancias
y vayan más allá del universo,
que suban a los cielos, si es preciso,
y roben ese néctar de tus besos.
...Suspiro con mi pluma de poeta,
y busco en esa tinta del tintero,
la sangre de unas venas clamorosas,
latiendo con pasión y con deseo.
¡Ay, bello corazón!, ¿Por qué te estancas?
¿No sabes que el amor es todo esto?
...Conjunto de ilusiones reprimidas
mezcladas con el mundo de los sueños...
¿No sabes que el amor es fantasía,
y el mismo está negado a tanto cuerdo?
¿No sabes que tan sólo los poetas
comprenden este simple sentimiento?
...Quizás ahora te abrumen mis palabras,
y sientas la nostalgia del recuerdo,
¡no temas corazón, son mis caricias!
los versos que te doy y que te ofrezco.
Son lirios y palabras de una tarde,
recíbelos sin dudas ni recelos,
aspira ese perfume que te llevan
y siente que mi amor está con ellos.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/10
BOGA, BOGA MARINERO
Aconteció el 20 de abril de 1878, que, por haber coincidido con la celebración del último día de la Semana Santa de aquel año, se conoce como "La Galerna del Sábado de Gloria". Por su causa perdieron la vida más de trescientos trabajadores de la mar vascos y cántabros, que dejaron desamparados a un millar de huérfanos. Diversos autores dedicaron poemas a este suceso, magnificando la tragedia con sus versos. Para más información se puede leer el enlace adjunto.
http://www.meteored.com/ram/225/galernas-de-ayer-y-de-hoy/
BOGA, BOGA MARINERO…
(…Es un sábado de gloria,
una fecha singular,
hay presagios de tormenta
y se anuncia un vendaval…)
*******
Boga Boga, marinero
la galerna está al llegar,
rema presto y fuerte avanza
surca el agua y nada más.
No repares en los cielos,
ni en las nubes al pasar,
ni siquiera en las gaviotas
que a la costa ya se van.
Boga boga, marinero
pues la barra cerca está,
ya nos quedan unos largos,
son muy pocos ya verás.
No hagas caso de la lluvia
del salitre ni del mar,
boga boga sin descanso
sin temer la adversidad.
Boga boga, marinero,
hoy no es tiempo de llorar,
piensa sólo en tu familia
en tus hijos y en su pan.
Ellos tienen en tus manos
una lucha por librar,
boga boga por sus sueños
y con ellos soñarás.
Boga boga, marinero,
aunque ruja el temporal,
la tormenta tan temida
por Liñera suena ya.
Son dos largos solamente,
los que quedan por librar,
dos decenas de paladas
entre lágrimas y sal.
Boga boga, marinero,
rema fuerte y sin cesar,
haz que griten los toletes
con su canto sin igual.
Que enmudezcan las sirenas
con tu boga sin pausar,
y se animen los delfines
y te lleven al Peral.
Boga boga, marinero
y suspira pues ya estás,
la trainera está cruzando
esa barra tan fatal.
...Y después de tanto esfuerzo,
atrás dejas el canal,
y al llegar a la Barquera
una Salve rezarás.
"...Boga boga, marinero.
nunca dejes de bogar,
ni en la vida ni en los mares
y a buen puerto llegarás..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/10
http://www.meteored.com/ram/225/galernas-de-ayer-y-de-hoy/
BOGA, BOGA MARINERO…
(…Es un sábado de gloria,
una fecha singular,
hay presagios de tormenta
y se anuncia un vendaval…)
*******
Boga Boga, marinero
la galerna está al llegar,
rema presto y fuerte avanza
surca el agua y nada más.
No repares en los cielos,
ni en las nubes al pasar,
ni siquiera en las gaviotas
que a la costa ya se van.
Boga boga, marinero
pues la barra cerca está,
ya nos quedan unos largos,
son muy pocos ya verás.
No hagas caso de la lluvia
del salitre ni del mar,
boga boga sin descanso
sin temer la adversidad.
Boga boga, marinero,
hoy no es tiempo de llorar,
piensa sólo en tu familia
en tus hijos y en su pan.
Ellos tienen en tus manos
una lucha por librar,
boga boga por sus sueños
y con ellos soñarás.
Boga boga, marinero,
aunque ruja el temporal,
la tormenta tan temida
por Liñera suena ya.
Son dos largos solamente,
los que quedan por librar,
dos decenas de paladas
entre lágrimas y sal.
Boga boga, marinero,
rema fuerte y sin cesar,
haz que griten los toletes
con su canto sin igual.
Que enmudezcan las sirenas
con tu boga sin pausar,
y se animen los delfines
y te lleven al Peral.
Boga boga, marinero
y suspira pues ya estás,
la trainera está cruzando
esa barra tan fatal.
...Y después de tanto esfuerzo,
atrás dejas el canal,
y al llegar a la Barquera
una Salve rezarás.
"...Boga boga, marinero.
nunca dejes de bogar,
ni en la vida ni en los mares
y a buen puerto llegarás..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/10
CONTEMPLABA DESDE EL PUENTE
Contemplaba desde el puente
cómo sube la marea,
cómo llega con sus olas
tan rizadas y coquetas.
Y soñé con ese viaje
allá lejos, donde sea,
a las playas escondidas
donde viven las sirenas.
Entendía que la vida
es un tiempo que se aleja,
que se marcha con las olas
en resacas a otras tierras.
A otros puertos y lugares,
a buscar otras tabernas,
otras casas y familias
que la vivan y la sientan.
Contemplaba todo esto
desde el puente con gran pena,
sin saber que ya lloraban
en el cielo las estrellas.
Y lloraban por nosotros,
soñadores y poetas,
por los versos que se ahogan,
y la mano no refleja.
Por los dedos ateridos
de las almas que están muertas,
por los niños revoltosos
que están vivos y que juegan.
Y esas lágrimas traidoras,
que en el cielo se reflejan,
van saliendo cada noche
y dejándonos su estela.
Contemplaba desde el puente
el paseo y la ribera,
con las barcas atracadas
que ahora duermen muy serenas.
Ellas guardan mil historias
que conocen sus cubiertas,
y los mástiles altivos
que colgaron tantas velas.
Hay suspiros en los mares,
hay salitre y agua muera,
hay colillas de cigarros
entre escamas que se secan.
Más los barcos descansaban,
ahora ajenos a leyendas,
descansaban de los hombres
de los mares y la pesca.
"...Contemplaba desde el puente,
a mi Villa Barquereña,
al cantar de mis cantares,
por quien nace este poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/05/10
cómo sube la marea,
cómo llega con sus olas
tan rizadas y coquetas.
Y soñé con ese viaje
allá lejos, donde sea,
a las playas escondidas
donde viven las sirenas.
Entendía que la vida
es un tiempo que se aleja,
que se marcha con las olas
en resacas a otras tierras.
A otros puertos y lugares,
a buscar otras tabernas,
otras casas y familias
que la vivan y la sientan.
Contemplaba todo esto
desde el puente con gran pena,
sin saber que ya lloraban
en el cielo las estrellas.
Y lloraban por nosotros,
soñadores y poetas,
por los versos que se ahogan,
y la mano no refleja.
Por los dedos ateridos
de las almas que están muertas,
por los niños revoltosos
que están vivos y que juegan.
Y esas lágrimas traidoras,
que en el cielo se reflejan,
van saliendo cada noche
y dejándonos su estela.
Contemplaba desde el puente
el paseo y la ribera,
con las barcas atracadas
que ahora duermen muy serenas.
Ellas guardan mil historias
que conocen sus cubiertas,
y los mástiles altivos
que colgaron tantas velas.
Hay suspiros en los mares,
hay salitre y agua muera,
hay colillas de cigarros
entre escamas que se secan.
Más los barcos descansaban,
ahora ajenos a leyendas,
descansaban de los hombres
de los mares y la pesca.
"...Contemplaba desde el puente,
a mi Villa Barquereña,
al cantar de mis cantares,
por quien nace este poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/05/10
TE COMPRARÉ UN VESTIDO DE COLORES
Te compraré un vestido de colores
que envidie la florida primavera,
se pararán los hombres a tu paso
y quedarán mirando tu belleza.
Más no sabrán de todos tus secretos,
ni ese jardín del alma que tú llevas,
donde conviven risas y alegrías
con los llantos, las dudas y tristezas.
Caminarán alegres tus zapatos
bajando paso a paso la alameda,
hasta encontrar la sombra de aquel tilo
con el banco paciente que te espera.
Allí darás comida a las palomas
con migas que te sacas de la cesta
y mirarás las hojas de los árboles
y pensarás, quizás, con las estrellas.
Sabes muy bien que es aún temprano,
la hora del descanso y de la siesta,
la hora de pensar, sin pensar nada,
la hora de soñar de los poetas.
Más tienes que dar vida a tus proyectos,
hacer que cristalicen las ideas,
sentir esas caricias que precisas,
libar el beso amado que te besa.
Atrás quedó ese tiempo tan ingrato,
el tiempo de preguntas sin respuestas,
el tiempo de mirar hacia los cielos
con globos de colores y cometas.
Se fueron, y marcharon para siempre,
los años de la infancia tan sincera,
dejando en las pupilas retenidas
fragmentos de la vida con sus huellas.
Por eso cuando veo tu figura
me digo que precisas nuevas prendas,
vestido de colores renovado
y el pelo recogido de tu trenza.
No sé si también sueño con tus sueños,
si dejo fantasías en mis letras,
si vibro con el alma enamorada
que viene hacia la mía y que me entregas.
"...Te compraré el vestido de colores,
tan sólo ese vestido que deseas,
y marcharemos juntos para el baile
a festejar, por fin, la primavera.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/05/10
que envidie la florida primavera,
se pararán los hombres a tu paso
y quedarán mirando tu belleza.
Más no sabrán de todos tus secretos,
ni ese jardín del alma que tú llevas,
donde conviven risas y alegrías
con los llantos, las dudas y tristezas.
Caminarán alegres tus zapatos
bajando paso a paso la alameda,
hasta encontrar la sombra de aquel tilo
con el banco paciente que te espera.
Allí darás comida a las palomas
con migas que te sacas de la cesta
y mirarás las hojas de los árboles
y pensarás, quizás, con las estrellas.
Sabes muy bien que es aún temprano,
la hora del descanso y de la siesta,
la hora de pensar, sin pensar nada,
la hora de soñar de los poetas.
Más tienes que dar vida a tus proyectos,
hacer que cristalicen las ideas,
sentir esas caricias que precisas,
libar el beso amado que te besa.
Atrás quedó ese tiempo tan ingrato,
el tiempo de preguntas sin respuestas,
el tiempo de mirar hacia los cielos
con globos de colores y cometas.
Se fueron, y marcharon para siempre,
los años de la infancia tan sincera,
dejando en las pupilas retenidas
fragmentos de la vida con sus huellas.
Por eso cuando veo tu figura
me digo que precisas nuevas prendas,
vestido de colores renovado
y el pelo recogido de tu trenza.
No sé si también sueño con tus sueños,
si dejo fantasías en mis letras,
si vibro con el alma enamorada
que viene hacia la mía y que me entregas.
"...Te compraré el vestido de colores,
tan sólo ese vestido que deseas,
y marcharemos juntos para el baile
a festejar, por fin, la primavera.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/05/10
ME ACUSASTE DE EGOÍSTA
Me acusaste de egoísta
una noche de tormenta,
y me quedé entristecido
en la noche oscura y negra.
Es posible que a tus ojos
egoísta, así me vieras,
pero entiendo que no viste
lo que el pecho guarda y lleva.
Hay suspiros en el alma
contenidos con cadenas,
y la sangre, presurosa,
corre pronto por mis venas.
Me acusaste de egoísta
y de ser un calavera,
de correr tras las mujeres
con mis versos y mis letras.
Pero hay algo que te olvidas,
aunque tú no te lo creas,
soy amante de la vida,
de los hombres y la tierra.
Si ese amor es egoísmo,
no me importa mi ceguera,
para mi nada reclamo
y doy siempre sin reservas.
Me acusaste de egoísta
consiguiendo mi sorpresa,
me dolieron tus palabras
y lloré sin que supieras.
He llorado como un niño
entre versos y poemas,
he dejado que las lágrimas
en mis letras se vertieran.
No fue frase afortunada,
ni creí la mereciera,
pero fueron tus palabras
inundándome de pena.
"...Me acusaste de egoísta
y olvidaste soy poeta,
poesía y egoísmo,
no van juntos se detestan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/05/10
una noche de tormenta,
y me quedé entristecido
en la noche oscura y negra.
Es posible que a tus ojos
egoísta, así me vieras,
pero entiendo que no viste
lo que el pecho guarda y lleva.
Hay suspiros en el alma
contenidos con cadenas,
y la sangre, presurosa,
corre pronto por mis venas.
Me acusaste de egoísta
y de ser un calavera,
de correr tras las mujeres
con mis versos y mis letras.
Pero hay algo que te olvidas,
aunque tú no te lo creas,
soy amante de la vida,
de los hombres y la tierra.
Si ese amor es egoísmo,
no me importa mi ceguera,
para mi nada reclamo
y doy siempre sin reservas.
Me acusaste de egoísta
consiguiendo mi sorpresa,
me dolieron tus palabras
y lloré sin que supieras.
He llorado como un niño
entre versos y poemas,
he dejado que las lágrimas
en mis letras se vertieran.
No fue frase afortunada,
ni creí la mereciera,
pero fueron tus palabras
inundándome de pena.
"...Me acusaste de egoísta
y olvidaste soy poeta,
poesía y egoísmo,
no van juntos se detestan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/05/10
NO QUISIERA PENSAR EN MIS PESARES
No quisiera pensar en mis pesares
ni caer en lo absurdo de la vida,
a veces nos agobian las tinieblas
y somos marionetas de las mismas.
Es cierto que la vida es un presente
con cosas que suceden cada día,
vivimos en tensión esos minutos
que aumentan con las horas transcurridas.
Queremos que transcurra ese presente,
que gocen nuestras almas de alegría,
que surjan las alegres mariposas
buscando las floridas margaritas.
Queremos simplemente que las almas
encuentren esa paz que necesitan,
queremos ese labio que nos bese,
la mano que nos deje sus caricias.
Más somos marionetas del destino
y él hace y confecciona nuestras citas,
queremos muchas veces imposibles
en vez de aquella entrega tan sencilla.
Creamos el Olimpo de los dioses
con sueños e ilusiones renacidas,
y al mismo transportamos nuestras flores
que luego, con el tiempo se marchitan.
Un día nos miramos al espejo
y vemos nuestras almas que suspiran,
reprochan las miradas las ausencias,
la carga en el camino compartida.
Reprochan que no demos lo que somos,
y piden con miradas intranquilas,
los ojos que lucieron como estrellas
con fiebre refulgente en las mejillas.
¡Ay tierno corazón, detén tu paso
y sécate paciente la pupila,
no dejes que te abrace la tristeza
y amando sin cesar, vive y respira!
Rafael Sánchez Ortega ©
10/05/10
ni caer en lo absurdo de la vida,
a veces nos agobian las tinieblas
y somos marionetas de las mismas.
Es cierto que la vida es un presente
con cosas que suceden cada día,
vivimos en tensión esos minutos
que aumentan con las horas transcurridas.
Queremos que transcurra ese presente,
que gocen nuestras almas de alegría,
que surjan las alegres mariposas
buscando las floridas margaritas.
Queremos simplemente que las almas
encuentren esa paz que necesitan,
queremos ese labio que nos bese,
la mano que nos deje sus caricias.
Más somos marionetas del destino
y él hace y confecciona nuestras citas,
queremos muchas veces imposibles
en vez de aquella entrega tan sencilla.
Creamos el Olimpo de los dioses
con sueños e ilusiones renacidas,
y al mismo transportamos nuestras flores
que luego, con el tiempo se marchitan.
Un día nos miramos al espejo
y vemos nuestras almas que suspiran,
reprochan las miradas las ausencias,
la carga en el camino compartida.
Reprochan que no demos lo que somos,
y piden con miradas intranquilas,
los ojos que lucieron como estrellas
con fiebre refulgente en las mejillas.
¡Ay tierno corazón, detén tu paso
y sécate paciente la pupila,
no dejes que te abrace la tristeza
y amando sin cesar, vive y respira!
Rafael Sánchez Ortega ©
10/05/10
CUANDO SE MIENTE...
Cuando se miente, te mientes,
aunque nunca te arrepientas,
hay quien miente sin saberlo,
más tu mientes a sabiendas.
Hay quien mira entre las sombras
para ver lo que le dejan,
más las sombras nada tienen
sólo sombras y miserias.
Hay quien busca en los rincones
las verdades que no encuentra,
y reniega de las mismas
y hasta jura y patalea.
Más si mientes y te mientes,
perderás eso que anhelas,
tantos besos y caricias
con abrazos y promesas.
Me mentiste muchos días,
muchas tardes a sabiendas,
muchas noches bulliciosas
de mentiras y blasfemias.
Tú me hablabas de cariño
entre luces de bohemia,
y mis ojos te seguían
y asentían con firmeza.
Tus mentiras eran libres
y te hacían más eterna,
más segura de ti misma
a la vez que más ligera.
Sin embargo te olvidaste
de mentir sin la careta,
con el alma desnudada
y mirándome de cerca.
Tus mentiras me dolieron
y lloré lágrimas negras,
pero tú nunca las viste
ni sufriste mis ausencias.
Me sacaste de tu lado,
de tu vida y de tu senda,
muchas noches quedé solo
contemplando las estrellas.
Y lloré con el vacío,
con su manto de tristeza,
recubierto por espinas
y mentiras de tu diestra.
Sólo espero que camines
y que nunca más te mientas,
no le mientas a tu alma
ni a las almas a quien quieras.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/10
aunque nunca te arrepientas,
hay quien miente sin saberlo,
más tu mientes a sabiendas.
Hay quien mira entre las sombras
para ver lo que le dejan,
más las sombras nada tienen
sólo sombras y miserias.
Hay quien busca en los rincones
las verdades que no encuentra,
y reniega de las mismas
y hasta jura y patalea.
Más si mientes y te mientes,
perderás eso que anhelas,
tantos besos y caricias
con abrazos y promesas.
Me mentiste muchos días,
muchas tardes a sabiendas,
muchas noches bulliciosas
de mentiras y blasfemias.
Tú me hablabas de cariño
entre luces de bohemia,
y mis ojos te seguían
y asentían con firmeza.
Tus mentiras eran libres
y te hacían más eterna,
más segura de ti misma
a la vez que más ligera.
Sin embargo te olvidaste
de mentir sin la careta,
con el alma desnudada
y mirándome de cerca.
Tus mentiras me dolieron
y lloré lágrimas negras,
pero tú nunca las viste
ni sufriste mis ausencias.
Me sacaste de tu lado,
de tu vida y de tu senda,
muchas noches quedé solo
contemplando las estrellas.
Y lloré con el vacío,
con su manto de tristeza,
recubierto por espinas
y mentiras de tu diestra.
Sólo espero que camines
y que nunca más te mientas,
no le mientas a tu alma
ni a las almas a quien quieras.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/10
UNA NOCHE VI TU SOMBRA EN UNA ESTRELLA
Una noche vi tu sombra en una estrella
y estrañado pregunté que qué pasaba;
las cigarras en la tierra no sabían,
las sirenas lo ignoraban en la playa,
asombrado yo me hacía mil preguntas,
las respuestas como el eco, se atragantan.
Tú dormías en el cielo muy tranquila
a pesar de las feroces marejadas,
a pesar del balbuceo de la gente,
a pesar de tantas guerras y batallas,
pues estabas en un mundo diferente,
ese mundo de las sombras y la nada.
De repente rompió un grito ese silencio
y se abrieron lentamente tus pestañas,
tú miraste hacia la tierra sorprendida
y enseguida me llegaron tus palabras,
Tus palabras con rumor de caracolas,
con salitre y con la esencia de las algas.
Ya volvías nuevamente a estar presente,
a tu vida por los campos y montañas,
a salir de ese refugio tan oculto,
a buscar las azucenas y las jaras,
y volvías a la vida en los jardines,
y en los bancos muy gastados de la plaza.
Unas voces reclamaban tu presencia
con tu nombre fuertemente que proclaman,
eran voces y eran coros de los hombres
a su lado las mujeres suspiraban,
no sabían que tu eras simplemente
una rosa que volvía rescatada.
Una rosa que dormía con los dioses,
en el cielo, con las nubes como manta,
y llevaba una diadema entre su pelo,
con los besos recibidos como alhajas,
una rosa con sus pétalos divinos
que la brisa suavemente acariciaba.
Se quedaron muy calladas las gaviotas
y también las caracolas en la playa,
Se apagaron las farolas con el día
y salieron nuevas luces con el alba,
¡luces blancas y amarillas, cielo azul,
sombras negras, tan oscuras, que se marchan!
"...Una noche vi tu sombra en una estrella,
vi tu cuerpo y tu figura reflejada,
vi el encanto de los dioses en la luna
y a una dulce mujercita en la distancia;
ella estaba, sin embargo, descansando,
a pesar de mis caricias y a pesar de ser mi amada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/05/10
y estrañado pregunté que qué pasaba;
las cigarras en la tierra no sabían,
las sirenas lo ignoraban en la playa,
asombrado yo me hacía mil preguntas,
las respuestas como el eco, se atragantan.
Tú dormías en el cielo muy tranquila
a pesar de las feroces marejadas,
a pesar del balbuceo de la gente,
a pesar de tantas guerras y batallas,
pues estabas en un mundo diferente,
ese mundo de las sombras y la nada.
De repente rompió un grito ese silencio
y se abrieron lentamente tus pestañas,
tú miraste hacia la tierra sorprendida
y enseguida me llegaron tus palabras,
Tus palabras con rumor de caracolas,
con salitre y con la esencia de las algas.
Ya volvías nuevamente a estar presente,
a tu vida por los campos y montañas,
a salir de ese refugio tan oculto,
a buscar las azucenas y las jaras,
y volvías a la vida en los jardines,
y en los bancos muy gastados de la plaza.
Unas voces reclamaban tu presencia
con tu nombre fuertemente que proclaman,
eran voces y eran coros de los hombres
a su lado las mujeres suspiraban,
no sabían que tu eras simplemente
una rosa que volvía rescatada.
Una rosa que dormía con los dioses,
en el cielo, con las nubes como manta,
y llevaba una diadema entre su pelo,
con los besos recibidos como alhajas,
una rosa con sus pétalos divinos
que la brisa suavemente acariciaba.
Se quedaron muy calladas las gaviotas
y también las caracolas en la playa,
Se apagaron las farolas con el día
y salieron nuevas luces con el alba,
¡luces blancas y amarillas, cielo azul,
sombras negras, tan oscuras, que se marchan!
"...Una noche vi tu sombra en una estrella,
vi tu cuerpo y tu figura reflejada,
vi el encanto de los dioses en la luna
y a una dulce mujercita en la distancia;
ella estaba, sin embargo, descansando,
a pesar de mis caricias y a pesar de ser mi amada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/05/10
NO QUIERO QUE ME DIGAS NUNCA NADA...
No quiero que me digas nunca nada
y que solo me mires en silencio,
así leeré el fondo de tu alma
para sacar de allí tantos secretos.
Tanto secreto nuevo y revelado
tomado de ese alma tan serena,
como se toma el trigo en el verano
en las secas campiñas de la vega.
Descorreré despacio las ventanas,
dejando que en las mismas entre el viento,
para que llegue pronto a tus pestañas
rozando con la brisa tus cabellos.
Despeinaré ese pelo tan amado
y besaré tu frente limpia y fresca,
para llevar mis labios a tus labios
depositanto en ellos mi promesa.
Suspiraré contigo en la distancia,
escribiré poemas con mis versos,
y sentiré el ardor de tanta lágrima
bajando de mis ojos hasta el suelo.
Devolveré esa lágrima a tu lado,
hasta el jardín que existe tras tus cejas,
dejando entre las rosas mi regalo,
con besos, con caricias y azucenas.
Así vendrán los días y semanas
y pasará volando tanto el tiempo,
que llegará la nueva madrugada,
saliendo con la misma del inverno.
Y pasará el invierno tan helado,
y llegará la nueva primavera,
con el brotar de flores en los campos
y en el jardín amado que tú llevas.
Te regaré las flores más tempranas
y cubriré sus pétalos de besos,
para saciar la sed que a ti te embarga
tomando los suspiros de tu pecho.
Esos suspiros, tiernos, delicados,
que surgen con sonrisas y cadencias,
mientras tu mano yace entre mis manos,
y acaricio tu cuerpo de gacela.
"...No quiero que me digas nunca nada,
y que beses tan sólo mi silencio,
me quedaré dormido entre la calma
con el abrazo tuyo, tan sincero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/05/10
y que solo me mires en silencio,
así leeré el fondo de tu alma
para sacar de allí tantos secretos.
Tanto secreto nuevo y revelado
tomado de ese alma tan serena,
como se toma el trigo en el verano
en las secas campiñas de la vega.
Descorreré despacio las ventanas,
dejando que en las mismas entre el viento,
para que llegue pronto a tus pestañas
rozando con la brisa tus cabellos.
Despeinaré ese pelo tan amado
y besaré tu frente limpia y fresca,
para llevar mis labios a tus labios
depositanto en ellos mi promesa.
Suspiraré contigo en la distancia,
escribiré poemas con mis versos,
y sentiré el ardor de tanta lágrima
bajando de mis ojos hasta el suelo.
Devolveré esa lágrima a tu lado,
hasta el jardín que existe tras tus cejas,
dejando entre las rosas mi regalo,
con besos, con caricias y azucenas.
Así vendrán los días y semanas
y pasará volando tanto el tiempo,
que llegará la nueva madrugada,
saliendo con la misma del inverno.
Y pasará el invierno tan helado,
y llegará la nueva primavera,
con el brotar de flores en los campos
y en el jardín amado que tú llevas.
Te regaré las flores más tempranas
y cubriré sus pétalos de besos,
para saciar la sed que a ti te embarga
tomando los suspiros de tu pecho.
Esos suspiros, tiernos, delicados,
que surgen con sonrisas y cadencias,
mientras tu mano yace entre mis manos,
y acaricio tu cuerpo de gacela.
"...No quiero que me digas nunca nada,
y que beses tan sólo mi silencio,
me quedaré dormido entre la calma
con el abrazo tuyo, tan sincero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/05/10
CANTABAN LOS RUISEÑORES
Cantaban los ruiseñores
a la nueva primavera,
con sus trinos renovados
al compás de la marea.
Era un coro de sonidos,
de jolgorios y de fiesta,
y era un baile de las flores
con la brisa que les llega.
Un nordeste está soplando,
ya se agitan las banderas,
y las lanchas amarradas
saltan, brincan, como nuevas.
Las gaviotas van pasando
a la costa que es su tierra,
allí tienen a sus nidos,
a sus crías y pequeñas.
Hay oscuros cormoranes
en la playa, que se secan,
con sus alas tan mojadas
que las tienen muy abiertas.
Hay repique de campanas
por la hora que ahora suena,
son las cinco simplemente
y la tarde ya se acerca.
Pero aquellos ruiseñores,
cantan, cantan y no cejan,
ellos siguen con sus trinos
alegrándonos la siesta.
Observándolos sonrío,
mientras pienso en las piruetas,
y en los dulces cascabeles
del caballo de la feria.
Es abril, no me confundo,
hay un halo de leyenda,
una nube de nostalgia
con su poso de tristeza.
Pero entonces, en la tarde,
oigo ruidos de carretas,
oigo cascos, al galope,
de pegasos que regresan.
Reposando en las monturas
hay dos lindas azucenas,
hay dos lirios y dos rosas
con un beso que me dejan.
Me sonrojo levemente
por las flores tan sinceras,
con los besos añadidos
que a mis labios ya los besan.
"...Cantaban los ruiseñores
en medio de la floresta
cantaban a las personas
y a la nueva primavera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/05/10
a la nueva primavera,
con sus trinos renovados
al compás de la marea.
Era un coro de sonidos,
de jolgorios y de fiesta,
y era un baile de las flores
con la brisa que les llega.
Un nordeste está soplando,
ya se agitan las banderas,
y las lanchas amarradas
saltan, brincan, como nuevas.
Las gaviotas van pasando
a la costa que es su tierra,
allí tienen a sus nidos,
a sus crías y pequeñas.
Hay oscuros cormoranes
en la playa, que se secan,
con sus alas tan mojadas
que las tienen muy abiertas.
Hay repique de campanas
por la hora que ahora suena,
son las cinco simplemente
y la tarde ya se acerca.
Pero aquellos ruiseñores,
cantan, cantan y no cejan,
ellos siguen con sus trinos
alegrándonos la siesta.
Observándolos sonrío,
mientras pienso en las piruetas,
y en los dulces cascabeles
del caballo de la feria.
Es abril, no me confundo,
hay un halo de leyenda,
una nube de nostalgia
con su poso de tristeza.
Pero entonces, en la tarde,
oigo ruidos de carretas,
oigo cascos, al galope,
de pegasos que regresan.
Reposando en las monturas
hay dos lindas azucenas,
hay dos lirios y dos rosas
con un beso que me dejan.
Me sonrojo levemente
por las flores tan sinceras,
con los besos añadidos
que a mis labios ya los besan.
"...Cantaban los ruiseñores
en medio de la floresta
cantaban a las personas
y a la nueva primavera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/05/10
PENSABA...
Pensaba que es tiempo de salir
hacia la nada,
de recoger deprisa el equipaje,
para partir al mundo
y al destino,
para afrontar los días y las horas,
y caminar sin rumbo
en la distancia.
Quizás me equivocaba,
en ese instante,
quizás todo era fruto
de los nervios,
quizás eran las sombras
que llegaban y cubrían,
con ese manto negro
de la noche
el campo, los paseos
y mi casa.
Pero creí, sin más,
que era el momento,
era el instanto justo
de la huída,
de trasladar mi vida
y sentimientos
hacia el jardín azul, oculto,
que soñara.
Por eso vine aquí,
hasta tu lado,
por eso yo me vi
en tu mirada,
por eso pronuncié
pronto tu nombre,
por eso, sin dudar,
te dije al fin,
cuánto te amaba.
Pero pensar, pensar,
es más que un sueño,
es recordar pasados sin nostalgia,
es apagar la sed en esa copa
con el licor, tan fresco,
que te aguarda.
Es afrontar la vida en el presente,
a pesar de sufrir en la batalla,
es soportar el viento huracanado
que rompe los mástiles con saña,
es doblegar también los sentimientos
sintiendo tras el eco la campana,
que vuelve hasta tu lado nuevamente
recordando en tu oído sus palabras.
...Era una noche fría y silenciosa,
y estaba allí, sabiendo que te amaba,
y abandoné de pronto el pensamiento
para leer el fondo de tu alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/05/10
hacia la nada,
de recoger deprisa el equipaje,
para partir al mundo
y al destino,
para afrontar los días y las horas,
y caminar sin rumbo
en la distancia.
Quizás me equivocaba,
en ese instante,
quizás todo era fruto
de los nervios,
quizás eran las sombras
que llegaban y cubrían,
con ese manto negro
de la noche
el campo, los paseos
y mi casa.
Pero creí, sin más,
que era el momento,
era el instanto justo
de la huída,
de trasladar mi vida
y sentimientos
hacia el jardín azul, oculto,
que soñara.
Por eso vine aquí,
hasta tu lado,
por eso yo me vi
en tu mirada,
por eso pronuncié
pronto tu nombre,
por eso, sin dudar,
te dije al fin,
cuánto te amaba.
Pero pensar, pensar,
es más que un sueño,
es recordar pasados sin nostalgia,
es apagar la sed en esa copa
con el licor, tan fresco,
que te aguarda.
Es afrontar la vida en el presente,
a pesar de sufrir en la batalla,
es soportar el viento huracanado
que rompe los mástiles con saña,
es doblegar también los sentimientos
sintiendo tras el eco la campana,
que vuelve hasta tu lado nuevamente
recordando en tu oído sus palabras.
...Era una noche fría y silenciosa,
y estaba allí, sabiendo que te amaba,
y abandoné de pronto el pensamiento
para leer el fondo de tu alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/05/10
ERA UN BESO FELIZ, DE CARAMELO,
Era un beso feliz, de caramelo
y unos labios que dulces lo esperaban,
al llegar aquel beso hasta los labios
las estrellas brillaron con más gracia.
Un temblor, de la luna a los luceros,
se extendió más allá de las galaxias,
y la noche fue noche más serena
con su embrujo de azahares y de magia.
Se pararon de pronto los relojes
y también se durmieron las campanas,
y hasta el viento cesó por un momento
al candor de ese beso en la distancia.
¡Cuánta nota vivía en ese beso!,
¡Cuánta paz enviada hasta ese alma!,
porque al fin, ese labio que suspira
es el labio ardoroso del que ama.
Se podrán describir estos momentos
a través de unas letras hoy trazadas,
sin embargo la esencia de ese beso
no podrán transmitirla las palabras.
Era un beso feliz de caramelo
a unos labios que ardientes lo buscaban,
y al sentir aquel beso entre sus labios
se encontró con el reino de las hadas.
Y allí estaba, feliz aquella noche,
sin pensar, tan siquiera en el mañana,
transportada por olas y sirenas,
a dormir en la arena de la playa.
¡Cuánta paz desprendía esa presencia,
en su faz y pureza inmaculada!,
y los ojos preciosos, y castaños,
una nota dejaban con su calma.
Es difícil decir lo que se siente,
y es difícil hablar cuando se ama,
simplemente se besa en el silencio
a los labios que esperan tu llamada.
Y al final, todo ocurre en un susurro,
como nota arrancada de aquel arpa,
como suave caricia seductora,
que a tus labios sedientos los atrapa.
"...Era un beso feliz de caramelo
y unos labios de niña que rezaban,
al llegar aquel beso hasta sus labios
comprendió que otros labios ya la amaban..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/05/10
y unos labios que dulces lo esperaban,
al llegar aquel beso hasta los labios
las estrellas brillaron con más gracia.
Un temblor, de la luna a los luceros,
se extendió más allá de las galaxias,
y la noche fue noche más serena
con su embrujo de azahares y de magia.
Se pararon de pronto los relojes
y también se durmieron las campanas,
y hasta el viento cesó por un momento
al candor de ese beso en la distancia.
¡Cuánta nota vivía en ese beso!,
¡Cuánta paz enviada hasta ese alma!,
porque al fin, ese labio que suspira
es el labio ardoroso del que ama.
Se podrán describir estos momentos
a través de unas letras hoy trazadas,
sin embargo la esencia de ese beso
no podrán transmitirla las palabras.
Era un beso feliz de caramelo
a unos labios que ardientes lo buscaban,
y al sentir aquel beso entre sus labios
se encontró con el reino de las hadas.
Y allí estaba, feliz aquella noche,
sin pensar, tan siquiera en el mañana,
transportada por olas y sirenas,
a dormir en la arena de la playa.
¡Cuánta paz desprendía esa presencia,
en su faz y pureza inmaculada!,
y los ojos preciosos, y castaños,
una nota dejaban con su calma.
Es difícil decir lo que se siente,
y es difícil hablar cuando se ama,
simplemente se besa en el silencio
a los labios que esperan tu llamada.
Y al final, todo ocurre en un susurro,
como nota arrancada de aquel arpa,
como suave caricia seductora,
que a tus labios sedientos los atrapa.
"...Era un beso feliz de caramelo
y unos labios de niña que rezaban,
al llegar aquel beso hasta sus labios
comprendió que otros labios ya la amaban..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/05/10
SILENCIO Y SOLEDAD, TODO SE JUNTA
Silencio y soledad, todo se junta,
es una sinfonía inacabada,
un cúmulo de cosas imprevistas
que llevan a tu alma hacia la nada.
Existen los silencios en silencio
y existe soledad junto a la calma,
existen las tormentas sin sonidos
que llegan con sus rayos y esperanzas.
Hay hombres que predican en silencio
y dan sus oraciones cara a cara,
y hay otros solitarios que transmiten
el fondo siempre fiel de su mirada.
No guardes tu silencio mucho tiempo,
es malo retenerlo cuando se ama,
ni busques soledad por los jardines
hay alguien que te espera y que te aguarda.
A veces nuestros sueños nos conducen
a reinos de ilusiones y de magia,
a eternas fantasías de colores
que vuelan a otras tierras ignoradas.
Entonces nos quedamos pensativos,
buscando más allá de la distancia,
la música sin voces y sonidos,
la tierra primorosa que nos habla.
Y puede que los campos y viñedos
nos dejen con el trigo y con las jaras,
la dulce melodía de la vida,
el canto silencioso de las hadas.
Ya suenan los timbales a lo lejos,
se estiran los corales y las algas,
las olas van llegando perezosas
dejando mil caricias por la playa.
Se palpa la alegría del silencio
buscando soledad para tomarla,
resuenan silenciosos los violines
y notas arrancadas de las arpas.
Por eso te sugiero que adelante,
ve en busca del amor y de tu amada,
silencio y soledad, allí te esperan
con besos y caricias, sin palabras.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/05/10
es una sinfonía inacabada,
un cúmulo de cosas imprevistas
que llevan a tu alma hacia la nada.
Existen los silencios en silencio
y existe soledad junto a la calma,
existen las tormentas sin sonidos
que llegan con sus rayos y esperanzas.
Hay hombres que predican en silencio
y dan sus oraciones cara a cara,
y hay otros solitarios que transmiten
el fondo siempre fiel de su mirada.
No guardes tu silencio mucho tiempo,
es malo retenerlo cuando se ama,
ni busques soledad por los jardines
hay alguien que te espera y que te aguarda.
A veces nuestros sueños nos conducen
a reinos de ilusiones y de magia,
a eternas fantasías de colores
que vuelan a otras tierras ignoradas.
Entonces nos quedamos pensativos,
buscando más allá de la distancia,
la música sin voces y sonidos,
la tierra primorosa que nos habla.
Y puede que los campos y viñedos
nos dejen con el trigo y con las jaras,
la dulce melodía de la vida,
el canto silencioso de las hadas.
Ya suenan los timbales a lo lejos,
se estiran los corales y las algas,
las olas van llegando perezosas
dejando mil caricias por la playa.
Se palpa la alegría del silencio
buscando soledad para tomarla,
resuenan silenciosos los violines
y notas arrancadas de las arpas.
Por eso te sugiero que adelante,
ve en busca del amor y de tu amada,
silencio y soledad, allí te esperan
con besos y caricias, sin palabras.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/05/10
PASITO A PASO
Pasito a paso
se va muy lejos,
pasito a paso
se llega al cielo.
Tú te lo guisas,
tú te lo comes,
ahora trabajas
duermes de noche.
Canta que canta,
canta la Virgen,
Canta a los cielos,
y ellos sonríen.
Ella te canta,
ella te anea,
marcha contigo,
va muy contenta.
No tengas miedo,
toma su mano,
mira sus ojos,
pega ese salto.
Sopla la brisa,
ruge el nordeste,
saltan las olas
el mar se duerme.
Canta la luna
lindas tonadas,
cantan tus ojos
vibran las llamas.
Una cigarra
canta y saluda,
una gaviota
deja su pluma.
Pasito a paso
anda un ratito,
anda y no temas
que voy contigo.
Voy a tu lado,
voy a tu vera,
vamos deprisa,
mi niña, ¡ea!
Ya son las doce
vamos llegando,
una posada,
sopa en los platos.
Más si no quieres
tomar la sopa,
toma la leche
con pan de torta.
Fin de la historia,
fin del romance,
todo se acaba,
termina el viaje.
"...Pasito a paso
se va muy lejos,
toma mi mano
no tengas miedo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/05/10
se va muy lejos,
pasito a paso
se llega al cielo.
Tú te lo guisas,
tú te lo comes,
ahora trabajas
duermes de noche.
Canta que canta,
canta la Virgen,
Canta a los cielos,
y ellos sonríen.
Ella te canta,
ella te anea,
marcha contigo,
va muy contenta.
No tengas miedo,
toma su mano,
mira sus ojos,
pega ese salto.
Sopla la brisa,
ruge el nordeste,
saltan las olas
el mar se duerme.
Canta la luna
lindas tonadas,
cantan tus ojos
vibran las llamas.
Una cigarra
canta y saluda,
una gaviota
deja su pluma.
Pasito a paso
anda un ratito,
anda y no temas
que voy contigo.
Voy a tu lado,
voy a tu vera,
vamos deprisa,
mi niña, ¡ea!
Ya son las doce
vamos llegando,
una posada,
sopa en los platos.
Más si no quieres
tomar la sopa,
toma la leche
con pan de torta.
Fin de la historia,
fin del romance,
todo se acaba,
termina el viaje.
"...Pasito a paso
se va muy lejos,
toma mi mano
no tengas miedo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/05/10
DÉJAME QUE RESTAÑE TUS HERIDAS
Déjame que restañe las heridas
y que limpie tus párpados manchados,
la sangre ya circula por tus venas
sin miedo de perderse entre tus labios.
Deseo que suspires dulcemente,
que tiembles como nunca hayas temblado,
y sientas las caricias y los beso,
y el tierno escalofrío de mi abrazo.
Es hora de que vuelvas a la vida
y marches por la misma paso a paso,
buscando entre los cielos a las nubes,
la ruta con su estela y con su faro.
Es hora de partir hacia el destino,
sin miedo del presente y del pasado,
un día llevarás hasta ese puerto
al rudo marinero con su barco.
Ya salen las estrellas en la noche
buscando muy coquetas su regalo,
el vals con esa música sublime,
el baile y su reflejo por el lago.
Los lirios y las rosas se detienen,
no duermen porque esperan un milagro,
esperan que tú pases y los tomes
y beses a sus pétalos sagrados.
Repica la campana de la torre,
resuena como un eco su badajo,
diciendo que las sombras ya nos velan,
y cubren a los cuerpos con su manto.
Por eso pierden fuerza las fogatas,
las luces temblorosas de los astros,
quizás porque en la noche tienen frío,
y apaguen sus linternas suspirando.
Mas creo que es la hora de tu marcha,
que salgas a la vida en tu pegaso,
que trotes por la tierra y por los cielos
y encuentres el abrazo deseado.
Es hora de partir, amada mía,
es hora de volar con el ocaso,
es hora de fundirse con la noche,
y es hora de dormirme entre tus brazos.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/05/10
y que limpie tus párpados manchados,
la sangre ya circula por tus venas
sin miedo de perderse entre tus labios.
Deseo que suspires dulcemente,
que tiembles como nunca hayas temblado,
y sientas las caricias y los beso,
y el tierno escalofrío de mi abrazo.
Es hora de que vuelvas a la vida
y marches por la misma paso a paso,
buscando entre los cielos a las nubes,
la ruta con su estela y con su faro.
Es hora de partir hacia el destino,
sin miedo del presente y del pasado,
un día llevarás hasta ese puerto
al rudo marinero con su barco.
Ya salen las estrellas en la noche
buscando muy coquetas su regalo,
el vals con esa música sublime,
el baile y su reflejo por el lago.
Los lirios y las rosas se detienen,
no duermen porque esperan un milagro,
esperan que tú pases y los tomes
y beses a sus pétalos sagrados.
Repica la campana de la torre,
resuena como un eco su badajo,
diciendo que las sombras ya nos velan,
y cubren a los cuerpos con su manto.
Por eso pierden fuerza las fogatas,
las luces temblorosas de los astros,
quizás porque en la noche tienen frío,
y apaguen sus linternas suspirando.
Mas creo que es la hora de tu marcha,
que salgas a la vida en tu pegaso,
que trotes por la tierra y por los cielos
y encuentres el abrazo deseado.
Es hora de partir, amada mía,
es hora de volar con el ocaso,
es hora de fundirse con la noche,
y es hora de dormirme entre tus brazos.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/05/10
CUANDO LO ABSURDO...
Cuando lo absurdo viene y te arrebata
la respuesta tan clara de la vida,
es entonces que surgen las preguntas,
con palabras y voces encendidas.
Todo pasa, te dices, todo pasa,
brotarán en el campo margaritas,
volarán las coquetas mariposas,
y también las alegres golondrinas.
Pero tú, espectador enamorado,
el autor de poemas y de rimas,
el que afila los versos con su pluma
dejarás tu tristeza en la cuartilla.
Dejarás tantas cosas simplemente
que saldrás con el alma muy vacía,
pues habrás suspirado con tus letras
y curado con ellas tus heridas.
Puede ser que te juzguen por tus actos
y también que te llamen egoísta,
más no temas las voces que murmuran
ni tampoco las otras que te gritan.
Por supuesto no atiendas a razones,
son palabras cubiertas con envidia,
es igual que aquel simple caramelo
que te dieron un día en una rifa.
Te pedían con él que te callaras,
que calmaras tu lloros y tus prisas,
sin embargo tu ahora ya no lloras,
solo pides un poco de alegría.
Y que marche muy lejos ese absurdo,
que se funda y se vaya con la brisa,
para al fin encontrar tanta respuesta,
y las dudas se queden mas tranquilas.
Al final, entre el tiempo y el pasado,
robarán una perla a tus pupilas,
y quizás una lágrima traidora
regará con su agua tus mejillas.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/05/10
la respuesta tan clara de la vida,
es entonces que surgen las preguntas,
con palabras y voces encendidas.
Todo pasa, te dices, todo pasa,
brotarán en el campo margaritas,
volarán las coquetas mariposas,
y también las alegres golondrinas.
Pero tú, espectador enamorado,
el autor de poemas y de rimas,
el que afila los versos con su pluma
dejarás tu tristeza en la cuartilla.
Dejarás tantas cosas simplemente
que saldrás con el alma muy vacía,
pues habrás suspirado con tus letras
y curado con ellas tus heridas.
Puede ser que te juzguen por tus actos
y también que te llamen egoísta,
más no temas las voces que murmuran
ni tampoco las otras que te gritan.
Por supuesto no atiendas a razones,
son palabras cubiertas con envidia,
es igual que aquel simple caramelo
que te dieron un día en una rifa.
Te pedían con él que te callaras,
que calmaras tu lloros y tus prisas,
sin embargo tu ahora ya no lloras,
solo pides un poco de alegría.
Y que marche muy lejos ese absurdo,
que se funda y se vaya con la brisa,
para al fin encontrar tanta respuesta,
y las dudas se queden mas tranquilas.
Al final, entre el tiempo y el pasado,
robarán una perla a tus pupilas,
y quizás una lágrima traidora
regará con su agua tus mejillas.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/05/10
ES POSIBLE QUE CANTEN LAS ESTRELLAS
Es posible que canten las estrellas
al compás de los grillos y cigarras,
y la luna se estire caprichosa
en el lecho tranquilo de las aguas.
Sin embargo quisiera las canciones
que nos dejan las olas y las algas,
el rumor cantarino de la brisa
que acaricia los cuerpos y las almas.
Y quisiera ese grito que se ahoga,
el que queda silente en la garganta,
el que pide con lágrimas cautivas
esa luz que devuelva su mirada.
Es posible que canten las estrellas
y su canto se pierda en lontananza,
más allá de trigales y de campos
esperando la helada en la mañana.
Más quisiera ese canto soterrado,
el rumor de la nube que ahora pasa,
la cadencia de carros y carretas,
la tormenta que llega apresurada.
Y quisiera también, en esta hora,
esa voz que me hable sin palabras,
esa mano que venga hasta las mías,
y que roce mis sienes plateadas.
Es posible que canten las estrellas
en un canto de luz y de esperanza,
y que siembren la tierra de alegría,
y el amor se desborde por las casas.
Pero quiero ese canto tan sincero,
el que deja la alondra en la alborada,
el que grita mi pecho tan nervioso
el que deja en la noche las campanas.
Al final todo duerme en el silencio,
entre abrazos y besos que se cantan,
mientras siento a tu cuerpo entre mis brazos
y mis labios te besan y te aman.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/05/10
al compás de los grillos y cigarras,
y la luna se estire caprichosa
en el lecho tranquilo de las aguas.
Sin embargo quisiera las canciones
que nos dejan las olas y las algas,
el rumor cantarino de la brisa
que acaricia los cuerpos y las almas.
Y quisiera ese grito que se ahoga,
el que queda silente en la garganta,
el que pide con lágrimas cautivas
esa luz que devuelva su mirada.
Es posible que canten las estrellas
y su canto se pierda en lontananza,
más allá de trigales y de campos
esperando la helada en la mañana.
Más quisiera ese canto soterrado,
el rumor de la nube que ahora pasa,
la cadencia de carros y carretas,
la tormenta que llega apresurada.
Y quisiera también, en esta hora,
esa voz que me hable sin palabras,
esa mano que venga hasta las mías,
y que roce mis sienes plateadas.
Es posible que canten las estrellas
en un canto de luz y de esperanza,
y que siembren la tierra de alegría,
y el amor se desborde por las casas.
Pero quiero ese canto tan sincero,
el que deja la alondra en la alborada,
el que grita mi pecho tan nervioso
el que deja en la noche las campanas.
Al final todo duerme en el silencio,
entre abrazos y besos que se cantan,
mientras siento a tu cuerpo entre mis brazos
y mis labios te besan y te aman.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/05/10
¡Por qué, por qué...!
Era una mañana preciosa
y me levanté con la sensación
de haber descansado,
de volver a la vida de nuevo
y con la sonrisa recuperada
en los labios.
Instintivamente, llevé mi mano al pecho,
a esa prenda íntima
que cubre el corazón
donde guardo tantas sensaciones,
tantas alegrías y desesperaciones
en esa marcha y esa huída hacia adelante,
en el fragor de una juventud
llena de esperanzas
y expectativas desbordadas.
Sabía que el tiempo pasaba
y con él mi juventud,
que el amor que buscaba no llegaba,
pero seguía buscando allí,
en esos rincones de la vida,
en las personas que me rodeaban,
en las que me presentaban
y también ¡cómo no!,
en la misma naturaleza
con tanta sabiduría retenida.
Por dentro, una voz
me decía que adelante,
que quizás la sorpresa que esperaba
estaba allí cerca,
y que si no era así
sería el destino el que me la daría
un día, una noche ó cuando fuera,
en forma de persona,
lugar y momento determinado.
Tenía una corazonada este día,
era quizás como un ramo de ilusiones
brotadas en el alma en forma de margaritas,
que como símbolos mágicos,
de esta primavera,
me hablaban de los diferentes amores,
de las quimeras e ideales que todo joven
lleva en esa edad
y trata de hacer realidad
para vencer su soledad.
Sin embargo la realidad,
la que buscaba en ese espejismo,
quizás estaba en la rutina diaria.
En saludar a la vecina del primero
con la que me tropezaba cada mañana,
en atender cortesmente al viejecito
que venía a la ventanilla a reclamar
la falta del recibo de la luz
asentado en su cuenta,
en no decir nunca jámás a esa voz
que desde mi interior me gritaba
"por qué la rechazaste si te quiso,
¡por qué, por qué...!"
Aún recordaba su figura,
la de aquella persona extraordinaria
que emanaba ternura,
a pesar de llevar tapado su pelo
con el velo negro de la misa,
y ese áura de credos y padrenuestros,
que la rodeaban,
formando un algo lúdico
con su presencia adorable y misteriosa.
Y era cierto lo que me gritaba la voz
de mi conciencia.
Era cierto que yo la había rechazado
cuando ella vino a mi,
a leer mi alma,
a leer mis ojos,
a buscar mi ayuda,
porque yo estaba entonces, simplemente,
ultimando un proyecto
con varios objetivos
y mi actitud y predisposición, hacia su persona,
fue verla como un simple objeto,
una figura de la vida
donde podía satisfacer mi vanidad
y desenfreno.
Ahora yo salía a la calle,
buscaba el camino del trabajo,
me tropezaba con la gente
a la que ni saludaba,
atendía de una manera mecánica
a los clientes
y ni siquiera hacía caso a esa voz interior,
que cada vez más lejana,
repetía como un eco:
"¡por qué, por qué, por qué...!"
Rafael Sánchez Ortega ©
01/05/10
y me levanté con la sensación
de haber descansado,
de volver a la vida de nuevo
y con la sonrisa recuperada
en los labios.
Instintivamente, llevé mi mano al pecho,
a esa prenda íntima
que cubre el corazón
donde guardo tantas sensaciones,
tantas alegrías y desesperaciones
en esa marcha y esa huída hacia adelante,
en el fragor de una juventud
llena de esperanzas
y expectativas desbordadas.
Sabía que el tiempo pasaba
y con él mi juventud,
que el amor que buscaba no llegaba,
pero seguía buscando allí,
en esos rincones de la vida,
en las personas que me rodeaban,
en las que me presentaban
y también ¡cómo no!,
en la misma naturaleza
con tanta sabiduría retenida.
Por dentro, una voz
me decía que adelante,
que quizás la sorpresa que esperaba
estaba allí cerca,
y que si no era así
sería el destino el que me la daría
un día, una noche ó cuando fuera,
en forma de persona,
lugar y momento determinado.
Tenía una corazonada este día,
era quizás como un ramo de ilusiones
brotadas en el alma en forma de margaritas,
que como símbolos mágicos,
de esta primavera,
me hablaban de los diferentes amores,
de las quimeras e ideales que todo joven
lleva en esa edad
y trata de hacer realidad
para vencer su soledad.
Sin embargo la realidad,
la que buscaba en ese espejismo,
quizás estaba en la rutina diaria.
En saludar a la vecina del primero
con la que me tropezaba cada mañana,
en atender cortesmente al viejecito
que venía a la ventanilla a reclamar
la falta del recibo de la luz
asentado en su cuenta,
en no decir nunca jámás a esa voz
que desde mi interior me gritaba
"por qué la rechazaste si te quiso,
¡por qué, por qué...!"
Aún recordaba su figura,
la de aquella persona extraordinaria
que emanaba ternura,
a pesar de llevar tapado su pelo
con el velo negro de la misa,
y ese áura de credos y padrenuestros,
que la rodeaban,
formando un algo lúdico
con su presencia adorable y misteriosa.
Y era cierto lo que me gritaba la voz
de mi conciencia.
Era cierto que yo la había rechazado
cuando ella vino a mi,
a leer mi alma,
a leer mis ojos,
a buscar mi ayuda,
porque yo estaba entonces, simplemente,
ultimando un proyecto
con varios objetivos
y mi actitud y predisposición, hacia su persona,
fue verla como un simple objeto,
una figura de la vida
donde podía satisfacer mi vanidad
y desenfreno.
Ahora yo salía a la calle,
buscaba el camino del trabajo,
me tropezaba con la gente
a la que ni saludaba,
atendía de una manera mecánica
a los clientes
y ni siquiera hacía caso a esa voz interior,
que cada vez más lejana,
repetía como un eco:
"¡por qué, por qué, por qué...!"
Rafael Sánchez Ortega ©
01/05/10
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