HACE UN TIEMPO Y MUCHOS AÑOS...
Hace un tiempo y muchos años,
-treinta y tres exactamente-,
en que unimos nuestros besos
un otoño, para siempre.
Aun recuerdo aquella tarde,
-era un día muy alegre-,
con los cielos asurados
y el color azul celeste.
Tú llegaste tan preciosa
con vestido blanco nieve,
con tus ojos tan castaños
y aquel velo por tu frente.
A la entrada la Capilla
te esperaba el niño imberbe,
con el pecho alborotado
suspirando por quererte.
Caminabas con tu padre
y venías para verme,
a sellar una alianza
con la Virgen muy presente.
La Barquera fue testigo
de tu paso tan alegre,
la miramos y rezamos
como hicimos tantas veces.
Pero Octubre era distinto,
y aquel año diferente,
fueron solo unas palabras
entre el beso y miserere.
Y quedaron enlazadas
nuestras manos sin grilletes,
con un lazo de cariño,
entre nubes y alfileres.
Tú eras pura poesía,
la princesa de los viernes,
con quien tanto yo soñaba
día a día por tenerte.
...Y ahora estabas a mi lado,
como talla del orfebre,
como linda mariposa
que llegaba desde oriente.
Y mis labios y tus labios,
aunque pobres y perennes,
se juntaron en la tarde
y se amaron simplemente.
"...Hace un tiempo y muchos años
nos unimos entre preces,
y hoy renuevo aquel momento,
como entonces y hasta siempre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/10/10
-treinta y tres exactamente-,
en que unimos nuestros besos
un otoño, para siempre.
Aun recuerdo aquella tarde,
-era un día muy alegre-,
con los cielos asurados
y el color azul celeste.
Tú llegaste tan preciosa
con vestido blanco nieve,
con tus ojos tan castaños
y aquel velo por tu frente.
A la entrada la Capilla
te esperaba el niño imberbe,
con el pecho alborotado
suspirando por quererte.
Caminabas con tu padre
y venías para verme,
a sellar una alianza
con la Virgen muy presente.
La Barquera fue testigo
de tu paso tan alegre,
la miramos y rezamos
como hicimos tantas veces.
Pero Octubre era distinto,
y aquel año diferente,
fueron solo unas palabras
entre el beso y miserere.
Y quedaron enlazadas
nuestras manos sin grilletes,
con un lazo de cariño,
entre nubes y alfileres.
Tú eras pura poesía,
la princesa de los viernes,
con quien tanto yo soñaba
día a día por tenerte.
...Y ahora estabas a mi lado,
como talla del orfebre,
como linda mariposa
que llegaba desde oriente.
Y mis labios y tus labios,
aunque pobres y perennes,
se juntaron en la tarde
y se amaron simplemente.
"...Hace un tiempo y muchos años
nos unimos entre preces,
y hoy renuevo aquel momento,
como entonces y hasta siempre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/10/10
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