LA CARTA ME LLEGÓ Y ESTABA EN BLANCO...
La carta me llegó y estaba en blanco,
tenía tu perfume y la fragancia
dejado para mi, en la distancia,
y el beso de tus labios siempre franco.
Trataba de leer en aquel banco
las líneas invisibles de la infancia,
las letras de la esencia y la elegancia
perdidas no sé donde en algún flanco.
Con ellas se perdió en un latido,
la dulce mariposa de la vida.
Se pierde el sentimiento reprimido
por culpa del dolor y de la herida.
La carta que llegó, sin contenido,
tenía su blancura deslucida.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/03/11
ME ENCUENTRO EN UN DILEMA...
Me encuentro en un dilema, y no estoy loco,
me pide el corazón que haga recuento,
que elija entre el seguir como avariento,
pasando por la vida poco a poco.
Más puede ser el aire y el siroco,
altivo y con sus aires de sargento,
quien hizo de tu risa el condimento
sacando en mis carrillos el sofoco.
Por eso este dilema que me acosa,
quererte, a ti, mi amor, yo es que te quiero,
y quiero tu sonrisa tan hermosa.
Te quiero con cariño verdadero,
y quiero ya dormir junto a tu rosa,
la rosa y el jardín de quien venero.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/11
RECUERDO QUE DIJISTE QUE NO AMARA...
I
Recuerdo que dijiste que no amara,
si acaso que quisiera simplemente:
"amar, Amor, es algo irreverente
que hace que te cambie hasta la cara".
La uva se destila en la alquitara
dejándonos los caldos y aguardiente,
el vino del amor es absorbente
e inunda de alegría y algazara.
Te olvidas que el amor es algo hermoso
que llega cuando menos te lo esperas.
Es cierto que el amor es ardoroso
y vaga por abruptas cordilleras.
Un día te reclama cariñoso
y prende en tu costado mil hogueras.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/11
LA LLAMA Y LA PASIÓN QUEDÓ ENCENDIDA...
II
La llama y la pasión quedó encendida
y allí se siente amor, aunque cansado,
¡amor para ese pecho enamorado
y para el alma tierna y mal herida!.
Descansa el fiel guerrero de la vida
y aprieta en el descanso su costado,
el pecho y corazón que tanto ha amado
buscando una figura enfebrecida.
La diosa del amor que no encontraba,
el cuerpo y la figura de gacela.
La dulce sirenita que buscaba
vagaba por las playas con cautela.
De noche a las estrellas contemplaba
sumido en un profundo duermevela.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/11
POR ESO CUANDO AHORA ME ACONSEJAS...
III
Por eso cuando ahora me aconsejas
que no ame por amor, que amar es malo:
"quien ama está propenso al varapalo"
y a perderse después por las callejas.
Perderse entre las dudas tan complejas
de si el amor, amor es intervalo,
un instante de gracia y un regalo
que ahoga entre ese amor nuestras mil quejas.
Más ciego de ilusión sigo adelante
y busco en el amor la rosa amada.
La rosa de pasión del caminante
que busca el blando lecho en la posada.
La rosa del poeta y del amante,
la rosa del Amor tan deseada.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/11
SENSIBLE Y TIERNA COMO LA NOCHE...
Sensible y tierna como la noche,
como la danza que va sonando,
poquito a poco siento sus besos
y esa ternura del dulce canto.
Siento la risa, la voz tan suave,
es el susurro del mes de marzo,
es esa brisa que sopla y viene
es el suspiro del labio amado.
Es la elegancia y el paso firme,
son sus tacones que van pisando,
por las aceras, por las callejas,
hacia la iglesia que está en lo alto.
Es el encanto de su perfume,
es la mirada y los ojos claros,
es esa gracia sutil y nueva
que en los andares nos va dejando.
Sensible y tierna pasa la noche,
yo la contemplo quizás borracho,
estoy absorto, no pienso nada,
y solamente busco su abrazo.
Siento las sombras que están muy cerca,
como en un bosque junto a los astros,
son las estrellas allí dormidas
en blando lecho, siempre soñando.
Por eso vuelvo hasta los recuerdos
esos jardines de rosa y nardos,
donde los lirios, las amapolas
lucen vestidos de seda largos.
Es esa magia sutil y suave,
es la caricia que voy buscando,
es esa calma precisa y tierna
como un preludio del mes de mayo.
"...Sensible y tierna, como la noche,
la primavera ya ha comenzado,
brotan las flores, las margaritas
salen ahora por todo el campo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/03/11
como la danza que va sonando,
poquito a poco siento sus besos
y esa ternura del dulce canto.
Siento la risa, la voz tan suave,
es el susurro del mes de marzo,
es esa brisa que sopla y viene
es el suspiro del labio amado.
Es la elegancia y el paso firme,
son sus tacones que van pisando,
por las aceras, por las callejas,
hacia la iglesia que está en lo alto.
Es el encanto de su perfume,
es la mirada y los ojos claros,
es esa gracia sutil y nueva
que en los andares nos va dejando.
Sensible y tierna pasa la noche,
yo la contemplo quizás borracho,
estoy absorto, no pienso nada,
y solamente busco su abrazo.
Siento las sombras que están muy cerca,
como en un bosque junto a los astros,
son las estrellas allí dormidas
en blando lecho, siempre soñando.
Por eso vuelvo hasta los recuerdos
esos jardines de rosa y nardos,
donde los lirios, las amapolas
lucen vestidos de seda largos.
Es esa magia sutil y suave,
es la caricia que voy buscando,
es esa calma precisa y tierna
como un preludio del mes de mayo.
"...Sensible y tierna, como la noche,
la primavera ya ha comenzado,
brotan las flores, las margaritas
salen ahora por todo el campo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/03/11
DEBÍ TOMAR LA FLOR CUANDO ERA JOVEN...
Debí tomar la flor cuando era joven,
ahora aquel rosal está marchito,
los días y las noches le cubrieron
y el paso de los años con sus ciclos.
Las rosas se conservan en el alma
igual que las estampas en los libros,
sus pétalos producen sensaciones,
recuerdos de momentos ya vividos.
Por eso me conmueven unos versos
sacados desde el fondo del abismo,
hablaban de la vida y las pasiones
de tiempos de lujuria en el estío.
Hablaban del amor entre dos almas,
dos tiernos corazones florecidos,
buscaban una flor, la más preciosa,
la rosa del jardín en su camino.
Los versos continuaban largamente,
hablaban de reproches cometidos,
contaban del amor y desamores
de ratos y momentos tan esquivos.
Por eso yo pensaba en el pasado,
pensaba en el rosal tan exquisito,
la rosa tentadora que ofrecía,
tan solo con un pero, el de su espino.
Sabía que al tomar aquella rosa
la sangre brotaría como un hilo,
tenía aquel espìno de defensa
clavándome en el dedo malherido.
No debo de pensar, pensar es malo,
se piensa por pensar, por compromiso,
más debo despertar y estar atento,
hay rosas para dar y seguir vivo.
La rosa del pasado ya está lejos,
no importa cómo y cuándo, ni es preciso,
importa el corazón que está esperando
y aguarda con paciencia tus latidos.
Yo quiero despertar de mi nostalgia
y quiero compartir mi amor contigo,
yo quiero simplemente que me sientas,
¡amado corazón, mi amor querido!.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/11
ahora aquel rosal está marchito,
los días y las noches le cubrieron
y el paso de los años con sus ciclos.
Las rosas se conservan en el alma
igual que las estampas en los libros,
sus pétalos producen sensaciones,
recuerdos de momentos ya vividos.
Por eso me conmueven unos versos
sacados desde el fondo del abismo,
hablaban de la vida y las pasiones
de tiempos de lujuria en el estío.
Hablaban del amor entre dos almas,
dos tiernos corazones florecidos,
buscaban una flor, la más preciosa,
la rosa del jardín en su camino.
Los versos continuaban largamente,
hablaban de reproches cometidos,
contaban del amor y desamores
de ratos y momentos tan esquivos.
Por eso yo pensaba en el pasado,
pensaba en el rosal tan exquisito,
la rosa tentadora que ofrecía,
tan solo con un pero, el de su espino.
Sabía que al tomar aquella rosa
la sangre brotaría como un hilo,
tenía aquel espìno de defensa
clavándome en el dedo malherido.
No debo de pensar, pensar es malo,
se piensa por pensar, por compromiso,
más debo despertar y estar atento,
hay rosas para dar y seguir vivo.
La rosa del pasado ya está lejos,
no importa cómo y cuándo, ni es preciso,
importa el corazón que está esperando
y aguarda con paciencia tus latidos.
Yo quiero despertar de mi nostalgia
y quiero compartir mi amor contigo,
yo quiero simplemente que me sientas,
¡amado corazón, mi amor querido!.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/11
HE DEJADO A LA PLUMA EN EL TINTERO...
He dejado a la pluma en el tintero
descansando de alegres singladuras,
hoy reposa de mares y aventuras
y también del poeta aventurero.
He saciado la sed del marinero
con la pluma trazando mil locuras
a través de caricias y corduras
y ese nombre sagrado que venero.
He dejado dormir al pensamiento
y también a mi sueño y fantasía.
Ha pagado su culpa en el tormento
de lujuria, pasión y algarabía.
Queda al fin, agotado y soñoliento
esperando el amor y el nuevo día.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/11
descansando de alegres singladuras,
hoy reposa de mares y aventuras
y también del poeta aventurero.
He saciado la sed del marinero
con la pluma trazando mil locuras
a través de caricias y corduras
y ese nombre sagrado que venero.
He dejado dormir al pensamiento
y también a mi sueño y fantasía.
Ha pagado su culpa en el tormento
de lujuria, pasión y algarabía.
Queda al fin, agotado y soñoliento
esperando el amor y el nuevo día.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/11
A VECES PIENSO QUE PENSAR ES MALO...
A veces pienso que pensar es malo
y entonces siento el corazón dañado,
quizás es de pensar y estár cansado,
o puede ser tan sólo un intervalo.
La vida sin pensar es un regalo
y vive de este modo el ser amado,
también el ganapán vive amañado
y espera recibir su varapalo.
Concluyo que el pensar no está de moda,
pues piensa solamente aquel que quiere.
Se piensa en la capilla visigoda
y el rezo de un antiguo miserere.
Se pìensa con sonrisa muy beoda
y piensas sin pensar en quien te hiere.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/03/11
y entonces siento el corazón dañado,
quizás es de pensar y estár cansado,
o puede ser tan sólo un intervalo.
La vida sin pensar es un regalo
y vive de este modo el ser amado,
también el ganapán vive amañado
y espera recibir su varapalo.
Concluyo que el pensar no está de moda,
pues piensa solamente aquel que quiere.
Se piensa en la capilla visigoda
y el rezo de un antiguo miserere.
Se pìensa con sonrisa muy beoda
y piensas sin pensar en quien te hiere.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/03/11
SUMÉRGETE EN LOS SUEÑOS Y EL OLVIDO...
Sumérgete en los sueños y el olvido
eterno soñador sin ilusiones,
la vida continúa y tu te has ido,
y quedan a tu lado las canciones.
Te queda solamente ese latido,
el tiempo compartido en los fogones,
el llanto desolado y compungido
llevando hasta otros pechos sus pasiones.
Te queda ya dormir, dejar la vida,
marchar hacia tus sueños simplemente.
Es hora de partir, curar la herida,
la sangre derramada está presente.
Sumérgete en la marcha y la partida,
el sueño del amor es algo hiriente.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/11
eterno soñador sin ilusiones,
la vida continúa y tu te has ido,
y quedan a tu lado las canciones.
Te queda solamente ese latido,
el tiempo compartido en los fogones,
el llanto desolado y compungido
llevando hasta otros pechos sus pasiones.
Te queda ya dormir, dejar la vida,
marchar hacia tus sueños simplemente.
Es hora de partir, curar la herida,
la sangre derramada está presente.
Sumérgete en la marcha y la partida,
el sueño del amor es algo hiriente.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/11
YO QUISIERA QUE LA LUNA...
Yo quisiera que la luna
me contara sus secretos,
repitiendo las palabras
escuchadas desde lejos.
Es posible que en la noche
se confíen los silencios,
los suspiros contenidos
y los llantos tan sinceros.
Es posible que a la luna
se le cuenten los misterios,
esas brumas de las almas
que atenazan con sus miedos.
Y por eso yo quisiera
de la luna su reflejo,
el susurro compartido
de unos labios semiabiertos.
Yo quisiera ese susurro,
el latido de su pecho,
esa voz y las palabras
pronunciadas con esmero.
Yo no sé si las estrellas
se asomaron en el cielo,
con sus ojos legañósos
despertadas por el eco.
O quizás lo que escucharon,
sus oídos soñolientos,
fue el sonido de las ramas
de los olmos y los fresnos.
Pero puede que sintieran
ese aire siempre fresco,
de la brisa de unos labios
arropada por los vientos.
Sin embargo es a la luna
a quien busco y a quien quiero,
y también a las palabras
enviadas con tal celo.
Ya resuenan las campanas
cae la lluvia y yo la siento,
hoy no tengo las palabras
y sin ellas me estremezco.
"...Yo quisiera que la luna
me dijera lo que anhelo,
pero busco unas palabras
que quizás nunca existieron..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/11
me contara sus secretos,
repitiendo las palabras
escuchadas desde lejos.
Es posible que en la noche
se confíen los silencios,
los suspiros contenidos
y los llantos tan sinceros.
Es posible que a la luna
se le cuenten los misterios,
esas brumas de las almas
que atenazan con sus miedos.
Y por eso yo quisiera
de la luna su reflejo,
el susurro compartido
de unos labios semiabiertos.
Yo quisiera ese susurro,
el latido de su pecho,
esa voz y las palabras
pronunciadas con esmero.
Yo no sé si las estrellas
se asomaron en el cielo,
con sus ojos legañósos
despertadas por el eco.
O quizás lo que escucharon,
sus oídos soñolientos,
fue el sonido de las ramas
de los olmos y los fresnos.
Pero puede que sintieran
ese aire siempre fresco,
de la brisa de unos labios
arropada por los vientos.
Sin embargo es a la luna
a quien busco y a quien quiero,
y también a las palabras
enviadas con tal celo.
Ya resuenan las campanas
cae la lluvia y yo la siento,
hoy no tengo las palabras
y sin ellas me estremezco.
"...Yo quisiera que la luna
me dijera lo que anhelo,
pero busco unas palabras
que quizás nunca existieron..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/11
LA MÚSICA DE VALS...
Hacía tiempo, mucho ya, que no escuchaba
esta música.
De pronto he sentido que los violines
me llevaban y empujaban en ese vals
contínuo a través de las olas y
a través del espacio hasta tu lado.
Cerré los ojos y me dejé llevar
por esos brazos invisibles que me tomaban y
guiaban en esa danza donde los pies y
los cuerpos giraban sin cesar.
Allí estabas tú y la música,
nuestra música tantas veces escuchada
en el silencio de la noche,
mientras las olas llegaban a la playa y
las veíamos deslizarse con ese suave rumor
hasta venir a mojar nuestros pies descalzos.
Era el vals que una noche descubrimos
mirando el horizonte y paseando bajo
la luz de la luna.
Tenía esa mezcla inconfudible del olor
al salitre y a las algas y
con él el rumor constante
de la resaca al llegar con las olas.
Por encima de ellas creíamos ver a las gaviotas,
con su vuelo sosegado y cadencioso,
en ese baile de sus alas
como siguiendo también la música del mar
y de la brisa,
mientras buscaban entre ellas esa pieza
de pescado para llevar a su nido en la costa.
Pero la música estaba aquí y
yo estaba ahora solo en la playa aquella.
En esa playa tantas veces visitada y
añorada donde quedaron enterrados tantos
recuerdos y tantas horas de un pasado no lejano.
Sí, allí estaba yo, con el vals,
nuestro vals,
que salía de las notas del piano y
de las cuerdas de los violines
que dejaban su nota y su lamento.
Yo seguía con los ojos cerrados y
no quería abrirlos porque había retrocedido
a ese instante del pasado
en el que tomé tu cuerpo entre mis brazos y
tras mirar a las estrellas,
desde el fondo de tus pupilas,
besé tus labios y acaricié tus cabellos,
para a continuación,
sentir a tu cuerpo estremecerse,
a tu pecho latir acelerado y
también para escuchar un suspiro
que venía hasta tus labios.
...El baile continuaba y seguía en
esos pasos lentos y precisos,
pero llevándome a ese mundo de los sueños,
donde estábamos juntos,
con mis manos en tu cintura y
embriagándome del placer y de la dicha
de ese instante maravilloso
que no quería terminara,
porque aquel sueño debía ser eterno y
no apagarse nunca.
Recuerdo como el agua llegaba hasta nosotros,
como las olas nos iban cubriendo más y más, y
como nos fuimos despojando de nuestros vestidos,
hasta quedar completamente desnudos,
frente a frente,
para amarnos y compartir la pasión y
el cariño con la música del vals que nacía
de las olas que llegaban a dormir hasta la playa.
Sí, hacía tiempo que no escuchaba esta música,
y hoy,
esta noche la he vuelto a escuchar y
el tiempo se ha detenido para que yo
saboreara aquel recuerdo inolvidable.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/03/11
esta música.
De pronto he sentido que los violines
me llevaban y empujaban en ese vals
contínuo a través de las olas y
a través del espacio hasta tu lado.
Cerré los ojos y me dejé llevar
por esos brazos invisibles que me tomaban y
guiaban en esa danza donde los pies y
los cuerpos giraban sin cesar.
Allí estabas tú y la música,
nuestra música tantas veces escuchada
en el silencio de la noche,
mientras las olas llegaban a la playa y
las veíamos deslizarse con ese suave rumor
hasta venir a mojar nuestros pies descalzos.
Era el vals que una noche descubrimos
mirando el horizonte y paseando bajo
la luz de la luna.
Tenía esa mezcla inconfudible del olor
al salitre y a las algas y
con él el rumor constante
de la resaca al llegar con las olas.
Por encima de ellas creíamos ver a las gaviotas,
con su vuelo sosegado y cadencioso,
en ese baile de sus alas
como siguiendo también la música del mar
y de la brisa,
mientras buscaban entre ellas esa pieza
de pescado para llevar a su nido en la costa.
Pero la música estaba aquí y
yo estaba ahora solo en la playa aquella.
En esa playa tantas veces visitada y
añorada donde quedaron enterrados tantos
recuerdos y tantas horas de un pasado no lejano.
Sí, allí estaba yo, con el vals,
nuestro vals,
que salía de las notas del piano y
de las cuerdas de los violines
que dejaban su nota y su lamento.
Yo seguía con los ojos cerrados y
no quería abrirlos porque había retrocedido
a ese instante del pasado
en el que tomé tu cuerpo entre mis brazos y
tras mirar a las estrellas,
desde el fondo de tus pupilas,
besé tus labios y acaricié tus cabellos,
para a continuación,
sentir a tu cuerpo estremecerse,
a tu pecho latir acelerado y
también para escuchar un suspiro
que venía hasta tus labios.
...El baile continuaba y seguía en
esos pasos lentos y precisos,
pero llevándome a ese mundo de los sueños,
donde estábamos juntos,
con mis manos en tu cintura y
embriagándome del placer y de la dicha
de ese instante maravilloso
que no quería terminara,
porque aquel sueño debía ser eterno y
no apagarse nunca.
Recuerdo como el agua llegaba hasta nosotros,
como las olas nos iban cubriendo más y más, y
como nos fuimos despojando de nuestros vestidos,
hasta quedar completamente desnudos,
frente a frente,
para amarnos y compartir la pasión y
el cariño con la música del vals que nacía
de las olas que llegaban a dormir hasta la playa.
Sí, hacía tiempo que no escuchaba esta música,
y hoy,
esta noche la he vuelto a escuchar y
el tiempo se ha detenido para que yo
saboreara aquel recuerdo inolvidable.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/03/11
FLORECE EL ROSA, Y LA ILUSIÓN DEL DÍA...
I
Florece el rosa, y la ilusión del día,
en este tiempo tan sutil y breve,
una manita con color de nieve
comienza hoy su dulce algarabía.
Comienza sí, un tiempo de alegría,
un tiempo nuevo que vivir se debe
con este cuerpo soñoliento y leve
nacido entre el candor de una folía.
Por eso, superado este momento,
la vida continúa su camino.
Habrá días y noches, entre el cuento
y el sueño tan fugaz y clandestino.
Tendrá la risa dulce y el lamento
mezcladas en el rostro tan divino.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
Florece el rosa, y la ilusión del día,
en este tiempo tan sutil y breve,
una manita con color de nieve
comienza hoy su dulce algarabía.
Comienza sí, un tiempo de alegría,
un tiempo nuevo que vivir se debe
con este cuerpo soñoliento y leve
nacido entre el candor de una folía.
Por eso, superado este momento,
la vida continúa su camino.
Habrá días y noches, entre el cuento
y el sueño tan fugaz y clandestino.
Tendrá la risa dulce y el lamento
mezcladas en el rostro tan divino.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
HOY HA NACIDO...
II
Hoy ha nacido Inés, mi bella nieta,
la niña rebosante de dulzura
la misma que me lleva a la locura
contemplando su danza tan discreta.
Es la danza graciosa del cometa,
son sus dedos tan llenos de ternura
dibujando ese baile con premura
de una forma sutil y tan secreta.
Hoy la vida sin prisas se ha parado
y ha soplado el nordeste levemente.
Es la brisa del norte que, a su lado,
fue a besar a su cuerpo tan ardiente.
...Y besó ese cuerpo tan rosado
la caricia del viento irreverente.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
Hoy ha nacido Inés, mi bella nieta,
la niña rebosante de dulzura
la misma que me lleva a la locura
contemplando su danza tan discreta.
Es la danza graciosa del cometa,
son sus dedos tan llenos de ternura
dibujando ese baile con premura
de una forma sutil y tan secreta.
Hoy la vida sin prisas se ha parado
y ha soplado el nordeste levemente.
Es la brisa del norte que, a su lado,
fue a besar a su cuerpo tan ardiente.
...Y besó ese cuerpo tan rosado
la caricia del viento irreverente.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
HA NACIDO ESTE SOPLO DE ESPERANZA...
III
Ha nacido este soplo de esperanza
y con ella una nueva primavera,
su presencia será la sementera
que preludie la paz en su crianza.
Beberemos su vida sin tardanza
embriagados de tierna borrachera,
seguiremos su risa tan sincera
que nos llene de amor y confianza.
Yo bendigo ahora el llanto y el respiro
en la voz incipiente que nos llama,
y bendigo sus ojos de zafiro
donde veo tan bello panorama.
Porque al fin, esta niña es un suspiro,
un trocito del cielo en fotograma.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
Ha nacido este soplo de esperanza
y con ella una nueva primavera,
su presencia será la sementera
que preludie la paz en su crianza.
Beberemos su vida sin tardanza
embriagados de tierna borrachera,
seguiremos su risa tan sincera
que nos llene de amor y confianza.
Yo bendigo ahora el llanto y el respiro
en la voz incipiente que nos llama,
y bendigo sus ojos de zafiro
donde veo tan bello panorama.
Porque al fin, esta niña es un suspiro,
un trocito del cielo en fotograma.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
ME HE QUEDADO DE PRONTO SIN PALABRAS...
Me he quedado de pronto sin palabras
y las mismas no vienen a mis labios,
tengo frío por culpa del nordeste
y a la vez necesito de su abrazo.
Las palabras nacieron en tu boca,
cual susurro paciente y sosegado,
parecían la voz de la fontana
que el arroyo dejaba con su canto.
Pero tú mantenías la mirada
y tus ojos me hablaban sin descanso,
me decían los sueños que tenías
los deseos, tal vez inconfesados.
Fue un instante sin pausa ni sosiego
y temblaron los dedos de mi mano,
te rocé esa cara tan bonita,
y sentí a tu pulso acelerado.
Se rompieron de pronto las promesas,
tus suspiros nerviosos me llegaron,
y suplieron sin más a las palabras
al sentir el cariño tan ansiado.
Me he quedado de pronto sin palabras
y las mismas volaron a los astros,
a buscar las estrellas y la luna
y la luz reluciente del espacio.
Tú esperabas la voz y mis palabras
y con ellas los versos renovados,
los que piden y gritan tu figura
en la tinta indeleble de sus rasgos.
Corazón que me escuchas en silencio
no permitas que marche sin reparo,
no consientas que nadie me arrebate
ni me aparten tampoco de tu lado.
Porque quiero beber en tus palabras,
embriagarme de paz pasito a paso,
compartir a tu lado tantos sueños
y dormir con tu cuerpo en mi costado.
Fundiremos un día las palabras
y también los latidos tan sagrados,
uniremos sin prisa nuestras almas
con palabras y amor junto a los astros.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
y las mismas no vienen a mis labios,
tengo frío por culpa del nordeste
y a la vez necesito de su abrazo.
Las palabras nacieron en tu boca,
cual susurro paciente y sosegado,
parecían la voz de la fontana
que el arroyo dejaba con su canto.
Pero tú mantenías la mirada
y tus ojos me hablaban sin descanso,
me decían los sueños que tenías
los deseos, tal vez inconfesados.
Fue un instante sin pausa ni sosiego
y temblaron los dedos de mi mano,
te rocé esa cara tan bonita,
y sentí a tu pulso acelerado.
Se rompieron de pronto las promesas,
tus suspiros nerviosos me llegaron,
y suplieron sin más a las palabras
al sentir el cariño tan ansiado.
Me he quedado de pronto sin palabras
y las mismas volaron a los astros,
a buscar las estrellas y la luna
y la luz reluciente del espacio.
Tú esperabas la voz y mis palabras
y con ellas los versos renovados,
los que piden y gritan tu figura
en la tinta indeleble de sus rasgos.
Corazón que me escuchas en silencio
no permitas que marche sin reparo,
no consientas que nadie me arrebate
ni me aparten tampoco de tu lado.
Porque quiero beber en tus palabras,
embriagarme de paz pasito a paso,
compartir a tu lado tantos sueños
y dormir con tu cuerpo en mi costado.
Fundiremos un día las palabras
y también los latidos tan sagrados,
uniremos sin prisa nuestras almas
con palabras y amor junto a los astros.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/11
VIVIMOS PARA NADA...
"...A veces, simplemente, ¡vivimos para nada...!"
Vivimos para nada, lo dicen los cobardes,
vivimos simplemente los hombres inmortales,
los unos que madrugan deprisa por las calles,
los otros que caminan y van hacia adelante.
Vivimos en la vida, lo dice nuestra sangre,
que grita y desespera en busca de ideales,
vivimos de limosnas, migajas y coraje,
que sale de los hombres de espíritu indomable.
Vivimos en la niebla con bruma de los mares,
hay olas gigantescas que azotan y que abaten,
las almas doloridas suspiran lacerantes,
susurran mil gemidos de eternas soledades.
Vivimos como niños pensando en nuestras madres,
aquellas que en la infancia nos dieron sus verdades,
con mimos y caricias, con besos especiales,
con manos candorosas rozando nuestras carnes.
Vivimos en un sueño, soñando veleidades,
con niños muy traviesos y jóvenes amantes,
que marchan al otoño llevando sus saudades,
y un poco de nostalgia que cuelga de sus trajes.
¡Ay jóvenes poetas pedid porque os amen,
pedid porque la vida no sean soledades,
tampoco los suspiros con restos y señales
de un tiempo ya pasado, caduco y vergonzante!
"...Vivimos para nada y tiemblan los cristales,
la nada se hace eterno y el mundo un disparate,
se rompen los espejos y ceden los embalses,
las lágrimas se asoman buscando quien las guarde..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/03/11
Vivimos para nada, lo dicen los cobardes,
vivimos simplemente los hombres inmortales,
los unos que madrugan deprisa por las calles,
los otros que caminan y van hacia adelante.
Vivimos en la vida, lo dice nuestra sangre,
que grita y desespera en busca de ideales,
vivimos de limosnas, migajas y coraje,
que sale de los hombres de espíritu indomable.
Vivimos en la niebla con bruma de los mares,
hay olas gigantescas que azotan y que abaten,
las almas doloridas suspiran lacerantes,
susurran mil gemidos de eternas soledades.
Vivimos como niños pensando en nuestras madres,
aquellas que en la infancia nos dieron sus verdades,
con mimos y caricias, con besos especiales,
con manos candorosas rozando nuestras carnes.
Vivimos en un sueño, soñando veleidades,
con niños muy traviesos y jóvenes amantes,
que marchan al otoño llevando sus saudades,
y un poco de nostalgia que cuelga de sus trajes.
¡Ay jóvenes poetas pedid porque os amen,
pedid porque la vida no sean soledades,
tampoco los suspiros con restos y señales
de un tiempo ya pasado, caduco y vergonzante!
"...Vivimos para nada y tiemblan los cristales,
la nada se hace eterno y el mundo un disparate,
se rompen los espejos y ceden los embalses,
las lágrimas se asoman buscando quien las guarde..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/03/11
SE QUEDARON LAS PIEDRAS CALLADAS...
Se quedaron las piedras calladas
y nosotros seguimos hablando,
las palabras salían sin pausa
como ondas tranquilas de un lago.
Compartimos sin más el secreto
y temblaron un poco los labios,
tú dijiste "mi amor, ya es la hora",
te miré y abracé muy despacio.
Y te dije: "mi niña, te quiero",
en susurro paciente y velado,
como soplo ligero de brisa
que besaba tus ojos castaños.
¡Cuántas cosas guardaron las piedras
de momentos e instantes robados!,
si pudieran hablar un instante
contarían eternos relatos.
Hablarían de tardes de otoño,
de los viajes que ambos formamos
intentando cambiar este mundo
por la paz de un estanque dorado.
Hablarían de noches y estrellas
con la luna creciente asomando,
mientras tú con mirada impaciente
esperabas mi voz y mi abrazo.
...Pero no, se han callado las piedras,
y con ellas quedó aquel encanto,
aquel roce sutil y envolvente
de la noche y la niebla llegando.
Yo contemplo esas piedras gastadas
y cubiertas de mil arañazos,
la erosión no perdona, es la vida,
es la ley de este mundo de barro.
Es la grave campana que suena,
la que marca la hora del cambio,
la que dice que el tiempo se agota
y que debes marchar a apurarlo.
Regresar a buscar a tu estrella
con la antorcha temblando en la mano,
y sentir ese beso en la frente
del rocío que cubre ya el campo.
"...Se quedaron las piedras calladas
y nosotros también nos callamos,
las palabras entonces murieron,
al quedar nuestros labios sellados..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/03/11
y nosotros seguimos hablando,
las palabras salían sin pausa
como ondas tranquilas de un lago.
Compartimos sin más el secreto
y temblaron un poco los labios,
tú dijiste "mi amor, ya es la hora",
te miré y abracé muy despacio.
Y te dije: "mi niña, te quiero",
en susurro paciente y velado,
como soplo ligero de brisa
que besaba tus ojos castaños.
¡Cuántas cosas guardaron las piedras
de momentos e instantes robados!,
si pudieran hablar un instante
contarían eternos relatos.
Hablarían de tardes de otoño,
de los viajes que ambos formamos
intentando cambiar este mundo
por la paz de un estanque dorado.
Hablarían de noches y estrellas
con la luna creciente asomando,
mientras tú con mirada impaciente
esperabas mi voz y mi abrazo.
...Pero no, se han callado las piedras,
y con ellas quedó aquel encanto,
aquel roce sutil y envolvente
de la noche y la niebla llegando.
Yo contemplo esas piedras gastadas
y cubiertas de mil arañazos,
la erosión no perdona, es la vida,
es la ley de este mundo de barro.
Es la grave campana que suena,
la que marca la hora del cambio,
la que dice que el tiempo se agota
y que debes marchar a apurarlo.
Regresar a buscar a tu estrella
con la antorcha temblando en la mano,
y sentir ese beso en la frente
del rocío que cubre ya el campo.
"...Se quedaron las piedras calladas
y nosotros también nos callamos,
las palabras entonces murieron,
al quedar nuestros labios sellados..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/03/11
PROMESAS Y PROMESAS RECIBIDAS...
"...A veces las promesas son frases y cumplidos..."
Promesas y promesas recibidas
cual frases reverentes y cumplidos,
que salen de la boca de los hombres
y alegran con candor en los oídos.
Se dicen y se juran las promesas,
se mira hacia el futuro con ahínco,
las frases pronunciadas salen solas
y aumenta la pasión y los latidos.
Los hombres recordamos muchas veces
palabras recibidas con cariño,
promesas de vivir un gran mañana
logrando aquellos sueños tan bonitos.
Y damos por sentado que los sueños
nos marcan y nos trazan el camino,
a ellos acudimos desnudados
dejando los recuerdos en el limbo.
Promesas y promesas que se dicen
y embotan la razón y los sentidos,
los hombres se prometen muchas cosas
que mueren con el tiempo en el olvido.
Hay frases que queremos que nos digan,
cumplidos con alegres chascarrillos,
retazos de un futuro soñoliento,
ansiado, irreverente y hoy perdido.
Por eso las campanas de las almas
resuenan y nos dejan su tañido,
la dulce sinfonía de las doce
que llama para misa los domingos.
Existe la promesa solitaria,
la llama vacilante de aquel cirio,
dejado por la mano del devoto
que manda su oración al infinito.
Promesas y promesas que nos faltan,
y ansían nuestras almas, como niños,
cumplidos que llevaron nuestros nombres
sacando de los labios un suspiro.
Sellaron nuestras almas las promesas,
soñamos como sueñan los furtivos,
en medio de la noche y las estrellas,
cubiertos con la bruma y con el frío.
Más tarde renegamos de la vida,
de frases y promesas sin sentido,
estamos con la costa, en su resaca,
luchando contra mares muy bravíos.
La vida es una eterna algarabía,
se vive sin vivir, estando vivo,
se vive de cumplidos y promesas
marchando hacia la nada y el vacío.
"...Promesas y promesas que se añoran,
venid hasta mi lado, solo pido,
venid para llevarme con vosotras
al sueño del amor y del cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/11
Promesas y promesas recibidas
cual frases reverentes y cumplidos,
que salen de la boca de los hombres
y alegran con candor en los oídos.
Se dicen y se juran las promesas,
se mira hacia el futuro con ahínco,
las frases pronunciadas salen solas
y aumenta la pasión y los latidos.
Los hombres recordamos muchas veces
palabras recibidas con cariño,
promesas de vivir un gran mañana
logrando aquellos sueños tan bonitos.
Y damos por sentado que los sueños
nos marcan y nos trazan el camino,
a ellos acudimos desnudados
dejando los recuerdos en el limbo.
Promesas y promesas que se dicen
y embotan la razón y los sentidos,
los hombres se prometen muchas cosas
que mueren con el tiempo en el olvido.
Hay frases que queremos que nos digan,
cumplidos con alegres chascarrillos,
retazos de un futuro soñoliento,
ansiado, irreverente y hoy perdido.
Por eso las campanas de las almas
resuenan y nos dejan su tañido,
la dulce sinfonía de las doce
que llama para misa los domingos.
Existe la promesa solitaria,
la llama vacilante de aquel cirio,
dejado por la mano del devoto
que manda su oración al infinito.
Promesas y promesas que nos faltan,
y ansían nuestras almas, como niños,
cumplidos que llevaron nuestros nombres
sacando de los labios un suspiro.
Sellaron nuestras almas las promesas,
soñamos como sueñan los furtivos,
en medio de la noche y las estrellas,
cubiertos con la bruma y con el frío.
Más tarde renegamos de la vida,
de frases y promesas sin sentido,
estamos con la costa, en su resaca,
luchando contra mares muy bravíos.
La vida es una eterna algarabía,
se vive sin vivir, estando vivo,
se vive de cumplidos y promesas
marchando hacia la nada y el vacío.
"...Promesas y promesas que se añoran,
venid hasta mi lado, solo pido,
venid para llevarme con vosotras
al sueño del amor y del cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/11
SI BUSCAS LA VERDAD...
I
Si buscas la verdad, búscala lejos,
quizás en las espaldas de los hombres,
no busques las figuras con renombres
que existen en las galas y festejos.
Hay sombras de verdad en los espejos,
sin frases, adjetivos ni pronombres,
son huellas que dejaron los prohombres
marchando hacia la guerra muy perplejos.
Entonces la verdad está tan cerca
que puede que te cubra y que te envuelva.
La eterna soledad, siempre tan terca,
oculta una verdad de madreselva.
Existe la verdad allí en la alberca,
cual dura sin razón que sabe a selva.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/11
Si buscas la verdad, búscala lejos,
quizás en las espaldas de los hombres,
no busques las figuras con renombres
que existen en las galas y festejos.
Hay sombras de verdad en los espejos,
sin frases, adjetivos ni pronombres,
son huellas que dejaron los prohombres
marchando hacia la guerra muy perplejos.
Entonces la verdad está tan cerca
que puede que te cubra y que te envuelva.
La eterna soledad, siempre tan terca,
oculta una verdad de madreselva.
Existe la verdad allí en la alberca,
cual dura sin razón que sabe a selva.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/11
ENTONCES LA VERDAD QUE AHORA SE OCULTA...
II
Entonces la verdad que ahora se oculta
saldrá de las entrañas de la tierra,
el tierno balbuceo de la sierra,
la gleba del estío tan inculta.
Existe otra verdad, esta insepulta,
la tiene aquel que acierta y nunca yerra,
el grito y sin razón de quien se aferra
al pecho y corazón de su consulta.
No busques la verdad, aquí a tu lado,
existe una verdad y es diferente.
Existe la verdad del ser amado,
que llega de manera preferente.
Por eso el corazón está cansado
forzando su tic-tac irreverente.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/11
Entonces la verdad que ahora se oculta
saldrá de las entrañas de la tierra,
el tierno balbuceo de la sierra,
la gleba del estío tan inculta.
Existe otra verdad, esta insepulta,
la tiene aquel que acierta y nunca yerra,
el grito y sin razón de quien se aferra
al pecho y corazón de su consulta.
No busques la verdad, aquí a tu lado,
existe una verdad y es diferente.
Existe la verdad del ser amado,
que llega de manera preferente.
Por eso el corazón está cansado
forzando su tic-tac irreverente.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/11
LA NUBE DE CRISTAL SE ESCAMOTEA...
III
La nube de cristal se escamotea,
se pierde por la estepa castellana,
tras ella va sonando una campana
dejando su tañido y verborrea.
Más quiero la verdad sea cual sea,
aquella que venía a mi ventana,
la imagen tan bonita y tan lozana
volviendo hasta mi lado en su Odisea.
Yo quiero la verdad sin colorido,
la eterna sin razón del buhonero
que busca su verdad estando herido,
tratando de vivir sin ser grosero.
Yo busco la verdad en tu latido
y busco esa verdad porque te quiero.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/11
La nube de cristal se escamotea,
se pierde por la estepa castellana,
tras ella va sonando una campana
dejando su tañido y verborrea.
Más quiero la verdad sea cual sea,
aquella que venía a mi ventana,
la imagen tan bonita y tan lozana
volviendo hasta mi lado en su Odisea.
Yo quiero la verdad sin colorido,
la eterna sin razón del buhonero
que busca su verdad estando herido,
tratando de vivir sin ser grosero.
Yo busco la verdad en tu latido
y busco esa verdad porque te quiero.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/11
PALABRAS Y PALABRAS...
"...A veces las palabras se quedan en palabras..."
I
Palabras y palabras rebuscadas,
palabras y palabras retenidas,
con notas del amor descoloridas
nos quedan en el alma confinadas.
En la cárcel oscura, encadenadas,
se cruzan las palabras, doloridas,
el adiós de la vida en los suicidas
que se marchan a guerras y cruzadas.
Una guerra sin causa ni motivo
ahora marca al cobarde y al valiente.
No hay palabra, ni existe un adjetivo,
que defina esta guerra diferente.
La cruzada del hombre inofensivo
por salvar la barrera del ausente.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/11
I
Palabras y palabras rebuscadas,
palabras y palabras retenidas,
con notas del amor descoloridas
nos quedan en el alma confinadas.
En la cárcel oscura, encadenadas,
se cruzan las palabras, doloridas,
el adiós de la vida en los suicidas
que se marchan a guerras y cruzadas.
Una guerra sin causa ni motivo
ahora marca al cobarde y al valiente.
No hay palabra, ni existe un adjetivo,
que defina esta guerra diferente.
La cruzada del hombre inofensivo
por salvar la barrera del ausente.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/11
SIN EMBARGO BUSCAMOS LA ALEGRÍA...
II
Sin embargo buscamos la alegría,
esa dulce explosión y el embeleso,
con la voz, la caricia y el regreso
de la tierna palabra cada día.
Hay un halo de luz con brujería,
un encanto que surge y va en progreso,
desemboca en los labios y en el beso,
apagando la duda y cobardía.
Es por eso que surge en la distancia
la palabra tan tierna de la cuna.
Es el fresco perfume y la fragancia
que se baña sin más en la laguna.
Y se baña sin gran extravagancia
como el mar que se funde con la luna.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/11
Sin embargo buscamos la alegría,
esa dulce explosión y el embeleso,
con la voz, la caricia y el regreso
de la tierna palabra cada día.
Hay un halo de luz con brujería,
un encanto que surge y va en progreso,
desemboca en los labios y en el beso,
apagando la duda y cobardía.
Es por eso que surge en la distancia
la palabra tan tierna de la cuna.
Es el fresco perfume y la fragancia
que se baña sin más en la laguna.
Y se baña sin gran extravagancia
como el mar que se funde con la luna.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/11
HAY POR ESO PALABRAS Y VACÍOS...
III
Hay por eso palabras y vacíos,
mariposas que buscan a la rosa
en un vuelo de forma candorosa,
produciendo crecientes desvaríos.
Es la nada saliendo de los frios,
la palabra de forma cariñosa.
Es la nota quizás pecaminosa
que nos lleva a parajes muy umbríos.
Porque al fin las palabras se persiguen
aunque duerman en paz en el albero.
Un vacío y la nada se consiguen
en el eco que llega traicionero.
Hay palabras que buscan el desligue
del amor y el cariño verdadero.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/11
Hay por eso palabras y vacíos,
mariposas que buscan a la rosa
en un vuelo de forma candorosa,
produciendo crecientes desvaríos.
Es la nada saliendo de los frios,
la palabra de forma cariñosa.
Es la nota quizás pecaminosa
que nos lleva a parajes muy umbríos.
Porque al fin las palabras se persiguen
aunque duerman en paz en el albero.
Un vacío y la nada se consiguen
en el eco que llega traicionero.
Hay palabras que buscan el desligue
del amor y el cariño verdadero.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/11
QUIZÁS EN UNA ESQUINA DE LA VIDA...
Quizás en una esquina de la vida
encuentres lo que anhelan los recuerdos,
las prendas olvidadas en la alfombra,
las nubes encantadas de los sueños.
Quizás tras esa esquina que menciono
se oculte aquel pasado de hace tiempo,
las tardes encantadas en la barra
las olas que llegaban sin esfuerzo.
Entonces una nube nos cubría
tapaba con dulzura nuestros cuerpos,
vivíamos ausentes del presente
soñando con lograr amor eterno.
Más todo se quebró en una mañana,
rodaron nuestros sueños por el suelo,
la luna del cristal estaba rota
y ya no devolvía los reflejos.
Estaba mancillada nuestra vida
estaba comenzando nuestro invierno,
de pronto se acabaron los suspiros,
el vuelo singular de los flamencos.
Flamencos y gaviotas que volaban,
veían a dormir junto a los muertos,
los álamos en guardia vigilaban
el sueño del ciprés y de los fresnos.
La eterna caracola de la infancia
quedaba entre la arena y el lamento,
quedaba con el mar de mis oídos
sumida en el olvido de los necios.
Las piedras que labraron artesanos
lo fueron por las manos del cantero,
aquellos que dejaban sus susurros,
grabados con cincel a sangre y fuego.
...Quizás en una esquina de la vida,
quedaron tantas dudas y recelos,
los miedos de unos años juveniles
mezclados con la menta y el romero.
La menta y el perfume que esperaba
temblando, por las tardes de tu cuerpo,
aquella sensación de estar amando
un día y otro día, sin complejos.
Amar y amarte a ti, mi niña amada,
amarte y desnudarte con mis dedos,
sentir ese temblor que te nacía
y el dulce escalofrío de tu pecho.
"...Quizás en una esquina de la vida
encuentres todo esto que ahora cuento,
la eterna fantasía del poeta,
que amaba y susurraba aquel: "te quiero"..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/03/11
encuentres lo que anhelan los recuerdos,
las prendas olvidadas en la alfombra,
las nubes encantadas de los sueños.
Quizás tras esa esquina que menciono
se oculte aquel pasado de hace tiempo,
las tardes encantadas en la barra
las olas que llegaban sin esfuerzo.
Entonces una nube nos cubría
tapaba con dulzura nuestros cuerpos,
vivíamos ausentes del presente
soñando con lograr amor eterno.
Más todo se quebró en una mañana,
rodaron nuestros sueños por el suelo,
la luna del cristal estaba rota
y ya no devolvía los reflejos.
Estaba mancillada nuestra vida
estaba comenzando nuestro invierno,
de pronto se acabaron los suspiros,
el vuelo singular de los flamencos.
Flamencos y gaviotas que volaban,
veían a dormir junto a los muertos,
los álamos en guardia vigilaban
el sueño del ciprés y de los fresnos.
La eterna caracola de la infancia
quedaba entre la arena y el lamento,
quedaba con el mar de mis oídos
sumida en el olvido de los necios.
Las piedras que labraron artesanos
lo fueron por las manos del cantero,
aquellos que dejaban sus susurros,
grabados con cincel a sangre y fuego.
...Quizás en una esquina de la vida,
quedaron tantas dudas y recelos,
los miedos de unos años juveniles
mezclados con la menta y el romero.
La menta y el perfume que esperaba
temblando, por las tardes de tu cuerpo,
aquella sensación de estar amando
un día y otro día, sin complejos.
Amar y amarte a ti, mi niña amada,
amarte y desnudarte con mis dedos,
sentir ese temblor que te nacía
y el dulce escalofrío de tu pecho.
"...Quizás en una esquina de la vida
encuentres todo esto que ahora cuento,
la eterna fantasía del poeta,
que amaba y susurraba aquel: "te quiero"..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/03/11
NO DIGAS QUE PREFIERES LA LOCURA...
I
No digas que prefieres la locura
a morir en la vida como un preso,
tu locura es amar como un poseso
y buscar la caricia y la ternura.
Es amar día a día en la tortura
y buscar aquel labio tan travieso,
que a los tuyos le dejen ese beso
con el néctor sabroso de dulzura.
Porque amar y vivir es algo hermoso,
es huir de locuras traicioneras.
Es sentir el cariño sin acoso
y la mano que roza tus caderas.
Es saber que este mundo es tan grandioso
a pesar de personas muy groseras.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/11
YA SE SABE QUE EL MUNDO NO ES ETERNO...
II
Ya se sabe que el mundo no es eterno,
ni tampoco la vida que es prestada,
trabajamos la tierra desolada
a pesar de ser duro el frío invierno.
Nuestras manos acusan el infierno
de este tiempo y la gleba calcinada,
es posible la frase quebrantada,
que nos lleve con ella hasta el averno.
Sin embargo buscamos la fortuna,
en la brisa que sopla de levante.
Una música suena en la tribuna,
nos atrapa de forma subyugante,
nos envuelve la ola inoportuna
y nos lleva a olvidar aquel instante.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/11
Ya se sabe que el mundo no es eterno,
ni tampoco la vida que es prestada,
trabajamos la tierra desolada
a pesar de ser duro el frío invierno.
Nuestras manos acusan el infierno
de este tiempo y la gleba calcinada,
es posible la frase quebrantada,
que nos lleve con ella hasta el averno.
Sin embargo buscamos la fortuna,
en la brisa que sopla de levante.
Una música suena en la tribuna,
nos atrapa de forma subyugante,
nos envuelve la ola inoportuna
y nos lleva a olvidar aquel instante.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/11
PERO EL HOMBRE QUE MARCHA CAMINANDO...
III
Pero el hombre que marcha caminando,
no es el loco del cuento y el relato,
es el cuerdo que busca anonimato,
y también ese cómo y ese cuándo.
El camina deprisa, confirmando
que persigue la huella y el retrato
de quien vive y precisa lo sensato
aunque robe y practique contrabando.
Para amar se precisa la alegría,
la cordura del precio verdadero,
porque amar es amor, día tras día,
entregado sin prenda ni dinero,
es sentir ese grito en la agonía
que pronuncia tu nombre y el "te quiero".
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/11
Pero el hombre que marcha caminando,
no es el loco del cuento y el relato,
es el cuerdo que busca anonimato,
y también ese cómo y ese cuándo.
El camina deprisa, confirmando
que persigue la huella y el retrato
de quien vive y precisa lo sensato
aunque robe y practique contrabando.
Para amar se precisa la alegría,
la cordura del precio verdadero,
porque amar es amor, día tras día,
entregado sin prenda ni dinero,
es sentir ese grito en la agonía
que pronuncia tu nombre y el "te quiero".
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/11
SE BUSCA LA RAZÓN ENTRE LA VIDA...
"...A veces las razones no atienden a razones..."
I
Se busca la razón entre la vida,
la recta que se acerque a la cordura,
la misma que nos muestre sin censura
la paz tan deseada y tan querida.
Se busca la razón para la herida
sufrida en aquel acto de locura,
la eterna sinrazón y chifladura,
del alma tan cruel y pervertida.
A veces la razón se muestra ausente
por causa del dolor y del latido.
No importa el crucigrama de la mente
tampoco la alabanza y el cumplido.
Importa la razón, sinceramente,
de aquel que nos escucha con sentido.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/11
I
Se busca la razón entre la vida,
la recta que se acerque a la cordura,
la misma que nos muestre sin censura
la paz tan deseada y tan querida.
Se busca la razón para la herida
sufrida en aquel acto de locura,
la eterna sinrazón y chifladura,
del alma tan cruel y pervertida.
A veces la razón se muestra ausente
por causa del dolor y del latido.
No importa el crucigrama de la mente
tampoco la alabanza y el cumplido.
Importa la razón, sinceramente,
de aquel que nos escucha con sentido.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/11
ESCUCHA EL CORAZÓN...
II
Escucha el corazón del ser amado
la voz en la mañana tan certera,
el suave taconeo por la acera
que viene paso a paso hasta su lado.
Escucha el corazón, y está cansado,
el habla de la llama y de la cera,
el agua que descarga en la gravera
la lluvia del ayer y del pasado.
Hay llantos que prolongan la agonía
y lágrimas silentes muy traidoras.
Se busca la razón del día a día
que sean decididas, delatoras.
No importa la ilusión y la alegría,
importa la razón, ya sin demoras.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/11
Escucha el corazón del ser amado
la voz en la mañana tan certera,
el suave taconeo por la acera
que viene paso a paso hasta su lado.
Escucha el corazón, y está cansado,
el habla de la llama y de la cera,
el agua que descarga en la gravera
la lluvia del ayer y del pasado.
Hay llantos que prolongan la agonía
y lágrimas silentes muy traidoras.
Se busca la razón del día a día
que sean decididas, delatoras.
No importa la ilusión y la alegría,
importa la razón, ya sin demoras.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/11
POR ESO EL CORAZÓN...
III
Por eso el corazón contiene sueños,
razones sin color, ni letra escrita,
el agua de la fuente está bendita
y llena de recuerdos hogareños.
Por eso ese candor en los pequeños,
que vienen a nosotros de visita;
su gracia y sin razón tan infinita
la donan en sus rostros ribereños.
No existe la razón, por más razones
que duden del amor y de quererte.
Existe soledad, vacilaciones,
la rueca del destino y de la suerte,
que mina los ansiosos corazones
llevándolos sin más, hasta la muerte.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/11
Por eso el corazón contiene sueños,
razones sin color, ni letra escrita,
el agua de la fuente está bendita
y llena de recuerdos hogareños.
Por eso ese candor en los pequeños,
que vienen a nosotros de visita;
su gracia y sin razón tan infinita
la donan en sus rostros ribereños.
No existe la razón, por más razones
que duden del amor y de quererte.
Existe soledad, vacilaciones,
la rueca del destino y de la suerte,
que mina los ansiosos corazones
llevándolos sin más, hasta la muerte.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/11
SI MIRO ATRÁS CONTEMPLO ESE VACÍO...
"...A veces con los sueños dormimos esperanzas..."
Si miro atrás contemplo ese vacío,
la negra soledad de los ausentes,
la vida tenebrosa de los ciegos
que viven sin vivir y siempre temen.
Es duro perseguir una utopía,
el bello cabalgar de los corceles
marchando hacia el futuro tan gallardos,
altivos, casquivanos y rebeldes.
El viaje se rompió sin yo quererlo,
me vi casi temblando en los andenes,
el tren ya se marchaba hacia la nada
llevando mi equipaje tan celeste.
Entonces la esperanza quedó rota
cual rosa marchitada con claveles,
pisados por la mano del destino
dejadas a los pies de los cipreses.
Los sueños de la vida son difusos,
dormimos esos sueños muchas veces,
lo hacemos con el fin de renovarnos
buscando ese principio que no viene.
Por eso la esperanza se aletarga
y queda en ese sueño complaciente,
un tiempo donde el pecho no palpita
y el alma del reloj ya se detiene.
La vida es la esperanza renovada,
los sueños son los sueños, simplemente,
buscamos esa vida que nos llama
el día con la noche que nos llene.
Que venga con la brisa renovada,
que traiga la ilusión de los dementes,
la eterna fantasía de los locos,
pintores y poetas con sus duendes.
Que venga con la estela de colores,
la misma que cubría nuestras pieles,
en tiempos de un pasado no lejano
logrando el sueño ansiado del nordeste.
El viento que gritaba a nuestras almas
curando las heridas tan crueles,
las lágrimas temblando de los labios
y el beso vacilante y siempre breve.
"...A veces con los sueños nos dormimos,
y duermen nuestras almas tan ausentes,
con ellas la ilusión y la esperanza
dan paso a la tristeza y a la muerte..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/03/11
Si miro atrás contemplo ese vacío,
la negra soledad de los ausentes,
la vida tenebrosa de los ciegos
que viven sin vivir y siempre temen.
Es duro perseguir una utopía,
el bello cabalgar de los corceles
marchando hacia el futuro tan gallardos,
altivos, casquivanos y rebeldes.
El viaje se rompió sin yo quererlo,
me vi casi temblando en los andenes,
el tren ya se marchaba hacia la nada
llevando mi equipaje tan celeste.
Entonces la esperanza quedó rota
cual rosa marchitada con claveles,
pisados por la mano del destino
dejadas a los pies de los cipreses.
Los sueños de la vida son difusos,
dormimos esos sueños muchas veces,
lo hacemos con el fin de renovarnos
buscando ese principio que no viene.
Por eso la esperanza se aletarga
y queda en ese sueño complaciente,
un tiempo donde el pecho no palpita
y el alma del reloj ya se detiene.
La vida es la esperanza renovada,
los sueños son los sueños, simplemente,
buscamos esa vida que nos llama
el día con la noche que nos llene.
Que venga con la brisa renovada,
que traiga la ilusión de los dementes,
la eterna fantasía de los locos,
pintores y poetas con sus duendes.
Que venga con la estela de colores,
la misma que cubría nuestras pieles,
en tiempos de un pasado no lejano
logrando el sueño ansiado del nordeste.
El viento que gritaba a nuestras almas
curando las heridas tan crueles,
las lágrimas temblando de los labios
y el beso vacilante y siempre breve.
"...A veces con los sueños nos dormimos,
y duermen nuestras almas tan ausentes,
con ellas la ilusión y la esperanza
dan paso a la tristeza y a la muerte..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/03/11
YO ME AHOGO EN EL SILENCIO...
Yo me ahogo en el silencio
que dormita entre las almas,
como llama entristecida
que termina y que se apaga.
Y me duermo simplemente
sin violines ni campanas,
como duermen los cobardes
cuando viene la batalla.
El silencio es la consigna,
es el cómplice que guarda,
los secretos más sutiles,
las profundas acechanzas.
Recurrimos al silencio
como música sagrada,
con su brisa impenetrable
y esa nota que descansa.
Es la nota del recuerdo
que silente se agazapa,
y se oculta de la vida
con su túnica manchada.
Yo me ahogo en el silencio
y el silencio me reclama,
y me pide le contemple
mientras vaga en la distancia.
Marcha y viene, va conmigo,
al compás de la resaca,
del reflujo de la vida
y el latido de las arpas.
Pide paz la mariposa,
la de alas encantadas,
con su vuelo en el silencio
entre lirios y entre jaras.
Pide paz porque la mando
este beso sin palabras,
este tierno escalofrío
que me sube a la garganta.
Luego marcha con su vuelo
donde el hombre ya no alcanza,
más allá de las estrellas
del silencio y de la nada.
...Yo persigo ciegamente
al silencio que me embarga,
y me ahogo en el recuerdo
aunque muera por su causa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/03/11
que dormita entre las almas,
como llama entristecida
que termina y que se apaga.
Y me duermo simplemente
sin violines ni campanas,
como duermen los cobardes
cuando viene la batalla.
El silencio es la consigna,
es el cómplice que guarda,
los secretos más sutiles,
las profundas acechanzas.
Recurrimos al silencio
como música sagrada,
con su brisa impenetrable
y esa nota que descansa.
Es la nota del recuerdo
que silente se agazapa,
y se oculta de la vida
con su túnica manchada.
Yo me ahogo en el silencio
y el silencio me reclama,
y me pide le contemple
mientras vaga en la distancia.
Marcha y viene, va conmigo,
al compás de la resaca,
del reflujo de la vida
y el latido de las arpas.
Pide paz la mariposa,
la de alas encantadas,
con su vuelo en el silencio
entre lirios y entre jaras.
Pide paz porque la mando
este beso sin palabras,
este tierno escalofrío
que me sube a la garganta.
Luego marcha con su vuelo
donde el hombre ya no alcanza,
más allá de las estrellas
del silencio y de la nada.
...Yo persigo ciegamente
al silencio que me embarga,
y me ahogo en el recuerdo
aunque muera por su causa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/03/11
ES BONITO VER LAS LETRAS...
Es bonito ver las letras que uno espera
y que no llegan,
es bonito percibir entre las mismas
el cariño,
la creciente fantasía de unos versos
balbuceantes,
ese abrazo que se pide,
que se anhela,
que se sueña y que no viene hasta
tu lado.
Es hermoso que al recibo de unas letras
algo salte y se acelere en el fondo
de los pechos,
mientras suenan las campanas en el alma
invitando a una sonrisa,
con un coro de gaviotas
que pasean por el puerto.
En verdad no hay quien pase indiferente
ante un cuadro como este,
porque el mismo es el que anhela,
el que piden los sentidos,
el que buscan día a día nuestros ojos
y se encuentran con la nada y el vacío.
Es por eso que aquí vienen
y se quedan estas letras
esperando que las veas,
que las tomes y las beses
y te lleven el susurro de mi pecho
que reclama tu presencia,
que te grita y que te sueña,
que se duerme entre tus brazos
en un gesto de cansancio y de ternura.
Mientras tanto tu paseas
y caminas indolente
de tu casa hasta el trabajo,
del trabajo hasta las compras,
de las compras a tu casa
con las mismas bajo el brazo.
Hay un grito desgarrado que te espera,
que te llama en la distancia,
que te llega con las nubes y las olas
y que vuela por el aire
con la paz y con el viento.
Ese grito es el latido furibundo,
es la lava que se agita y que desborda
el volcán y las cenizas de mi pecho,
con el fuego incandescente
que se vuelca y se derrama hacia la vida
por la herida de mi alma.
Es bonito ver las letras que se esperan,
que se anhelan y que nacen,
como ahora,
entre los dedos y la pluma de un poeta,
y que van hasta tu pecho....
Rafael Sánchez Ortega ©
7/03/11
y que no llegan,
es bonito percibir entre las mismas
el cariño,
la creciente fantasía de unos versos
balbuceantes,
ese abrazo que se pide,
que se anhela,
que se sueña y que no viene hasta
tu lado.
Es hermoso que al recibo de unas letras
algo salte y se acelere en el fondo
de los pechos,
mientras suenan las campanas en el alma
invitando a una sonrisa,
con un coro de gaviotas
que pasean por el puerto.
En verdad no hay quien pase indiferente
ante un cuadro como este,
porque el mismo es el que anhela,
el que piden los sentidos,
el que buscan día a día nuestros ojos
y se encuentran con la nada y el vacío.
Es por eso que aquí vienen
y se quedan estas letras
esperando que las veas,
que las tomes y las beses
y te lleven el susurro de mi pecho
que reclama tu presencia,
que te grita y que te sueña,
que se duerme entre tus brazos
en un gesto de cansancio y de ternura.
Mientras tanto tu paseas
y caminas indolente
de tu casa hasta el trabajo,
del trabajo hasta las compras,
de las compras a tu casa
con las mismas bajo el brazo.
Hay un grito desgarrado que te espera,
que te llama en la distancia,
que te llega con las nubes y las olas
y que vuela por el aire
con la paz y con el viento.
Ese grito es el latido furibundo,
es la lava que se agita y que desborda
el volcán y las cenizas de mi pecho,
con el fuego incandescente
que se vuelca y se derrama hacia la vida
por la herida de mi alma.
Es bonito ver las letras que se esperan,
que se anhelan y que nacen,
como ahora,
entre los dedos y la pluma de un poeta,
y que van hasta tu pecho....
Rafael Sánchez Ortega ©
7/03/11
SONRISA DE CRISTAL...
Sonrisa de cristal ven a mi lado,
preciso de esos labios temblorosos,
hay veces que te busco en las estrellas
y en otras por caminos muy remotos.
Sonrisa de ferviente criatura
que tienes la frescura del arroyo,
no dejes que tu risa se marchite
ni oculta en los oscuros calabozos.
Yo siento tu sonrisa seductora
que llega como ola y maremoto,
y escala por mi cuerpo y su costado
calmando la mirada de mis ojos.
Un día me ofreciste tu sonrisa,
el brillo de tus labios temblorosos,
la dulce interrogante de tu boca
dejándome un suspiro en el otoño.
Y entonces pregunté porqué reías
y tú me contestaste, por curioso,
diciendo que tu risa estaba ausente,
en medio de los vivos y los locos.
Quedé desconcertado, lo confieso,
más hoy ya te comprendo aquel enojo,
reías como niña malherida
buscando la alegría poco a poco.
Es lindo contemplar como sonríes,
tu risa vale más que mil tesoros,
no importa su equipaje y contenido
la esencia de la misma es lo valioso.
La esencia que me ofreces de tus labios
es mezcla del salitre con el yodo,
y tienen el aroma de las algas
el néctar del deseo tan ansioso.
Sonrisa de ternura y terciopelo
que sales a la vida con arrojo,
no temas a los ojos que te buscan
y esperan que les dejes tu alborozo.
La vida es una eterna paradoja,
se busca la sonrisa y el decoro,
se buscan los suspiros en el aire
y el beso irreverente del beodo.
"...Sonrisa de cristal ven a mi lado,
preciso la sonrisa cual cerrojo,
que selle para siempre mis latidos,
mi viejo corazón que ya está añoso..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/11
preciso de esos labios temblorosos,
hay veces que te busco en las estrellas
y en otras por caminos muy remotos.
Sonrisa de ferviente criatura
que tienes la frescura del arroyo,
no dejes que tu risa se marchite
ni oculta en los oscuros calabozos.
Yo siento tu sonrisa seductora
que llega como ola y maremoto,
y escala por mi cuerpo y su costado
calmando la mirada de mis ojos.
Un día me ofreciste tu sonrisa,
el brillo de tus labios temblorosos,
la dulce interrogante de tu boca
dejándome un suspiro en el otoño.
Y entonces pregunté porqué reías
y tú me contestaste, por curioso,
diciendo que tu risa estaba ausente,
en medio de los vivos y los locos.
Quedé desconcertado, lo confieso,
más hoy ya te comprendo aquel enojo,
reías como niña malherida
buscando la alegría poco a poco.
Es lindo contemplar como sonríes,
tu risa vale más que mil tesoros,
no importa su equipaje y contenido
la esencia de la misma es lo valioso.
La esencia que me ofreces de tus labios
es mezcla del salitre con el yodo,
y tienen el aroma de las algas
el néctar del deseo tan ansioso.
Sonrisa de ternura y terciopelo
que sales a la vida con arrojo,
no temas a los ojos que te buscan
y esperan que les dejes tu alborozo.
La vida es una eterna paradoja,
se busca la sonrisa y el decoro,
se buscan los suspiros en el aire
y el beso irreverente del beodo.
"...Sonrisa de cristal ven a mi lado,
preciso la sonrisa cual cerrojo,
que selle para siempre mis latidos,
mi viejo corazón que ya está añoso..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/11
ORACIÓN.
Yo también quiero rezar en esta tarde,
y lo hago por ti, día que marchas,
por el día precioso transcurrido,
por el cielo celeste que mostraste
y esa luz que cegaba mis pupilas.
Y te rezo sin dudar por esta vida,
con las sombras y dudas que me ofrece,
porque creo que tiene su importancia.
Hay en ella ese halo de esperanza,
ese lindo perfume de las flores,
esa paz que se esconde y que palpita
en el fondo silente de las almas.
Pero rezo también por las personas,
por los hombres que purgan sus pecados,
por los niños que juegan en el parque,
por las madres que esperan a su esposo,
por el joven quizás enamorado.
Y le rezo a los mares con sus olas,
a las costas agrestes y a las playas,
a la arena que corre perezosa
con la brisa que sopla del nordeste.
Y mi rezo va a ti, tarde que marchas,
ya que quiero fundirme en un abrazo
con tu manto de sombra irreverente,
con el sol que se oculta y que se apaga.
Es mi rezo más bien una plegaria
sin acordes ni falsas letanías,
sólo quiero el rumor de la corriente
que mis labios musiten sin descanso;
porque amar y llorar es más que eso,
más que dar y vertir candor y agua,
es volver a la fuente de la vida
a buscar ese algo que te falta.
Ya termina mi rezo en esta tarde,
y termina quizás, como ha empezado,
despidiendo a este día que se acaba
en un canto a la vida y no a la muerte.
Mi oración sube arriba, hacia los astros,
y pronuncia tu nombre niña mía,
es a ti a quien quiero acariciarte
y también de quien busco la caricia,
porque amar, sin dudar, es algo eterno,
sólo es dar y entregarse, aunque te duela.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/03/11
y lo hago por ti, día que marchas,
por el día precioso transcurrido,
por el cielo celeste que mostraste
y esa luz que cegaba mis pupilas.
Y te rezo sin dudar por esta vida,
con las sombras y dudas que me ofrece,
porque creo que tiene su importancia.
Hay en ella ese halo de esperanza,
ese lindo perfume de las flores,
esa paz que se esconde y que palpita
en el fondo silente de las almas.
Pero rezo también por las personas,
por los hombres que purgan sus pecados,
por los niños que juegan en el parque,
por las madres que esperan a su esposo,
por el joven quizás enamorado.
Y le rezo a los mares con sus olas,
a las costas agrestes y a las playas,
a la arena que corre perezosa
con la brisa que sopla del nordeste.
Y mi rezo va a ti, tarde que marchas,
ya que quiero fundirme en un abrazo
con tu manto de sombra irreverente,
con el sol que se oculta y que se apaga.
Es mi rezo más bien una plegaria
sin acordes ni falsas letanías,
sólo quiero el rumor de la corriente
que mis labios musiten sin descanso;
porque amar y llorar es más que eso,
más que dar y vertir candor y agua,
es volver a la fuente de la vida
a buscar ese algo que te falta.
Ya termina mi rezo en esta tarde,
y termina quizás, como ha empezado,
despidiendo a este día que se acaba
en un canto a la vida y no a la muerte.
Mi oración sube arriba, hacia los astros,
y pronuncia tu nombre niña mía,
es a ti a quien quiero acariciarte
y también de quien busco la caricia,
porque amar, sin dudar, es algo eterno,
sólo es dar y entregarse, aunque te duela.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/03/11
SE ESFUMAN Y RENACEN...
"...A veces, por la playa, se esfuman tantos sueños..."
Se esfuman y renacen
los sueños y esperanzas
cual sístole y cual diástole
que dejan las resacas.
Las olas temblorosas
ya llegan a la playa,
y vienen con leyendas
de naves y piratas.
Dos jóvenes amantes
se hablan sin palabras,
sus manos se acarician,
se buscan y se aman.
El soplo de la brisa
les deja la fragancia,
cargada de salitres
que viene de las aguas.
Nosotros, desde lejos,
miramos esta estampa,
de hombres y de olas
y playa tan dorada.
Entonces sonreímos,
quizás con añoranza,
volvemos al pasado
a un tiempo en la distancia.
Y vemos aquel sueño
perdido entre la nada,
el beso de unos labios,
la cara que temblaba.
También nos acordamos
entonces de una carta,
con letras muy nerviosas
corridas por las lágrimas.
La mano vacilante
sin fuerza descansaba,
los ojos empañados
y rota la mirada.
Se esfuman tantos sueños
que marchan y se escapan,
la playa los recoge
los cuida y los abraza.
Un día, algún viajero,
detenga allí su marcha,
suspire vacilante
y duerma en dulce cama.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/03/11
Se esfuman y renacen
los sueños y esperanzas
cual sístole y cual diástole
que dejan las resacas.
Las olas temblorosas
ya llegan a la playa,
y vienen con leyendas
de naves y piratas.
Dos jóvenes amantes
se hablan sin palabras,
sus manos se acarician,
se buscan y se aman.
El soplo de la brisa
les deja la fragancia,
cargada de salitres
que viene de las aguas.
Nosotros, desde lejos,
miramos esta estampa,
de hombres y de olas
y playa tan dorada.
Entonces sonreímos,
quizás con añoranza,
volvemos al pasado
a un tiempo en la distancia.
Y vemos aquel sueño
perdido entre la nada,
el beso de unos labios,
la cara que temblaba.
También nos acordamos
entonces de una carta,
con letras muy nerviosas
corridas por las lágrimas.
La mano vacilante
sin fuerza descansaba,
los ojos empañados
y rota la mirada.
Se esfuman tantos sueños
que marchan y se escapan,
la playa los recoge
los cuida y los abraza.
Un día, algún viajero,
detenga allí su marcha,
suspire vacilante
y duerma en dulce cama.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/03/11
TOMÉ DE TI EL TESTIGO DE LA VIDA...
(A mi padre y su legado soñador...)
Tomé de ti el testigo de la vida,
la paz tan seductora de tus manos,
la nube soñolienta de tus ojos,
la voz y la palabra de tus labios.
Pero también tomé el testigo tuyo
del salitre logrado en el trabajo,
donde tu piel curtida día a día
mostraba las señales de su paso.
Y no me arrepentí de ser tu hijo
ya que te vi por siempre en aquel barco,
con tu ropa manchada por la grasa,
las escamas y restos del pescado.
Aquella sensación quedó muy dentro
y nunca se borró tu rostro grato,
tu paso soñador y de poeta,
en un mundo negando su pasado.
Testigo de una vida diferente,
marchando con tu norte solitario,
así te contemplé y hoy te recuerdo,
¡oh padre singular a quien abrazo!
Recuerdo aquella noche siendo niño,
llegaste lentamente hasta mi cuarto,
tocaste mis cabellos con tus dedos
y luego me leíste muy despacio.
Tus labios me narraban aquel libro
que hablaba de marinos y corsarios,
y luego me cubriste con la brisa
de un sueño seductor entre tus brazos.
Recuerdo aquella tarde en el colegio
y un fuerte temporal soplando largo,
las olas que rompían en la barra
y allí esperaba yo, también rezando.
Rezaba porque estabas en peligro,
estabas en el mar, en tu trabajo,
tenías que volver, venir al puerto
y al fin te vi llegar, casi temblando.
Por eso no renuncio a tu presencia
y en mi vida yo quiero proclamarlo,
¡tenías tantas cosas que ofrecerme
que ahora las recuerdo en tu legado!.
Las recuerdo y recuerdo tu figura,
con ropa de mahón de arriba a abajo,
mi padre singular y extravertido
¡Tu sangre y corazón yo te los guardo!
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
la paz tan seductora de tus manos,
la nube soñolienta de tus ojos,
la voz y la palabra de tus labios.
Pero también tomé el testigo tuyo
del salitre logrado en el trabajo,
donde tu piel curtida día a día
mostraba las señales de su paso.
Y no me arrepentí de ser tu hijo
ya que te vi por siempre en aquel barco,
con tu ropa manchada por la grasa,
las escamas y restos del pescado.
Aquella sensación quedó muy dentro
y nunca se borró tu rostro grato,
tu paso soñador y de poeta,
en un mundo negando su pasado.
Testigo de una vida diferente,
marchando con tu norte solitario,
así te contemplé y hoy te recuerdo,
¡oh padre singular a quien abrazo!
Recuerdo aquella noche siendo niño,
llegaste lentamente hasta mi cuarto,
tocaste mis cabellos con tus dedos
y luego me leíste muy despacio.
Tus labios me narraban aquel libro
que hablaba de marinos y corsarios,
y luego me cubriste con la brisa
de un sueño seductor entre tus brazos.
Recuerdo aquella tarde en el colegio
y un fuerte temporal soplando largo,
las olas que rompían en la barra
y allí esperaba yo, también rezando.
Rezaba porque estabas en peligro,
estabas en el mar, en tu trabajo,
tenías que volver, venir al puerto
y al fin te vi llegar, casi temblando.
Por eso no renuncio a tu presencia
y en mi vida yo quiero proclamarlo,
¡tenías tantas cosas que ofrecerme
que ahora las recuerdo en tu legado!.
Las recuerdo y recuerdo tu figura,
con ropa de mahón de arriba a abajo,
mi padre singular y extravertido
¡Tu sangre y corazón yo te los guardo!
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
YO DESCUBRÍ LOS CAMPOS DE CASTILLA...
I
Yo descubrí los campos de Castilla
viajando por los mismos en los trenes;
recuerdo las esperas, los andenes,
el humo en el vagón, la carbonilla...
Y así oteé la tierra con arcilla,
la misma que labraron tantas sienes,
los rostros de los hombres tan rehenes
del campo, del arado y la gavilla.
Entonces comprendí tantos misterios
guardados desde tiempos muy lejanos.
El hombre no precisa cautiverios
si acaso el día a día de sus manos.
Abundan los austeros cementerios
cargados de cipreses muy lozanos.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
Yo descubrí los campos de Castilla
viajando por los mismos en los trenes;
recuerdo las esperas, los andenes,
el humo en el vagón, la carbonilla...
Y así oteé la tierra con arcilla,
la misma que labraron tantas sienes,
los rostros de los hombres tan rehenes
del campo, del arado y la gavilla.
Entonces comprendí tantos misterios
guardados desde tiempos muy lejanos.
El hombre no precisa cautiverios
si acaso el día a día de sus manos.
Abundan los austeros cementerios
cargados de cipreses muy lozanos.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
EN ELLOS, LOS SIRVIENTES Y SEÑORES...
II
En ellos, los sirvientes y señores,
comparten la belleza de los cielos,
las viñas con las uvas y majuelos,
perfilan tanta paz en los alcores.
Descansan nuestros hombres soñadores
en tierra que forjaron los abuelos;
logrando de calores y de hielos,
los frutos de la misma sin favores.
Por eso comprendí que aquellas tierras
tenían mucha sangre en sus entrañas.
La sangre del trabajo y de las guerras,
la sangre del sudor de las mañanas.
La sangre irreverente de las sierras,
soplando con furor las tramontanas.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
En ellos, los sirvientes y señores,
comparten la belleza de los cielos,
las viñas con las uvas y majuelos,
perfilan tanta paz en los alcores.
Descansan nuestros hombres soñadores
en tierra que forjaron los abuelos;
logrando de calores y de hielos,
los frutos de la misma sin favores.
Por eso comprendí que aquellas tierras
tenían mucha sangre en sus entrañas.
La sangre del trabajo y de las guerras,
la sangre del sudor de las mañanas.
La sangre irreverente de las sierras,
soplando con furor las tramontanas.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
POR ESO A MI CASTILLA...
III
Por eso a mi Castilla me remito
al campo amarillento y bondadoso,
yo veo su pasado tan glorioso
labrado con paciencia de erudito.
Me alegro del instante tan bonito
y el día en aquel tren algo roñoso;
entonces comprendí cuan asombroso
resulta la Castilla que he descrito.
La tierra de trigales encantados
de aldeas y de pueblos arrogantes.
Castilla con castillos y sembrados
la cuna de poetas y de amantes.
Sus hombres, con ardor de enamorados,
amaron las espigas cimbreantes.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
Por eso a mi Castilla me remito
al campo amarillento y bondadoso,
yo veo su pasado tan glorioso
labrado con paciencia de erudito.
Me alegro del instante tan bonito
y el día en aquel tren algo roñoso;
entonces comprendí cuan asombroso
resulta la Castilla que he descrito.
La tierra de trigales encantados
de aldeas y de pueblos arrogantes.
Castilla con castillos y sembrados
la cuna de poetas y de amantes.
Sus hombres, con ardor de enamorados,
amaron las espigas cimbreantes.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/11
HERMOSO ESCALOFRÍO...
"...A veces es la brisa quien llega en madrugada..."
Hermoso escalofrío
que llega en madrugada,
la brisa de tus labios
que viene y que me llama.
Hermosa como siempre
la brisa tan temprana,
pues deja su caricia
y el soplo de las aguas.
A veces los marinos
esperan su llegada,
su aire es el seguro
del tiempo y la bonanza.
Entonces en los mares
las olas ya se calman,
los barcos por la costa
navegan con las algas.
La nube indiferente
aprieta más su marcha,
el sol que ahora nace
asoma por el alba.
Los cielos antes rojos
azules se destacan,
de un brillo tan celeste
de brisas encantadas.
Abajo en la ribera
despiertan las cigarras,
con ellas las gaviotas
en vuelo se levantan.
Hay versos en los labios
y plumas que se alzan,
silencios recogidos
en letras y en estampas.
...La brisa que yo he visto,
de cerca me rozaba,
su soplo plañidero
cubría mis espaldas.
La brisa del nordeste
salía en la mañana,
al par que las mareas
subían por la barra.
¡Oh brisa del nordeste,
mi brisa limpia y clara!,
tú marcas mi destino,
me dejas tu palabra.
Te sigo con mis sueños
allá donde tú vayas,
y duermo entre tus brazos,
¡oh brisa tan ansiada!
Rafael Sánchez Ortega ©
03/03/11
Hermoso escalofrío
que llega en madrugada,
la brisa de tus labios
que viene y que me llama.
Hermosa como siempre
la brisa tan temprana,
pues deja su caricia
y el soplo de las aguas.
A veces los marinos
esperan su llegada,
su aire es el seguro
del tiempo y la bonanza.
Entonces en los mares
las olas ya se calman,
los barcos por la costa
navegan con las algas.
La nube indiferente
aprieta más su marcha,
el sol que ahora nace
asoma por el alba.
Los cielos antes rojos
azules se destacan,
de un brillo tan celeste
de brisas encantadas.
Abajo en la ribera
despiertan las cigarras,
con ellas las gaviotas
en vuelo se levantan.
Hay versos en los labios
y plumas que se alzan,
silencios recogidos
en letras y en estampas.
...La brisa que yo he visto,
de cerca me rozaba,
su soplo plañidero
cubría mis espaldas.
La brisa del nordeste
salía en la mañana,
al par que las mareas
subían por la barra.
¡Oh brisa del nordeste,
mi brisa limpia y clara!,
tú marcas mi destino,
me dejas tu palabra.
Te sigo con mis sueños
allá donde tú vayas,
y duermo entre tus brazos,
¡oh brisa tan ansiada!
Rafael Sánchez Ortega ©
03/03/11
NO PODÍA POR MENOS QUE QUERERTE...
I
No podía por menos que quererte
al sentir tu sonrisa tan amada,
me llenaba el candor de tu mirada
y el deseo y las ganas de tenerte.
Yo pensaba en el premio y en la suerte
por rozar a tu piel tan deseada,
y también de azuzar la llamarada
de ese fuego sin vida y tan inerte.
Te sentía sin mas y te quería,
y pedía que fueras de mi mano.
Me acordé de aquel día, en la alquería,
y el latir de tu pecho tan cercano.
Tú cerraste sin más la celosía,
y sonaron las teclas del piano.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/11
No podía por menos que quererte
al sentir tu sonrisa tan amada,
me llenaba el candor de tu mirada
y el deseo y las ganas de tenerte.
Yo pensaba en el premio y en la suerte
por rozar a tu piel tan deseada,
y también de azuzar la llamarada
de ese fuego sin vida y tan inerte.
Te sentía sin mas y te quería,
y pedía que fueras de mi mano.
Me acordé de aquel día, en la alquería,
y el latir de tu pecho tan cercano.
Tú cerraste sin más la celosía,
y sonaron las teclas del piano.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/11
UNA MÚSICA...
II
Una música suave y melodiosa
nos dejó por el aire su patena,
esa paz de alegría y nochebuena
que llegaba de forma cadenciosa.
Te sentía feliz y tan dichosa
que temía abordarte con mi pena,
no quería contarte mi condena
ni amargar tu sonrisa deliciosa.
Era a ti corazón, en tu relieve
a quien yo deseaba la fortuna.
Yo sentía la angustia del que debe
y le falta el amor y la fortuna
Me buscaron tus ojos de aguanieve
en la paz y quietud de la laguna.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/11
Una música suave y melodiosa
nos dejó por el aire su patena,
esa paz de alegría y nochebuena
que llegaba de forma cadenciosa.
Te sentía feliz y tan dichosa
que temía abordarte con mi pena,
no quería contarte mi condena
ni amargar tu sonrisa deliciosa.
Era a ti corazón, en tu relieve
a quien yo deseaba la fortuna.
Yo sentía la angustia del que debe
y le falta el amor y la fortuna
Me buscaron tus ojos de aguanieve
en la paz y quietud de la laguna.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/11
PERO YO...
III
Pero yo, soñoliento y solitario,
me encontraba muy lejos de la estera,
más allá de la alcoba y escalera
entre dudas y fuegos del calvario.
Deseaba rozar tu santuario,
apartar de mis ojos la ceguera,
abrazarte de forma tan certera
y sentir un placer extraordinario.
Pero tú me miraste fijamente
con tus ojos y dardo tan certero.
Me miraste, confieso, dulcemente
y tus ojos dijeron el "te quiero".
Yo sentí ese fuego tan ardiente
y el ardor de tu cuerpo prisionero.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/11
Pero yo, soñoliento y solitario,
me encontraba muy lejos de la estera,
más allá de la alcoba y escalera
entre dudas y fuegos del calvario.
Deseaba rozar tu santuario,
apartar de mis ojos la ceguera,
abrazarte de forma tan certera
y sentir un placer extraordinario.
Pero tú me miraste fijamente
con tus ojos y dardo tan certero.
Me miraste, confieso, dulcemente
y tus ojos dijeron el "te quiero".
Yo sentí ese fuego tan ardiente
y el ardor de tu cuerpo prisionero.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/11
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