PROMESAS Y PROMESAS RECIBIDAS...
"...A veces las promesas son frases y cumplidos..."
Promesas y promesas recibidas
cual frases reverentes y cumplidos,
que salen de la boca de los hombres
y alegran con candor en los oídos.
Se dicen y se juran las promesas,
se mira hacia el futuro con ahínco,
las frases pronunciadas salen solas
y aumenta la pasión y los latidos.
Los hombres recordamos muchas veces
palabras recibidas con cariño,
promesas de vivir un gran mañana
logrando aquellos sueños tan bonitos.
Y damos por sentado que los sueños
nos marcan y nos trazan el camino,
a ellos acudimos desnudados
dejando los recuerdos en el limbo.
Promesas y promesas que se dicen
y embotan la razón y los sentidos,
los hombres se prometen muchas cosas
que mueren con el tiempo en el olvido.
Hay frases que queremos que nos digan,
cumplidos con alegres chascarrillos,
retazos de un futuro soñoliento,
ansiado, irreverente y hoy perdido.
Por eso las campanas de las almas
resuenan y nos dejan su tañido,
la dulce sinfonía de las doce
que llama para misa los domingos.
Existe la promesa solitaria,
la llama vacilante de aquel cirio,
dejado por la mano del devoto
que manda su oración al infinito.
Promesas y promesas que nos faltan,
y ansían nuestras almas, como niños,
cumplidos que llevaron nuestros nombres
sacando de los labios un suspiro.
Sellaron nuestras almas las promesas,
soñamos como sueñan los furtivos,
en medio de la noche y las estrellas,
cubiertos con la bruma y con el frío.
Más tarde renegamos de la vida,
de frases y promesas sin sentido,
estamos con la costa, en su resaca,
luchando contra mares muy bravíos.
La vida es una eterna algarabía,
se vive sin vivir, estando vivo,
se vive de cumplidos y promesas
marchando hacia la nada y el vacío.
"...Promesas y promesas que se añoran,
venid hasta mi lado, solo pido,
venid para llevarme con vosotras
al sueño del amor y del cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/11
Promesas y promesas recibidas
cual frases reverentes y cumplidos,
que salen de la boca de los hombres
y alegran con candor en los oídos.
Se dicen y se juran las promesas,
se mira hacia el futuro con ahínco,
las frases pronunciadas salen solas
y aumenta la pasión y los latidos.
Los hombres recordamos muchas veces
palabras recibidas con cariño,
promesas de vivir un gran mañana
logrando aquellos sueños tan bonitos.
Y damos por sentado que los sueños
nos marcan y nos trazan el camino,
a ellos acudimos desnudados
dejando los recuerdos en el limbo.
Promesas y promesas que se dicen
y embotan la razón y los sentidos,
los hombres se prometen muchas cosas
que mueren con el tiempo en el olvido.
Hay frases que queremos que nos digan,
cumplidos con alegres chascarrillos,
retazos de un futuro soñoliento,
ansiado, irreverente y hoy perdido.
Por eso las campanas de las almas
resuenan y nos dejan su tañido,
la dulce sinfonía de las doce
que llama para misa los domingos.
Existe la promesa solitaria,
la llama vacilante de aquel cirio,
dejado por la mano del devoto
que manda su oración al infinito.
Promesas y promesas que nos faltan,
y ansían nuestras almas, como niños,
cumplidos que llevaron nuestros nombres
sacando de los labios un suspiro.
Sellaron nuestras almas las promesas,
soñamos como sueñan los furtivos,
en medio de la noche y las estrellas,
cubiertos con la bruma y con el frío.
Más tarde renegamos de la vida,
de frases y promesas sin sentido,
estamos con la costa, en su resaca,
luchando contra mares muy bravíos.
La vida es una eterna algarabía,
se vive sin vivir, estando vivo,
se vive de cumplidos y promesas
marchando hacia la nada y el vacío.
"...Promesas y promesas que se añoran,
venid hasta mi lado, solo pido,
venid para llevarme con vosotras
al sueño del amor y del cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/11
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario