ES BONITO VER LAS LETRAS...
Es bonito ver las letras que uno espera
y que no llegan,
es bonito percibir entre las mismas
el cariño,
la creciente fantasía de unos versos
balbuceantes,
ese abrazo que se pide,
que se anhela,
que se sueña y que no viene hasta
tu lado.
Es hermoso que al recibo de unas letras
algo salte y se acelere en el fondo
de los pechos,
mientras suenan las campanas en el alma
invitando a una sonrisa,
con un coro de gaviotas
que pasean por el puerto.
En verdad no hay quien pase indiferente
ante un cuadro como este,
porque el mismo es el que anhela,
el que piden los sentidos,
el que buscan día a día nuestros ojos
y se encuentran con la nada y el vacío.
Es por eso que aquí vienen
y se quedan estas letras
esperando que las veas,
que las tomes y las beses
y te lleven el susurro de mi pecho
que reclama tu presencia,
que te grita y que te sueña,
que se duerme entre tus brazos
en un gesto de cansancio y de ternura.
Mientras tanto tu paseas
y caminas indolente
de tu casa hasta el trabajo,
del trabajo hasta las compras,
de las compras a tu casa
con las mismas bajo el brazo.
Hay un grito desgarrado que te espera,
que te llama en la distancia,
que te llega con las nubes y las olas
y que vuela por el aire
con la paz y con el viento.
Ese grito es el latido furibundo,
es la lava que se agita y que desborda
el volcán y las cenizas de mi pecho,
con el fuego incandescente
que se vuelca y se derrama hacia la vida
por la herida de mi alma.
Es bonito ver las letras que se esperan,
que se anhelan y que nacen,
como ahora,
entre los dedos y la pluma de un poeta,
y que van hasta tu pecho....
Rafael Sánchez Ortega ©
7/03/11
y que no llegan,
es bonito percibir entre las mismas
el cariño,
la creciente fantasía de unos versos
balbuceantes,
ese abrazo que se pide,
que se anhela,
que se sueña y que no viene hasta
tu lado.
Es hermoso que al recibo de unas letras
algo salte y se acelere en el fondo
de los pechos,
mientras suenan las campanas en el alma
invitando a una sonrisa,
con un coro de gaviotas
que pasean por el puerto.
En verdad no hay quien pase indiferente
ante un cuadro como este,
porque el mismo es el que anhela,
el que piden los sentidos,
el que buscan día a día nuestros ojos
y se encuentran con la nada y el vacío.
Es por eso que aquí vienen
y se quedan estas letras
esperando que las veas,
que las tomes y las beses
y te lleven el susurro de mi pecho
que reclama tu presencia,
que te grita y que te sueña,
que se duerme entre tus brazos
en un gesto de cansancio y de ternura.
Mientras tanto tu paseas
y caminas indolente
de tu casa hasta el trabajo,
del trabajo hasta las compras,
de las compras a tu casa
con las mismas bajo el brazo.
Hay un grito desgarrado que te espera,
que te llama en la distancia,
que te llega con las nubes y las olas
y que vuela por el aire
con la paz y con el viento.
Ese grito es el latido furibundo,
es la lava que se agita y que desborda
el volcán y las cenizas de mi pecho,
con el fuego incandescente
que se vuelca y se derrama hacia la vida
por la herida de mi alma.
Es bonito ver las letras que se esperan,
que se anhelan y que nacen,
como ahora,
entre los dedos y la pluma de un poeta,
y que van hasta tu pecho....
Rafael Sánchez Ortega ©
7/03/11
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