ES POSIBLE QUE BUSQUE EN EL SILENCIO...
Es posible que busque en el silencio
la limosna pedida del mendigo,
la palabra sencilla que me entregue
esa sangre que aumente mis latidos.
Porque suenan mejores las respuestas
de los labios sinceros de un amigo,
y la brisa y el aire tienen eso
con la paz y el silencio que preciso.
Hay silencios de hombres muy cansados
y también de mujeres y de niños,
hay silencios que son como las sombras
y que van tras mis pasos, y conmigo.
Es por eso que busco en el silencio
el abrazo sin pausa y el cariño,
y también esas luces de colores
que alimentan el alma y mis sentidos.
Unas veces escucho en el silencio
el sonido silente de los ríos,
otras veces escucho a las montañas
y hasta siento el susurro de los pinos.
Pero es el silencio de los bosques
el que llega a mi lado con su grito,
el que quiere romper esas cadenas
y salir de su cárcel de testigo.
Yo me siento feliz con el silencio
ya que mueve la mano con que escribo,
él me dicta las letras y palabras,
que trasmito al cuaderno blanquecino.
Y allí quedan sus frases seductoras
con las dudas y miedos esparcidos,
y también con anhelos y promesas
que añoraron mil sueños y zafiros.
Sin embargo el silencio que yo busco,
el que quiero sin pausa en cualquier sitio
es aquel que me habla de tu cuerpo
y susurra tu nombre en mis oídos.
"...Es posible que busque en el silencio
algo más que unas rosas y unos lirios,
porque es el silencio simplemente,
el que acerca tus labios a los míos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/10/11
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