QUIERO ESCANCIAR TUS SILENCIOS...
Quiero escanciar tus silencios
y con ellos los suspiros,
las sonrisas temblorosas
de esos labios tan bonitos.
Porque te quiero de veras
es por eso que lo digo,
mientras rozas mi cintura
con tus dedos que son míos.
Por eso busco en la noche
ese lugar tan tranquilo,
esos minutos, sin pausa,
donde te abrazo y te miro.
Miramos luego a los cielos,
a los luceros divinos,
a las estrellas de plata
y a esa lunita que admiro.
Quiero catar tus silencios
como una copa de vino,
para besarte en los labios
y así libar tu cariño.
Robar candores y llantos
con sus rosales y espinos,
tener la gracia infinita
para admirarlos contigo.
Y así cantando y andando
escucharemos los ríos,
y las cascadas y fuentes
que bordarán el camino.
Porque aunque el día se acaba
vuelve la noche y el frío,
para rendir nuestros cuerpos
buscando lecho y asilo.
"...Quiero robar tus silencios
para temblar como el niño,
cuando miraba en la noche
a tus ojitos tan limpios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/16
y con ellos los suspiros,
las sonrisas temblorosas
de esos labios tan bonitos.
Porque te quiero de veras
es por eso que lo digo,
mientras rozas mi cintura
con tus dedos que son míos.
Por eso busco en la noche
ese lugar tan tranquilo,
esos minutos, sin pausa,
donde te abrazo y te miro.
Miramos luego a los cielos,
a los luceros divinos,
a las estrellas de plata
y a esa lunita que admiro.
Quiero catar tus silencios
como una copa de vino,
para besarte en los labios
y así libar tu cariño.
Robar candores y llantos
con sus rosales y espinos,
tener la gracia infinita
para admirarlos contigo.
Y así cantando y andando
escucharemos los ríos,
y las cascadas y fuentes
que bordarán el camino.
Porque aunque el día se acaba
vuelve la noche y el frío,
para rendir nuestros cuerpos
buscando lecho y asilo.
"...Quiero robar tus silencios
para temblar como el niño,
cuando miraba en la noche
a tus ojitos tan limpios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/16
IMAGINA...
Imagina que aún estamos en invierno
que la nieve nos deslumbra en las montañas,
que hace frío y que se empañan los cristales
y que tiemblan, por el viento, las ventanas.
Imagina que me acerco hasta tu cuerpo,
que te miro y te desnudo sin palabras,
que tu tomas a mis manos con tus manos
y que luego las deslizas por tu espalda.
Imagina que volvemos a un otoño,
que pisamos las arenas tan doradas,
que las olas con sus guiños nos recuerdan
como nacen y se estiran por la playa.
Imagina que prosigo con mis dedos
y que avanzo y me deslizo por tus nalgas;
te estremeces y yo siento esos latidos
mientras veo como tiembla tu mirada.
Imagina que seguimos al verano
donde el niño y donde el hombre se mezclaban,
que llegamos al desierto de sus vidas
con los miles de utopías tan humanas.
Imagina que te beso con mis labios,
que se erizan tus pezones bajo el agua,
que me buscas y me aprietas con tus piernas
y que sientes ese fuego en tus entrañas.
Imagina una lejana primavera,
dos pequeños que en la misma madrugaban,
eran niños y marchaban al colegio
con su carga de inocencia inmaculada.
Imagina que te miro y que te hablo,
que te pido que me sigas a la plaza,
que yo quiero que tú veas las ardillas
y que goces, con sus juegos, y las hadas.
Imagina que te encuentras en mis brazos,
que ya sabes el candor de la batalla,
que tu cuerpo y que mi cuerpo están ardiendo
porque gozan y disfrutan nuestras almas.
"...Es por eso que imagino que te quiero,
que tú sabes lo que siento y que me amas,
que suspiras y que buscas a mis labios
porque quieres y deseas ser amada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/16
que la nieve nos deslumbra en las montañas,
que hace frío y que se empañan los cristales
y que tiemblan, por el viento, las ventanas.
Imagina que me acerco hasta tu cuerpo,
que te miro y te desnudo sin palabras,
que tu tomas a mis manos con tus manos
y que luego las deslizas por tu espalda.
Imagina que volvemos a un otoño,
que pisamos las arenas tan doradas,
que las olas con sus guiños nos recuerdan
como nacen y se estiran por la playa.
Imagina que prosigo con mis dedos
y que avanzo y me deslizo por tus nalgas;
te estremeces y yo siento esos latidos
mientras veo como tiembla tu mirada.
Imagina que seguimos al verano
donde el niño y donde el hombre se mezclaban,
que llegamos al desierto de sus vidas
con los miles de utopías tan humanas.
Imagina que te beso con mis labios,
que se erizan tus pezones bajo el agua,
que me buscas y me aprietas con tus piernas
y que sientes ese fuego en tus entrañas.
Imagina una lejana primavera,
dos pequeños que en la misma madrugaban,
eran niños y marchaban al colegio
con su carga de inocencia inmaculada.
Imagina que te miro y que te hablo,
que te pido que me sigas a la plaza,
que yo quiero que tú veas las ardillas
y que goces, con sus juegos, y las hadas.
Imagina que te encuentras en mis brazos,
que ya sabes el candor de la batalla,
que tu cuerpo y que mi cuerpo están ardiendo
porque gozan y disfrutan nuestras almas.
"...Es por eso que imagino que te quiero,
que tú sabes lo que siento y que me amas,
que suspiras y que buscas a mis labios
porque quieres y deseas ser amada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/16
YO QUISIERA VOLVER A SER NIÑO...
Yo quisiera volver a ser niño
y jugar y estudiar en la escuela,
para luego venir a la casa
donde el plato y comida me esperan.
Porque tengo aquel tiempo presente
y me abraza con fuerza su esencia,
hasta el punto de estar en las nubes
y soñar con cometas y estrellas.
Yo sé bien que los sueños son sueños,
utopías que rompen cadenas,
ilusiones que llenan las almas
y que buscan la paz entre ellas.
Es por eso que vuelvo al pasado,
a ese niño que juega en la arena,
al que forma castillos sin nombre
y que luego las olas se llevan.
Yo quisiera ser niño y ser hombre,
Peter Pan conquistando sirenas,
y también peregrino, sin patria,
con mochila, zurrón y sin tierra.
Pero soy el que soy con mis actos,
y el que rinde, al espejo, sus cuentas,
porque el niño y el hombre se juntan
desatando feroces galernas.
Es cuestión de equilibrio en las almas
y quizás de buscar la paciencia,
la que tienen los hombres ancianos
y los niños ocultan con pena.
Más la vida se agita y reluce
cual crisol que renace con fuerza,
mariposa que vuela y es libre,
en el alma del hombre y poeta.
"...Yo quisiera ser niño, repito,
y mirar tus pupilas traviesas,
aspirando el perfume sagrado
de ese cuerpo de diosa perfecta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/16
y jugar y estudiar en la escuela,
para luego venir a la casa
donde el plato y comida me esperan.
Porque tengo aquel tiempo presente
y me abraza con fuerza su esencia,
hasta el punto de estar en las nubes
y soñar con cometas y estrellas.
Yo sé bien que los sueños son sueños,
utopías que rompen cadenas,
ilusiones que llenan las almas
y que buscan la paz entre ellas.
Es por eso que vuelvo al pasado,
a ese niño que juega en la arena,
al que forma castillos sin nombre
y que luego las olas se llevan.
Yo quisiera ser niño y ser hombre,
Peter Pan conquistando sirenas,
y también peregrino, sin patria,
con mochila, zurrón y sin tierra.
Pero soy el que soy con mis actos,
y el que rinde, al espejo, sus cuentas,
porque el niño y el hombre se juntan
desatando feroces galernas.
Es cuestión de equilibrio en las almas
y quizás de buscar la paciencia,
la que tienen los hombres ancianos
y los niños ocultan con pena.
Más la vida se agita y reluce
cual crisol que renace con fuerza,
mariposa que vuela y es libre,
en el alma del hombre y poeta.
"...Yo quisiera ser niño, repito,
y mirar tus pupilas traviesas,
aspirando el perfume sagrado
de ese cuerpo de diosa perfecta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/16
NO ESCAPES DE MI LADO...
No escapes de mi lado compañera
ni corras por senderos y cañadas,
prefiero recordarte en tu silencio
que ser el que te espere, en la distancia.
Marchaste convencida de la suerte
a un mundo sorprendente en lontananza,
llevabas en tu pecho mariposas
con alas juveniles desplegadas.
Obviaste que la vida es un instante,
un ciclo continuado que se pasa,
el mismo que desata las pasiones
y luego nos conduce hacia la nada.
Quizás en esa huida, hacia adelante,
pesaron los influjos de tu infancia,
instantes que tenían mil destellos,
con sueños y aventuras para el alma.
No corras por pantanos invisibles
ni busques en el lodo la esperanza,
ya sabes que la paz de los marjales
seduce, coacciona y hasta engaña.
Tú sabes que el amor es algo bello
que surge como brisa desatada,
quizás en el momento no propicio
y a veces cual galerna entre la jaula.
Por eso en sentimientos inestables
se sufre, lo indecible, en las entrañas,
por causa de un cariño irreverente
carente de premisas que le faltan.
Más pienso que me faltan argumentos
y creo que hasta sobran las palabras,
por eso yo te invito en esta noche
a ser mi compañera en la nostalgia.
"...No escapes a otros mundos y utopías
y entiende ese silencio que te habla,
quizás hasta consigas que mi mano,
te busque y te acaricie como ansiabas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/04/16
ni corras por senderos y cañadas,
prefiero recordarte en tu silencio
que ser el que te espere, en la distancia.
Marchaste convencida de la suerte
a un mundo sorprendente en lontananza,
llevabas en tu pecho mariposas
con alas juveniles desplegadas.
Obviaste que la vida es un instante,
un ciclo continuado que se pasa,
el mismo que desata las pasiones
y luego nos conduce hacia la nada.
Quizás en esa huida, hacia adelante,
pesaron los influjos de tu infancia,
instantes que tenían mil destellos,
con sueños y aventuras para el alma.
No corras por pantanos invisibles
ni busques en el lodo la esperanza,
ya sabes que la paz de los marjales
seduce, coacciona y hasta engaña.
Tú sabes que el amor es algo bello
que surge como brisa desatada,
quizás en el momento no propicio
y a veces cual galerna entre la jaula.
Por eso en sentimientos inestables
se sufre, lo indecible, en las entrañas,
por causa de un cariño irreverente
carente de premisas que le faltan.
Más pienso que me faltan argumentos
y creo que hasta sobran las palabras,
por eso yo te invito en esta noche
a ser mi compañera en la nostalgia.
"...No escapes a otros mundos y utopías
y entiende ese silencio que te habla,
quizás hasta consigas que mi mano,
te busque y te acaricie como ansiabas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/04/16
LLEVABAS TU PASIÓN A LA LOCURA...
Llevabas tu pasión a la locura
haciendo suspirar a las estrellas,
tus manos recorriendo mil senderos,
los dedos, sin parar, en la contienda.
Tenías un encanto sugerente,
un aire de emoción, en tu presencia,
el pelo desprendido, y sin horquillas,
dejaba escalofríos en las venas.
De pronto penetraste en mis sentidos
sacando mariposas pizpiretas,
algunas se quedaron en tus ojos
así como las otras en tu esencia.
Seguías con tu cuerpo enfebrecido
haciendo del amor una promesa,
un acto inenarrable de ternura
al cuerpo, tan amado, que deseas.
El tiempo se paraba con tu abrazo,
los dedos en la espalda tan morena,
buscando esos resquicios por sus poros,
la sal y la resaca que allí encierra.
Hablaban en presente y en pasado
las manos que querían ser traviesas,
por eso se extendían a los muslos
y, luego, descendían a las piernas.
Los cuerpos emitían mil jadeos,
los labios se buscaban con sus lenguas,
había un intercambio de pasiones,
sudores y estallidos de galernas.
La lava, presurosa, e irresistible
brotaba con susurros y violetas,
haciendo que la sangre acelerara
su raudo caminar en esta escena.
"...De pronto descubriste, sin palabras,
al hombre que te amaba, sin reservas,
estaba entre tus brazos, dulcemente,
sintiendo la ternura de esa entrega..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/04/16
haciendo suspirar a las estrellas,
tus manos recorriendo mil senderos,
los dedos, sin parar, en la contienda.
Tenías un encanto sugerente,
un aire de emoción, en tu presencia,
el pelo desprendido, y sin horquillas,
dejaba escalofríos en las venas.
De pronto penetraste en mis sentidos
sacando mariposas pizpiretas,
algunas se quedaron en tus ojos
así como las otras en tu esencia.
Seguías con tu cuerpo enfebrecido
haciendo del amor una promesa,
un acto inenarrable de ternura
al cuerpo, tan amado, que deseas.
El tiempo se paraba con tu abrazo,
los dedos en la espalda tan morena,
buscando esos resquicios por sus poros,
la sal y la resaca que allí encierra.
Hablaban en presente y en pasado
las manos que querían ser traviesas,
por eso se extendían a los muslos
y, luego, descendían a las piernas.
Los cuerpos emitían mil jadeos,
los labios se buscaban con sus lenguas,
había un intercambio de pasiones,
sudores y estallidos de galernas.
La lava, presurosa, e irresistible
brotaba con susurros y violetas,
haciendo que la sangre acelerara
su raudo caminar en esta escena.
"...De pronto descubriste, sin palabras,
al hombre que te amaba, sin reservas,
estaba entre tus brazos, dulcemente,
sintiendo la ternura de esa entrega..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/04/16
QUISIERA...
Quisiera sentir al viento
deslizarse por mis sienes,
y llenarme de frescura
con su brisa del nordeste.
Quisiera sentir tu mano
en la mía, sin que tiemble,
y recorrer los caminos,
primorosos y tan verdes.
Quisiera pedir la luna
y que el cielo me la diese,
para dejarla en tus labios
con el beso que mereces.
Quisiera pedirte a cambio
una mirada impaciente,
de esos ojitos tan lindos
con la gracia que ellos tienen.
Quisiera notar la espuma
de las olas muy rebeldes,
cuando llegan a la playa
y se estiran indolentes.
Quisiera notar tu encanto
y esa sonrisa de nieve,
para dormir y olvidarme
en tu regazo silente.
Quisiera tener la rosa
y el aroma que desprenden,
las violetas y los lirios
y también con los claveles.
Quisiera tener tu cuerpo
y estremecerme al leerle,
mientras mis dedos recorren
esas colinas surgentes.
"...Quisiera que fueras mía
desde el lunes al que viene
para saciar la semana
y ser tu Amor, para siempre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/16
deslizarse por mis sienes,
y llenarme de frescura
con su brisa del nordeste.
Quisiera sentir tu mano
en la mía, sin que tiemble,
y recorrer los caminos,
primorosos y tan verdes.
Quisiera pedir la luna
y que el cielo me la diese,
para dejarla en tus labios
con el beso que mereces.
Quisiera pedirte a cambio
una mirada impaciente,
de esos ojitos tan lindos
con la gracia que ellos tienen.
Quisiera notar la espuma
de las olas muy rebeldes,
cuando llegan a la playa
y se estiran indolentes.
Quisiera notar tu encanto
y esa sonrisa de nieve,
para dormir y olvidarme
en tu regazo silente.
Quisiera tener la rosa
y el aroma que desprenden,
las violetas y los lirios
y también con los claveles.
Quisiera tener tu cuerpo
y estremecerme al leerle,
mientras mis dedos recorren
esas colinas surgentes.
"...Quisiera que fueras mía
desde el lunes al que viene
para saciar la semana
y ser tu Amor, para siempre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/16
SIENTO UN DOLOR EN EL ALMA...
Siento un dolor en el alma
como el que sufre el mendigo,
al esperar la limosna
de un paseante sencillo.
Sé que las penas del alma
tienen difícil alivio,
y que las cura, sin duda,
ese correr del destino.
Porque el recuerdo se marcha,
como el otoño bendito,
aunque nos deje sus huellas
y esos momentos tan lindos.
Mientras la vida se pasa
en unos días sin brío,
donde se ansía la luna
con su vestido amarillo.
Días que tienen nostalgia
en un abril infinito,
con primavera incluida
y con cigarras y grillos.
Porque el dolor se acrecienta
o se reduce con mimo,
con carantoñas y besos
y hasta con dulces suspiros.
Dicen las voces ancianas
que solo lloran los niños,
que los poetas escriben
aunque su pecho esté herido.
Pero yo pienso en la rosa,
la que guardé en aquel libro,
la que me hirió levemente
y. sin querer, con su espino.
"...Siento un dolor en el alma
porque tu beso preciso,
y ese sabor de tus labios
tan inocente y furtivo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/16
como el que sufre el mendigo,
al esperar la limosna
de un paseante sencillo.
Sé que las penas del alma
tienen difícil alivio,
y que las cura, sin duda,
ese correr del destino.
Porque el recuerdo se marcha,
como el otoño bendito,
aunque nos deje sus huellas
y esos momentos tan lindos.
Mientras la vida se pasa
en unos días sin brío,
donde se ansía la luna
con su vestido amarillo.
Días que tienen nostalgia
en un abril infinito,
con primavera incluida
y con cigarras y grillos.
Porque el dolor se acrecienta
o se reduce con mimo,
con carantoñas y besos
y hasta con dulces suspiros.
Dicen las voces ancianas
que solo lloran los niños,
que los poetas escriben
aunque su pecho esté herido.
Pero yo pienso en la rosa,
la que guardé en aquel libro,
la que me hirió levemente
y. sin querer, con su espino.
"...Siento un dolor en el alma
porque tu beso preciso,
y ese sabor de tus labios
tan inocente y furtivo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/16
FUE AQUEL BESO...
Fue aquel beso sin querer,
un leve roce
y por algo se callaron las cigarras
porque luego, en el silencio, se extasiaron
con el beso.
Quizás aquel detalle, repentino, de la brisa,
las olas ondulando su melena,
el viento que buscaba y desnudaba,
sin descanso,
los pechos y las almas.
Entonces unos labios suspiraron.
Querían y pedían otros besos,
ansiaban la caricia humedecida
y el néctar que dejaba su regalo.
Los ojos se cerraron dulcemente
y luego las imágenes volvieron
cargadas de recuerdos.
Imágenes de tiempos
y de fechas guardadas, y mimadas,
con nombres de personas,
con sitios visitados,
con días relativos de castillos en el aire,
con noches y paseos desgranando sentimientos,
y otros, en que el tiempo se paraba
a través de las caricias de los duendes.
"Un beso" suplicaban, esos labios temblorosos,
en la puerta del palacio abandonado,
en la esquina de la iglesia,
en la calle centenaria de la aldea,
en la plaza solitaria con su fuente,
y en la puerta que otras veces le esperaba
con las manos, impacientes, hoy ausentes,
que cerraban la ventana.
Fue aquel beso, sin querer,
una sorpresa.
Una bella sensación, una caricia,
un instante de enmarcar en el recuerdo,
una chispa de glamour y de alegría
una gota de rocío en el desierto,
y un clavel con gran candor,
en unos labios infantiles,
aunque fuera en el silencio
y en los besos encantados,
de ese viento,
que robaron las estrellas.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/04/16
¿POR QUÉ LAS PALABRAS SUENAN...?
¿Por qué las palabras suenan
como un canto en el vacío?,
un arrullo, simplemente,
con el roce de un suspiro.
Será que son silenciosas
las palabras del mendigo,
y se pierden en la noche
sus lamentos y delirios.
Palabras de un loco necio,
un andarín sin camino,
un tentador de la suerte
y un corazón dolorido.
Palabras que lleva el viento
y que recoge el rocío,
para dejarlas soñando
con su blancor infinito.
¿Por qué las palabras suenan,
pienso otra vez y repito,
si se pierden por marjales
y no llegan al oído?
Será que el hombre no quiere
esas palabras que digo,
ni el arrullo de sus versos
como un grito de los niños.
Y así se olvidan palabras
en un silencio continuo
mientras las almas se pierden
en soledad y sigilo.
Miran los ojos las nubes
sin entender esos signos
que son pequeñas palabras
de algún artista divino.
¿Por qué las palabras suenan
y se quedan en olvidos,
cuando existen corazones
que las buscan con cariño...?
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/16
como un canto en el vacío?,
un arrullo, simplemente,
con el roce de un suspiro.
Será que son silenciosas
las palabras del mendigo,
y se pierden en la noche
sus lamentos y delirios.
Palabras de un loco necio,
un andarín sin camino,
un tentador de la suerte
y un corazón dolorido.
Palabras que lleva el viento
y que recoge el rocío,
para dejarlas soñando
con su blancor infinito.
¿Por qué las palabras suenan,
pienso otra vez y repito,
si se pierden por marjales
y no llegan al oído?
Será que el hombre no quiere
esas palabras que digo,
ni el arrullo de sus versos
como un grito de los niños.
Y así se olvidan palabras
en un silencio continuo
mientras las almas se pierden
en soledad y sigilo.
Miran los ojos las nubes
sin entender esos signos
que son pequeñas palabras
de algún artista divino.
¿Por qué las palabras suenan
y se quedan en olvidos,
cuando existen corazones
que las buscan con cariño...?
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/16
DE PRONTO TE SORPRENDE LA NOTICIA...
De pronto te sorprende la noticia
que dice que un amigo ha fallecido,
y entonces te estremeces, sin pensarlo,
pues algo se ha quebrado en tu camino.
Repasas el pasado en tu memoria
y buscas los momentos compartidos,
es fácil que los mismos sean muchos
o puede que en ninguno esté el motivo.
Más piensas y reparas que ese nombre
fue foco de atención en muchos círculos,
tenía aceptación entre las gentes
y te era, por entonces, conocido.
Él tuvo su momento de nostalgia
llevando tras de sí muchos suspiros,
y ahora que conoces la noticia
entiendes muchas cosas que se han ido.
Comprendes que la vida es un instante,
un soplo del ayer que es como un grito,
recuerdos de pasiones y nostalgias,
que vuelcan en el pecho los latidos.
Comprendes al amigo que solloza
y tratas de animarle con sigilo,
le hablas de mil cosas infundadas,
incluso de los versos del domingo.
Recuerdas aquel día de verbena,
la fiesta y la jarana del vinilo,
escenas repetidas de una noche
y el baile y serenata ya rendidos.
Te ríes y compartes esa risa
sacando al corazón de su escondrijo,
intentas compartir esa partida
con algo de alegría y sinsentido.
"...Por último te cierras la ventana,
recoges a tus ojos un poquito
y miras más allá de las estrellas
pidiendo al corazón que rece el niño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/04/16
que dice que un amigo ha fallecido,
y entonces te estremeces, sin pensarlo,
pues algo se ha quebrado en tu camino.
Repasas el pasado en tu memoria
y buscas los momentos compartidos,
es fácil que los mismos sean muchos
o puede que en ninguno esté el motivo.
Más piensas y reparas que ese nombre
fue foco de atención en muchos círculos,
tenía aceptación entre las gentes
y te era, por entonces, conocido.
Él tuvo su momento de nostalgia
llevando tras de sí muchos suspiros,
y ahora que conoces la noticia
entiendes muchas cosas que se han ido.
Comprendes que la vida es un instante,
un soplo del ayer que es como un grito,
recuerdos de pasiones y nostalgias,
que vuelcan en el pecho los latidos.
Comprendes al amigo que solloza
y tratas de animarle con sigilo,
le hablas de mil cosas infundadas,
incluso de los versos del domingo.
Recuerdas aquel día de verbena,
la fiesta y la jarana del vinilo,
escenas repetidas de una noche
y el baile y serenata ya rendidos.
Te ríes y compartes esa risa
sacando al corazón de su escondrijo,
intentas compartir esa partida
con algo de alegría y sinsentido.
"...Por último te cierras la ventana,
recoges a tus ojos un poquito
y miras más allá de las estrellas
pidiendo al corazón que rece el niño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/04/16
SE BUSCA...
Se busca un corazón ilusionado
que siga a mi compás en la ribera,
el trazo singular de la madera
y el árbol del latido enamorado.
Se busca el pecho fiel, enamorado,
que avance y continúe por la acera,
que exprese ese gemido que sintiera
el tierno corazón de su costado.
Se buscan tantas cosas en la vida
que a veces no se busca lo importante.
Se busca lo mejor de cada instante
a costa del dolor y de la herida.
Se busca, corazón, en la bebida,
a fin de deslumbrar como un diamante.
Por eso yo te pido, simplemente,
que seas corazón mi amor latente.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/04/16
que siga a mi compás en la ribera,
el trazo singular de la madera
y el árbol del latido enamorado.
Se busca el pecho fiel, enamorado,
que avance y continúe por la acera,
que exprese ese gemido que sintiera
el tierno corazón de su costado.
Se buscan tantas cosas en la vida
que a veces no se busca lo importante.
Se busca lo mejor de cada instante
a costa del dolor y de la herida.
Se busca, corazón, en la bebida,
a fin de deslumbrar como un diamante.
Por eso yo te pido, simplemente,
que seas corazón mi amor latente.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/04/16
¡YA ESTOY AQUÍ...!
¡Ya estoy aquí!, dice una voz sin nombre
y un niño se remueve en sus entrañas,
quizás con el fervor de la inocencia,
y restos de secuelas de una infancia.
Estoy y soy la carne, sugerente,
el fuego que se eleva con las llamas,
la sal del mar que baña las arenas,
las olas que se duermen sobre el agua.
Porque al final se vive y amanece,
cada día, nos despierta un nuevo alba,
nos abraza y susurra con cariño
para ir a despejar nuestras pestañas.
Volvemos a ese mundo que es el nuestro,
la eterna fantasía del mañana,
el cáliz que apuramos poco a poco
contando los segundos que se pasan.
Y en ese mundo, mudo y renuente,
(que es el mundo que siguen mis pisadas),
me quedo vacilante y sorprendido,
porque el mismo me lleva hacia la nada.
Este es el mundo mío, que reclamo,
a pesar de silencios y palabras,
con vacíos inmensos y tristezas
y hasta con lluvia amarga, por sus lágrimas.
Pero es la realidad que me sofoca,
me rodea este mundo de añoranzas,
ese crisol de sueños imposibles
que amaga con candor mientras me mata.
Entonces me remuevo, inquieto y grito,
le digo a mi conciencia: ¿Qué te pasa?,
¿No sabes que la vida es un infierno
y estás ante la misma encadenada...?
"...¡Ya estoy aquí!, dice una voz, tranquilo,
no temas la galerna que te arrastra,
concéntrate en mis labios, solamente,
y siente el dulce beso que te mandan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/16
y un niño se remueve en sus entrañas,
quizás con el fervor de la inocencia,
y restos de secuelas de una infancia.
Estoy y soy la carne, sugerente,
el fuego que se eleva con las llamas,
la sal del mar que baña las arenas,
las olas que se duermen sobre el agua.
Porque al final se vive y amanece,
cada día, nos despierta un nuevo alba,
nos abraza y susurra con cariño
para ir a despejar nuestras pestañas.
Volvemos a ese mundo que es el nuestro,
la eterna fantasía del mañana,
el cáliz que apuramos poco a poco
contando los segundos que se pasan.
Y en ese mundo, mudo y renuente,
(que es el mundo que siguen mis pisadas),
me quedo vacilante y sorprendido,
porque el mismo me lleva hacia la nada.
Este es el mundo mío, que reclamo,
a pesar de silencios y palabras,
con vacíos inmensos y tristezas
y hasta con lluvia amarga, por sus lágrimas.
Pero es la realidad que me sofoca,
me rodea este mundo de añoranzas,
ese crisol de sueños imposibles
que amaga con candor mientras me mata.
Entonces me remuevo, inquieto y grito,
le digo a mi conciencia: ¿Qué te pasa?,
¿No sabes que la vida es un infierno
y estás ante la misma encadenada...?
"...¡Ya estoy aquí!, dice una voz, tranquilo,
no temas la galerna que te arrastra,
concéntrate en mis labios, solamente,
y siente el dulce beso que te mandan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/16
AL FINAL DEL CAMINO...
Al final del camino
se encontraba la meta,
toda llena de polvo
y también con su puerta.
Al mirarla pensaba,
qué tendría tras ella,
qué sorpresas, sin duda,
me ocultaba su niebla.
Y frenando mi paso
me detuve a su vera,
no sabía si abrirla
o esperar la respuesta.
Pero el cielo, en lo alto,
silencioso me observa,
no decía palabras
que animaran mi fuerza.
Y allí estaba, cansado,
con la lengua reseca,
esperando la fuente
y aquel agua tan fresca.
Yo escuchaba sonidos,
(tentadoras escenas),
tras la puerta cerrada
y sus recias maderas.
Era un claro designio
de romper esa escena,
y cruzar los umbrales
y el dintel de la senda.
Más allá de la vida
hay destellos y esencia,
y el sabor agridulce
del cariño que dejan.
"...Al final del camino
unos besos me esperan,
y pronuncian mi nombre
en sus labios de seda..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/16
se encontraba la meta,
toda llena de polvo
y también con su puerta.
Al mirarla pensaba,
qué tendría tras ella,
qué sorpresas, sin duda,
me ocultaba su niebla.
Y frenando mi paso
me detuve a su vera,
no sabía si abrirla
o esperar la respuesta.
Pero el cielo, en lo alto,
silencioso me observa,
no decía palabras
que animaran mi fuerza.
Y allí estaba, cansado,
con la lengua reseca,
esperando la fuente
y aquel agua tan fresca.
Yo escuchaba sonidos,
(tentadoras escenas),
tras la puerta cerrada
y sus recias maderas.
Era un claro designio
de romper esa escena,
y cruzar los umbrales
y el dintel de la senda.
Más allá de la vida
hay destellos y esencia,
y el sabor agridulce
del cariño que dejan.
"...Al final del camino
unos besos me esperan,
y pronuncian mi nombre
en sus labios de seda..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/16
HOY HE VISTO UNA ARRUGA EN TU FRENTE...
Hoy he visto una arruga en tu frente
y temblé, como tiemblan los niños,
con profunda nostalgia en el alma
y la dulce emulsión del rocío.
Yo quisiera dejar mis caricias
y borrar esa arruga, que digo,
para luego tomarte en los brazos
y ofrecerte, en los mismos, su abrigo.
Pero entiendo que tú me rechaces
y que busques al verso escondido,
más allá de la tierra y el cielo
y quizás del remanso del río.
Porque sueñas con versos diversos,
en un mundo cruel y distinto,
donde el hombre se aferra a las letras
de profetas que van de sigilo.
Sin embargo la arruga persiste
y es un rasgo, delgado y tan fino,
como aquel, invisible, del alma,
que tus ojos, me dictan con brío.
Hay arrugas que atrofian los cuerpos
y rosales cubiertos de espinos,
como pechos, sin duda, esperando
esa cruz que preceda al olvido.
Hay olvidos que están en el alma
como sueños, latentes, sin brillo,
aunque tengan mensaje en sus venas
y unos ojos pendientes de abrirlos.
Porque nada se olvida, en la vida,
y el olvido es la arruga del lirio,
la pasión olvidada, sin nombre,
y aquel labio temblando de frío.
"...Hoy he visto una arruga en tu frente
y creí que tu olvido era el mío,
hasta ver otra arruga en mi alma
con un beso fugaz de Cupido..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/04/16
UN PASO Y OTRO PASO...
Un paso y otro paso son dos pasos
que obligan a marchar al infinito,
y puede que lleguemos al tercero
y al cuarto ya sigamos el camino.
Andamos por la vida, desnudados,
haciendo mil piruetas sin sentido,
siguiendo los senderos imperiales
con huellas de pacientes peregrinos.
Seguimos caminando sin descanso,
marcando nuestros pasos con un ritmo,
cadencias que nos nacen desde dentro,
e impulsos singulares del destino.
Un día descubrimos una aldea,
la vemos tras los pasos emitidos,
la cuenta con su suma ya no sale
volviendo a comenzar desde el principio.
Un paso y otro paso son dos pasos,
decimos, a la vez, que repetimos,
volviendo a renacer con nuevas fuerzas
el canto de cigarras y los grillos.
La vida nos anima a proseguirla,
a ser los prisioneros de su sino,
quizás la primavera que renueva
el verso, en la ribera, con los lirios.
Resuenan las pisadas en las calles,
vadean nuestros pasos a los ríos,
se secan con el sol del mediodía
los pies, antes mojados y cansinos.
No somos las estrofas de un poema,
quizás el verso, alado, de los libros,
el paso con la letra que vacila
y el verso que se emite en un suspiro.
"...Un paso y otro paso son dos pasos,
la suma que te lleva al ser querido,
aquella que te obliga hasta el tercero
y al cuarto con el beso y el cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/16
ESTARÉ EN LA PUERTA...
Estaré en la puerta
para ti esperando,
con la cara dulce
que conoces tanto.
Y estaré impaciente
y quizás rezando,
porque llegues pronto
y me des tu mano.
Tus deditos suaves,
tu cabello largo,
la bella figura
que en mi pecho guardo.
Estaré en la puerta
y quizás soñando,
con llevarte lejos
y aspirar los campos.
Lindas amapolas
con trigales varios,
bellas margaritas
de amarillo y blanco.
Veo la casona
con su gris tejado,
los balcones serios
y la puerta abajo.
Estaré en la puerta
para ti peinado,
con mi traje nuevo
y tal vez temblando.
Porque quiero verte,
contemplar tus labios,
aspirar tu aroma
y sentir tu abrazo.
Porque quiero darte
lo que ansío y callo,
el beso infinito
desde abril a Mayo.
"...Estaré en la puerta,
la estaré cuidando,
para ti, Amor mío,
a quien quiero y amo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/16
para ti esperando,
con la cara dulce
que conoces tanto.
Y estaré impaciente
y quizás rezando,
porque llegues pronto
y me des tu mano.
Tus deditos suaves,
tu cabello largo,
la bella figura
que en mi pecho guardo.
Estaré en la puerta
y quizás soñando,
con llevarte lejos
y aspirar los campos.
Lindas amapolas
con trigales varios,
bellas margaritas
de amarillo y blanco.
Veo la casona
con su gris tejado,
los balcones serios
y la puerta abajo.
Estaré en la puerta
para ti peinado,
con mi traje nuevo
y tal vez temblando.
Porque quiero verte,
contemplar tus labios,
aspirar tu aroma
y sentir tu abrazo.
Porque quiero darte
lo que ansío y callo,
el beso infinito
desde abril a Mayo.
"...Estaré en la puerta,
la estaré cuidando,
para ti, Amor mío,
a quien quiero y amo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/16
TE BUSCO...
Te busco por veredas y cañadas,
tratando de alcanzar tanta hermosura,
hermosa concesión de mi locura,
en tardes indolentes y añoradas.
Te busco en las palabras pronunciadas,
algunas con dolor, por la tortura,
que llega y se acrecienta en la negrura
del hombre y las pasiones desatadas.
Más puede, que al final, en un suspiro
consiga de tus ojos el regalo,
el aire, para el alma, y el retiro,
del cuerpo soñador, en que me instalo,
doliente corazón, en ti deliro
queriendo eternizar este intervalo.
Te busco y te señalo,
tratando de a mi lado retenerte,
durmiendo, hasta que el alba nos despierte.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/04/16
tratando de alcanzar tanta hermosura,
hermosa concesión de mi locura,
en tardes indolentes y añoradas.
Te busco en las palabras pronunciadas,
algunas con dolor, por la tortura,
que llega y se acrecienta en la negrura
del hombre y las pasiones desatadas.
Más puede, que al final, en un suspiro
consiga de tus ojos el regalo,
el aire, para el alma, y el retiro,
del cuerpo soñador, en que me instalo,
doliente corazón, en ti deliro
queriendo eternizar este intervalo.
Te busco y te señalo,
tratando de a mi lado retenerte,
durmiendo, hasta que el alba nos despierte.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/04/16
PARAR EL TIEMPO UN MOMENTO...
Parar el tiempo un momento,
volver atrás, a la infancia,
cerrar los ojos cansados
y restañar la nostalgia.
Porque el sendero es difícil,
lleno de barro y de matas,
con las ortigas presentes
entre las piedras y charcas.
Dicen que es dura la vida
y que la misma se anda,
días tras día, siguiendo,
esos segundos que marca.
Cuando nacemos, abrimos,
nuestros ojitos al alba,
luego crecemos y vamos
tras las pupilas amadas.
Parar el tiempo un momento,
es la consigna que manda,
el corazón muy cansado
del peregrino en su marcha.
Porque la noche se acerca,
y con la misma las ganas,
de abandonarse un ratito
junto a la fuente y las jaras.
Dicen que todo se escucha
y que los grifos nos hablan,
en ese eterno lenguaje
que nos envían las aguas.
Cuando escuchamos sus voces
hay inquietud en el alma,
es una inmensa ternura
llena de amor, sin palabras.
"...¡Parad el tiempo un momento!,
dice el Amor cuando pasa,
para sentir los latidos
de un corazón que te llama..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/04/16
FUE APENAS UN INSTANTE...
Fue apenas un instante,
un soplo repentino,
llegabas, desde el cielo,
cual gota del rocío.
Venías a dejarnos,
con ansia, tus latidos,
y el eco de tu alma
oculto en los vinilos.
No pude contenerme,
quizás estremecido,
oyendo tus palabras
temblando como lirios.
Estabas seductora,
radiante, como digo,
e hiciste que mis sueños
volvieran al delirio.
Un día, en una playa,
dos jóvenes cautivos,
se amaban sin descanso
mirando al infinito.
Buscaban, con las aguas,
el roce y el suspiro,
el beso presuroso
trazado con cariño.
Las olas nos miraban,
radiantes. en su brillo,
un tanto juguetonas,
dejándonos sus signo.
Y en medio de aquel cuadro,
cansados, nos dormimos,
dos cuerpos abrazados,
en medio del destino.
"...Fue apenas un instante,
un verso consumido,
tus labios en mis labios
y en ellos nos fundimos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/16
un soplo repentino,
llegabas, desde el cielo,
cual gota del rocío.
Venías a dejarnos,
con ansia, tus latidos,
y el eco de tu alma
oculto en los vinilos.
No pude contenerme,
quizás estremecido,
oyendo tus palabras
temblando como lirios.
Estabas seductora,
radiante, como digo,
e hiciste que mis sueños
volvieran al delirio.
Un día, en una playa,
dos jóvenes cautivos,
se amaban sin descanso
mirando al infinito.
Buscaban, con las aguas,
el roce y el suspiro,
el beso presuroso
trazado con cariño.
Las olas nos miraban,
radiantes. en su brillo,
un tanto juguetonas,
dejándonos sus signo.
Y en medio de aquel cuadro,
cansados, nos dormimos,
dos cuerpos abrazados,
en medio del destino.
"...Fue apenas un instante,
un verso consumido,
tus labios en mis labios
y en ellos nos fundimos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/16
¿ES EL HOMBRE...?
¿Es el hombre ese pájaro herido,
que yace en el suelo, con alas quebradas
lamiendo sus penas?
...No lo sé, la tristeza que emana su torpe figura
me hace ver ese cuadro quebrado,
ese rostro crispado y dolido,
ese cuerpo temblando y sufriendo
por causas extrañas.
Yo quisiera ayudar a ese hombre doliente,
sacudir a sus nieblas del alma,
restañar las heridas que sangran
y aplicar ese ungüento capaz de aliviar
los dolores y penas.
Pero sé que es difícil tarea y lo asumo.
Como sé que hay un niño que, oculto,
me espera y estira su mano,
intentando tomar a la mía.
¿Otro pájaro herido ese niño
con sus ojos, color agridulces,
que apenas me miran, por razones ajenas,
y parecen dormidos, a pesar de su llanto
y su hambre?
...No lo sé. Hay tristeza también en su rostro,
en la dulce mirada que dejan las frías pupilas,
en la cara y las manos tan blancas
que ocultan mil miedos,
y en el cuerpo que tiembla de frío,
quizás, sin saberlo.
Yo quisiera atender a ese niño tan bello.
Acercar a su rostro la brisa y abrazarle
sin miedo.
Yo quisiera cantar para él la mejor
de las nanas,
y llevarle, en mi barca, hasta el cielo
y la nube, donde él dormirá satisfecho.
¿Otro pájaro herido la vida
con sus campos ahogados de sed y tristeza,
con la muerte acechando en caminos
y la sangre vertida en cunetas desiertas?
...No lo sé. La tristeza que así se refleja
es un cuadro cruel que atenaza a las almas,
es la loca ambición de los seres
que buscan ser dioses,
a pesar de saberse cipreses, enanos,
y guardianes, sin fin, en la tierra,
de ese mundo intratable.
Yo quisiera aportar mi granito de arena
y decirles que sí, que es posible avanzar
y hasta andar por el recto camino,
sanear las heridas del ave,
restañar esas lágrimas tiernas del niño,
abonar esta tierra, de nuevo, y sembrar,
en la misma, el amor y esperanza.
"...Porque todo es Amor, si queremos,
poesía, sin fin, si la ansiamos,
y hasta verso el suspiro del ave,
con el beso del niño que enjuga su llanto
y la sangre que pide y que grita la vida,
y que engendra la tierra,
para ti y para mi,
como hoy, sin palabras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/16
VOLVERÁN...
Volverán los trigales
a cubrirse de trigo,
y las aguas bravías
bullirán en el río.
Volverán las gaviotas
para ir a sus nidos,
y también las estrellas
temblarán con su brillo.
Volverán los silencios
por el mundo perdidos,
y la eterna resaca
nos traerá mil suspiros.
Volverán los cometas
que soñamos de niños,
y otra vez, nuestros ojos,
seguirán su camino.
Volverán las iglesias
a llenarse de cirios,
y los pechos dolientes
rezarán con cariño.
Volverán primaveras
con violetas y lirios,
y las rosas tempranas
con sus pétalos finos.
Volverán nuestros pasos
por caminos perdidos,
y hallarán esas huellas
con los besos benditos.
Volverán las palabras
a dejar sus latidos,
en los pechos amados
con candor y sigilo.
"...Volverán los recuerdos
a dormir en su sitio,
y vendrás a mis brazos
corazón tan querido..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/04/16
a cubrirse de trigo,
y las aguas bravías
bullirán en el río.
Volverán las gaviotas
para ir a sus nidos,
y también las estrellas
temblarán con su brillo.
Volverán los silencios
por el mundo perdidos,
y la eterna resaca
nos traerá mil suspiros.
Volverán los cometas
que soñamos de niños,
y otra vez, nuestros ojos,
seguirán su camino.
Volverán las iglesias
a llenarse de cirios,
y los pechos dolientes
rezarán con cariño.
Volverán primaveras
con violetas y lirios,
y las rosas tempranas
con sus pétalos finos.
Volverán nuestros pasos
por caminos perdidos,
y hallarán esas huellas
con los besos benditos.
Volverán las palabras
a dejar sus latidos,
en los pechos amados
con candor y sigilo.
"...Volverán los recuerdos
a dormir en su sitio,
y vendrás a mis brazos
corazón tan querido..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/04/16
NO TE PREOCUPES...
No te preocupes
la tarde espira,
mañana es lunes
será otro día.
Pero antes, pronto,
la noche prima,
vendrá despacio
hasta tu orilla.
Vendrá con sombras,
quizás malditas,
y con silencios
en las buhardillas.
Y en esa noche,
tan bien descrita,
habrá luceros
brillando arriba.
No te preocupes,
querida mía,
mañana lunes
serás distinta.
Serás princesa,
quizás ardilla,
por los hayedos
y las encinas.
Serás la rosa
que tiembla y vibra,
la dulce nota
del arpa fina.
Y por contraste
serás la rima,
y el dulce verso
que llore y ría.
No te preocupes
mi fiel cuartilla,
ya llega el lunes
tras noche fría.
Noche inclemente
de sed maldita,
sombras amargas
que no quería.
Tras los cristales
tiembla la brisa,
puertas adentro
"la poesía"
Tiembla la mano
del fiel escriba,
tiembla su pecho
mientras suspira.
"...No te preocupes
mi poesía,
mañana lunes
tendrás mi vida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/04/16
la tarde espira,
mañana es lunes
será otro día.
Pero antes, pronto,
la noche prima,
vendrá despacio
hasta tu orilla.
Vendrá con sombras,
quizás malditas,
y con silencios
en las buhardillas.
Y en esa noche,
tan bien descrita,
habrá luceros
brillando arriba.
No te preocupes,
querida mía,
mañana lunes
serás distinta.
Serás princesa,
quizás ardilla,
por los hayedos
y las encinas.
Serás la rosa
que tiembla y vibra,
la dulce nota
del arpa fina.
Y por contraste
serás la rima,
y el dulce verso
que llore y ría.
No te preocupes
mi fiel cuartilla,
ya llega el lunes
tras noche fría.
Noche inclemente
de sed maldita,
sombras amargas
que no quería.
Tras los cristales
tiembla la brisa,
puertas adentro
"la poesía"
Tiembla la mano
del fiel escriba,
tiembla su pecho
mientras suspira.
"...No te preocupes
mi poesía,
mañana lunes
tendrás mi vida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/04/16
COMO ESA LUNA...
Como esa luna
que ahora refleja,
su manto blanco
en fiel silueta.
Pasan los días,
las noches frescas,
también las lluvias
de primavera.
Pero en el norte
las rosas tiemblan,
es el nordeste,
su brisa eterna.
Son esos besos
en piel morena,
son las caricias
que siempre llegan.
Pero la luna,
que es muy coqueta,
mira en las aguas
su cara bella.
Ve la figura
que, entre la niebla,
sale en la noche
redonda y tierna.
Hay unos ojos
que abajo esperan,
son dos pupilas
dulces e inquietas.
Son dos luceros
dos entretelas,
son dos suspiros
que allí la rezan.
Y nuestra luna
se da la vuelta,
no se detiene
busca una estrella.
Hay en los cielos
luces diversas,
astros que duermen
noches eternas.
Y abajo un niño
quiere respuestas,
quiere a su luna,
blanca y amena.
Quiere su arrullo,
la nana tierna,
y aquellos bailes
con las sirenas.
"...Quiero una luna,
blanca y sincera,,
quiero sus besos,
dormir con ella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/16
que ahora refleja,
su manto blanco
en fiel silueta.
Pasan los días,
las noches frescas,
también las lluvias
de primavera.
Pero en el norte
las rosas tiemblan,
es el nordeste,
su brisa eterna.
Son esos besos
en piel morena,
son las caricias
que siempre llegan.
Pero la luna,
que es muy coqueta,
mira en las aguas
su cara bella.
Ve la figura
que, entre la niebla,
sale en la noche
redonda y tierna.
Hay unos ojos
que abajo esperan,
son dos pupilas
dulces e inquietas.
Son dos luceros
dos entretelas,
son dos suspiros
que allí la rezan.
Y nuestra luna
se da la vuelta,
no se detiene
busca una estrella.
Hay en los cielos
luces diversas,
astros que duermen
noches eternas.
Y abajo un niño
quiere respuestas,
quiere a su luna,
blanca y amena.
Quiere su arrullo,
la nana tierna,
y aquellos bailes
con las sirenas.
"...Quiero una luna,
blanca y sincera,,
quiero sus besos,
dormir con ella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/16
ES BONITO ESCUCHAR AL SILENCIO...
Es bonito escuchar al silencio
y observar como teje sus pasos,
serpentinas de música sacra
y cadencias colgadas de lazos.
Pero tiene más cosas, sin duda,
las que guarda su lengua de trapo,
aunque asomen suspiros y risas,
en la curva feliz de sus labios.
Hay silencio en los besos ajenos,
temporales de amor y de abrazos,
carantoñas con trazo silente
y un ligero rubor en las manos.
Porque entonces se expanden los dedos
en su mudo lenguaje, rezando,
y escribiendo las rimas hermosas
por el cuerpo, desnudo, y amado.
Es bonito escuchar al silencio
y escuchar, sin cesar, ese adagio,
el que dejan las almas dormidas
y los niños que duermen jugando.
Hay molinos que muelen y suenan,
y silencios que ocultan sus cantos,
remolinos de ríos, sin nombre,
que conducen a oscuros meandros.
Pero hay voces que callan y escuchan,
con los labios, sencillos, temblando,
y unos ojos que miran, inquietos,
más allá de trigales y campos.
Nada digo de noches serenas
donde impera el silencio más claro,
ni del mar complaciente, en la tarde,
y del puerto que abriga a los barcos.
"...Es bonito escuchar al silencio
y atender lo que dices, llorando,
corazón que te muestras silente
y que llegas, callado, a mis brazos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/03/16
UN DÍA AMANECÍ...
Un día amanecí con la sonrisa
ausente de mis labios y mi cara,
y entonces pregunté: "a dónde has ido
eterna compañera de mi alma".
No obtuve la respuesta a mi pregunta,
tampoco supe bien, donde lograrla,
así que me marché por esos mundos
un poco entristecido por su causa.
Buscaba la sonrisa, en todas partes,
por calles, por senderos y cañadas,
incluso pregunté a los peregrinos
si habían compartido aquella gracia.
Sus rostros cenicientos respondían,
cansados, sudorosos, sin palabras,
y entonces les dejaba, en el silencio,
siguiendo otros caminos para hallarla.
De pronto apareciste, en mi destino,
preciosa Cenicienta reencarnada,
llevabas la sonrisa entre tus labios,
la misma que mi pecho preguntaba.
No supe qué decirte, en ese instante,
y entonces te seguí, mientras andabas,
veía tus caderas sugerentes
tus piernas cimbreantes, descaradas.
Miraba tu melena estremecida,
bailando por tu cuello y por tu espalda,
la brisa, del nordeste, y su misterio
besaban tus mejillas y tu cara.
Y entonces te detuve, sin pensarlo,
quería tu sonrisa y tu mirada,
trataba de robarte, con mis labios,
el beso y la pasión que me embargaba.
"...Un día amanecí, con la sonrisa,
perdida entre sopores y legañas,
y tú me devolviste su hermosura
dejando en mis oídos una nana..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/16
ausente de mis labios y mi cara,
y entonces pregunté: "a dónde has ido
eterna compañera de mi alma".
No obtuve la respuesta a mi pregunta,
tampoco supe bien, donde lograrla,
así que me marché por esos mundos
un poco entristecido por su causa.
Buscaba la sonrisa, en todas partes,
por calles, por senderos y cañadas,
incluso pregunté a los peregrinos
si habían compartido aquella gracia.
Sus rostros cenicientos respondían,
cansados, sudorosos, sin palabras,
y entonces les dejaba, en el silencio,
siguiendo otros caminos para hallarla.
De pronto apareciste, en mi destino,
preciosa Cenicienta reencarnada,
llevabas la sonrisa entre tus labios,
la misma que mi pecho preguntaba.
No supe qué decirte, en ese instante,
y entonces te seguí, mientras andabas,
veía tus caderas sugerentes
tus piernas cimbreantes, descaradas.
Miraba tu melena estremecida,
bailando por tu cuello y por tu espalda,
la brisa, del nordeste, y su misterio
besaban tus mejillas y tu cara.
Y entonces te detuve, sin pensarlo,
quería tu sonrisa y tu mirada,
trataba de robarte, con mis labios,
el beso y la pasión que me embargaba.
"...Un día amanecí, con la sonrisa,
perdida entre sopores y legañas,
y tú me devolviste su hermosura
dejando en mis oídos una nana..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/16
A TU LADO...
A tu lado, y desde niño,
me enseñaste que la vida
era un pozo de sorpresas
y también de poesías.
Me mostraste los veranos,
primaveras infinitas,
los otoños con su magia
y hasta inviernos de película.
Me llevaste, de la mano,
por riberas escondidas,
hacia playas solitarias
con sus olas tan bonitas.
Y dejaste en mis oídos
el murmullo de la brisa,
ese canto sugerente
que emociona y que palpita.
Todo esto tú me diste
y bebí de tus pupilas,
ese néctar delicioso
que viví por tus orillas.
Hoy me vuelvo para verte
y te encuentro entre las rimas,
esas letras seductoras,
como siempre tan amigas.
Y te digo: "no me dejes,
imperfecta poesía,
no abandones mi costado
y estos labios que suspiran".
Yo quisiera agradecerte
lo que hiciste, buena amiga,
los segundos dedicados
de tu vida hacia la mía.
Pero mudas, mis palabras,
en las manos que vacilan,
se han quedado con las letras
en los dedos ya dormidas.
Hoy te llevan por el campo
y quizás a las marismas,
para ver a los marjales
y flamencos por la ría.
Un paseo hacia la iglesia,
las murallas exquisitas,
y esas piedras centenarias
cinceladas por artistas.
Sin embargo, aquí, en el pecho,
corazón, tú estás con prisa,
señalando los segundos
que le quedan a esta cita.
"...Unas lágrimas traidoras
ruedan ya por las mejillas,
recordando que, el poema,
es la vida que termina..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/16
me enseñaste que la vida
era un pozo de sorpresas
y también de poesías.
Me mostraste los veranos,
primaveras infinitas,
los otoños con su magia
y hasta inviernos de película.
Me llevaste, de la mano,
por riberas escondidas,
hacia playas solitarias
con sus olas tan bonitas.
Y dejaste en mis oídos
el murmullo de la brisa,
ese canto sugerente
que emociona y que palpita.
Todo esto tú me diste
y bebí de tus pupilas,
ese néctar delicioso
que viví por tus orillas.
Hoy me vuelvo para verte
y te encuentro entre las rimas,
esas letras seductoras,
como siempre tan amigas.
Y te digo: "no me dejes,
imperfecta poesía,
no abandones mi costado
y estos labios que suspiran".
Yo quisiera agradecerte
lo que hiciste, buena amiga,
los segundos dedicados
de tu vida hacia la mía.
Pero mudas, mis palabras,
en las manos que vacilan,
se han quedado con las letras
en los dedos ya dormidas.
Hoy te llevan por el campo
y quizás a las marismas,
para ver a los marjales
y flamencos por la ría.
Un paseo hacia la iglesia,
las murallas exquisitas,
y esas piedras centenarias
cinceladas por artistas.
Sin embargo, aquí, en el pecho,
corazón, tú estás con prisa,
señalando los segundos
que le quedan a esta cita.
"...Unas lágrimas traidoras
ruedan ya por las mejillas,
recordando que, el poema,
es la vida que termina..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/16
PUDIERA SER...
Pudiera ser que un día te despiertes,
que estires tu manita en la almohada,
que encuentres el latido presuroso
del pecho que allí quieres y que amas.
Pudiera ser que salgas a la calle,
que sientas el rocío que te cala,
en forma de ese beso silencioso
que baja por tu cuello y por tu espalda.
Pudiera ser que muestres la sonrisa
que aflore de tus labios, sin pensarla,
al ver como despiertan las gaviotas
y vuelan con sus alas encantadas.
Pudiera ser que notes mis suspiros,
los mismos que susurra mi garganta,
dejándote mensajes impacientes
en forma de pasiones, sin palabras.
Pudiera ser que un día te detengas,
que busques mi figura en lontananza,
que tengas un enorme escalofrío
y quieras detener esa instantánea.
Pudiera ser que surjan mariposas
y alegren las mejillas de tu cara,
y luego de inundarte de alegría
se queden a dormir en tus pestañas.
Pudiera ser que luego, en otro instante,
percibas el Amor en la distancia,
que vibres con la llama incandescente
que avive la ternura que reclamas.
Pudiera ser que mires mis pupilas
y fijes en las mismas tu mirada,
que veas a tus ojos en mis ojos
y quieras que se fundan nuestras almas.
"...Pudiera ser que un día me detengas,
me enseñes lo que ocultas y te guardas,
me duermas y acaricies con tus besos
y cierres mis ojitos con tus nanas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/16
que estires tu manita en la almohada,
que encuentres el latido presuroso
del pecho que allí quieres y que amas.
Pudiera ser que salgas a la calle,
que sientas el rocío que te cala,
en forma de ese beso silencioso
que baja por tu cuello y por tu espalda.
Pudiera ser que muestres la sonrisa
que aflore de tus labios, sin pensarla,
al ver como despiertan las gaviotas
y vuelan con sus alas encantadas.
Pudiera ser que notes mis suspiros,
los mismos que susurra mi garganta,
dejándote mensajes impacientes
en forma de pasiones, sin palabras.
Pudiera ser que un día te detengas,
que busques mi figura en lontananza,
que tengas un enorme escalofrío
y quieras detener esa instantánea.
Pudiera ser que surjan mariposas
y alegren las mejillas de tu cara,
y luego de inundarte de alegría
se queden a dormir en tus pestañas.
Pudiera ser que luego, en otro instante,
percibas el Amor en la distancia,
que vibres con la llama incandescente
que avive la ternura que reclamas.
Pudiera ser que mires mis pupilas
y fijes en las mismas tu mirada,
que veas a tus ojos en mis ojos
y quieras que se fundan nuestras almas.
"...Pudiera ser que un día me detengas,
me enseñes lo que ocultas y te guardas,
me duermas y acaricies con tus besos
y cierres mis ojitos con tus nanas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/16
EL AMOR...
El Amor no se encierra en las palabras
ni en la nubes variopintas de los cielos,
no es tampoco privativo de los dioses
ni de labios que se expresan con suspiros.
El Amor no es la constante interrogante
que se esconde, sinuosa, en el silencio,
ni la duda y la certeza que te abraza
y te lleva más allá del infinito.
El Amor no es ese sol que te contempla,
ni la mano que te quita las legañas,
ni tampoco es ese pétalo dorado
que ahora ves en el jardín sencillamente.
El Amor no es la pasión que te devora,
ni el galope de la sangre por tus venas,
ni es tampoco el querubín angelical
que aparece en los latidos de tu pecho.
El Amor es esa ráfaga sin nombre,
tan carente de palabras y sentidos,
que nos hace estremecer en un instante
y nos lleva sin dudar hacia la nada.
El Amor es esa "nada" irreverente,
ese huerto donde nacen los colores,
la tremenda fantasía de un verano
y la tierna primavera caprichosa.
El Amor es esa túnica robada,
conseguida no sé dónde y no sé cuándo,
que ahora abriga y te recubre el corazón
de tu figura y de tu alma con mis besos.
El Amor es ese aroma y tu presencia,
la perfecta sintonía de tu piel,
los latidos, invisibles, que me envías
y las luces de tu faro y tu atalaya.
"...Pero el Amor es mucho más que todo esto
y no sé con mis palabras transmitirlo,
ni tampoco dibujarlo en mis poemas,
a pesar de tantos versos malgastados..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/16
ni en la nubes variopintas de los cielos,
no es tampoco privativo de los dioses
ni de labios que se expresan con suspiros.
El Amor no es la constante interrogante
que se esconde, sinuosa, en el silencio,
ni la duda y la certeza que te abraza
y te lleva más allá del infinito.
El Amor no es ese sol que te contempla,
ni la mano que te quita las legañas,
ni tampoco es ese pétalo dorado
que ahora ves en el jardín sencillamente.
El Amor no es la pasión que te devora,
ni el galope de la sangre por tus venas,
ni es tampoco el querubín angelical
que aparece en los latidos de tu pecho.
El Amor es esa ráfaga sin nombre,
tan carente de palabras y sentidos,
que nos hace estremecer en un instante
y nos lleva sin dudar hacia la nada.
El Amor es esa "nada" irreverente,
ese huerto donde nacen los colores,
la tremenda fantasía de un verano
y la tierna primavera caprichosa.
El Amor es esa túnica robada,
conseguida no sé dónde y no sé cuándo,
que ahora abriga y te recubre el corazón
de tu figura y de tu alma con mis besos.
El Amor es ese aroma y tu presencia,
la perfecta sintonía de tu piel,
los latidos, invisibles, que me envías
y las luces de tu faro y tu atalaya.
"...Pero el Amor es mucho más que todo esto
y no sé con mis palabras transmitirlo,
ni tampoco dibujarlo en mis poemas,
a pesar de tantos versos malgastados..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/16
A VECES ME PREGUNTO, SI LOS TONTOS...
A veces me pregunto si los tontos
aumentan el caudal de la locura,
o puede que persigan los borregos
que buscan, embobados, a la luna.
Me acuso de sentir desesperanza,
de ser un candidato a la tontura,
de estar entre la lluvia y las tinieblas
buscando margaritas en la bruma.
El mundo es un navío a la deriva
que vaga por las olas y sin ruta,
los hombres, tripulantes de tercera
contemplan su agonía con dulzura.
Aplauden, como aplauden los cobardes,
los actos de la masa más inculta,
creyendo la verdad que allí se esconde
en una democracia sin fisuras.
Olvidan que la vida es un regalo,
y en ella la verdad es la mesura,
el precio de tenerla es el esfuerzo
y exige libertad ante las dudas.
Se nace en libertad ante los miedos,
se pide libertad desde la cuna,
se añora libertad en las palabras
que broten de los labios, sin fisuras.
Por eso cada hombre es un misterio,
un digno candidato en esta lucha,
la fuerza de la masa y el borrego,
que envuelve, sin cesar, a quien la escucha.
Enfrente, "cuatro locos, con sus letras,
poetas que proclaman la dulzura,
ardientes corazones que proclaman
un mundo en libertad y sin arrugas.
"...Marchemos contra el mar y la corriente,
seamos denunciantes de esta burla,
y amemos, como aman, los poetas,
a un mundo en libertad y sin penumbras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/03/16
aumentan el caudal de la locura,
o puede que persigan los borregos
que buscan, embobados, a la luna.
Me acuso de sentir desesperanza,
de ser un candidato a la tontura,
de estar entre la lluvia y las tinieblas
buscando margaritas en la bruma.
El mundo es un navío a la deriva
que vaga por las olas y sin ruta,
los hombres, tripulantes de tercera
contemplan su agonía con dulzura.
Aplauden, como aplauden los cobardes,
los actos de la masa más inculta,
creyendo la verdad que allí se esconde
en una democracia sin fisuras.
Olvidan que la vida es un regalo,
y en ella la verdad es la mesura,
el precio de tenerla es el esfuerzo
y exige libertad ante las dudas.
Se nace en libertad ante los miedos,
se pide libertad desde la cuna,
se añora libertad en las palabras
que broten de los labios, sin fisuras.
Por eso cada hombre es un misterio,
un digno candidato en esta lucha,
la fuerza de la masa y el borrego,
que envuelve, sin cesar, a quien la escucha.
Enfrente, "cuatro locos, con sus letras,
poetas que proclaman la dulzura,
ardientes corazones que proclaman
un mundo en libertad y sin arrugas.
"...Marchemos contra el mar y la corriente,
seamos denunciantes de esta burla,
y amemos, como aman, los poetas,
a un mundo en libertad y sin penumbras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/03/16
ATIENDE AL CORAZÓN...
Atiende al corazón
que espera tus latidos
y guarda, reverente,
el canto de los mirlos.
No le hagas esperar,
se encuentra estremecido,
pendiente de tus pasos
por sendas y caminos.
Es faro vigilante,
linterna en el vacío,
un punto en la distancia
que lleva al infinito.
Por eso no le agobies
y entrégale tu sino,
el néctar de la sangre
y el alma con su brillo.
Quizás encontrarás
la rama del olivo,
la estrella vigilante
guiando tu destino.
La mano de aquel ángel
que ansiabas desde niño,
y puede que el cometa
te llegue sin pedirlo.
Es fácil comprender
todo esto que te digo,
dejando un corazón
al tuyo bien cosido.
Campanas en la noche,
repican con aliño,
y un hombre por la playa
camina con su cirio.
"...Atiende al corazón
precisa de cariño,
y un beso de tus labios
bien puede conseguirlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/16
que espera tus latidos
y guarda, reverente,
el canto de los mirlos.
No le hagas esperar,
se encuentra estremecido,
pendiente de tus pasos
por sendas y caminos.
Es faro vigilante,
linterna en el vacío,
un punto en la distancia
que lleva al infinito.
Por eso no le agobies
y entrégale tu sino,
el néctar de la sangre
y el alma con su brillo.
Quizás encontrarás
la rama del olivo,
la estrella vigilante
guiando tu destino.
La mano de aquel ángel
que ansiabas desde niño,
y puede que el cometa
te llegue sin pedirlo.
Es fácil comprender
todo esto que te digo,
dejando un corazón
al tuyo bien cosido.
Campanas en la noche,
repican con aliño,
y un hombre por la playa
camina con su cirio.
"...Atiende al corazón
precisa de cariño,
y un beso de tus labios
bien puede conseguirlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/16
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