HE MIRADO NERVIOSO...
He mirado nervioso al tejado
para ver si llegaban los Reyes,
esta noche especial y de fiesta,
con regalos y lindos juguetes.
Yo no espero tener la fortuna
ni tampoco obtener los claveles,
de los niños y niñas del mundo
que suspiran por esas mercedes.
Solo quiero saber que llegaron
y que al Niño tocaron su frente,
porque entonces tendrán muchas cosas
otros niños que sueñan con fiebre.
Este mundo precisa la mirra
y también el incieso silente,
porque el oro que llega a las manos
es el fruto sudado de siempre.
Es el precio viril de los hombres,
el trabajo que perla las sienes,
y al final, cada mes, la moneda,
que se cobra, se gasta y se vende.
Villancicos se escuchan lejanos,
zarabanda de adioses y nieves,
todo ello en la noche que llega
con rocío y el duro relente.
Pero quiero creer, como antaño,
que los Reyes se acercan y vienen
para dar esta Paz y alegría,
que en Belén otro Niño les diere.
Ya se asoma la estrella en el cielo
y se escuchan los cantos celestes,
la zambomba resuena en la tierra
y los niños ansiosos se duermen.
"...He mirado nervioso al tejado
para ver si cesaba el nordeste,
y se puedan cubrir, con la brisa,
tantos sueños de amor inocentes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/01/17
para ver si llegaban los Reyes,
esta noche especial y de fiesta,
con regalos y lindos juguetes.
Yo no espero tener la fortuna
ni tampoco obtener los claveles,
de los niños y niñas del mundo
que suspiran por esas mercedes.
Solo quiero saber que llegaron
y que al Niño tocaron su frente,
porque entonces tendrán muchas cosas
otros niños que sueñan con fiebre.
Este mundo precisa la mirra
y también el incieso silente,
porque el oro que llega a las manos
es el fruto sudado de siempre.
Es el precio viril de los hombres,
el trabajo que perla las sienes,
y al final, cada mes, la moneda,
que se cobra, se gasta y se vende.
Villancicos se escuchan lejanos,
zarabanda de adioses y nieves,
todo ello en la noche que llega
con rocío y el duro relente.
Pero quiero creer, como antaño,
que los Reyes se acercan y vienen
para dar esta Paz y alegría,
que en Belén otro Niño les diere.
Ya se asoma la estrella en el cielo
y se escuchan los cantos celestes,
la zambomba resuena en la tierra
y los niños ansiosos se duermen.
"...He mirado nervioso al tejado
para ver si cesaba el nordeste,
y se puedan cubrir, con la brisa,
tantos sueños de amor inocentes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/01/17
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