HE OBSERVADO TU MIRADA...



He observado tu mirada nuevamente
y tras ella la sonrisa picarona,
es tu cara y la alegría, ciertamente,
de unos labios de chiquilla juguetona.

Porque tienes esa llama sugerente,
con la chispa sibilina y de ladrona,
que a los hombres les seduce dulcemente
sin que puedan resistirse a tu persona.

Te sonríes cuando lees el telegrama,
y hasta piensas que hay locuelos con sus cabras,
un poeta, en este caso, sin programa,
mientras deja sus mensajes sin palabras.

"...No te culpo, Cenicienta de mi sueños,
porque en ellos mis deseos son pequeños..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/01/17

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