UNOS VERSOS...
Unos versos se deslizan de tu voz
mientras contemplo esa playa, inmensa,
tan cercana,
en la que unas gaviotas vuelan
y el agua marina se pierde
en una extensión inabarcable,
bajo las nubes rosadas de un ocaso
invernal que ya termina.
Y todo frente al mar...
Y esos versos van surgiendo de tus labios
para subirse a lomos de las olas,
mientras yo los veo cabalgar así,
en un sueño y realidad que tú me brindas
con esa melodía, inconfudible, del agua
y su resaca tan constante.
Y todo para el mar...
Porque "tu verso es fuego, y tienes frío",
y así me llega, el beso helado de ese verso,
cobrando vida, entre mis brazos,
estremeciendo en el arrullo
una piel que espera la caricia del poema
que desgranas lentamente
y que ansía con vehemencia
tu llegada hasta mi lado.
Y todo sobre el mar...
Yo sé que el verso sale caprichoso,
sin pensar, como una necesidad
que tienes y te obliga para mirar
la vida cara a cara,
para sentir la brisa en las mejillas
y darte cuenta de que vives, y eres tú,
renaciendo del salitre y la nostalgia.
Y todo en un instante junto al mar...
Quisiera la sonrisa de tus versos,
quisiera que el poema cobre vida,
quisiera el corazón que me robaste,
quisiera el aeroplano de papel
que vi en tus ojos,
quisiera el borrador de tus pupilas
y ese canto de tu voz en mis oídos.
Quisiera al mar y a ti teneros en mis brazos,
cerrar los ojos
y luego dormitar, en vuestras olas,
con mi alma, eternamente.
Y todo "sin palabras"...
Rafael Sánchez Ortega ©
28/01/17
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